Sucesos de 1956 para niños
Los sucesos de 1956 fueron una serie de eventos que ocurrieron en Madrid en febrero de ese año. En ellos participaron estudiantes universitarios que no estaban de acuerdo con el sistema de gobierno de la época, así como grupos que apoyaban a ese gobierno. Estos acontecimientos terminaron con la salida de algunos funcionarios importantes, como el ministro de Educación, Joaquín Ruiz-Giménez. También marcaron el inicio de los enfrentamientos entre una parte de los estudiantes universitarios y el gobierno de entonces, algo que se hizo más común en las décadas siguientes.
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¿Qué pasó en los sucesos de 1956?
Después de la guerra civil española, hubo cambios importantes en las universidades. Se buscaba eliminar las ideas que no encajaban con el gobierno de ese momento. Una ley de 1943, llamada Ley de Ordenación Universitaria, dejaba esto muy claro. En esos años, las universidades debían seguir una línea de pensamiento específica.
El homenaje a un pensador
Cuando el famoso pensador José Ortega y Gasset falleció el 18 de octubre de 1955, un grupo de estudiantes universitarios en Madrid quiso hacerle un homenaje. Al mismo tiempo, se estaba organizando un Congreso Universitario de Escritores Jóvenes, con el permiso del rector de la Universidad Complutense, Pedro Laín Entralgo. Sin embargo, este congreso fue finalmente prohibido.
El inicio de las protestas estudiantiles
El 1 de febrero de 1956, se distribuyó un documento llamado «Manifiesto a los universitarios madrileños». Este documento proponía crear un Congreso Nacional de Estudiantes. Detrás de esta idea estaban estudiantes como Javier Pradera, Enrique Múgica y Ramón Tamames, quienes buscaban cambiar el SEU, que era la organización oficial de estudiantes.
Las elecciones estudiantiles no salieron como esperaban los grupos oficiales del SEU. Por eso, Jesús Gay, el líder del SEU en Madrid, canceló las elecciones el 7 de febrero. Esto hizo que los estudiantes lo expulsaran y salieran a manifestarse. Fue la primera vez que los estudiantes se manifestaban en las calles desde la Guerra Civil, y se dirigieron hacia el Ministerio de Educación.
Los enfrentamientos en las calles
El 8 de febrero de 1956, grupos que apoyaban al gobierno entraron a la facultad, agredieron a los estudiantes y causaron muchos daños. Pero el conflicto se hizo aún más grande al día siguiente.
El 9 de febrero, los estudiantes salieron a manifestarse por la calle San Bernardo. Allí se encontraron con miembros de la Guardia de Franco, un grupo de apoyo al gobierno, que venían de un acto en homenaje a Matías Montero. Hubo enfrentamientos y un joven de los grupos de apoyo al gobierno resultó herido por un arma de fuego. No se supo si fue por disparos de la policía o por un accidente con las armas que llevaban sus propios compañeros.
La tensión aumentó mucho, y algunos sectores de los grupos de apoyo al gobierno pedían venganza. Ese mismo día, fueron detenidos varios estudiantes y pensadores, como Miguel Sánchez-Mazas Ferlosio, Dionisio Ridruejo, Ramón Tamames, Enrique Múgica, Javier Pradera, José María Ruiz Gallardón y Gabriel Elorriaga.
Durante la noche del 9 de febrero, circularon rumores de que los grupos de apoyo al gobierno planeaban una venganza violenta para reafirmar su poder. El Ejército, a través de figuras como Muñoz Grandes, Rodrigo Martínez y Martínez-Campos, le hizo saber al líder del gobierno, Franco, que tomarían Madrid si se hacía daño a alguna de las personas que se sabía que estaban en una "lista" de los grupos de apoyo al gobierno.
El 10 de febrero, la Universidad Complutense fue cerrada. El 11 de febrero, más personas fueron detenidas, incluyendo a Julián Marcos, López Pacheco, Sánchez Dragó, María del Carmen Diago, Jaime Maestro y José Luis Abellán.
Consecuencias de los sucesos
Pedro Laín Entralgo renunció a su cargo de rector, y el 12 de febrero, el decano de Derecho, Torres López, fue destituido. El 16 de febrero, Franco destituyó a Joaquín Ruiz-Giménez como ministro de Educación y a Raimundo Fernández Cuesta de la Secretaría General del Movimiento.
A partir de estos sucesos, la universidad se distanció del gobierno de la época. El SEU, la organización oficial de estudiantes, se desorganizó, y las protestas universitarias se hicieron comunes durante las décadas de los sesenta y setenta, hasta el fin del gobierno de Franco y el regreso de la democracia. Estos eventos fueron una señal de que el sistema de gobierno de la época estaba perdiendo apoyo entre los jóvenes de las nuevas clases medias. Los tiempos de silencio empezaban a convertirse en tiempos de protesta. Las calles de Madrid, especialmente cerca de la Ciudad Universitaria, vivirían constantes revueltas estudiantiles.
En 1981, el periodista Pablo Lizcano publicó un libro llamado La generación del 56, que cuenta estos acontecimientos.