Pan de ánimas para niños
Los panes de ánimas, también conocidos como panes de difunto o de muerto, eran panes especiales que se preparaban, bendecían y ofrecían a los seres queridos que ya no están con nosotros. Esto se hacía tradicionalmente en España durante el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos (1 y 2 de noviembre).
Desde hace mucho tiempo, el pan ha tenido un significado especial en muchas culturas, incluyendo la cristiana, y se ha relacionado tanto con lo sagrado como con el recuerdo de los que han partido. Por ejemplo, los antiguos egipcios ya hacían ofrendas de pan de trigo para sus difuntos. A estos panes también se les llamaba pan bendito o pan de caridad.
Aunque estas tradiciones han disminuido con el tiempo, especialmente en las ciudades, algunos panes dulces que se comen en Todos los Santos, como la fogassa de Valencia o los panellets catalanes, son herederos de esta antigua costumbre.
El pan y su significado especial
El pan ha sido muy importante en ceremonias religiosas, como en la Cuaresma o la Semana Santa. En el cristianismo, el pan simboliza la vida y el crecimiento, especialmente por cómo la masa crece al fermentar. Antiguamente, la gente no sabía por qué la masa duplicaba su tamaño y lo veían como algo mágico, parecido a la creación de nueva vida.
El pan también representaba la unión entre las personas y se regalaba en bodas o como ofrenda en otras celebraciones. También era una ofrenda común en los funerales. Se creía que tener pan en casa ayudaba a los difuntos en su viaje.
En lugares como Sicilia, que antes era parte de España, se colocan panes en altares el 19 de marzo para la festa di San Giuseppe. En algunas zonas de Italia y Francia, se prepara el pan dei morti (pan de los muertos), hecho con cacao, especias, pasas y galletas. En Siena, Italia, el pan de Todos los Santos se llama pan co' santi, un pan dulce con pasas, nueces y anís.
Esta tradición de hacer panes especiales para los difuntos llegó a América, donde se desarrollaron costumbres similares. Un ejemplo famoso es el pan de muerto que se pone en los altares mexicanos durante el Día de Muertos, o las t'anta wawa andinas que también se hacen para el 2 de noviembre.
- Pan, ofrenda divina
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Los panes se ofrecen a San León en Benamaurel
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Altar di San Giuseppe con ofrendas de pan en Sicilia
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Panes de muerto de Texcoco, México
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Guaguas de pan en Ecuador
Hoy en día, el pan ya no tiene el mismo significado sagrado que antes, y por eso, muchas de las costumbres asociadas a él, como los panes de ánimas, han ido desapareciendo.
Costumbres regionales en España
Desde el siglo XVI, en España era común visitar el cementerio una vez al año y colocar pan, vino y flores sobre las tumbas. El pan era una ofrenda habitual en Todos los Santos y en los funerales, especialmente en el norte de España.
En muchas iglesias del norte, Castilla, Aragón y Cataluña, la gente llevaba panes, cocas y tortas el Día de Todos los Santos. Se los daban al sacerdote, quien los bendecía y luego los repartía. Con estos panes se hacían diferentes rituales. Los panes bendecidos eran una ofrenda, y antes de comerlos, se rezaba por las almas de los difuntos.
Estas ofrendas de pan a los muertos se llamaban "robos" y recuerdan a antiguas costumbres romanas. Se creía que estos panes bendecidos tenían propiedades especiales. Una vez bendecido, el pan de ánimas se repartía como ayuda a los más necesitados. Por eso, la Iglesia permitió que la gente pidiera comida de puerta en puerta para los difuntos, lo que dio origen a la costumbre actual de pedir dulces en Todos los Santos.
En las Islas Canarias, una tradición local es el Finados o Pan por Dios. Los niños van de puerta en puerta pidiendo "¡pan por Dios!" o "¿Hay santitos?", y reciben pan de higos, frutas o frutos secos.
En Castilla, estos panes se hacían en lugares como Segovia (llamado 'pan de ánima'), Salamanca o León (llamado 'pan de muerto' o 'pan de difuntos'). En Zamora, a las mujeres que recogían los panes de muertos se les llamaba "animeras". En Toledo, los panes de Todos los Santos a veces tenían forma de persona envuelta. En Portugal, también se mantenía la costumbre de ofrecer pan a las viudas en Todos los Santos. En Sicilia, los panes de muerto se hacen con forma de persona con los brazos cruzados. En otras partes de Europa, se les daba a las masas formas de huesos humanos y se cubrían con azúcar.
En Galicia, el "pan de difuntos" se preparaba con harina de castaña. La castaña era un ingrediente muy típico de Galicia, especialmente para el magosto (la celebración de Todos los Santos). Las castañadas, que son comidas con castañas, son comunes en León, Asturias, Cantabria, Valladolid, Ávila y Extremadura. En la Cornisa Cantábrica, el pan y otros alimentos se ponían sobre las tumbas la noche de Todos los Santos, una costumbre que hoy se ha cambiado por flores.
En Cataluña, también es popular la castanyada como fiesta de otoño. Se sabe que el pa d’ànimes (pan de ánimas) se hacía en toda Cataluña, aunque las tradiciones variaban. En muchos lugares, el pan se ofrecía en los funerales o en días especiales como el 1 de noviembre. Antiguamente, en los hornos públicos había un armario llamado animer, donde se dejaban los panes que luego las mujeres daban por las almas de los difuntos. El pan de muertos catalán también se llamaba pa d’absoltes (oraciones por los difuntos). Otro pan para los difuntos era el pa de memòria, un pan redondo con una cruz que se repartía en los funerales. Al comerlo, los familiares recordaban al fallecido y rezaban por él.

En las Islas Baleares, antes se hacían panets de mort (panecitos de muerto) para Todos los Santos. Eran panes pequeños con forma de persona o de conejo. Se sabe de ellos desde el siglo XVII. Estos panecitos se ensartaban en una cuerda como un rosario y se regalaban a los niños para enseñarles a rezar y recordar a sus difuntos el 1 de noviembre. Al principio se hacían con masa de pan, pero luego se usó mazapán. En Menorca, los panets de mort aparecen en el libro de recetas De re cibaria (1923). Aunque en 1927 ya se consideraban desaparecidos, es posible que se siguieran haciendo en algunas casas. A veces se les ponía anís. La investigadora Rosa Rotger ha recuperado esta receta.
En Valencia, la fogassa de Tots Sants es una coca o torta que se prepara en muchos pueblos. Es parecida a un pan de brioche pero lleva boniato (también llamado batata o camote), frutos secos y a veces anís.
En América
Se preparan panes especiales para Todos los Santos en México, Perú, Bolivia y Ecuador. También se han registrado en Guatemala, Colombia y el norte de Argentina.
En la región andina, se hacen tantos panes para Todos los Santos que a la celebración también se le llama "Fiesta del Pan". En Bolivia, algunos panes rituales son la t'anta wawa o la torta potosina. Otro pan que se ofrece en memoria de los difuntos es el urpu o urpi, que significa 'paloma' en quechua, por la forma de este animal. También hay panes con formas de llamas, serpientes o cóndores.
En México, hay una gran variedad de panes de muerto. Algunos tienen forma humana o animal, pero el más común es redondo con dos "huesitos" o tiras de masa cruzadas, espolvoreado con azúcar o ajonjolí (sésamo). Este pan se ofrece a los seres queridos fallecidos en el altar de muertos.
Véase también
En inglés: Pan de ánimas Facts for Kids