Martino de León para niños
Datos para niños Santo Martino de León |
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![]() Santo Martino de León
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Información personal | ||
Nacimiento | ca. 1120-1130 León |
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Fallecimiento | 12 de enero de 1203 León |
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Información profesional | ||
Ocupación | Filósofo, canónigo, escritor y sacerdote católico | |
Información religiosa | ||
Canonización | Culto inmemorial Veneración local desde el siglo XIII |
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Festividad | 12 de enero | |
Atributos | Canónigo, con roquete, pluma y libro; con frecuencia aparece con San Isidoro | |
Venerado en | Iglesia católica. Culto local en León |
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Patronazgo | Universidad de la Experiencia de la ULE Universidad Permanente de la UA. |
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Orden religiosa | Familia agustiniana | |
Santo Martino o San Martín de León fue un sacerdote y canónigo regular que vivió en la ciudad de León entre los años 1120-1130 y 1203. Es conocido por sus largos viajes de peregrinación y por ser autor de importantes escritos sobre temas religiosos.
Contenido
¿Quién fue Santo Martino de León?
El nombre de Santo Martino es como se le conoce principalmente en León. También se le puede llamar San Martín de León o Santo Martino de la Santa Cruz. Este último nombre lo adoptó cuando se unió como canónigo a la iglesia de San Isidoro de León.
La vida de Santo Martino
Conocemos detalles de la vida de Santo Martino gracias a los escritos de Lucas de Tuy. Este historiador fue su compañero en San Isidoro de León y más tarde se convirtió en obispo.
Sus primeros años
Martino nació en León o sus alrededores, entre 1120 y 1130. Sus padres, Juan y Eugenia, eran muy creyentes. Acordaron que si uno de ellos fallecía, el otro se dedicaría a la vida religiosa.
Cuando su madre murió, su padre ingresó en un convento de canónigos regulares de San Agustín en León, llevando a Martino con él. Allí, Martino aprendió a leer y a cantar salmos. Pasó su infancia y juventud en el convento, y a los 18-20 años fue ordenado subdiácono.
Alrededor de 1154, cuando su padre falleció, Martino entregó todas sus pertenencias a los más necesitados. Con unos 25 a 30 años, comenzó una larga etapa de viajes.
Sus viajes y estudios
Martino viajó primero a San Salvador de Oviedo y luego a Santiago de Compostela y Roma. En Roma, pasó un tiempo de ayuno y oración, lo que llamó la atención del Papa, quien lo recibió.
Desde Roma, viajó a Jerusalén y permaneció allí dos años, sirviendo en un hospital. A su regreso, pasó por Antioquia y Constantinopla. En Constantinopla, compró una túnica de seda para donarla a su convento.
De vuelta a Europa, pasó por Italia, los Alpes y llegó a Francia. Allí, estudió teología en importantes escuelas de la época, como las de Chartres, Reims y París. Sus estudios influyeron mucho en sus futuras obras.
Continuó su viaje por Inglaterra e Irlanda, y luego regresó al continente. En Francia, fue acusado por error de haber robado la túnica de seda y fue encarcelado. Una vez aclarado el malentendido, fue liberado y regresó a León.
Su vida como canónigo en San Isidoro
Entre 1181 y 1185, Martino regresó a León después de casi treinta años de viajes. Se unió al convento de San Marcelo como canónigo regular y fue ordenado diácono y presbítero.
Debido a algunas diferencias en el convento, Martino se trasladó alrededor de 1185 al monasterio de San Isidoro de León. Este lugar era famoso por albergar las reliquias de San Isidoro de Sevilla.
Martino era muy austero: solo bebía agua (o vino muy diluido si estaba enfermo) y comía queso y huevos, nunca carne. Dormía en el suelo sobre paja y visitaba a los enfermos por la noche. Se destacó por su dedicación, su bondad y su profunda fe.
En San Isidoro, Martino se encargó del Scriptorium (un lugar donde se copiaban y escribían libros). Comenzó a escribir su obra principal, Veteris ac Noui Testamenti Concordia, alrededor de 1185, cuando ya tenía unos sesenta años.
Para esta gran obra, contó con la ayuda de siete copistas, quienes pasaban sus escritos a pergaminos y los decoraban con dibujos. Martino sufría de fuertes dolores de cabeza y, al ser mayor, le costaba sostener los brazos. Por eso, los apoyaba en cuerdas colgadas del techo para poder seguir escribiendo.
Obispos, nobles y reyes lo visitaban para pedirle consejo. El rey Alfonso IX y su esposa, la reina Berenguela, acudían a menudo a verlo y a confesarse con él.
Martino anunció su propia muerte a sus conocidos y falleció de forma natural el 12 de enero de 1203, el día que él mismo había predicho.
Sus obras y escritos
Escritos importantes
La obra más importante de Santo Martino de León es Veteris ac Noui Testamenti Concordia, conocida simplemente como Concordia. Es un manuscrito único que se guarda en la Real Colegiata de San Isidoro de León.
Este códice está encuadernado en madera y cuero, y tiene dos volúmenes. Está escrito en pergamino con una letra elegante del siglo XII. Los volúmenes tienen hermosas ilustraciones en las letras iniciales de cada sermón y en los márgenes, con figuras humanas, animales, flores y formas geométricas.
Toda su obra está escrita en un latín fluido y trata sobre temas de teología de su época, presentados como sermones. Las Concordia contienen 54 sermones y cuatro explicaciones de textos religiosos. En ellas, Martino busca unir las ideas del Antiguo y el Nuevo Testamento, y también recopila frases de importantes pensadores religiosos.
En sus escritos, Martino también da consejos para una vida santa, destacando la obediencia y la importancia del trabajo, la lectura y la oración. Se le considera el teólogo más relevante de España en el siglo XII.
La primera vez que se publicaron las obras de Santo Martino fue en Segovia, entre 1782 y 1786.
Construcciones que impulsó
Además de la oración y el estudio, Santo Martino también impulsó la construcción de dos edificios en San Isidoro de León, según cuenta Lucas de Tuy: un oratorio dedicado a la Santa Cruz y una capilla en honor a la Santísima Trinidad.
- Oratorio de la Santa Cruz: Estaba ubicado sobre el Panteón Real de la colegiata de San Isidoro de León. Martino usó este espacio como su celda, su lugar de escritura y como oratorio. Hoy en día, esta sala guarda parte del tesoro de la colegiata.
- Capilla de la Santísima Trinidad: Se encuentra en el claustro-cementerio. El santo la mandó construir para guardar las reliquias que había recogido en sus viajes y para que sirviera como cementerio para los canónigos. Es una capilla pequeña, construida con ladrillo. En su exterior, Santo Martino mandó grabar dos inscripciones: una con el inventario de las reliquias y otra con una súplica para que cuidaran el lugar. Actualmente, esta capilla está dedicada al Santo Cristo.
Su reconocimiento como santo
Santo Martino fue muy querido y venerado por la gente desde el momento de su muerte. Fue considerado santo por la tradición popular, lo que se conoce como "culto inmemorial". Aunque su culto disminuyó en algunos lugares con el tiempo, en la colegiata de San Isidoro de León se mantuvo.
En 1959 y 1962, la autoridad de la Iglesia Católica aprobó oficialmente el culto a Santo Martino en la Real Colegiata de San Isidoro y en toda la diócesis de León. En la lista oficial de santos, el Martirologio Romano, Santo Martino figura el 12 de enero como "Santo Martino de la Santa Cruz, sacerdote y canónigo regular, verdaderamente experto en las Sagradas Escrituras".
¿Cómo se le representa?
Las imágenes de Santo Martino no son muy comunes. Generalmente, se le representa con el hábito de canónigo, con una túnica blanca (roquete), un libro en la mano izquierda y una pluma en la derecha. Así se le ve en la capilla dedicada a él en la basílica de San Isidoro en León.
Algunas pinturas muestran un momento especial: la aparición de San Isidoro, quien le obliga a tragarse un pequeño libro.
En los códices de su obra Concordia, hay una imagen de Martino que se hizo mientras él vivía. Aunque es un dibujo sencillo, nos muestra que tenía barba y era bastante calvo.
Historias y hechos curiosos
- La túnica de Constantinopla: Durante sus viajes, Martino compró una túnica de seda en Constantinopla para su convento. En Francia, fue detenido y encarcelado porque pensaron que la túnica era robada. La historia cuenta que una mujer le ofreció liberarlo si renunciaba a su fe, pero Martino se negó. Ella, enojada, le dio una bofetada y al instante se volvió loca. Poco después, un caballero llegó y demostró la inocencia de Martino. El caballero se reveló como su ángel de la guarda y le dijo que regresara a su tierra.
- San Isidoro y el libro: Martino era un hombre muy bueno y santo, pero sentía que le faltaba un conocimiento más profundo de los textos sagrados. Un día, mientras ayunaba, se le apareció San Isidoro de Sevilla con un pequeño libro y le ordenó que se lo tragara. Aunque Martino se resistió, San Isidoro lo hizo tragar a la fuerza. Desde ese momento, Martino comprendió el significado profundo de la Biblia y se convirtió en un gran teólogo.
- Curaciones: Se le atribuyen muchos milagros y curaciones. Se dice que curaba a las personas pidiéndoles que tuvieran fe, haciendo la señal de la cruz y diciendo: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sé sano". Así curó a muchas personas de diversas enfermedades.
- Predicciones: Cuando la ciudad de León estaba siendo atacada, los leoneses le pidieron consejo. Martino les dijo que no se preocuparan, porque el ataque terminaría pronto, ya que el rey de León estaba atacando a los enemigos. Su predicción se cumplió, para asombro de todos. Antes de morir, anunció su propia muerte a sus conocidos.
Curiosidades sobre Santo Martino
- La mano que no se corrompió
Más de trescientos años después de su muerte, el 12 de enero de 1513, se abrió su tumba para trasladar sus restos a una nueva capilla. Ante muchos testigos, su cuerpo apareció intacto, vestido con sus ropas. Pero al tocarlo, se convirtió en polvo, quedando solo los huesos y su mano derecha, que se mantuvo completa, con los tres primeros dedos juntos, como si estuviera escribiendo. Este hecho está documentado por dos notarios. Sus restos se guardan en una caja bajo el altar de la capilla de Santo Martino. Su mano derecha, que se mantuvo momificada, se colocó en un relicario en 1576. En el pasado, esta reliquia se mostraba a los fieles para que la besaran. Hoy en día, se saca en procesión en ocasiones muy especiales.
- El barril de Santo Martino
La Real Colegiata de San Isidoro de León guarda un barril de vino con más de 800 años de antigüedad. La tradición dice que Santo Martino lo llenó por primera vez en el siglo XII. Este barril está muy bien guardado, con una puerta cerrada con tres llaves. Una la tiene el abad, otra el administrador y la tercera una persona desconocida. Los tres se reúnen en secreto cada Jueves Santo para sacar un litro de vino y rellenar el doble, para compensar la evaporación. Nadie más lo ha visto ni fotografiado. Se dice que el barril tiene capacidad para unos 256 litros. Solo los miembros del Cabildo Isidoriano (el grupo de canónigos) pueden probar este vino añejo en su comida anual de Jueves Santo. Se cuenta que el rey Alfonso XIII se negó a beberlo un día que no era Jueves Santo para no romper la tradición. Es curioso que Santo Martino, conocido por su vida sencilla y por beber poco vino, sea el origen de la historia del barril de vino más antiguo del mundo.
La capilla de Santo Martino
Esta capilla fue construida por el abad Juan de León para guardar los restos de Santo Martino, que fueron trasladados allí en 1513. Es una obra románica que fue renovada en el siglo XVI con un estilo gótico tardío. Tiene forma rectangular y un techo abovedado.
La parte principal de la capilla está ocupada por el altar y un retablo (una estructura decorada detrás del altar) de finales del siglo XVII. En este retablo hay imágenes de Santo Martino y de Santa Mónica (la madre de San Agustín). También fue diseñado para guardar muchas reliquias. Debajo del altar, se encuentra la urna con los restos de Santo Martino, excepto su mano derecha, que está en su propio relicario. Actualmente, esta capilla se usa para las celebraciones diarias de la basílica.
Patrono del conocimiento
Santo Martino siempre tuvo un gran interés por aprender sobre teología, idiomas y cultura. Sus constantes viajes en busca de sabiduría y conocimiento lo llevaron a recorrer muchas naciones y lugares. Su gran saber, que era excepcional para su época en España, venía de sus viajes, estudios y experiencias que compartió con maestros de escuelas europeas y asiáticas. Por estas razones, es el Patrono de la Universidad de la Experiencia de la Universidad de León y de la Universidad Permanente de la Universidad de Alicante, que son programas educativos para personas mayores.
Ver también
- Basílica de San Isidoro de León
- Panteón de Reyes de San Isidoro de León