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Munición para niños

Enciclopedia para niños

La munición es un objeto que se lanza con fuerza, generalmente desde un arma de fuego, para alcanzar un objetivo. También se le llama munición al conjunto de estos objetos. Esto incluye desde las balas de fusil y pistola hasta los perdigones de un cartucho, y los proyectiles de cañones y morteros.

¿Cómo ha evolucionado la munición?

La pólvora es el material principal que impulsa los proyectiles.

Primeras armas y su munición

En la época de los mosquetes y arcabuces, se introducía la pólvora y la bala en sus cañones. La pólvora se compactaba con una baqueta, que también se usaba para colocar un taco de papel. Para disparar, se encendía una mecha que tenía el arma. En estas armas antiguas, cargar y disparar la munición tomaba mucho tiempo.

Avances en el siglo XVII y XIX

En el siglo XVII se inventó el fusil, que no usaba mecha. En su lugar, tenía una llave de pedernal que permitía disparar al instante. En 1830, esta llave fue reemplazada por la llave de percusión, que hacía posible el disparo justo al presionar el gatillo. En esa misma época, se mejoraron los fusiles para que tuvieran mayor alcance y estabilidad al disparar (gracias al rayado del ánima).

La invención del cartucho

En la década de 1840, se inventó el fusil de cartucho. Esto redujo el tiempo de carga y permitió usar el fusil en diferentes posiciones. Los cartuchos al principio eran envoltorios de cartón o tela encerada. Contenían una pequeña cantidad de pólvora (llamada carga de propulsión) y la bala. Algunos se rasgaban al insertarlos en el fusil. Más tarde, se crearon cartuchos que ya incluían el cebo, lo que hizo la carga aún más rápida.

Con el tiempo, los cartuchos se hicieron como los actuales: un cilindro metálico (llamado vaina o casquillo) que contiene la carga de pólvora. En el centro de la base de la vaina (el culote) está el cebo (ahora llamado cápsula fulminante). Un extremo de la bala se inserta en la boca de la vaina.

Desde la década de 1830, se empezaron a usar revestimientos y aleaciones para las balas. Esto ayudaba a evitar que la bala se deformara y perdiera estabilidad en su trayectoria. La primera aleación fue de bismuto con plomo, y el primer revestimiento fue de cobre sobre plomo.

Munición para armas pequeñas

Archivo:MODOAmmo
Caja para municiones de la primera mitad del siglo XX, de la colección del Museo del Objeto.

Los tamaños de la munición para armas pequeñas se miden en pulgadas (por ejemplo, calibre .44, que significa 0.44 pulgadas) o en milímetros (como 9 mm o 7.62 mm). Estos números se refieren al diámetro del proyectil (la "bala"). Como hay muchas versiones de un mismo calibre, a veces se usan nombres adicionales. Por ejemplo, el calibre .30 es popular y tiene versiones como .30-06 o .30-30. Los números después del guion pueden indicar el año de invención (1906) o el peso de la pólvora en el cartucho (30 grains). Otra forma es indicar el calibre y el fabricante, como .44 Smith & Wesson. En calibres europeos, se indica el ancho del proyectil por el largo del cartucho en milímetros: 9×17 mm o 9×19 mm.

Los calibres para escopeta usan un sistema diferente. Si una escopeta es de calibre 12, significa que con un lingote de plomo de una libra inglesa (453 g) se pueden fundir 12 balas de ese calibre. Si se pudieran obtener más balas (por ejemplo, 14 o 20), el tamaño de la bala y el cañón del arma serían más pequeños.

Archivo:Casing
Disparo de arma pequeña. Lo que se ve no es el proyectil, sino el casquillo vacío, que es expulsado.

Primero, la munición para armas pequeñas se divide en subsónica y supersónica. Las balas de pistola y revólver suelen tener una velocidad inferior o ligeramente superior a la del sonido (340 m/s). Las balas de fusil o ametralladora superan ampliamente esta velocidad, alcanzando entre 600 y 1000 m/s. Esto es importante porque las balas supersónicas pueden causar un impacto significativo en los objetos que rodean su trayectoria, incluso si no los atraviesan directamente. Esto se debe a la conificación que produce la velocidad supersónica. Así, calibres pequeños como el .223 (5.56 mm) de los fusiles de asalto pueden ser muy efectivos. Sin embargo, las municiones de gran calibre para pistola (como las .357 o .44) también pueden tener un gran impacto debido a su mayor diámetro.

El impacto potencial de una bala depende de su energía (velocidad y peso) y del tamaño de su superficie de contacto (calibre).

La munición subsónica suele ser menos efectiva contra chalecos protectores, mientras que la supersónica puede atravesar varios chalecos a cierta distancia. Generalmente, la subsónica tiene un cuerpo cilíndrico corto con una punta esférica, y la supersónica tiene un cuerpo alargado con una punta cónica.

Estructura de la bala

La estructura física de la bala es importante. Para el combate militar, se suelen usar balas completamente cubiertas por una envoltura metálica dura de latón y rellenas de plomo o una aleación. Este tipo de munición, conocida como FMJ (full metal jacket), tiende a atravesar completamente el objetivo. En la práctica, tanto en situaciones de conflicto como por parte de la policía y particulares, también se usan municiones modificadas. En muchos países, algunas de estas municiones solo son legales para armas cortas o para la caza con ciertos rifles de gran calibre y baja velocidad. A velocidad subsónica, no causan el mismo tipo de impacto que a velocidad supersónica, y aumentan lo que se llama el poder de parada de un arma, es decir, su capacidad para detener a un individuo o a una especie peligrosa en la caza.

Las modificaciones más comunes son quitar la cubierta dura en la punta de la bala o hacer un hueco en ella. Así, el núcleo blando queda expuesto (JSP: munición de punta blanda) o se crea un hueco en la punta (JHP: bala de punta hueca). Estas modificaciones son comunes en municiones de revólver o pistola. Al entrar en un objetivo, la bala se aplasta, expandiendo la punta como un champiñón y frenando su penetración rápidamente. Esto causa heridas no muy profundas pero más anchas, y dispersa mucha energía en poco tiempo. Con munición supersónica, esto podría hacer que la bala se rompa o se doble, y sus fragmentos se dispersen, causando daños internos. También se puede aplanar la punta y mantener la envoltura completa para dispersar energía rápidamente.

Otro tipo de bala es la perforante, conocida internacionalmente como AP (armor piercing). Es similar a la FMJ por fuera, pero dentro del plomo lleva un núcleo de acero endurecido, tungsteno o uranio empobrecido. Cuando la bala se frena bruscamente, la energía hace que el núcleo rompa la envoltura y pueda perforar blindajes que detendrían una bala normal.

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Existen balas con la parte trasera rellena de un material inflamable que deja un rastro de luz al dispararlas. Se llaman balas trazadoras y se usan para verificar si el arma está apuntando correctamente. Las balas explosivas o incendiarias se usan solo en casos excepcionales con armas de francotirador de gran calibre para destruir depósitos de materiales o combustible, ya que su manejo es peligroso.

La munición de escopeta consiste en un conjunto de pequeñas bolas de plomo endurecido. Pueden ser pequeñas (perdigones) para caza menor, formando una nube que facilita dar en el blanco. O pueden ser más gruesas para caza mayor. Existe munición especial para escopeta que permite usar escopetas semiautomáticas o de repetición como arma de asalto policial o militar, por la potencia que ofrecen en un solo disparo.

¿Cómo funciona un disparo?

El cartucho se introduce en la recámara del arma de fuego. Al presionar el gatillo, se libera un mecanismo interno que suelta el martillo. El martillo golpea la aguja percutora, que a su vez golpea la cápsula fulminante. Esto causa la deflagración (una especie de explosión rápida con llama) de la pólvora. La pólvora impulsa la punta (la bala) del cartucho, que se separa de la vaina. La bala sale disparada del cañón con un movimiento de rotación, gracias al rayado interno del cañón, y recorre una distancia que depende de la potencia de la carga de pólvora.

Munición para artillería

La munición para artillería puede venir como un solo conjunto (proyectil y cartucho con propelente) o por separado para piezas grandes. Los proyectiles de artillería suelen tener un diámetro ligeramente menor que el tubo del cañón, pero llevan una o varias bandas que sí tienen el diámetro correcto y son las que tocan el cañón. En cañones y obuses de campaña, se usa generalmente munición fragmentaria (antipersonal) y munición de alto poder explosivo (conocida internacionalmente como HE High Explosive).

Los proyectiles suelen ser cilíndricos alargados con punta cónica. La munición antipersonal y HE lleva la espoleta en la punta para detonar al tocar el objetivo. Los proyectiles antipersonal tienen una cubierta de acero grueso que se rompe en pequeños fragmentos al detonar el explosivo interno. Se usan para atacar grupos de personas. La munición HE tiene una cubierta metálica delgada y una gran cantidad de explosivo. Al detonar, genera una potente onda expansiva que puede afectar a personas, vehículos o instalaciones en el área. Si se atacan búnkers o posiciones fortificadas de hormigón, se puede usar munición de demolición. Esta tiene una cubierta gruesa de acero endurecido, un núcleo de alto poder explosivo y la espoleta en la base. La punta maciza perfora el hormigón, y la energía acumulada hace que la espoleta y el proyectil detonen dentro del hormigón, demoliendo el área circundante.

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Munición para blindados

Los vehículos blindados son muy resistentes a la munición de artillería convencional. Por eso, se han desarrollado proyectiles especiales para sus propios cañones o para la artillería normal, con el fin de afectarlos.

La munición perforante más antigua se usó en las Armadas, ya que los buques de guerra fueron los primeros en blindarse. Más tarde, se adaptó para la lucha antitanque. Son proyectiles de acero con forma de cono truncado, muy duros y completamente macizos o en sus dos terceras partes. Su eficacia aumenta si se coloca una espoleta en la base del proyectil con una carga explosiva. Así, cuando el cuerpo macizo atraviesa el blindaje, la base explota por la energía acumulada, afectando el interior del vehículo blindado.

El aumento del grosor de los blindajes y el uso de blindajes en ángulo redujeron la efectividad de esta munición. Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, se buscaron nuevas soluciones. Una de ellas fue colocar una punta casi plana de un material blando (como plástico o aluminio) sobre la punta perforante. Al tocar una placa en ángulo, la punta "falsa" se desintegraba, haciendo que el proyectil impactara con la punta "buena" en el blindaje.

Mejorando estas ideas, se descubrieron las posibilidades de la munición subcalibre o APDS (Armor Piercing Discarding Sabot). Este tipo de munición, que todavía se usa, tiene un núcleo largo y estrecho de un material muy duro (antes aceros especiales, ahora carburo de tungsteno o uranio empobrecido). Este núcleo va dentro de un proyectil de material más blando (como aluminio), con un diámetro de aproximadamente un tercio del cañón. Se necesita un cañón que pueda dar una gran velocidad al proyectil (1000 m/s o más). Al impactar con el blindaje, la punta blanda se desintegra, y la punta larga y estrecha golpea la coraza. El proceso genera un calor intenso que derrite el blindaje en ese punto y hace que el núcleo penetre a muy alta temperatura, proyectando fragmentos del blindaje y del propio núcleo desintegrado por todo el interior.

Aunque la munición APDS se sigue usando, ha sido superada por la munición APFSDS (Armor Piercing Fin Stabilized Discarding Sabot), creada en los años cincuenta. Consiste en un cilindro largo y estrecho (como un dardo) hecho de aleación de tungsteno o uranio empobrecido, con aletas estabilizadoras y una punta. Va dentro de un cuerpo de aluminio con forma de proyectil convencional. Los tanques lo disparan a una velocidad entre 1200 y 1700 m/s. A cierta distancia, la envoltura se desprende, y el núcleo se estabiliza por las aletas. Al tocar el blindaje, la energía se concentra en una superficie muy pequeña, causando un impacto muy fuerte. El blindaje se aplasta y se derrite, generando una lluvia de material incandescente y fragmentos en el interior.

Finalmente, están los proyectiles HEAT (High Explosive Anti Tank), que también se usan en misiles antitanque, ya que su efectividad no depende de la velocidad o energía de impacto. Empezaron a usarse en la Segunda Guerra Mundial. Por fuera, pueden parecer proyectiles de artillería normales, pero por dentro tienen un cono metálico delgado. El espacio entre el cono y las paredes del proyectil está lleno de explosivo de alto poder. Al tocar la punta del proyectil contra el blindaje, la carga detona, generando un chorro de gases a miles de grados. Este chorro derrite y desintegra el blindaje en ese punto y penetra en el tanque, generando una presión muy alta en su interior y una lluvia de fragmentos.

La munición subcalibre es menos efectiva contra vehículos ligeros o sin blindaje, ya que solo los atraviesa. Sin embargo, si un vehículo blindado tiene una parte de su interior en contacto directo con el exterior, la munición HEAT pierde gran parte de su efectividad.

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Véase también

Kids robot.svg En inglés: Ammunition Facts for Kids

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Munición para Niños. Enciclopedia Kiddle.