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Delegación de Asuntos Indígenas para niños

Enciclopedia para niños

La Delegación de Asuntos Indígenas fue una oficina importante que ayudó a organizar y administrar el Protectorado español de Marruecos. Este Protectorado fue un periodo en el que España tuvo una influencia especial en una parte de Marruecos, desde 1912 hasta 1956.

Después de un acuerdo llamado el Tratado de Fez en 1912, fue necesario crear una forma de gobierno para esta zona. Antes de eso, las acciones de España en Marruecos estaban a cargo de los Ministerios de Estado y de Guerra.

En 1914, estos ministerios crearon secciones especiales para Marruecos. Estas secciones se encargaban de preparar las leyes y normas que gobernarían la vida en el Protectorado. La forma de administrar la zona se caracterizaba por tener dos tipos de autoridades trabajando juntas.

¿Cómo se organizaba el territorio?

En 1918, el Protectorado estaba dividido en dos grandes áreas: una occidental y otra oriental. Sus centros principales eran las bases militares de Melilla y Ceuta. A partir de 1927, la Alta Comisaría (la máxima autoridad española en la zona) comenzó a organizar el territorio en regiones.

Durante la Segunda República española, esta organización cambió. Se crearon tres regiones civiles que incluían 19 grupos de comunidades llamados "cabilas".

En 1935, el servicio de Intervenciones dividió el territorio en cinco zonas principales: Yebala, Lucus, Chauen o Gomara, Rif y Kert. Esta división se mantuvo hasta el final del Protectorado.

La administración de cada zona dependía de unos funcionarios llamados "interventores". Estos interventores estaban bajo la dirección de la Delegación de Asuntos Indígenas. Había interventores para territorios grandes, para comarcas y para zonas más pequeñas, ya que cada región tenía sus propias cabilas y cada una necesitaba su propio interventor.

La forma de organizar el gobierno en la zona fue cambiando debido a los diferentes momentos políticos en España. Primero estuvo la monarquía de Alfonso XIII, luego la dictadura de Primo de Rivera, después la Segunda República y finalmente la dictadura del general Franco.

¿Cómo funcionaba la administración?

La organización general de la administración era la siguiente:

El Alto Comisario era la persona principal a cargo de todas las acciones de España en la zona. Todas las autoridades, incluso las militares, estaban bajo su mando. Entre sus tareas estaban supervisar las decisiones del Jalifa (el representante del Sultán de Marruecos en la zona), dirigir la política general y aprobar las operaciones militares. Para ayudarle, contaba con las Delegaciones de Asuntos Indígenas, Fomento y Hacienda.

La Delegación de Asuntos Indígenas se encargaba de la Secretaría General y de aconsejar en todo lo relacionado con las comunidades locales (cabilas). También supervisaba la justicia islámica, las relaciones con los cónsules para proteger a los habitantes, y todo lo relacionado con propiedades y bienes religiosos. Además, inspeccionaba las escuelas, los centros de salud y las misiones españolas que realizaban labores educativas.

A partir de 1916, los cargos de Secretario General y Delegado de Asuntos Indígenas se separaron. El Delegado de Asuntos Indígenas, que era un diplomático, se encargaba de las relaciones con el gobierno central de Marruecos (Majzén) y con el local de Tetuán. También se relacionaba con las cabilas, los interventores y los jefes de las oficinas de asuntos indígenas. Supervisaba la justicia islámica, las escuelas (musulmanas, hispano-árabes o judías), las prácticas religiosas locales, los bienes religiosos y del Majzén, la salud y la higiene.

Antes de la llegada de España, no existía una organización de salud pública en Marruecos, excepto en Tánger. Las autoridades españolas intentaron mejorar esto creando en 1916 la Inspección de Sanidad, dentro de la Oficina de Asuntos Indígenas. Los médicos españoles tuvieron que superar la desconfianza de los marroquíes hacia los curanderos locales. Realizaron grandes campañas de vacunación que ayudaron a mejorar la imagen de España.

Además de la salud, la educación era otro desafío importante. La enseñanza estaba muy ligada a la religión y consistía en aprender de memoria el Corán. Con esto, los estudiantes obtenían el título de "taleb", que les permitía seguir estudiando en madrasas (escuelas religiosas) o enseñar en las mezquitas.

Estas instituciones estaban en decadencia y los niveles educativos eran bajos. España encargó la tarea de mejorar la educación a la Delegación de Asuntos Indígenas, de la que dependía una Junta de Enseñanza creada el 3 de abril de 1913.

Esta Junta tenía como objetivo formar al personal que se dedicaría a la educación y también estudiar la geografía, literatura, historia y leyes marroquíes. Para esto, se creó un Centro de estudios marroquíes y se establecieron clases de árabe en algunas escuelas.

Todos estos organismos tenían la misión de facilitar el gobierno del Jalifa, quien legalmente tenía la autoridad. Su poder venía del Sultán de Marruecos y, en su nombre, ejercía todos los poderes. Sin embargo, sus decisiones eran supervisadas por el Alto Comisario y por la Delegación de Asuntos Indígenas, quienes las revisaban y aprobaban, además de sugerirle nuevas ideas.

Una vez nombrado, los poderes del Jalifa solo podían serle retirados con el permiso directo del Gobierno español. Su autoridad era tan amplia que le permitía tener relaciones con agentes oficiales de otros países en su zona, siempre a través del Alto Comisario.

Las autoridades del Jalifa debían someter todas sus acciones a la aprobación previa de los interventores. Estos interventores surgieron de las facultades que se dieron a los diplomáticos españoles en antiguos tratados para proteger a los españoles.

Más tarde, se crearon oficinas de Asuntos Indígenas en Melilla y Ceuta que realizaban funciones de vigilancia similares en las zonas ocupadas.

En 1934, durante la República y poco antes del inicio de la guerra civil española, la organización territorial de Marruecos estaba a cargo de un gobernador general, un teniente coronel, que respondía ante la Dirección General de Marruecos y Colonias del Gobierno.

¿Cómo era la organización militar?

En la Oficina de Asuntos Indígenas, el mando estaba a cargo de un Comandante, que también era Subgobernador del Territorio. En esta oficina trabajaban: un capitán, un teniente, dos intérpretes de árabe, uno de Chalja, dos funcionarios locales, tres sargentos escribientes, dos cabos escribientes, un sargento y veinte "mezhaníes" (una especie de policía local), de los cuales diez iban montados, un conductor, un automóvil y diecisiete caballos.

Esta oficina se encargaba de todos los servicios políticos, militares, de policía, comunicaciones, obras, sanidad y administración del territorio.

Dependiendo de la Delegación de Asuntos Indígenas también estaban:

  • Parque de Artillería: un teniente, un sargento, un maestro armero y cuatro soldados locales.
  • Servicio de Ingenieros: Un capitán Jefe de Servicio, un teniente, cuatro sargentos, tres cabos radiotelegrafistas, un cabo, y quince soldados locales.
  • Sección de Mar: un sargento europeo, un sargento, dos cabos y veintidós marineros locales, que contaban con un bote a motor y dos botes a remos.
  • Servicios de Intendencia: un Capitán, administrador y tesorero, un teniente de Pagaduría militar, un teniente de abastecimiento y transporte, cuatro brigadas, tres sargentos, diez soldados locales, un oficial y una brigada de intervención.
  • Servicios de Sanidad: Un Capitán y dos tenientes médicos, dos practicantes, un veterinario y tres consultorios médicos.
  • Policía local: un Capitán, cuatro tenientes, dos Alféreces, una brigada, once sargentos, treinta y un cabos, cinco herradores, cuatro cornetas, ciento sesenta y cuatro guardias locales y ocho camelleros.

La cantidad de militares era muy alta. Se calcula que había dos militares armados por cada kilómetro cuadrado, lo que significaba uno por cada dieciocho habitantes. En cambio, en la zona de influencia francesa, había un militar por cada ochenta habitantes, según un informe de la Delegación de Asuntos Indígenas de 1934.

La zona estaba llena de oficinas de Asuntos Indígenas, superando en cuatro a las oficinas del Protectorado francés. El ejército controlaba el mando y las decisiones políticas más importantes, así como la dirección económica. La importancia de los problemas de seguridad hacía que otros aspectos de la política española pasaran a un segundo plano.

¿Cómo cambió la administración con el tiempo?

La forma en que la administración colonial evolucionó fue un poco confusa, con muchos decretos que mostraban la falta de una política clara y constante. Los militares tuvieron un papel muy importante en la administración de la Dirección de Asuntos Indígenas durante todo el Protectorado. Ocuparon desde los cargos más altos, como el de Alto Comisario, hasta los más influyentes en el terreno, como los interventores.

A pesar de los cambios y divisiones que sufrió la Oficina de Asuntos Indígenas durante el control español en la zona, su trabajo continuó hasta el final del Protectorado en 1956.

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