Táhirih para niños
Datos para niños Táhirih |
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Información personal | ||
Nacimiento | c. 1817 Qazvin (Imperio kayar) |
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Fallecimiento | 27 de agosto de 1852 Teherán (Imperio kayar) |
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Causa de muerte | Pena de muerte | |
Religión | Babismo | |
Familia | ||
Padres | Mulla Muhammad Salih Baraghani Amina Qazvini |
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Educación | ||
Alumna de |
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Información profesional | ||
Ocupación | Poetisa, teóloga, activista por los derechos de las mujeres, escritora y profesora | |
Área | Poesía y activista | |
Táhirih (que significa "La Pura") o Qurratu'l-`Ayn ("Consuelo de los ojos") fueron los nombres dados a Fátimih Baraghání Umm-i-Salmih (nacida entre 1814 y 1817, fallecida el 27 de agosto de 1852). Fue una importante poetisa y pensadora religiosa del movimiento babismo en Irán. Su vida, sus ideas y su trágico final la convirtieron en una figura muy destacada de esta nueva fe.
Táhirih nació en una de las familias más importantes de su época. Sus padres fueron Muhammad-Salih Baraghani y Aminih Khanum. Sus descendientes aún tienen influencia en la ciudad de Qazvin.
Contenido
¿Por qué Táhirih fue una figura influyente?
Táhirih fue una poetisa y una figura religiosa muy importante. No solo ayudó a dividir el movimiento babí entre quienes lo veían como una reforma del Islam y quienes lo consideraban una nueva religión. También logró unir a estos últimos con otros grupos que esperaban la llegada de un líder espiritual, el Mahdí.
Sus poemas se estudian todavía hoy en las religiones babí y bahá'í. Táhirih es vista como un símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres, tanto en el mundo musulmán como en Occidente. Esto se debe a su defensa de la igualdad de la mujer en el siglo XIX.
Su infancia y familia
Táhirih nació en una familia muy respetada. Su padre, Muhammad Salih Baraghani, era un clérigo importante y escritor. Su tío, Mohammad Taqi Baraghani, también era un clérigo influyente en la corte del shah (rey) Fath Alí. Ambos tenían mucho poder y dirigían sus propias mezquitas en Qazvin. Una de sus tías paternas fue una destacada poetisa y escriba.
Su madre, Aminih Khanum, era una mujer muy culta. Pertenecía a una familia que se decía descendiente del Imam Husayn, nieto del profeta Mahoma. Aminih Khanum estudió leyes religiosas, filosofía y misticismo. Era una autoridad entre las mujeres de Qazvin, donde dirigía oraciones y enseñaba en la escuela de la familia. La abuela de Táhirih, Fatimih Khanum, también fue una mujer muy sabia que daba conferencias religiosas. Así, Táhirih creció en una de las familias más educadas y poderosas de Persia.
Su educación y aprendizaje
Táhirih estudió en la sección femenina de la escuela Salehiyyih, fundada por su propio padre. Ella y sus hermanas recibieron una educación mucho más avanzada que la mayoría de las mujeres de su tiempo. Aunque su familia era conservadora, el padre de Táhirih decidió que ella tuviera esta educación especial y la instruyó personalmente.
Táhirih aprendió sobre teología (estudio de la religión), leyes religiosas, literatura persa y poesía. También se le permitió estudiar temas islámicos. Se dice que tenía una gran capacidad para memorizar el Corán (el libro sagrado del Islam) y para entender cómo aplicar las leyes religiosas.
Se cuenta que Táhirih llegó a saber más que su propio padre. Él, al ver su gran potencial, lamentaba que no hubiera nacido varón. Incluso se le permitió escuchar las clases que su padre daba a sus alumnos varones, siempre y cuando ella permaneciera oculta detrás de una cortina. Toda esta educación influyó en Táhirih para que más tarde adoptara ideas más nuevas y radicales.
Además de su inteligencia, Táhirih era conocida por su gran belleza y carisma. Muchos escritores de su época elogiaron su belleza y su mente. Aunque más tarde adoptó creencias diferentes a las de su familia, mantuvo su devoción religiosa hasta el final de su vida. Terminó sus estudios alrededor de los trece o catorce años.
La vida personal de Táhirih
Siguiendo las costumbres de la época, Táhirih se casó con su primo Muhammad Barghani. Tuvieron dos hijos, Ibrahim e Isma’il, y una hija, Zainih. Sin embargo, su matrimonio no fue feliz. Su esposo le impidió seguir con sus estudios. En esa época, la inteligencia no era una cualidad muy valorada en una esposa.
Mientras estaba casada, Táhirih se comunicaba por carta con líderes de un movimiento religioso llamado Shaykhí, incluyendo a Siyyid Kazim. También estudiaba en la biblioteca de otro primo, Javad Valiyani, donde conoció ideas nuevas. Al principio, su primo no quería que leyera esos libros, ya que el padre y el tío de Táhirih se oponían a ese movimiento. Pero Táhirih se sintió muy atraída por esas enseñanzas y empezó a escribirle a Siyyid Kazim con preguntas religiosas. Siyyid Kazim la admiraba y la llamó "Consuelo de los ojos" (Qurrat-ul-Ayn).
Al principio, Táhirih mantuvo sus nuevas creencias en secreto. Pero con el tiempo, las hizo públicas, lo que causó muchas discusiones en su familia. En medio de esta tensión, Táhirih pidió permiso a su padre y a su esposo para ir de peregrinación a Kerbala. En 1843, a los 26 años, Táhirih y su esposo se separaron. Ella inició la peregrinación con su hermana. Su verdadero objetivo era encontrarse con su maestro, Siyyid Kazim.
Pero Siyyid Kazim falleció pocos días antes de que ella llegara. Con el permiso de la viuda de Siyyid Kazim, Táhirih se quedó en la casa de su maestro y continuó enseñando sus ideas, hablando a sus alumnos desde detrás de una cortina. La viuda de Siyyid Kazim le permitió acceder a muchos escritos inéditos de su esposo. Táhirih reunió a muchos seguidores, incluyendo a varias mujeres y personas importantes de la época.
En 1844, Táhirih aceptó a ‘Alí Muhammad de Shiraz (conocido como el Bab) como el Mahdi. Se convirtió en su decimoséptima seguidora y la primera mujer en unirse al Babismo. Por esto, se la considera una figura muy importante en el Babismo. Táhirih nunca conoció al Bab en persona. Más tarde, la obligaron a dejar Kerbala y mudarse a Kazimayn por un corto tiempo.
La influencia de Táhirih en el Babismo (1844-1848)
Después de Kerbala, Táhirih fue llevada a Bagdad debido a las quejas de los clérigos locales. Allí, vivió en la casa del muftí (un líder religioso) de Bagdad, el shayj Mahmúd Alusi, quien quedó impresionado por su devoción e inteligencia. Táhirih siguió enseñando y ganó la admiración de muchas mujeres, aunque el clero se oponía cada vez más a ella.
Debido a la controversia, el gobierno de Bagdad decidió enviarla de vuelta a Persia. Cuando tuvo que dejar Bagdad, algunas personas intentaron atacarla.
Táhirih planteó ideas importantes, como que las leyes islámicas debían interpretarse con piedad y redención, no solo como castigo. Aunque esto parecía chocar con la autoridad del Bab, Táhirih logró unir ambas ideas. Finalmente, el Bab le envió una carta mostrando su aprobación y apoyo a sus ideales.
La poesía de Táhirih
Después de convertirse al babismo, Táhirih escribió varios poemas sobre esta nueva fe. En ellos, demostró un gran conocimiento de la literatura árabe y persa. Su poema más famoso se llama "Punto por punto".
Lamentablemente, después de su fallecimiento, la mayoría de sus poemas fueron destruidos por miembros de su propia familia que no estaban de acuerdo con sus creencias. Sin embargo, algunos pocos poemas se conservaron porque la gente los transmitió de boca en boca. Se dice que Táhirih deseaba escribirlos. Más tarde, se publicó un libro llamado "A Year Amongst the Persians" que los contiene. También se han publicado otros poemas atribuidos a Táhirih, pero no se sabe con certeza si ella los escribió.
El regreso de Táhirih a Irán
Cuando Táhirih regresó a Qazvin, en Irán, predicó el babismo en varias ciudades. En Hamadan se encontró con sus hermanos, quienes habían sido enviados por su tío y su padre para convencerla de que volviera a Qazvin con su esposo. Le dijeron que su comportamiento había avergonzado a la familia. Al llegar a Qazvin en julio de 1847, ella se negó a volver con su esposo, quien la acusaba de haberle sido infiel. Así que Táhirih se quedó con uno de sus hermanos.
Una vez en Qazvin, su padre y su tío intentaron convencerla de que abandonara la fe babí, pero Táhirih se negó y explicó sus razones para creer en el Bab. Su esposo se divorció de ella pocas semanas después, y su tío Muhammad Taqi Baraghani comenzó a hablar mal de ella en público. Surgieron muchos rumores sobre Táhirih, pero se cree que la mayoría eran inventados. Por ejemplo, un cronista de la época escribió comentarios negativos sobre ella y los seguidores del babismo.
Todos estos rumores dañaron la reputación de la familia Baraghani. Táhirih escribió una carta a su padre diciéndole que los rumores eran falsos. Se dice que su padre estaba convencido de la inocencia de su hija, pero el tío de Táhirih siguió difundiendo los rumores por su resentimiento hacia la fe babista.
Más tarde, su tío Muhammad Taqi Baraghani fue asesinado. El esposo de Táhirih la acusó de ser la responsable, pero ella negó cualquier participación. No se pudo saber quién fue el asesino ni se encontraron pruebas de que Táhirih fuera responsable. Sin embargo, las autoridades ordenaron arrestarla. Su padre, usando sus influencias, logró que no la llevaran a prisión, sino que la mantuvieran bajo arresto domiciliario en su casa, vigilada por sus sirvientas. Se dijo que esto se hizo para proteger a Táhirih.
Táhirih fue interrogada durante varias horas sobre el asesinato de su tío, pero negó cualquier relación. La amenazaron, pero no lograron que confesara nada. Más tarde, la llevaron de nuevo a casa de su padre, como prisionera y bajo mayor vigilancia. Estas acusaciones pusieron su vida en peligro. Con la ayuda de Baha’u’llah, logró escapar a Teherán. Táhirih se quedó en casa de Baha’u’llah, en sus habitaciones privadas, junto a su esposa Asiyih Khanum. Allí también conoció a ‘Abdul-Bahá, el hijo de Bahá’u’llah, que era un niño pequeño. Táhirih le pidió a Baha’u’llah si podía ir a ver al Bab, que estaba prisionero, pero Baha’u’llah no lo permitió por el peligro del viaje.
La Conferencia de Badasht
En junio o julio de 1848, varios líderes del Babismo se reunieron cerca de Badasht para una conferencia, organizada en parte por Bahá’u’llah. El objetivo era anunciar públicamente la existencia del movimiento babí. La conferencia buscaba marcar una ruptura con el pasado islámico y presionar para liberar al Báb, que estaba en prisión. Táhirih apoyó la idea de una acción para liberar al Báb, pero sus ideas iban más allá de lo que otros babíes estaban dispuestos a hacer.
Los seguidores del Bab estaban divididos: un grupo más conservador que quería mantener la conexión con el Islam, y otro grupo más radical que buscaba una ruptura total. Táhirih fue la figura central de este grupo radical.
En un acto simbólico, Táhirih se quitó el velo en público, frente a una asamblea llena de hombres. Hasta ese momento, ella había sido un símbolo de pureza. Quitarse el velo causó una gran conmoción. Se dice que un hombre se hirió a sí mismo por el impacto de la escena. Entonces, Táhirih comenzó a hablar sobre la necesidad de que el Babismo se separara del Islam, usando versos del Corán.
Debido a este evento, muchos babíes se alejaron de la fe. Pero para los babíes y los futuros bahá'ís, fue un momento clave. A partir de ese momento, consideraron que las leyes islámicas habían sido reemplazadas por las leyes del Báb. Los clérigos musulmanes criticaron este hecho y acusaron a Táhirih de comportamiento inapropiado. El Báb respondió a las acusaciones apoyando a Táhirih. Fue en este momento cuando se la empezó a llamar "Tahirih", que significa "la pura".
Más tarde, muchas mujeres estudiosas del Corán con ideas modernas criticaron las acusaciones contra Táhirih. Varios escritores también la apoyaron, diciendo que la sociedad debía modernizarse.
Encarcelamiento y fallecimiento (1848-1852)
Después de la conferencia en Badasht, Táhirih y Quddus viajaron a Mazandaran, donde se separaron. Los babíes eran perseguidos en la mayoría de las ciudades por las que pasaban. Finalmente, llegaron a Barfurush, donde encontraron refugio entre otros babíes por un corto tiempo.
Más tarde, los habitantes del pueblo atacaron a los babíes. Táhirih fue arrestada y llevada a Teherán, a la casa de Mahum Khan, el alcalde de la ciudad. Se ganó el respeto de las mujeres de Teherán con las que convivió, e incluso el del propio Mahum Khan y su familia.
Después, fue llevada ante la corte del sah de Persia, Nasser-al-Din. El sah tuvo una buena impresión de ella y se dice que le permitió regresar a casa de Mahmud Khan. El sah le escribió una carta explicándole que debía renunciar públicamente a las enseñanzas del Bab para evitar presiones del clero. Si aceptaba, incluso le ofreció una posición importante. Táhirih rechazó estas propuestas con un poema que compuso para el sah. El soberano se sintió halagado por su inteligencia, pero mantuvo la orden de arresto domiciliario.
El día antes de su fallecimiento, Táhirih fue presentada de nuevo ante el sah, quien le pidió una vez más que renunciara a sus creencias, pero ella no accedió. En total, Táhirih estuvo prisionera durante cuatro años.
Sentencia final
Mientras Táhirih estuvo prisionera, tuvo cierta libertad para seguir enseñando su religión a las personas que la visitaban en casa del alcalde. Ella habló activamente en contra de algunas costumbres y restricciones impuestas a las mujeres en el Islam. Por sus palabras, se convirtió en una persona muy influyente, y muchas mujeres acudían a escucharla, incluyendo una princesa de la familia Qajar, que se unió al babismo.
Los clérigos de la corte del sah temieron la creciente influencia de Táhirih. Intentaron forzarla a abandonar su fe públicamente hasta en siete ocasiones. En lugar de eso, Táhirih presentó pruebas de su creencia en el Bab y les dijo que eran ellos quienes debían cambiar. Sus acciones horrorizaron al clero, que consideraba esto inapropiado para una mujer, especialmente en ese entorno social.
Finalmente, el clero emitió un decreto acusando a Táhirih de herejía y sentenciándola a muerte. Táhirih, que estaba en una habitación de la casa del alcalde Mahmud Khan, pasó sus últimos días en oración y meditación. Se dice que la esposa del alcalde le dijo "No llores", y ella le contestó: "La hora en que seré condenada a sufrir se acerca".
Su fallecimiento
Dos años después de que el Bab fuera ejecutado, tres babíes, actuando por su cuenta y desobedeciendo a uno de sus líderes, intentaron atentar contra la vida del sah Nasser-al-Din. El intento falló, y las autoridades aprovecharon esto para perseguir más activamente a los babíes. Táhirih fue acusada injustamente debido a su fe en el babismo.
Táhirih fue informada de que sería ejecutada. Se dice que besó las manos de su mensajero, se vistió con un traje especial, se perfumó e hizo sus oraciones. Pidió que se respetara a la esposa de Mahmud Khan (quien se había unido a la fe de Táhirih). El hijo menor de Mahmud Khan acompañó a Táhirih al jardín de la casa y le entregó un pañuelo blanco de seda que ella misma había elegido.
La ejecución se realizó en secreto. Táhirih fue llevada cerca del jardín Ilkhani en Teherán. Fue ejecutada y su cuerpo fue arrojado a un pozo y cubierto. Se le atribuye haber dicho este verso en el momento de su fallecimiento: "Podéis matarme tan pronto como queráis, pero no podréis parar la emancipación de la mujer".
Véase también
En inglés: Táhirih Facts for Kids