Torre de telegrafía óptica de Fuenterrobles para niños
Datos para niños Torre de telegrafía óptica de Fuenterrobles |
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bien de interés cultural y Bien inmueble de Etnología | ||
Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Provincia | Valencia | |
Ubicación | Fuenterrobles | |
Coordenadas | 39°35′15″N 1°19′58″O / 39.5875, -1.33288 | |
Información general | ||
Construcción | años 1840 | |
La torre de Telegrafía Óptica de Fuenterrobles es un edificio histórico muy interesante. Se encuentra en el Cerro de la Vicuerca, en el municipio de Fuenterrobles, dentro de la comarca de la Plana de Utiel-Requena, en la provincia de Valencia. Esta torre ha sido declarada un Bien de Interés Cultural, lo que significa que es un monumento importante que debe ser protegido.
Contenido
Historia de la Comunicación Rápida
¿Te imaginas un mundo sin internet, sin teléfonos móviles o incluso sin cartas rápidas? Hace mucho tiempo, la comunicación era muy lenta. Por eso, se inventó la telegrafía óptica, un sistema para enviar mensajes a distancia usando señales visuales.
Primeros Pasos en España
La primera idea de una línea de telegrafía óptica en España surgió gracias a Agustín de Bethencourt en 1799. Él se inspiró en lo que vio en Francia. Se aprobó construir una línea entre Madrid y Cádiz, pero el proyecto se detuvo.
Después de la Guerra de la Independencia, se vio lo importante que era comunicarse de forma rápida y segura. Por eso, se decidió retomar la instalación de estas líneas.
La Línea Madrid-Valencia
En 1837, el gobierno planeó conectar Madrid con las capitales de provincia. El Coronel José María Mathé fue el encargado en 1844. Se construyeron tres líneas, y una de ellas fue la de Madrid a Valencia.
Esta línea comenzó a construirse en 1848 y empezó a funcionar un año después, con un total de treinta torres. La primera estación estaba en Madrid, en el edificio de la Aduana. La última estación estaba en un antiguo convento en Valencia.
En la Comunidad Valenciana, había nueve torres de telegrafía óptica. Algunas de ellas estaban en Villagordo del Cabriel, Fuenterrobles, Requena, Buñol, Godelleta, Chiva y Torrente.
La Vida en las Torres
Al principio, la mayoría de las personas que trabajaban en estas torres, llamados telegrafistas o torreros, eran militares retirados. Se turnaban para operar el telégrafo. Para que todo funcionara bien, se necesitaba mucha disciplina y una organización muy estricta.
Las torres se construyeron como si fueran pequeñas fortalezas para proteger a los torreros y el equipo. En 1844, se establecieron reglas para elegir dónde construir estas estaciones:
- Debían estar a una distancia de entre dos y tres leguas (unos 10 a 15 kilómetros), teniendo en cuenta el terreno.
- Se prefería que estuvieran cerca de carreteras para mayor seguridad.
- Siempre que fuera posible, se colocaban en pueblos.
- En las ciudades importantes, se intentaba que estuvieran en el mismo edificio que las autoridades.
- Se preferían edificios fuertes del Estado, torres de iglesias, ermitas, castillos o casas que pudieran defenderse.
- Era importante que las torres estuvieran alineadas para que las señales se vieran bien.
Hoy en día, quedan muy pocas de estas torres originales. Muchas están en ruinas, y algunas fueron usadas por la gente de la zona para sacar materiales de construcción. Sin embargo, algunas aún se mantienen en pie, como la de Fuenterrobles.
Diseño y Construcción de las Torres
Las torres de telegrafía óptica, como la de Fuenterrobles, fueron diseñadas para ser fuertes y defensivas. La torre de Fuenterrobles está en el Cerro del Telégrafo, una parte de la sierra de la Bituerca, a 1082 metros sobre el nivel del mar.
Características de la Torre de Fuenterrobles
Todas las torres construidas por Mathé eran muy parecidas. Tenían una base de unos 7 metros de lado. El espacio interior era de casi 5 metros de lado y la torre medía unos 8,5 metros de alto. Las paredes eran muy gruesas, entre 0,95 y 0,70 metros, haciéndose un poco más delgadas a medida que subían.
Las torres tenían tres pisos cubiertos. En la parte superior, que era plana, se colocaba el telégrafo óptico. Desde el tercer piso, los torreros manejaban los controles del telégrafo para enviar los mensajes.
Se construían principalmente con mampostería (piedras unidas con mortero) y ladrillo. A veces, se cubrían con cal o yeso y se pintaban de color ocre. Para entrar a la torre, se usaba una escalera exterior que llegaba al primer piso. Esta escalera se podía quitar para proteger la torre en caso de peligro. Aunque todas las torres eran casi idénticas, podían tener pequeñas diferencias en la forma de construirse, dependiendo de los materiales disponibles en cada lugar.