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Trastorno de la personalidad por evitación para niños

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Trastorno de la personalidad por evitación
Especialidad psiquiatría
psicología
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El trastorno de la personalidad por evitación (TPE), trastorno de la personalidad evitativa o trastorno de la personalidad ansiosa es un trastorno de personalidad, reconocido en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), cuya principal característica es un patrón generalizado de inhibición social; sentimientos de inadecuación; hipersensibilidad a la evaluación negativa, rechazo o desaprobación; y evitación de la interacción social, que comienzan en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta y que se da en diversos contextos. El TPE está aglutinado en el DSM-5 en el grupo C de los trastornos de personalidad (sujetos ansiosos o temerosos), junto al trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, y el trastorno de la personalidad por dependencia. Las personas con trastorno de personalidad por evitación se consideran socialmente ineptos, con escaso atractivo personal y evitan la interacción social por temor a ser ridiculizados, humillados o rechazados, o simplemente desagradar.

Los sujetos con este trastorno tienen la creencia de que el resto de las personas los están juzgando o criticando constantemente, por su aspecto, sus acciones, etc. Esto hace que estos sujetos "eviten" cualquier situación en las que puedan ser criticados, volviéndose solitarios y reacios a relacionarse con otras personas, exceptuando su núcleo familiar y alguna amistad seleccionada cuidadosamente al tener garantías de que no serán rechazados.

Además suelen mostrarse desconfiados, pero esta desconfianza se debe más al miedo a encontrarse en un compromiso o a ser considerado inferior a los demás, que al miedo a que las demás personas les hagan daño. Cuando conocen a una persona, evalúan todos sus gestos, miradas, movimientos, palabras, etc. interpretándolos casi siempre de forma negativa con recelo. Este comportamiento suspicaz, temeroso, tenso y cohibido puede provocar las burlas de los demás, lo que les confirma la percepción negativa que tienen sobre sí mismos.

Los comportamientos de evitación afectan negativamente en la actividad laboral, porque estas personas suelen eludir los tipos de situaciones que pueden ser necesarias para alcanzar las demandas básicas de trabajo o para ascender.

Los niños que han sufrido acoso escolar, maltrato emocional, rechazo o abandono por parte de uno o ambos padres, tienen un mayor riesgo de desarrollar el trastorno.

El trastorno de personalidad por evitación está estrechamente relacionado con los trastornos de ansiedad y en especial con el trastorno de ansiedad social (fobia social), por lo que podrían ser conceptualizaciones alternativas del mismo trastorno.

Signos y síntomas

Las personas con trastorno de personalidad por evitación están tan preocupadas por sus supuestas limitaciones y carencias personales que sólo logran relacionarse con los demás si tienen garantías de no ser rechazados. La pérdida, el menosprecio o el rechazo son tan dolorosos, que prefieren estar solas antes que arriesgarse a tratar de conectar con los demás.

El TPE se reconoce por los siguientes estilos comportamentales e interpersonales, de pensamiento o estilo cognitivo, afectivo y emocional:

  • Extrema timidez o ansiedad en situaciones sociales, a pesar del fuerte deseo de intimar.
  • Estilo interpersonal: hipersensibilidad al rechazo/crítica/desaprobación. Aun cuando desean fuertemente acercarse a otros, guardan distancias y se aseguran de contar con aprobación incondicional antes de abrirse. Tienden a poner a prueba a los demás para darse cuenta en quién pueden confiar.
  • Estilo comportamental: tendencia al distanciamiento social, vergonzosos, tímidos, desconfiados y distantes. Comportamiento y discurso controlado. Se muestran solitarios, aprensivos y embarazosos.
  • Estilo cognitivo: perceptualmente vigilante, permanentemente escaneando el medio ambiente buscando datos que puedan ser potenciales amenazas o aceptaciones.
  • Estilo afectivo-emocional: marcado por la vergüenza y la aprensión. Dado que la aceptación incondicional es relativamente rara, experimentan rutinariamente tristeza, soledad, angustia y alta tensión. Cuando están más angustiados describen sentimientos de vacío, desamparo, desolación y despersonalización.
  • Aislamiento social autoimpuesto.
  • Graves dificultades para establecer relaciones interpersonales.
  • Evitan el contacto físico.
  • Sentimientos de inadecuación o ineptitud. Sentimientos de autodesprecio e inferioridad.
  • Muy baja autoestima debida a la devaluación de sus resultados y el énfasis desmedido en sus defectos.
  • Desconfianza, temerosidad o suspicacia respecto a los demás.
  • Labilidad emocional.
  • Distanciamiento emocional cuando intiman.
  • Muy autoconscientes de sí mismo.
  • Auto críticos con sus problemas para relacionarse.
  • Déficit en habilidades sociales.
  • Problemas psicosociales derivados (dificultad en el funcionamiento social, académico o laboral).
  • Dificultad para iniciar relaciones amorosas, amistosas, íntimas.
  • Percepciones subjetivas de soledad, aunque otros pueden encontrar la relación con ellos significativa.
  • Quedan relativamente aislados socialmente y suelen carecer de una red de apoyo en las situaciones de crisis. En algunos casos suelen fantasear idealizando las relaciones con los demás.
  • En algunos casos extremos, síntomas agorafóbicos.
  • Pueden aparecer pensamientos de muerte.
  • Tendencia a la fantasía, la procrastinación, y la evitación "cognitivo-afectiva", como una forma de escapismo de su realidad, y para interrumpir los pensamientos dolorosos.

Síntomas físicos

Esquemas cognitivos, emocionales y conductuales

Beck propone que los afectados por TPE suelen haber tenido en el pasado alguna persona significativa que les criticaba y rechazaba. A partir de ello desarrollan sus esquemas más típicos que podemos agrupar en creencias acerca de sí mismos (ej. “soy inadecuado”) y creencias acerca de los demás (ej. “la gente me rechazará”). Los esquemas de Beck equivalen al término “actitudes”, es decir, creencias cargadas de emociones que nos predisponen a actuar en forma congruente con ellas.

De esos esquemas se derivan sus actitudes de:

  • Supuestos subyacentes sobre las relaciones

Piensan que no pueden gustar a nadie, pero que si ocultan su verdadera personalidad engañarán a los demás, al menos en parte o por un tiempo. Procuran que nadie se les acerque lo suficiente como para darse cuenta de que son diferentes, inadecuados, inferiores, sin valía, incompetentes, aburridos, indignos, torpes, etc. Cuando logran establecer una relación con alguien, evitan cualquier confrontación y no son asertivos. Piensan que si desagradan en algo al otro, este pondrá fin a dicha relación.

  • Miedo al rechazo

Muestran hipersensibilidad a la potencial repulsa, humillación o vergüenza. La misma preocupación de no ser denigrados les hace muy parcos en palabras. Les supone un gran esfuerzo preguntar o hacer alguna petición, especialmente ante desconocidos. Además, el lenguaje suele ser tenso, lleno de vacilaciones y sin que su contenido sea el más apropiado para manifestar el propósito. Creen que todos reaccionarán de la misma manera negativa que la figura que los rechazaba. Continuamente temen que descubran que son defectuosos y que los rechacen por ello. Temen no poder soportar la disforia que les producirá ese rechazo y por eso evitan las relaciones y las situaciones sociales.

  • Autocrítica

Tienen pensamientos automáticos autodenigrantes, cada vez que se encuentran en situaciones sociales o cuando piensan en futuros encuentros. Estos pensamientos automáticos, surgen de sus esquemas y no suelen someterlos a evaluación, porque los encuentran verídicos. Hacen también predicciones negativas como: “no les gustaré”, ”me criticarán”, etc., que también aceptan sin cuestionárselas ni ponerlas a prueba.

  • Hipervigilancia y evaluación incorrecta de las reacciones de los demás

Interpretan reacciones neutras o positivas como negativas (por ej., si alguien los elogia, creen que ha sido para ridiculizarles o por lástima). Se muestran muy alertas; buscan y creen ver reacciones de rechazo, repulsa o mofa en cualquier persona que realice algún comentario o gesto (chofer del autobús, dependienta del supermercado, etc.). Creen que “si alguien me juzga negativamente, la crítica tiene que ser justa”. Temen cualquier situación en que puedan ser evaluados, porque cualquier reacción negativa, o incluso neutra, la toman como confirmación de su propia creencia de que son defectuosos y de que no gustan a nadie. Carecen de criterios personales para juzgarse en forma positiva. Se basan exclusivamente en cómo creen que les perciben los demás. Este continuo velar en busca de indicios dañinos hace que repare en ciertas manifestaciones ajenas que una persona, sin este rasgo tan exagerado, no tendría en cuenta. Esta vigilancia en cierto modo les protege de aquellas personas de las que han recibido, o creen que pueden recibir, trato desdeñoso o bromista pero al mismo tiempo supone para estos sujetos timoratos un esfuerzo de atención que les distrae de otras ocupaciones.

  • Exclusión de los datos positivos

Aunque se le presenten pruebas de que es aceptado o de que gusta, cree que el otro está equivocado o que le está engañando.

  • Evitación cognitiva, conductual y emocional

La mayoría, además de la evitación social, presenta también evitación de cualquier pensamiento, emoción o actividad, que le produzca incomodidad. Lo hacen de forma automática (no voluntaria ni consciente). Esa evitación, a veces se produce en forma sutil, por ej., distrayéndose. La evitación queda reforzada y se convierte en un hábito, porque reduce el malestar a corto plazo. Generalmente, no tienen conciencia de que evitan la ansiedad y más bien interpretan negativamente sus pautas de evitación creyendo que “soy un perezoso”, “soy un inepto”, etc.

  • Ansiedad por la ansiedad

Se siente culpable por estar ansioso ya que cree que “no debería” estarlo. Teme que si se permite sentirse ansioso, su ansiedad irá a más hasta perder el control, y que nunca se recuperará (piensan algo así como: “no debería estar ansioso, y como lo estoy, es terrible, no puedo soportarlo y soy un inepto por ello”).

  • Excusas y racionalizaciones

Su situación es egodistónica y, generalmente, saben qué tienen qué hacer para mejorar sus vidas. Pero el coste inmediato, en emociones negativas, les parece demasiado alto. Por tanto, se buscan numerosas excusas, como: “no me va a gustar”, ”lo haré más adelante”, “esta gente es demasiado superficial”, etc. En el fondo, no se cree capaz de alcanzar sus metas.

  • La fantasía de la realización de deseos

Fantasean sobre su futuro. Piensan en que algún día caerá del cielo la relación perfecta o el empleo inmejorable. Tendencia continua a la procrastinación o hábito de postergar.

  • Deseo de aceptación

En contraposición a su hipersensibilidad al rechazo, desean intensamente ser aceptados y tener relaciones interpersonales. De ahí el conflicto que suele existir entre estos dos rasgos: sentir pavor ante la eventualidad de un menosprecio y al mismo tiempo, ansiar aprobación y estima. Este dilema es nocivo para la armonía y el desarrollo de la personalidad, ya que la extrema sensibilidad a la relación interpersonal lleva a la persona al aislamiento social y a sentir continuamente la falta de amistades íntimas que satisfagan sus necesidades de afecto y comunicación personal.

(Contiene material extraído de:)

Pensamientos disfuncionales

En el manual de terapia cognitiva de los trastornos de personalidad (1990), Aaron T. Beck, Arthur Freeman y sus colaboradores muestran una lista de creencias disfuncionales típicas asociadas con cada trastorno específico de la personalidad. Las creencias y actitudes racionalizan y refuerzan las imágenes idealizadas y los apegos compulsivos y aversiones. Son analogías de los "debería" y "demandas neuróticas" de Karen Horney. Creencias tales como:

  • "Yo soy socialmente inepto e indeseable en situaciones laborales o sociales".
  • "Exponerme socialmente siendo inferior o incompetente es intolerable"
  • "Los demás son potencialmente críticos, indiferentes, degradantes o rechazadores".
  • "No puedo tolerar sentimientos desagradables".
  • "Si la gente se acerca a mí, van a descubrir mi 'verdadero' yo y me rechazarán".
  • "Debo evitar situaciones desagradables a toda costa".
  • "Si yo siento o pienso algo desagradable, yo debo tratar de eliminarlo o distraerme, por ejemplo, pensar en otra cosa, tomar una copa, tomar un medicamento, o ver la televisión".
  • "Yo debo evitar situaciones en las que pueda ser el centro de atención, o tendría que procurar ser tan discreto como me sea posible"
  • "Los sentimientos desagradables se intensifican y escapan de mi control"
  • "Si otros me critican, deben tener razón".
  • "Es mejor no hacer nada, que intentar algo y fallar".
  • "Mientras no piense en ningún problema, no tengo que hacer nada al respecto".
  • "Mientras no haga caso a los problemas, éstos desaparecerán con el tiempo".
  • "Cualquier señal o signo de tensión en una relación indica que la relación va mal, por lo tanto, yo debería cortarla".

Características de la personalidad con tendencia a la evitación

  1. Se sienten cómodos con el hábito y la rutina.
  2. Prefieren lo conocido a lo desconocido.
  3. Relación estrecha con la familia y/o unos pocos amigos íntimos que eligen cuidadosamente; tienden a ser caseros. Sus pocas amistades son duraderas y sólidas.
  4. Sensibles y preocupados por lo que los demás piensan de ellos. Tienden a ser autoconscientes y temerosos.
  5. Muy discretos y precavidos en el trato con los demás.
  6. Tienden a mantenerse reservados, con una actitud de autocontención ante los demás.
  7. Tienden a ser observadores, curiosos y dedican mucho tiempo a los hobbies y aficiones.

Características del trastorno de personalidad por evitación

  1. Exageran las dificultades potenciales, los peligros físicos o riesgos involucrados en hacer algo trivial pero ajeno a sus rutinas habituales.
  2. O no tienen amigos íntimos o solo tienen un par de amistades muy significativas para ambos, aparte de los familiares de primer grado; evitan las actividades que implican un contacto interpersonal significativo.
  3. Incapaces de involucrarse en relaciones personales a menos que estén seguros de que serán aceptados; muy reactivos a la crítica o la desaprobación.
  4. Miedo a quedar en evidencia por sonrojarse, gritar o mostrar signos de ansiedad ante otras personas.
  5. Retraído en situaciones sociales por miedo a decir algo inadecuado o estúpido, o por ser incapaz de contestar a una pregunta.
  6. Poco constantes; les resulta difícil centrarse en tareas laborales o aficiones.

Causas

La causa del trastorno de personalidad por evitación no está definida claramente; pueden influir en ella una combinación de factores sociales, genéticos y biológicos. El trastorno puede estar relacionado con factores temperamentales heredados. Más específicamente, varios trastornos de ansiedad en la infancia y la adolescencia se han asociado con un temperamento caracterizado por la inhibición (timidez, miedo, desconfianza, apocamiento).

Rechazo

Muchas personas diagnosticadas con trastornos de la personalidad por evitación han padecido experiencias traumáticas tempranas de rechazo por parte de los progenitores. La necesidad de convivir con progenitores que los rechazan hace que estas personas sientan 'hambre' de relaciones, pero su añoranza desemboca gradualmente en la creación de un caparazón defensivo contra la crítica continuada de los progenitores.

También se ha asociado, como un factor desencadenante o agravante, haber sufrido experiencias traumáticas en la infancia o adolescencia con sus iguales, como episodios de bullying, maltrato psicológico o rechazo social.

Tratamiento

Se puede emplear distintas modalidades psicoterapéuticas, tales como entrenamiento en habilidades sociales, terapia cognitiva, exposición gradual para aumentar gradualmente el contacto social, terapia de grupo para la práctica de habilidades sociales, y, a veces, terapia farmacológica, sobre todo aquellos psicofármacos que también son eficaces para la fobia social.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Avoidant personality disorder Facts for Kids

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Trastorno de la personalidad por evitación para Niños. Enciclopedia Kiddle.