Otíñar para niños
Datos para niños Otíñar |
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despoblado | ||
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Ubicación de Otíñar en España | ||
Ubicación de Otíñar en la provincia de Jaén | ||
País | ![]() |
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• Provincia | ![]() |
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• Municipio | Jaén | |
Ubicación | 37°40′20″N 3°44′50″O / 37.672166666667, -3.7473611111111 | |
Población | 0 hab. (INE 2023) | |
Otíñar es un lugar que ya no está habitado, ubicado en el municipio de Jaén, en la provincia de Jaén, España. Se encuentra en la Sierra Sur, a unos 13 km de la ciudad de Jaén. Este sitio es muy importante por sus restos históricos.
Aquí se encuentran los restos de una antigua aldea medieval, que fue primero árabe y luego cristiana. También hay una colonia agrícola más reciente, del siglo XIX, llamada Santa Cristina. Aunque Santa Cristina estaba a unos 2 km de la aldea original, a veces también se le conocía como Otíñar. Desde 1826, Otíñar se convirtió en una propiedad privada, dividida hoy en varias partes.
Contenido
Historia y Patrimonio de Otíñar
Los diferentes lugares históricos de Otíñar se encuentran en los Valles de Otíñar. Son pruebas de la larga historia de este paisaje.
¿Qué restos históricos podemos encontrar en Otíñar?
A lo largo del tiempo, se han encontrado muchos elementos importantes:
- La cueva neolítica de los Corzos.
- Más de veinte refugios con pinturas rupestres.
- Canteras de sílex (una roca dura) a ambos lados del río Quiebrajano.
- Una muralla y un dolmen (monumento de piedra) de la Edad del Cobre en el Cerro Veleta.
- Un sitio romano en la orilla del río.
- El castillo y la aldea medieval.
- Las ruinas de una fortaleza islámica en el Cerro Calar.
- Un monumento llamado vítor de Carlos III.
- La aldea de Santa Cristina, construida para colonos.
La presencia humana en los Valles de Otíñar comenzó hace unos 6.000 años, en el Neolítico. A lo largo de este tiempo, se han construido muchos lugares. También se han usado las tierras para la agricultura y la ganadería, y se han marcado sitios importantes con símbolos. Todo esto forma un paisaje cultural muy especial.
Esta riqueza histórica se debe a que la zona ha sido usada por personas durante miles de años. Ha sido cultivada, repoblada y edificada. Cada etapa ha dejado su huella. Aunque no siempre hubo gente viviendo de forma continua, sí se aprovechó la tierra.
Se han encontrado asentamientos del Neolítico, de la Edad del Cobre, romanos, medievales, y de épocas más recientes. Cada grupo de personas eligió un lugar diferente para vivir, según sus necesidades y la situación de la época.
- Santa Cristina, la aldea del siglo XIX, se construyó en una loma suave, cerca del río.
- La Otíñar medieval estaba en un cerro bien protegido, controlando un camino importante hacia Granada.
- El sitio romano se ubicó en la orilla del río, controlando el cauce.
- La comunidad de la Edad del Cobre se asentó en el Cerro Veleta, con buena vista del paso principal.
- Los neolíticos vivieron en la cueva de los Corzos, en lo alto de un barranco.
Primeras Evidencias de Ocupación Humana
La presencia de personas en esta área se remonta al Neolítico. Hay pruebas importantes de la Edad del Cobre y restos romanos de una villa llamada villa del Laurel. Esta villa se encuentra en el valle del río Quiebrajano.
En la prehistoria, el paisaje se controlaba de varias maneras. Los dólmenes del Cerro Veleta están frente a una muralla que protegía el acceso al valle.
Además, hay refugios con pinturas rupestres cerca de los caminos. Estas pinturas son muy importantes para entender cómo era el territorio en la prehistoria. Las diferencias en los estilos de las pinturas sugieren que se hicieron en distintos momentos. Las pinturas de Otíñar están relacionadas con otras de la zona, mostrando que esta región fue un centro importante de arte rupestre.
El Barranco de la Tinaja es un lugar único. Aquí se encuentran los únicos petroglifos (grabados en roca) conocidos en Otíñar, aparte de algunas marcas en cuevas. Las figuras de El Toril son sorprendentes por su cantidad y buen estado de conservación. Su técnica y motivos hacen que este conjunto sea excepcional en la región.
También se encontró una pintura oculta en una cantera prehistórica de sílex. Si esta pintura y la cantera son de la misma época, nos darían información valiosa sobre cómo vivían las personas que hicieron estas representaciones.
La Aldea Medieval de Otíñar
La primera aldea medieval se llamaba Atorimar. Era un pequeño pueblo rural con algunas fortificaciones. Estaba en el Cerro del Cobarrón, una loma de piedra caliza. Desde allí, se podía ver el valle del río Quiebrajano y los caminos de montaña que conectaban Jaén con Granada.
La gente de esta aldea vivía de la agricultura en la fértil vega del Quiebrajano. También aprovechaban los recursos del monte, como la ganadería, la caza y la madera.
Fernando III de Castilla atacó esta aldea en 1228. Él sabía que era un punto estratégico para controlar la ruta hacia Granada. Después de que Jaén fuera conquistada en 1246, la aldea se volvió crucial para vigilar la nueva frontera con el reino de Granada. Por eso, se empezó a construir un pequeño castillo fronterizo.
Este castillo se comunicaba con otras fortificaciones cercanas a Jaén, como la Torre Bermeja, usando señales de humo y fogatas. Así, la información llegaba hasta el castillo de Jaén. Las normas de Jaén de 1464 decían que debía haber un alcaide (gobernador) en el castillo de Otíñar. También se destinaba dinero para mantener a tres hombres en el castillo. Dos debían quedarse dentro y el tercero se encargaba de comunicarse con la aldea y conseguir alimentos.
La importancia de la aldea disminuyó antes de la conquista de Granada en 1492, por los ataques constantes. Esto llevó a que la aldea fuera abandonada, quedando solo una pequeña guardia en el castillo. Para intentar recuperar estas zonas fronterizas, la reina Juana I de Castilla dio un permiso en 1508 para fundar nuevos pueblos. Sin embargo, en Otíñar, los intentos de repoblar la zona no tuvieron éxito debido a los intereses ganaderos. El territorio se convirtió en una dehesa (tierra para ganado) del ayuntamiento, que la alquilaba.
El Castillo de Otíñar
El castillo de Otíñar está en una loma que va de norte a sur. Se entra por el lado oeste. Se cree que fue construido en la segunda mitad del siglo XIII, sobre una fortificación árabe anterior. El castillo tiene forma cuadrada, con una torre principal por donde se entra. El interior está hecho de mampostería (piedras unidas con mortero) y ladrillo, mientras que la parte exterior es de sillería (piedras bien talladas).
En 2020, el ayuntamiento de Jaén registró el castillo de Otíñar y su aldea medieval como bienes públicos. Sin embargo, los dueños de la finca del Castillo de Otíñar han iniciado acciones legales.
Santa Cristina: La Colonia Agrícola
La aldea de Santa Cristina fue fundada en 1827. Su origen se relaciona con los cambios en las políticas de colonización a principios del siglo XIX. Estas políticas permitían que se fundaran nuevos pueblos por iniciativa privada.
Hoy en día, Santa Cristina está deshabitada. Esto ocurrió porque el sistema de pequeñas parcelas alquiladas desapareció en los años setenta. La crisis de la agricultura tradicional y la construcción de la presa del Quiebrajano contribuyeron a su abandono. La aldea llegó a tener unas 20 casas de colonos, organizadas en tres calles y una plaza. Contaba con horno de pan, granja, escuela pública y una iglesia.
La idea de colonizar esta parte de la Sierra de Jaén ya se había intentado en 1504, pero fracasó. La Baronía de Otíñar fue otorgada a Jacinto Cañada Rojo por Fernando VII entre 1826 y 1834. La condición era construir una villa para quince familias, pero el título nunca fue legal porque no se pagaron los impuestos.
La colonia se formó como una explotación agrícola. Se unieron tierras del ayuntamiento de Jaén. Los pagos por estas tierras comenzaron en 1827 y terminaron en 1865.
La población se construyó desde cero, alrededor de una plaza donde estaban la iglesia y la casa de los dueños. De la plaza salían dos calles empedradas. También había cortijos y chozas dispersas en las orillas del Quiebrajano. La agricultura era la base económica de los habitantes. Al principio, los colonos llegaron de Los Villares, Valdepeñas de Jaén y la ciudad de Jaén. A mediados del siglo XIX, llegaron personas de otras zonas de Almería, Granada y Sierra Mágina (Jaén).
A principios del siglo XX, la finca se dividió por herencias. Una parte quedó en manos de la familia Berges Martínez, y el resto con la familia Martínez Nieto.
Desde entonces y hasta un importante conflicto en España, la población creció y llegó a tener 300 habitantes. Casi todos se dedicaban a la agricultura y la ganadería. A principios del siglo XX, la colonia se urbanizó y el Estado construyó la carretera de acceso. Santa Cristina se despobló por completo a principios de los años setenta. Esto se debió a la crisis de la agricultura y ganadería tradicionales. Hoy es una finca dedicada al cultivo de olivos, la cría de ganado y la caza.
El Vítor de Carlos III

Este monumento fue construido en 1784. Forma parte de las mejoras que el rey Carlos III hizo en las infraestructuras públicas. Conmemora la reforma del paso de la Escaleruela, que lleva a la sierra de Otíñar desde Jaén. Esta mejora facilitaba el paso a los arrieros y trabajadores que llevaban madera y carbón a la ciudad de Jaén.
La base del vítor está hecha de piedras calizas. En la parte superior tiene un escudo real. También tiene una placa con la inscripción:
«REYNANDO CARLOS III / PADRE DE SUS PUEBLOS / AÑO DE 1784»
Hoy en día, el Vítor se encuentra en un mirador. Cerca de allí, al otro lado de la carretera, hay una zona de aparcamiento.