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Primera epístola de Juan para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Primera epístola de Juan
de Juan el Evangelista
P46.jpg
Género Epístola
Idioma Biblical Greek
Texto en español
Epístolas católicas
Primera epístola de Juan

La Primera epístola de Juan es una carta especial que forma parte del Nuevo Testamento de la Biblia. Es la primera de las tres cartas que se le atribuyen a Juan el Apóstol, también conocido como Juan el Evangelista. Esta carta fue escrita para las comunidades cristianas que vivían en una región llamada Anatolia (hoy parte de Turquía).

El mensaje principal de esta carta es que "Dios es amor". También enseña que Dios es luz, justicia y verdad. La carta explica cómo las personas que se consideran "hijos de Dios" deben mostrar amor hacia los demás y ser fieles a las enseñanzas de Jesucristo en su vida diaria.

Por su estilo y sus ideas, esta carta es muy parecida al Evangelio de Juan. Por eso, muchos creen que fue escrita por el mismo autor o por personas cercanas a él, en la misma época. Se piensa que fue escrita en la ciudad de Éfeso entre los años 95 y 110 después de Cristo. El autor aconseja a los cristianos cómo reconocer a los verdaderos maestros: por su forma de vivir, por cómo hablan de Jesús y por el amor que demuestran. El texto original fue escrito en griego koiné. La carta tiene cinco capítulos.

¿Quién escribió la Primera epístola de Juan?

Tradicionalmente, se cree que esta carta fue escrita por Juan el Evangelista en Éfeso, cuando ya era una persona mayor. El contenido, el lenguaje y el estilo de esta carta son muy parecidos a los del Evangelio de Juan, la Segunda epístola de Juan y la Tercera epístola de Juan. Por eso, algunos expertos del siglo XIX pensaban que no había duda de que el Evangelio y la Primera epístola fueron escritos por la misma persona.

Sin embargo, a partir del siglo XX, otros estudiosos han sugerido que el Evangelio de Juan y la Primera epístola de Juan podrían haber sido escritos por autores diferentes. Esto se debe a algunas diferencias en el uso del lenguaje. Por ejemplo, la Primera epístola usa ciertas frases y estructuras que no aparecen en el Evangelio.

Hoy en día, muchos expertos creen que Juan y la Primera epístola de Juan fueron escritos por diferentes miembros de la misma comunidad. A esta comunidad se le llama la "Comunidad joánica". La mayoría de los expertos modernos piensan que Juan el Apóstol no escribió ninguna de estas obras directamente, sino que fueron escritas por personas inspiradas por sus enseñanzas.

Características de la Primera epístola de Juan

Esta carta no es una "carta" en el sentido tradicional, porque no tiene los saludos y destinatarios que suelen tener las cartas. Sin embargo, tampoco es un texto abstracto. El autor conoce muy bien los problemas de la comunidad a la que escribe.

El autor muestra su autoridad al decir que da testimonio de cosas que ha visto y oído. Pero no sigue un solo tema o un orden claro, como si fuera un libro de estudio o un discurso.

La tradición de la Iglesia ha dicho que esta carta y el cuarto evangelio fueron escritos por Juan, hijo de Zebedeo. Sin embargo, algunos argumentos en contra de esta idea son que si Juan el apóstol la hubiera escrito, lo habría dicho para mostrar su autoridad. Además, no da detalles sobre la vida de Jesús y usa el plural ("Sabemos...") lo que podría indicar que fue escrita por una escuela o comunidad de seguidores de Juan.

Considerando estos detalles, se cree que los destinatarios eran una comunidad cristiana de finales del siglo I en Asia Menor.

Estilo de escritura

Archivo:John the Evangelist
Representación de Juan Evangelista por el Domenichino.

La Primera epístola de Juan no tiene la misma forma que otras cartas de la Biblia, ya que no empieza ni termina con un saludo formal. Está escrita de forma sencilla, sin adornos en el lenguaje. A menudo, las ideas relacionadas se colocan una al lado de la otra sin usar palabras que las unan.

A diferencia del estilo directo de las cartas de Pablo, el pensamiento de Juan "se mueve en círculos". Esto significa que las ideas se repiten y se desarrollan lentamente. Esto es parecido a la forma de escribir en la poesía hebrea, donde la segunda parte de una frase a menudo tiene el mismo significado que la primera. En esta carta, las repeticiones de ideas ya dichas también sirven para añadir algo nuevo. En resumen, la carta tiene un estilo que busca animar a la gente, usando contrastes entre lo correcto y lo incorrecto, y haciendo preguntas de vez en cuando.

El autor se refiere a sus lectores varias veces como "niños pequeños". Esta forma cariñosa de hablar aparece siete veces en la carta.

Algunos estudiosos han pensado que la carta podría ser un comentario de Juan sobre frases tradicionales. Aunque esta idea no es aceptada por todos, sí es claro que hay partes en la carta cuyo estilo es diferente al del autor del Evangelio de Juan.

El idioma griego de la carta es sencillo pero correcto. Usa pocas preposiciones, repite mucho la palabra "y", y evita oraciones complicadas. También hay algunas palabras y frases que se parecen a las que se encuentran en textos antiguos de la cultura aramea.

Un recurso de estilo que comparte con el autor del cuarto evangelio es el uso del "paralelismo antitético". Esto significa que primero se expresa una idea de forma positiva y luego de forma negativa (o al revés). Esto le da más importancia a la idea, pero hace que el texto avance más despacio. También usa ideas opuestas, lo que muestra un cierto contraste en sus pensamientos.

Otro detalle de estilo es el uso constante de expresiones como "hijitos". Esto podría indicar que el autor era una persona mayor, ya que en otras cartas se usa más la expresión "hermanos".

Ambiente de la epístola

En la carta no se habla de los problemas con las comunidades judías. Sin embargo, se menciona el "principio", lo que sugiere que la evangelización y la vida cristiana ya tenían tiempo. Hay partes de la carta que critican duramente a un grupo que se había separado de la comunidad. La dureza de las críticas hace pensar que esta división era reciente y que aún afectaba a la comunidad que se mantuvo fiel.

Las frases que empiezan con "Si alguno dice..." o "Si decimos..." parecen estar dirigidas a combatir las ideas de este grupo separado. Estas ideas se pueden resumir en que, de alguna manera, habían dejado de lado la importancia de Jesús de Nazaret o la necesidad de su obra para poder conectarse con Dios. Por eso, la forma de vivir de este grupo también es criticada en la carta. Es claro que los errores que se combaten tienen una orientación que se parece a las ideas de los gnósticos, que eran personas que buscaban un conocimiento especial de Dios. Por lo tanto, estos problemas vendrían de personas que no eran judías y se habían convertido.

La carta habla de la apostasía (abandonar la fe), de los anticristos y de falsos profetas. Estos parecen ser los problemas que enfrentaban las comunidades cristianas a finales del siglo I.

¿Es un libro reconocido?

Desde hace mucho tiempo, esta carta ha sido considerada un libro canónico, es decir, un libro reconocido como parte de la Biblia, sin muchas discusiones. En documentos antiguos como el Canon de Muratori (del año 170 d.C.) y el Codex Claromontanus, la Primera epístola de Juan aparece como parte de los libros inspirados. Esto significa que la tradición siempre la ha mantenido como parte del Nuevo Testamento.

Propósito de la carta

El Nuevo Comentario Bíblico de Jerónimo sugiere que las tres cartas de Juan "describen la división dentro de la propia comunidad joánica".

El autor escribió esta carta para que la alegría de sus lectores fuera "completa" (1:4); para que "no cometieran pecados" (2:1); para que no fueran engañados por falsos maestros (2:26); y para que "vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios... sigáis sabiendo que tenéis vida eterna" (5:13).

Hay dos formas principales de entender el propósito general de la carta: como una guía para saber si se vive una vida cristiana auténtica, o como una guía para tener una buena relación con Dios. Mientras que el Evangelio de Juan fue escrito para quienes no creían (Juan 20:31), esta carta fue escrita para quienes ya eran creyentes (5:13). Se cree que la mayoría de los lectores eran personas que no eran judías, ya que la carta tiene pocas citas del Antiguo Testamento o formas de hablar claramente judías.

La carta también participa en el debate sobre la naturaleza de Jesús. En los primeros tiempos del cristianismo, algunos creían en el docetismo, una idea que decía que Cristo era solo un ser divino y no realmente humano. Los gnósticos eran docetistas. La Primera epístola de Juan critica fuertemente esta creencia y defiende que Jesús sí tuvo una aparición real "en carne" en la Tierra. El capítulo 4 dice que "todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne procede de Dios". Otros pasajes dicen que Jesús derramó sangre, y que si no hubiera podido derramar sangre, su muerte no tendría sentido.

El capítulo 2 también habla de un grupo de personas que antes estaban con la iglesia, pero que luego la abandonaron y negaban que el Jesús humano fuera también el Cristo espiritual. El autor llama a estos que se separaron "anticristos". Es posible que la introducción de la carta también trate este tema, especialmente si el autor se presenta como Juan o como un discípulo. En el capítulo 1, se habla de tener pruebas de la verdad a través de los ojos y el tacto. Por lo tanto, el autor podría estar afirmando haber conocido personalmente a Jesús y está enfatizando que era una persona real, de carne y hueso, y no un espíritu o fantasma.

Temas principales

Los temas más importantes de la carta son el amor y la unión con Dios. El autor describe varias formas en que los lectores pueden saber si su unión con Dios es verdadera. También enseña que la señal de una verdadera transformación espiritual es una vida de justicia activa. Además, la carta diferencia entre el mundo (que está lleno de maldad) y los hijos de Dios (que están separados del mundo).

Estructura de la carta

Se discute si la carta tiene un plan o estructura clara, o si es más bien libre y no sistemática. Algunos estudiosos creen que la carta fue escrita en varias etapas, con diferentes autores añadiendo partes. Sin embargo, otros lo critican, diciendo que una persona puede cambiar de estilo al escribir si su propósito cambia.

Es más fácil entender la estructura si se piensa en los problemas que la carta busca resolver. La Biblia de América divide la carta en varias partes, además del prólogo y la conclusión:

  • Prólogo (1 Juan 1, 1-4)
  • Sobre el tema de Dios como luz (1 Juan 1, 5 - 2, 27)
  • Sobre ser hijos de Dios (1 Juan 2, 28 - 4, 6)
  • Sobre la fe y el amor como guías para actuar (1 Juan 4, 7 - 5, 12)
  • Conclusión (1 Juan 5, 13-21)

La importancia de Jesús

El evangelio, que fue escrito para otros lectores, enfatiza tanto la divinidad de Jesús que pudo ser usado por grupos que tenían ideas diferentes, como los que son criticados en esta carta. Por eso, el autor de esta carta subraya más la realidad humana de Jesús:

Todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en la carne, es de Dios
1 Juan 4, 2

Por esta razón, también se da mucha importancia al poder salvador del sacrificio de Jesús en la cruz.

Cómo vivir la vida cristiana

Un tema muy importante en la carta es el amor entre hermanos, especialmente hacia los más necesitados. El autor usa la palabra "amar" 28 veces en la carta (mientras que el evangelio la usa 18 veces). Dada la diferencia de extensión entre ambos textos, este dato es notable. Lo mismo ocurre con la palabra "amor": aparece 18 veces en la carta y 6 en el evangelio de Juan.

Para explicar esto, el autor se basa en la enseñanza de Jesús sobre el mandamiento del amor y lo presenta como una señal de que se vive el cristianismo de verdad. Incluso, afirma que Jesús mismo ha mostrado lo que es el amor:

El amor lo hemos conocido en esto: que aquel dio la vida por nosotros. También nosotros hemos de dar la vida por los hermanos
1 Juan 3, 16

Y concluye:

Dios es amor
1 Juan 4, 8

Así, quien dice que conoce a Dios o que está unido a Él, pero no ama a su hermano, es un mentiroso (1 Juan 1, 6; 4,20) y una persona que no ve la verdad (1 Juan 2, 11).

Comentarios de la Iglesia católica

Según una antigua tradición del siglo II, Juan el apóstol escribió sus tres cartas en Éfeso después de regresar de su destierro en Patmos, a finales del siglo I. La Primera Carta de Juan ya era conocida por Policarpo de Esmirna alrededor del año 150. Hacia el año 180, Ireneo de Lyon atribuyó esta carta al apóstol Juan. Clemente de Alejandría, cerca del año 200, también la mencionaba con frecuencia y la identificaba con San Juan. De igual modo, Orígenes (†253) y Tertuliano (†hacia 222) la atribuyeron al apóstol. Además, los primeros listados de libros sagrados siempre incluyeron esta carta, reconociendo a San Juan como su autor.

Enseñanzas importantes

La unión con Dios

Juan explica en profundidad cómo los cristianos pueden unirse a Dios. Lo hace, en parte, para responder a algunos maestros que decían tener un conocimiento especial de Dios, llamado gnosis, que estaba separado de las enseñanzas cristianas y de vivir según los mandamientos, especialmente el del amor. Estos falsos maestros afirmaban estar unidos a Dios, aunque no vivieran de acuerdo con el Evangelio.

Ante esto, Juan insiste en que la verdadera unión con Dios solo es posible si se acepta lo que enseñaron los Apóstoles. Quienes están unidos a ellos, también pueden estar unidos al Padre y al Hijo. Para hablar de esta unión, Juan usa términos como: conocer a Dios, estar en Él, vivir en la luz, tener al Padre o al Hijo, y así tener la vida eterna. Una frase clave en su mensaje es "permanecer en Dios", que llega a su punto más alto cuando dice: permanece en Dios y Dios en él.

Este conocimiento de Dios, que se muestra a través del amor, se ve en el cumplimiento de sus mandamientos. Quien los obedece, permanece en Dios, y Dios en él. Esta obediencia se hace realidad de forma especial al amar al prójimo. En resumen, Juan enseña: el que permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios en él.

La fe en Jesucristo

Desde el principio hasta el final de la carta, Juan insiste mucho en la fe en Jesucristo, tanto en quién es Él como en su obra para salvarnos. Esta insistencia tiene dos objetivos: corregir ideas equivocadas y fortalecer a los creyentes en la fe verdadera que se ha transmitido desde el inicio del cristianismo. El Apóstol subraya que Jesús es verdaderamente Dios, que se hizo humano para salvar a la gente, y que es el único que nos conecta con Dios.

El inicio de la carta resume los puntos clave de esta fe: Jesús es el Verbo eterno, es decir, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, que existía desde siempre con el Padre y que, en un momento de la historia, se hizo humano. Esta realidad no es un símbolo, sino que Él se hizo completamente hombre. Por medio de Él, la vida eterna se ofrece a quienes creen. Estas verdades se repiten y se refuerzan en diferentes partes de la carta.

El amor: el tema más importante

El amor es el tema central en la Primera Carta de San Juan. El Apóstol usa mucho las palabras "amor" y "amar", y dos veces dice claramente que "Dios es amor". Agustín de Hipona llegó a decir que, en esta carta, Juan habló casi solo del amor. La razón es que el Apóstol presenta el amor como el centro de la vida cristiana. Esto es porque Dios, en su esencia, es amor eterno, y lo ha demostrado al enviar a su Hijo al mundo para darnos vida.

Así, el amor de Dios no es solo una idea, sino una realidad viva que se muestra en la historia, especialmente cuando Jesús se hizo hombre. Para Juan, entender y vivir este amor es el camino para permanecer en Dios y para reconocer la verdad del cristianismo.

Ser hijos de Dios

Para Juan, el cristiano es verdaderamente hijo de Dios. Esta condición no es solo un símbolo o algo legal, sino una transformación real que viene de la gracia que se recibe a través de Jesús. La unión con Dios hace que el creyente participe de la vida divina de Dios.

El Apóstol lo dice con fuerza: Mirad qué amor tan grande nos ha mostrado el Padre: que nos llamemos hijos de Dios, ¡y lo somos!. Aunque la forma en que los cristianos son hijos de Dios es diferente a la forma en que Jesús es el Hijo de Dios, es una relación verdadera y especial. Dios comparte su propia vida con las personas, haciéndolas nacer de Él. Por eso, Juan habla a menudo de los creyentes como "nacidos de Dios", destacando que no es solo un título, sino una nueva identidad basada en la vida divina.

Manuscritos antiguos que se conservan

Archivo:End of 2 Peter and Beginning of 1 John in Alexandrinus
La parte final de la Segunda Epístola de Pedro (3:16-18) y el comienzo de la Primera Epístola de Juan (1:1-2:9) en la misma página del Códice Alejandrino (400-440 d. C.)

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Archivo:Papyrus 9 (GA), POxy402
1 Juan 4:11-12, 14-17 en el Papiro 9 (P. Oxy. 402; siglo III)

Las primeras versiones escritas de la carta ya no existen. Algunos de los manuscritos más antiguos que se conservan son: En griego

  • Codex Vaticanus (300-325 d.C.)
  • Codex Sinaiticus (330-360)
  • Codex Alexandrinus (400-440)
  • Codex Ephraemi Rescriptus (c. 450; incompleto)
  • Papiro 74 (siglo VII; incompleto)

En latín

  • Palimpsesto de León (siglo VII; contiene 1 Juan 1:5-5:21, incluyendo un texto conocido como la Coma joánica (1 Juan 5:7)).

El Fragmento muratoriano, del año 170 d.C., cita los versículos 1-3 del capítulo 1. El Papiro 9, del siglo III, tiene partes de los versículos 11-12 y 14-17 del capítulo 4.

Algunas versiones antiguas del manuscrito griego tienen pequeñas diferencias en la forma en que están escritos algunos versículos.

Introducción de la carta

Los versículos 1-4 del primer capítulo son como una introducción o prólogo que habla sobre Jesús, a quien se le llama el Verbo (la Palabra) que se hizo humano. Esta introducción nos dice que el autor va a escribir sobre el Verbo, que es la Vida. Un experto llamado Alfred Plummer señala que "la similitud con el inicio del Evangelio [de Juan] es clara". Sin embargo, hay una diferencia importante: el Evangelio habla de la existencia de la Palabra antes de la creación, mientras que aquí se trata de que la Palabra existía antes de que Jesús se hiciera humano.

La "Coma joánica"

Archivo:Cod. Montfortianus p 434 r 1 John 5 Comma
Codex Montfortianus (1520)página 434 anverso con «1 Juan 5» Coma joánica.

Existe una nota añadida en los márgenes de algunas traducciones latinas de la carta en el siglo IV, conocida como la Coma joánica. Esta nota fue incluida en el texto principal de 1 Juan 5:7-8 durante la Edad Media. Aunque ningún manuscrito griego anterior al siglo XV incluye este pasaje, un estudioso llamado Erasmo lo añadió a ediciones posteriores de su versión del Nuevo Testamento, a partir de 1522. Las Biblias que se tradujeron a partir de su edición incluyen este pasaje, como la Biblia del rey Jacobo (1611), que lo traduce así (en cursiva):

Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.
Y hay tres que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el Agua, y la Sangre, y estos tres concuerdan en uno.

Las traducciones hechas a partir del siglo XVIII, que se basan en estudios más profundos de los manuscritos antiguos, no incluyen este texto o lo ponen como una nota al pie de página. Como este añadido apoya la idea de la Trinidad, fue parte de debates entre protestantes y católicos sobre este tema en los primeros tiempos de la Edad Moderna.

Versículo final

Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

Plummer sugiere que aquí, "como al final del Evangelio [de Juan] y la Segunda Epístola, 'Amén' es un añadido de un copista". La versión llamada Textus Receptus incluye "Ἀμήν", Amén, al final, pero las ediciones más estudiadas no lo hacen.

¿A quién iba dirigida?

Alrededor del año 415, Agustín de Hipona escribió un comentario en latín llamado Sobre la Epístola de Juan a los Partos. En este comentario, él dice que los destinatarios de la carta de Juan eran los Partos. A veces se ha sugerido que se refería a una comunidad de personas que se habían convertido al cristianismo y que venían de la Comunidad judía de Babilonia. Alrededor del año 730, Bede escribió que Atanasio de Alejandría también había creído que la Primera epístola de Juan iba dirigida a los Partos. Sin embargo, esta tradición solo se conoce por fuentes latinas. (Tres manuscritos griegos tardíos de la Segunda epístola de Juan la etiquetan "a los partos"). En general, es probable que la Primera carta de Juan se escribiera para la iglesia de Éfeso y que la etiqueta "parta" se deba a un error de lectura o a un malentendido.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: First Epistle of John Facts for Kids

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Primera epístola de Juan para Niños. Enciclopedia Kiddle.