Palacio arzobispal de Sevilla para niños
El Palacio Arzobispal de Sevilla es un edificio muy importante que se encuentra en la Plaza Virgen de los Reyes, en el barrio de Santa Cruz de Sevilla. Es la casa oficial del arzobispo de la zona de Sevilla, quien desde 2021 es José Ángel Saiz Meneses.
Este palacio fue reconocido como Monumento Histórico Artístico en el año 1969, lo que significa que es un lugar de gran valor cultural e histórico. Puedes visitarlo en grupo algunos sábados al mes.
Contenido
¿Dónde se encuentra el Palacio Arzobispal?
El palacio está muy cerca de la famosa catedral de Sevilla. Es un edificio muy grande, con una superficie de 6.700 metros cuadrados, ¡casi ocupa una manzana entera! Está rodeado por la Plaza Virgen de los Reyes al sur, la calle Don Remondo al este, la calle Segovias al norte y las calles Placentines y Cardenal Carlos Amigo Vallejo al oeste.
Un viaje por la historia del palacio
Orígenes antiguos del terreno
En el lugar donde hoy está el tercer patio del palacio, se encontraron restos de antiguas construcciones romanas, como un posible complejo de baños, que datan de los siglos II y III después de Cristo.
Durante la época musulmana, esta zona estuvo sin uso hasta que, en el siglo XII, se construyó una gran mezquita. En ese tiempo, donde ahora está el palacio, probablemente había callejones y casas.
La fundación del palacio
En 1248, el rey Fernando III de Castilla tomó Sevilla. El palacio tiene su origen el 6 de enero de 1251, cuando el rey le dio al obispo don Remondo unas casas con bodega, cocina, establo y huerta. Estas casas estaban junto a otras propiedades y un antiguo callejón musulmán.
Con el tiempo, el palacio fue creciendo. En 1262, don Remondo, que ya era obispo de Sevilla, compró más casas cercanas. Hacia 1347, el arzobispo Nuño de Fuentes añadió otras propiedades.
En la parte norte del palacio, que da a la calle Segovias, aún se puede ver un escudo de Gonzalo de Mena y Roelas, quien fue arzobispo entre 1393 y 1401. Se dice que en 1393, el arzobispo Gonzalo de Mena logró que nobles que estaban en conflicto hicieran las paces en este palacio.
Grandes cambios y ampliaciones
En mayo de 1503, se hicieron obras para mejorar el suministro de agua al palacio desde el Alcázar.
Diego de Deza y Tavera, arzobispo entre 1505 y 1523, hizo importantes reformas. Como el palacio estaba formado por varias casas antiguas, las reformas buscaron darle la forma adecuada para una residencia arzobispal. Se añadieron habitaciones para capellanes, un comedor, un oratorio (lugar de oración), graneros y oficinas. En la capilla del arzobispo Deza, en el tercer patio, se pueden ver su escudo y el escudo real, ya que él fue confesor de los Reyes Católicos.
En esta época, se incorporó al palacio una casa de estilo mudéjar, que aún se conserva. Tiene pilares de ladrillo, arcos y techos de madera.
Se cree que con Alonso Manrique, arzobispo entre 1523 y 1538, se construyó una galería con columnas.
Con Rodrigo de Castro Osorio, arzobispo entre 1582 y 1600, comenzó una gran reforma para unir todas las casas en un solo palacio. Alrededor de 1586, Vermondo Resta fue nombrado arquitecto del arzobispado y trabajó en el apeadero (entrada para carruajes), los dos primeros patios y sus dependencias. Estas obras continuaron con Fernando Niño de Guevara, arzobispo entre 1601 y 1609.
La escalera del tercer patio, al norte, fue construida probablemente en tiempos de Luis Fernández de Córdoba Portocarrero, arzobispo entre 1624 y 1625, ya que su escudo está en la bóveda.
El palacio en los siglos XVII y XVIII
Con Agustín de Spínola Basadone, arzobispo entre 1645 y 1649, se construyó la fuente del segundo patio, uno de los pasillos altos y la capilla actual. Esta capilla, en la planta alta, tiene el escudo de este arzobispo. En 1780, se restauró la capilla y se añadieron los retablos actuales.
Antonio Payno Osorio, arzobispo entre 1663 y 1669, restauró el palacio. Su escudo se ve en la bóveda de la escalera principal y en la entrada del archivo. En 1664, se añadieron más casas al palacio.
En tiempos de Ambrosio Ignacio Spínola y Guzmán, arzobispo entre 1669 y 1684, se encargaron pinturas a Juan de Valdés Leal para un oratorio. Estas pinturas se perdieron durante un periodo de conflictos en el siglo XIX, pero cinco de ellas regresaron a España y ahora están en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y el Museo del Prado de Madrid.
Con Jaime de Palafox y Cardona, arzobispo entre 1685 y 1701, se hicieron reformas en el interior, como la escalera de mármol rojo. En 1699, el arquitecto Pedro Romero diseñó las fachadas oeste y sur, y la que da a la calle Don Remondo, comenzando las obras en 1700.
Pedro Romero también diseñó la entrada principal, en el lado sur, construida entre 1703 y 1705. Fue terminada cuando Manuel Arias y Porres era arzobispo (1704-1717), y su escudo está bajo el balcón. A la izquierda está el escudo del papa Clemente XI y a la derecha el escudo real.
La entrada principal fue hecha por el maestro cantero Lorenzo Fernández de Iglesias. Las estatuas que sostienen los escudos son similares a las del Palacio de San Telmo, por lo que se cree que él también las hizo.
Romero también diseñó la entrada del lado oeste, pero falleció en 1711. Esta fue terminada con Felipe Antonio Gil de Taboada como arzobispo (1720-1722), y lleva su escudo.
Luis de Salcedo y Azcona, arzobispo entre 1723 y 1741, creó una biblioteca en el palacio.
Francisco de Solís y Folch de Cardona, arzobispo entre 1755 y 1775, mandó construir el Salón del Trono. Su escudo está en las galerías de las cortinas y en la chimenea de piedra de la Galería del Prelado.
Con Francisco Javier Delgado Venegas, arzobispo entre 1776 y 1781, se hicieron restauraciones en suelos, techos, la escalera principal, la capilla y algunas habitaciones. Las pinturas de la escalera principal fueron hechas por Juan de Espinal.
Las obras continuaron con su sucesor, Alonso Marcos de Llanes Argüelles, y terminaron en 1784. En 1792, Llanes abrió la biblioteca del palacio al público. También encargó pinturas a José Suárez para este palacio y para el palacio arzobispal de Umbrete, que era la residencia de verano de los arzobispos.
El palacio en el siglo XIX y actualidad
Entre 1810 y 1812, durante un periodo de conflictos, el mariscal Jean de Dieu Soult vivió en el palacio. El Salón Principal se usó para reuniones y los espacios cercanos para actividades sociales.
En 1816, el arzobispo Romualdo Mon y Velarde volvió a ocupar el palacio.
En 1848, el duque de Montpensier y su esposa, la infanta María Luisa, se alojaron en el palacio mientras se preparaba el Alcázar para ellos.
En la década de 1970, los salones altos fueron restaurados por el arquitecto Rafael Manzano Martos.
Entre 1990 y 1991, la parte norte del palacio se adaptó para convertirse en el Hotel Los Seises.
En 1993, se realizaron trabajos de limpieza en las fachadas y se restauraron los techos de la escalera principal.
¿Qué podemos encontrar en el Palacio Arzobispal?
Pinturas y esculturas
En 1979, se contaron 296 pinturas en el palacio. La mayoría son de los siglos XVII y XVIII, aunque hay algunas desde el siglo XVI hasta el XX.
Hay cuadros importantes como uno de la Inmaculada de Cristóbal Gómez (1589) y otro de Francisco Pacheco (hacia 1620).
El Salón Principal tiene un techo con 60 lienzos de 1604, inspirados en obras de artistas famosos. También hay pinturas de temas bíblicos de Juan de Zamora y de los doce apóstoles de Sebastián de Llanos y Valdés.
De Bartolomé Esteban Murillo hay dos cuadros: La Virgen entregando el rosario a santo Domingo y La Inmaculada con fray Juan de Quirós.
También hay retratos de los arzobispos de Sevilla desde la Reconquista hasta la actualidad, incluyendo uno notable del arzobispo Salcedo y Azcona hecho por Domingo Martínez.
Las pinturas de la escalera principal, de la segunda mitad del siglo XVIII, fueron realizadas por Juan de Espinal.
El palacio tiene pocas esculturas, pero destaca la Virgen de la capilla, hecha por Cayetano de Acosta en 1776.
El Archivo del Palacio
El archivo se encuentra en la parte noroeste del segundo patio. Guarda documentos muy antiguos, algunos del siglo XIV. Fue organizado a fondo en los siglos XVII y XVIII, pero luego sufrió un periodo de abandono. En 1972, comenzó a ser reorganizado y en 1993 ya tenía más de 13.000 legajos (grupos de documentos), unos 300 pergaminos y 800 libros.
Los documentos se organizan en secciones como:
- Capellanías y patronatos (1400-1920)
- Justicia (1450-1900)
- Hermandades y cofradías (1390-1950)
- Matrimonial (1550-1900)
- Asuntos despachados (siglo XVI al XX)
El archivo también guarda documentos de otras instituciones importantes de Sevilla.
La Biblioteca del Palacio
La biblioteca está en la parte suroeste del primer patio. Fue creada por Luis Salcedo y Azcona, arzobispo entre 1723 y 1741, quien era un gran amante de los libros. Se abrió al público en 1792, cuando Alonso Marcos de Llanes Argüelles era arzobispo.
La biblioteca cuenta con 1.600 volúmenes. La mayoría son sobre temas religiosos, pero también hay enciclopedias, diccionarios de geografía y genealogía, y obras de arquitectura, arte y grabados.
Tiene algunas ediciones muy antiguas y valiosas, y muchos libros con encuadernaciones artísticas.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Archbishop's Palace, Seville Facts for Kids