Paz y tregua de Dios para niños
La Paz y Tregua de Dios fue un movimiento social muy importante que surgió en Europa, incluyendo España, durante el siglo XI. Fue impulsado por la Iglesia y los campesinos como una forma de protegerse de los problemas causados por algunos nobles feudales.
La "Paz de Dios" se proclamó por primera vez en el año 989, en un encuentro llamado Concilio de Charroux. Su objetivo era proteger las propiedades de la Iglesia, los cultivos y a los clérigos que no llevaban armas.
La "Tregua de Dios", que se anunció por primera vez en 1027 en el Concilio de Toulouges, buscaba limitar los días y las épocas del año en que los nobles podían participar en conflictos o guerras. Este movimiento, de alguna manera, continuó existiendo hasta el siglo XIII.
Otras formas de intentar resolver los problemas de la época incluían la creación de Órdenes de caballería. Estas órdenes buscaban que los guerreros siguieran reglas de conducta basadas en la religión. También surgieron las Cruzadas, que eran expediciones militares con objetivos religiosos.
Contenido
¿Qué fue la Revolución Feudal?
Durante los siglos VIII, IX y X, en lo que hoy es España y en otras partes de Europa, la sociedad funcionaba de una manera particular. Los agricultores eran libres y dueños de la tierra que cultivaban. Las autoridades, como los condes, debían seguir una ley escrita en un libro llamado Liber iudiciorum. Este libro era una colección de leyes antiguas de Hispania, creada en el siglo VII.
Hasta el siglo XI, el Liber iudiciorum se usaba en el condado de Barcelona y en el reino de Asturias-León. Sin embargo, en los condados catalanes, que formaban parte del antiguo reino de los francos, hubo un periodo de grandes cambios entre los años 1020 y 1060. A este periodo se le llamó la revolución feudal. Fue un tiempo en el que los nobles se rebelaron contra los condes para tomar las tierras de los agricultores y hacer que trabajaran para ellos. Este tipo de cambio social también ocurrió en otras zonas del antiguo Imperio carolingio, como Normandía y Provenza, y también en el reino de Asturias-León.
¿Qué eran las Sagreras?
La Iglesia ofreció protección a los agricultores frente a las acciones de los nobles. Una forma de hacerlo fue a través del derecho de la sagrera. Una sagrera era un espacio de unos treinta pasos alrededor de una iglesia. El obispo marcaba este espacio de forma especial al consagrar el edificio. Dentro de esta zona, no se permitía ningún acto de violencia. Si alguien lo hacía, podía ser castigado con la excomunión, que significaba ser expulsado de la comunidad de la Iglesia.
¿Cómo funcionaban las Asambleas de Paz y Tregua?
Las sagreras protegían un espacio limitado de los conflictos. Pero para lograr una convivencia más amplia, era necesario ir más allá. Se necesitaba una autoridad que prohibiera cualquier tipo de acto violento en todo el territorio. Este fue el objetivo de las asambleas de Paz y Tregua de Dios.
La primera de estas asambleas en el Condado de Barcelona se realizó en Toulouges en el año 1027. Fue presidida por el abad Oliva. En esta reunión se establecieron varias reglas:
- Todos los habitantes del condado del Rosellón y de la diócesis de Elna debían evitar participar en combates o luchas entre el sábado y el lunes. Esto permitía que la gente pudiera asistir a los servicios religiosos del domingo.
- También se prohibía atacar a los clérigos, las iglesias, los bienes de una iglesia o de un monasterio, o a las personas que iban a un lugar de culto.
- Quienes no respetaran estas reglas serían excomulgados.
Esta asamblea en Toulouges fue organizada por los campesinos y los líderes de la Iglesia. Se hizo porque el poder de los condes estaba debilitado en el Rosellón debido a la revolución feudal. Ante el aumento de los conflictos causados por los nobles, las víctimas (agricultores y clérigos) tuvieron que unirse para buscar soluciones. El conde Gausfredo II no estuvo presente en esta reunión, lo que mostraba la dificultad de las autoridades para mantener el orden.
El abad Oliva, un gran defensor de este movimiento pacífico, presidió otra reunión en Vich en 1033. En esta nueva asamblea, se aumentaron los días de tregua, que ahora iban del jueves al lunes. También se extendió la prohibición de la violencia a los comerciantes y a las personas que iban a los mercados. Así, el movimiento de paz y tregua se fue fortaleciendo y se extendió a otras regiones, como Occitania, con concilios en Niza y Narbona.
¿Qué resultados tuvieron estas iniciativas?
En el condado de Pallars, las asambleas de Paz y Tregua no tuvieron éxito. Los hombres del conde Artal I atacaban las sagreras incluso durante los días de tregua. Para que el movimiento funcionara, se necesitaba la participación de los condes. Por eso, aunque en la primera asamblea de Toulouges el conde estuvo ausente, en 1041 el segundo encuentro se realizó bajo la presidencia del conde Gausfredo II.
Esta tendencia se hizo más fuerte en Barcelona durante la segunda mitad del siglo XI. El conde Ramón Berenguer I y su esposa Almodis no solo apoyaron las decisiones de Paz y Tregua, sino que también convocaron sus propios concilios de paz, como los de Barcelona en 1064 y Gerona en 1068. Las reglas de estos concilios se incluyeron en los Usatges de Barcelona, un nuevo código legal que reemplazó al antiguo Liber iudiciorum, que ya no era adecuado después de los cambios feudales.
Para tener éxito, la "paz de Dios" tuvo que convertirse en la "paz del conde". La Iglesia siempre buscó la colaboración de los condes. Por eso, sus castigos religiosos (excomuniones) nunca iban dirigidos contra un conde o su familia, sino solo contra los grupos de nobles que causaban problemas.
¿Cuál fue el significado social de la Paz y Tregua?
Con los concilios de paz, la Iglesia logró aumentar su prestigio y su autoridad moral en la sociedad. El movimiento de Paz y Tregua fue iniciado por el clero junto con la gente común.
La participación de los líderes de la Iglesia en el movimiento de Paz y Tregua de Dios significó reconocer derechos importantes a los agricultores, como la seguridad en las sagreras y la protección de sus bienes y personas. Esto buscaba evitar que los nobles usaran su poder de forma injusta. El objetivo de los eclesiásticos era defender los derechos básicos de las personas y mantener la independencia de la Iglesia frente a la intervención de los señores. La excomunión era el último recurso que usaban para lograrlo.
¿Cómo evolucionó la Paz y Tregua más tarde?
El poder de los condes siguió usando la Paz y Tregua para fortalecer su autoridad, ya que limitaba las acciones de los grupos de nobles al prohibir la violencia. Por ejemplo, Ramón Berenguer III lo hizo en Olèrdola (1108) y en el condado de Cerdaña (1118). También Ramón Berenguer IV en 1134, cuando presidió una asamblea de Paz y Tregua para asegurar los privilegios de los Templarios. Así, la asamblea de la Fondarella en 1173, convocada por Alfonso el Casto, marcó el final de este proceso, donde la Paz y Tregua se convirtió en una herramienta del poder del rey.
Alfonso II obligó a los nobles a aceptar las reglas de Fondarella. Estas reglas, siguiendo los orígenes de la Paz y Tregua, daban a los obispos una función importante: podían convocar a los jefes de familia para luchar contra los atacantes, aunque no tenían poder para obligarlos. Por eso, el rey creó las veguerías, que eran distritos gobernados por un veguer. El rey nombraba a los veguers entre personas que no tuvieran lazos familiares con los nobles de la zona de Barcelona.
Los nobles se opusieron a un rey con mucho poder que no les ofrecía nuevos territorios ni riquezas. Esta oposición se vio en su fuerte rechazo a las reglas de Paz y Tregua. En 1176, fue asesinado el vizconde Ramón Folch de Cardona, quien apoyaba la Paz y Tregua. Después, hubo tanto desorden en sus tierras que el abad de Cardona no pudo asistir a una reunión. También murió de forma violenta el arzobispo de Tarragona, Berenguer de Vilademuls (1194), quien también defendía la Paz y Tregua.
En una asamblea en Gerona en 1188, los nobles lograron cambiar las reglas de Fondarella. Hicieron que el rey prometiera nombrar veguers que fueran solo catalanes, desde Salses hasta Tortosa y Lérida. Esto limitaba las opciones del rey para encontrar personas que no fueran parte de las familias nobles catalanas para ser veguers. Pero esta concesión no fue suficiente para calmar a los nobles. En 1192, se tuvieron que publicar en Barbastro los acuerdos de Paz y Tregua de la asamblea de Barcelona. En estos acuerdos, se exigía a los nobles que respetaran la paz basándose en las leyes de los Usatges, lo cual iba en contra de lo que los nobles habían dicho en la asamblea de Gerona en 1188.
Pocos nobles firmaron las reglas de 1192. Por eso, en la asamblea de Barcelona (1198), Pedro II de Aragón terminó cediendo a lo que pedían los nobles. Aceptó que la Paz y Tregua solo se aplicara en las tierras del rey (el realengo), dejando fuera las tierras de los nobles (los señoríos). Esta idea se confirmó en la nueva asamblea de Barcelona de 1200 y en la de Cervera de 1202, donde los nobles definieron la Paz y Tregua como la "paz del señor rey".
La oposición de los nobles a la Paz y Tregua se centró en rechazar que el rey interviniera como juez en los problemas entre señores y campesinos, o en las luchas entre los vasallos de un mismo señor. También querían excluir a quienes participaban en guerras entre familias nobles. En la asamblea de Barcelona del 1200, los nobles lograron que se excluyera de la Paz a los que traicionaban a su señor.
Además, la aristocracia se opuso a nuevos impuestos, como el bovatge (un impuesto sobre los bueyes y otros animales) y el monedatge (un pago al rey para que no cambiara el valor de la moneda). Estos impuestos, que se querían aplicar en toda Cataluña, estaban relacionados con la Paz y Tregua. Por ejemplo, las reglas aprobadas en las asambleas de Elna y Tarascón también establecían el pago del impuesto de la paz. Durante el siglo XII, la seguridad de las propiedades en el campo o "paz de las bestias" se garantizaba en Cataluña con el bovaticum o bovatge. El dinero de este impuesto, en principio, debía usarse para pagar a los ejércitos que mantenían la paz y para compensar a las víctimas de la violencia. La protección de la moneda también se incluyó dentro de la institución de Paz y Tregua.
Según el historiador Thomas N. Bisson, los reyes convirtieron el bovatge en el primer impuesto general de la historia de Cataluña. En 1188, Alfonso el Casto había creado una milicia rural basada en los servicios obligatorios de las masías y una fuerza de paz que no recibía pago. Pedro el Católico impuso un bovatge a la diócesis de Vich para financiar una expedición. Este cobro se hizo después para pagar la participación en la Batalla de las Navas de Tolosa. En Barcelona, el pago por la paz se convirtió así en un impuesto para la guerra.
En 1173, Alfonso II había impuesto el bovatge en Fondarella, que en Barcelona solo tenía un precedente en Cerdaña. Los nobles lo rechazaron, cuestionando su legalidad, y en Gerona (1188) obligaron a Alfonso II a prometer que no lo volvería a pedir. Pedro el Católico, que no se sentía obligado por la promesa de su padre, volvió a pedir el impuesto al subir al trono (1196).
Durante el reinado de Pedro el Católico, las relaciones entre la nobleza y el rey estuvieron marcadas por la falta de dinero del monarca. Pedro el Católico tuvo una política exterior muy costosa, como los pagos anuales a la Santa Sede o la campaña de las Navas de Tolosa. Además, el rey gastaba mucho dinero por su gusto por el lujo y las fiestas. Por eso, gastó casi todas las propiedades del rey y, en lugar de seguir los consejos, pidió dinero prestado a los nobles. Estos nobles siempre pedían algo a cambio: poder evitar la acción de los veguers del rey y actuar como señores en las tierras de la corona que el rey había dado como garantía de sus préstamos.
No solo los que le prestaban dinero se beneficiaron de los gastos del rey. La nobleza usó la falta de dinero del monarca para conseguir ventajas. En una carta de Gerona del 22 de marzo de 1205, Pedro el Católico prometió renunciar al bovatge y al monedatge esperando recibir dinero a cambio. Como por esas mismas fechas el rey recibió una suma importante de dinero de otras fuentes, no tuvo que cumplir su promesa, y la carta de Gerona no llegó a ser una ley.
Por lo tanto, Pedro el Católico impuso un nuevo monedatge en Aragón en 1205, un bovatge en la asamblea de Paz y Tregua de Puigcerdà en 1207. En 1209, cambió el valor de la moneda de Barcelona. En 1210, exigió un bovatge en Cerdaña y Rosellón, y en 1211, otro para pagar la expedición a Las Navas de Tolosa. Los nobles no pudieron eliminar estos impuestos, pero lograron algo importante: excepto al inicio de su reinado, el rey tenía que pedir estos impuestos (considerados extraordinarios) en una asamblea de nobles. Los nobles aprovechaban estas reuniones para reclamar sus derechos frente al poder del rey.
Como la aristocracia defendió sus derechos negociando con el rey en las Asambleas de Paz y Tregua, y no con revueltas armadas, se sentaron las bases de la monarquía pactista de la Baja Edad Media. En este sistema, el poder del rey estaba limitado por el desarrollo de las Cortes, que eran la representación de los diferentes grupos de la sociedad. Las Cortes surgieron de la evolución de las antiguas Asambleas de Paz y Tregua. A partir de la reunión de Barcelona de 1198, los representantes de las ciudades del realengo (tierras del rey) participaron junto con los nobles y los clérigos.
Las limitaciones que la aristocracia impuso a la Paz y Tregua, como el hecho de que solo se aplicara en las tierras del rey (idea que se repitió en varias asambleas), sirvieron para justificar la opresión de los campesinos por parte de los señores. Esto iba en contra de lo que la Paz y Tregua quería limitar. Así, a finales del siglo XII, se establecieron las bases legales para definir la condición de servidumbre de los campesinos, conocida como remensa, que estuvo vigente durante toda la Baja Edad Media.
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Véase también
En inglés: Peace and Truce of God Facts for Kids