Río Igurey para niños
El Igurey o Ygurey (también escrito Ygureý en mapas antiguos y Igureí en portugués) es un río de América del Sur. Su ubicación exacta fue un tema de desacuerdo durante mucho tiempo entre los reinos de España y Portugal, y más tarde entre Paraguay y Brasil.
Para los españoles y paraguayos, el Igurey era el río que hoy se conoce como Ivinhema, en Mato Grosso del Sur. Este río desemboca en el río Paraná. Sin embargo, para los portugueses y brasileños, el Igurey era un río más corto y con menos agua, que los hispano-paraguayos llamaban Carapá o Karapá. Este río está al sur de los saltos del Guairá y también desemboca en el río Paraná. Después de un conflicto importante, la idea de los luso-brasileños se hizo más común. Por eso, hoy en día, en los mapas de Paraguay, a menudo se llama Igurey al río Carapá.
Contenido
¿Qué es el río Igurey?
El nombre "Igurey" se refiere a dos ríos diferentes, dependiendo de quién lo usara.
El Igurey para Paraguay
Para Paraguay, el río Igurey era el Ivinhema. Este es un río más largo y con más agua, que se encuentra en el actual estado de Mato Grosso del Sur en Brasil. Su desembocadura en el río Paraná está cerca de las coordenadas 22°59′47″S 53°38′45″O.
El Igurey para Brasil
Para Brasil, el Igurey era el Carapá (o Karapá). Este río es más corto y tiene menos agua. Se ubica justo al sur de los famosos saltos del Guairá. Su desembocadura en el río Paraná se encuentra aproximadamente en las coordenadas 24°26′28″S 54°18′29″O.
Después de un conflicto importante en la región, la visión de Brasil sobre la ubicación del Igurey se volvió la más aceptada. Por eso, en los mapas actuales de Paraguay, es común que el río Carapá sea llamado Igurey.
El Tratado de Madrid (1750): Un Intento de Límite
La línea de frontera acordada en el Tratado de Tordesillas (un acuerdo muy antiguo entre España y Portugal) nunca pudo ser marcada en el terreno. Por eso, ambos países tenían ideas diferentes sobre dónde estaba el límite. Los españoles pensaban que los portugueses habían avanzado mucho en sus territorios, fundando asentamientos en la región de Mato Grosso.
Para resolver esto, España y Portugal decidieron anular el antiguo tratado y firmaron el Tratado de Madrid en 1750. Este nuevo acuerdo buscaba establecer una frontera basada en las áreas que cada país realmente ocupaba.
Se acordó que el camino que los exploradores portugueses, llamados bandeirantes, usaban desde São Paulo hasta Cuiabá en Mato Grosso, quedaría bajo control portugués. Este camino seguía varios ríos: el río Tieté hasta el río Paraná, luego por el Paraná hasta el río Pardo. Después, continuaban por el río Pardo hasta donde nacía en la sierra de Maracayú. Tras cruzar las montañas, bajaban por el río Tacuarí hasta el río Paraguay, y finalmente subían por este río hasta llegar a Cuiabá.
Según la opinión española, se acordó que el límite sería el río más grande y cercano al río Pardo. Este río aparecía en un mapa de 1733 del cartógrafo francés Jean Baptiste Bourguignon d'Anville con el nombre de Igayrí. Más tarde, otros cartógrafos lo llamaron Igueyrí, Iguegrí o Yaguari. En el Tratado de Madrid, este río fue escrito como Igurey.
Después de las cordilleras de Maracajú y Amambay, el límite debía seguir por un río que desembocaba en el río Paraguay, cerca del nacimiento del Igurey. Los portugueses decían que este río era el Corrientes o río Apa, pero no estaban seguros.
Los artículos V y VI del tratado describían cómo la frontera seguiría el río Igurey:
- Artículo V: La frontera subiría por el río Paraná hasta donde se une con el río Igurey por su lado occidental.
- Artículo VI: Desde la boca del Igurey, la frontera seguiría río arriba hasta su origen. Desde allí, una línea recta por la parte más alta del terreno buscaría el nacimiento del río más cercano que desembocara en el Paraguay por su lado oriental (quizás el río Corrientes). Luego, bajaría por este río hasta su entrada en el Paraguay, y desde allí subiría por el río Paraguay hasta una zona de pantanos llamada Laguna de los Xarayes, cruzándola hasta la boca del río Jaurú.
Después de un conflicto conocido como la guerra Guaranítica, el Tratado de Madrid fue anulado por el Tratado de El Pardo (1761), y se volvió a usar el antiguo Tratado de Tordesillas.
El Tratado de San Ildefonso (1777): Un Nuevo Intento
Para terminar con un conflicto entre España y Portugal, se firmó el Tratado de San Ildefonso en 1777. Este tratado volvió a establecer el límite en el río Igurey.
Los artículos VIII y IX del tratado repetían la idea de usar el Igurey como parte de la frontera:
- Artículo VIII: La frontera seguiría el río Paraná río arriba hasta donde se le une el río Igurey por su lado occidental.
- Artículo IX: Desde la boca del Igurey, la frontera seguiría río arriba hasta su origen principal. Desde allí, una línea recta por la parte más alta del terreno buscaría el nacimiento del río más cercano que desembocara en el Paraguay por su lado oriental (quizás el río Corrientes). Luego, bajaría por este río hasta su entrada en el Paraguay, y desde allí subiría por el río Paraguay hasta la Laguna de los Xarayes, cruzándola hasta la boca del Jaurú.
La Demarcación del Tratado
Cuando el virrey del Río de la Plata, Juan José de Vértiz y Salcedo, conoció el tratado, consultó a un ingeniero portugués al servicio de España, José Custodio de Sáa y Faría, quien conocía bien la región. Sáa y Faría le dijo que no existían ríos con los nombres de Igurey y Corrientes. Propuso que, en su lugar, se usaran como límites los ríos Iguatemí (o Igatimí) y Ypané.
El virrey propuso esto a Madrid, y ambos reinos aceptaron. El rey de España emitió una instrucción real el 6 de junio de 1778, diciendo que el río Igatimí debía ser el límite, ya que no se conocía ningún río llamado Igurey en la zona. También decía que el Igatimí era el primer río grande que entraba en el Paraná por su lado occidental, después de su gran salto. Y que, subiendo a su origen, se veían cerca las fuentes de otro río que corría hacia el oeste y desembocaba en el río Paraguay, conocido como Ipané. Este último debía ser el límite, ya que no se encontraba ningún río llamado Corrientes.
Sin embargo, el límite en el río Ypané dejaba bajo control portugués una ciudad importante, Concepción, y grandes zonas de yerba mate. Por eso, el rey de España emitió otra orden el 7 de abril de 1782, explicando que la línea del Ypané se mantendría, pero protegiendo a Concepción y otros asentamientos españoles al norte del río.
Las autoridades portuguesas en Brasil se opusieron a esta línea Iguatemí-Ypané. Argumentaron que la instrucción real de 1778 era condicional, es decir, solo si no se encontraban los ríos Igurey y Corrientes.
Félix de Azara y la Búsqueda del Igurey
El explorador español Félix de Azara llegó a Paraguay en 1783. Su misión era marcar la frontera con los portugueses entre los ríos Paraná y Paraguay hasta el Jaurú. Azara estuvo de acuerdo con los portugueses en que la instrucción real era condicional y se propuso encontrar el verdadero Igurey.
Azara argumentó que la instrucción de 1778 asumía que el Igurey estaba al norte del salto del Guairá, por lo que no podía ser el río Carapá (que él llamó Garey), que estaba al sur. Además, si se usaba el Carapá, su río opuesto que desembocaba en el Paraguay era el río Jejuí Guazú, lo que dejaría en manos portuguesas grandes zonas de yerba mate donde estaban ciudades como San Pedro del Ycuamandiyú, Concepción, Belén y Tacuatí.
Azara concluyó que el Igurey debía ser el río conocido como Iguarey, Yaguarey, Monici o Ivinhema. Él pensaba que el nombre "Igurey" en los tratados era un error de escritura, ya que no significaba nada en guaraní. El río opuesto a este que iba hacia el Paraguay era el río Miranda, que los exploradores de 1750 habían llamado Corrientes. Este río Miranda protegía perfectamente los asentamientos españoles.
El virrey le pidió a Azara que hiciera un mapa, que fue enviado a España. La corona española aprobó las observaciones de Azara el 6 de febrero de 1793, anulando la instrucción real anterior. España estuvo de acuerdo con Azara en que la intención del Tratado de San Ildefonso era tomar el primer río grande por encima del salto del Guairá, no por debajo. Los exploradores portugueses se retiraron y la zona nunca fue marcada.
La Guerra de la Triple Alianza y el Límite Final
Cuando Paraguay obtuvo su independencia en 1811, el país sostenía que su frontera con Brasil pasaba por el Igurey, que ellos consideraban era el río Ivinhema.
Durante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), los países aliados (Brasil, Argentina y Uruguay) firmaron un tratado secreto en 1865. En este acuerdo, se estableció que:
- Artículo XVI: El Imperio de Brasil se dividiría de la República del Paraguay en la parte del Paraná por el primer río después del Salto de las Siete Caídas (que, según un mapa reciente, era el Igurey). Desde la boca del Igurey y su curso superior hasta su nacimiento. En la parte de la orilla izquierda del Paraguay, por el Río Apa, desde su desembocadura hasta su nacimiento. En el interior, desde la cumbre de la sierra de Mbaracayú, las aguas que iban al este pertenecerían a Brasil y las del oeste a Paraguay, trazando líneas rectas desde dicha sierra al nacimiento del Apa y del Igurey.
Después de la guerra, Brasil impuso a Paraguay un tratado de límites, haciendo valer sus ideas sobre el Igurey (el Carapá) y el Corrientes (el Apa). Finalmente, Brasil cedió un poco en sus demandas, retrocediendo la frontera hasta el Salto del Guairá (también llamado Salto de las Siete Caídas), que era el límite norte de la navegación en el río Paraná. Esto se acordó en el tratado del 9 de enero de 1872. Este pequeño retroceso de Brasil se debió a que Paraguay ofreció más compensaciones económicas y un control casi total sobre el estratégico Salto del Guairá. Además, se estableció una frontera terrestre en las suaves colinas de Iguatemi, lo que dificultaba la defensa para Paraguay.