Anticapitalismo para niños

El anticapitalismo es un conjunto de ideas, movimientos y formas de pensar que se oponen, en parte o totalmente, al capitalismo.
En general, algunas personas anticapitalistas pueden apoyar la idea de que los bienes y servicios sean propiedad de la comunidad o del Estado. Sin embargo, no todos los anticapitalistas piensan igual, y algunos incluso defienden diferentes niveles de propiedad privada. A continuación, te explicamos algunas de las ideas más importantes relacionadas con el anticapitalismo.
Contenido
- ¿Qué ideas se oponen al capitalismo?
- Galería de imágenes
¿Qué ideas se oponen al capitalismo?
Socialismo: Un sistema de control estatal
El socialismo, en su forma más común, propone que el Estado tenga un control importante sobre la economía. Esto se busca junto con la idea de que las personas tengan control democrático sobre el propio Estado.
Marxismo: La propiedad de todos
El marxismo defiende que los medios de producción (como fábricas y tierras) deben ser propiedad de toda la comunidad. Su objetivo final es eliminar el Estado y las clases sociales. Para lograrlo, proponen una etapa intermedia donde los trabajadores organizados tomarían el control para eliminar lo que quede del capitalismo.
El marxismo original se considera comunista y critica a otras ideas socialistas. Aunque existen diferentes tipos de marxismo, todos comparten ideas principales como:
- El materialismo histórico y la dialéctica: Son métodos para analizar situaciones pasadas y presentes.
- La crítica al sistema capitalista: Señalan sus problemas y las desigualdades sociales que genera.
- La defensa del movimiento obrero: Apoyan las luchas de los trabajadores y sus logros.
- La conciencia de clase: Buscan que los trabajadores entiendan su situación para luchar contra la desigualdad.
- La revolución social: Proponen un cambio profundo para acabar con el capitalismo y crear una sociedad igualitaria, sin clases sociales ni Estado, con gran desarrollo de la producción y la cultura.
- El rechazo al imperialismo: Critican la política de expansión de los países poderosos, que ven la guerra como un negocio y una forma de controlar a otros pueblos.
El marxismo describe el sistema capitalista como uno donde los trabajadores no tienen los medios para producir y deben vender su fuerza de trabajo a los dueños de las empresas a cambio de un salario. Los dueños organizan la producción y buscan obtener una plusvalía, que es la parte del valor que el trabajador añade al producto y que excede lo que se le paga como salario. Esta diferencia es la ganancia del dueño.
Los marxistas creen que el capitalismo tiene problemas internos que causan crisis cíclicas. Argumentan que, para competir, los dueños de las empresas invierten en maquinaria para producir más barato, lo que reduce la necesidad de contratar trabajadores. Esto crea un grupo de personas sin empleo, a quienes Marx llamó "ejército industrial de reserva", lo que dificulta que los salarios aumenten.
Socialdemocracia: Mejorar el capitalismo
La socialdemocracia es una corriente socialista que surgió en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. A diferencia del marxismo, los socialdemócratas no buscan eliminar el capitalismo por completo, sino suavizar sus efectos negativos a través de reformas sociales.
Originalmente, la socialdemocracia proponía que el Estado controlara las industrias principales. Hoy en día, la socialdemocracia apoya una economía mixta (donde conviven empresas privadas y públicas) y un estado del bienestar, que ofrece servicios como salud y educación para todos.
Jacobismo: Oposición a los cambios políticos
Los jacobitas se oponían a los cambios que trajo el nuevo sistema político en Inglaterra. Veían instituciones como el Banco de Inglaterra como corruptas, que permitían a ciertos grupos políticos ganar poder y controlar a la Corona británica.
Anarquismo: Sin gobierno ni alianzas
Los anarquistas clásicos del siglo XIX se oponían a la unión entre el gobierno y las empresas, lo que hoy se podría llamar capitalismo de Estado. Más tarde, surgió una tendencia más popular, el "anarquismo histórico", que algunos llaman anarquismo socialista o anticapitalista. Esta corriente creía que toda riqueza privada era ilegítima y proponía que los bienes fueran propiedad de la comunidad de forma descentralizada.
En general, los anarquistas no han tenido una única propuesta económica. Hoy en día, existen anarquistas que defienden la propiedad privada y el capitalismo (llamados anarcocapitalistas), quienes creen que la riqueza privada solo es ilegítima si se obtiene por robo o fraude. También hay anarquistas que critican fuertemente el capitalismo (anarcocomunistas). Su único punto en común es que desean la abolición del Estado, aunque por razones diferentes.
Fascismo y Nacionalsocialismo: Una mezcla de ideas
Según algunas ideas, el fascismo no es de izquierda ni de derecha, ni capitalista ni comunista, sino una idea original. Sin embargo, en la práctica, el fascismo fue una mezcla de varias ideas políticas, siempre bajo un fuerte nacionalismo y un gobierno centralizado y autoritario.
Una razón por la que el fascismo se considera a menudo un movimiento de derecha es su alianza con los intereses de las clases económicas más poderosas y su defensa de valores tradicionales como el patriotismo y la religión, para mantener el orden existente. Una vez en el poder, los grupos económicos más ricos colaboraron con el fascismo.
Los fascistas apoyan una economía mixta, buscando que el país sea autosuficiente a través de políticas que protegen la producción nacional y la intervención del Estado en la economía. En la práctica, los regímenes fascistas no cambiaron profundamente el sistema económico capitalista. Incluso realizaron algunas privatizaciones y persiguieron a los movimientos de trabajadores tradicionales.
José Antonio Primo de Rivera se declaró anticapitalista.
Catolicismo tradicionalista: Críticas desde la fe
Algunas cartas importantes de los papas, como Rerum novarum del papa León XIII y Quadragesimo anno de Pío XI, contienen fuertes críticas al capitalismo. Autores católicos tradicionalistas como G.K. Chesterton, Hilaire Belloc y Juan Manuel de Prada se declararon anticapitalistas, apoyando una idea llamada distributismo, que busca que la propiedad esté más distribuida entre las personas.
Ludismo: La destrucción de máquinas
El ludismo fue un movimiento a principios del siglo XIX en el que artesanos, que perdían sus trabajos por la Revolución Industrial, destruían las nuevas máquinas industriales. Esto ocurría en contraste con los dueños de las fábricas, que ganaban mucho dinero explotando a los trabajadores. Este movimiento se dio principalmente en Gran Bretaña, donde destruir una máquina podía llevar a la pena de muerte. Hoy existe una versión moderna llamada neoludismo, que se refiere al rechazo a las nuevas tecnologías de la información.
Galería de imágenes
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Un cartel anticapitalista confeccionado por la IWW en 1911.