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La Isabelina para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Eugène Aviraneta-BnF
Eugenio de Aviraneta, litografía de Imp. d'Aubert & Cie. Bibliothèque nationale de France.
Archivo:Museo del Romanticismo - CE0919 - La Reina María Cristina e Isabel II
José Ribelles, Alegoría de España con la reina María Cristina e Isabel II, Madrid, Museo del Romanticismo.

La Isabelina, también conocida como Confederación general de los guardadores de la Inocencia, fue una sociedad secreta muy importante en la historia de España. Fue fundada por Eugenio de Aviraneta y estaba formada principalmente por funcionarios y militares que apoyaban ideas liberales.

Entre sus miembros destacados se encontraban figuras como el general José de Palafox, Cayetano Cardero, Juan Van Halen, Juan Romero Alpuente, Álvaro Flórez Estrada, Lorenzo Calvo de Rozas y Juan Palarea y Blanes. Muchos de ellos también pertenecían a otras sociedades secretas de la época, como los masones o los carbonarios. Se dice que solo en Madrid llegaron a tener hasta diez mil miembros.

¿Por qué se fundó La Isabelina?

Orígenes y objetivos de la sociedad secreta

La Isabelina empezó a organizarse al final del reinado de Fernando VII. Su principal objetivo era asegurar que Isabel II, que en ese momento solo tenía tres años, pudiera heredar el trono. También buscaban establecer una Constitución liberal para el país.

La sociedad funcionaba de forma secreta. Sus miembros se organizaban en pequeños grupos para ayudarse entre sí y poder alcanzar puestos importantes en el gobierno.

Primeros desafíos y conspiraciones

Cuando el rey Fernando VII falleció, un pequeño grupo de miembros de La Isabelina intentó un ataque sorpresa contra el político Cea Bermúdez, pero no tuvieron éxito.

En enero de 1834, Eugenio de Aviraneta fue arrestado en Guadalajara. Lo acusaron de conspirar contra el gobierno de Cea Bermúdez y lo enviaron lejos, a Santiago de Compostela. Sin embargo, Aviraneta logró escapar antes de llegar a Valladolid y regresó en secreto a la corte para seguir con sus planes.

La Isabelina y la política de 1834

La Constitución y el Estatuto Real

El 1 de marzo de 1834, la sociedad firmó su acta de fundación. Estaba dirigida por un grupo de siete líderes. No estaban de acuerdo con el Estatuto Real de 1834, una ley que se había aprobado en abril de 1834.

Los isabelinos presentaron a la reina gobernadora un proyecto de Constitución. Este proyecto, según algunos historiadores, se inspiraba en la Constitución de Bélgica y fue redactado por Juan de Olavarría.

El plan de insurrección del 24 de julio

La sociedad planeó una revuelta para el 24 de julio de 1834, el mismo día en que se iban a abrir las cámaras del gobierno. El plan era que los representantes de La Isabelina en el parlamento, apoyados por sus compañeros en el público, propusieran que el parlamento se convirtiera en una asamblea constituyente.

Al mismo tiempo, los miembros civiles de la sociedad levantarían barricadas en las calles. Los militares que apoyaban la causa se alzarían en armas bajo el mando del general Palafox. Él se proclamaría capitán general de Madrid.

La infiltración y las detenciones

Sin embargo, uno de los militares involucrados, el capitán F. Civat, resultó ser un espía de la policía. Este capitán había ganado la confianza de los líderes de La Isabelina y lo habían enviado a Barcelona para organizar la conspiración allí.

La víspera de la revuelta, Civat delató a Aviraneta, quien fue arrestado en su escondite. Poco después, también fueron detenidos Palafox, Romero Alpuente, Calvo de Rozas y Olavarría en Madrid, y José María Orense fuera de la capital.

Acusaciones y liberación

Los disturbios de Madrid de 1834

Pocos días antes de estas detenciones, hubo un incidente violento en Madrid donde varios religiosos fueron atacados. La gente de los barrios más pobres, que eran los más afectados por una enfermedad, los acusaba de haberla extendido.

El gobierno de Francisco Martínez de la Rosa pensó que estos disturbios tenían un fin político y acusó a La Isabelina de estar detrás de ellos. Aviraneta siempre negó esta acusación. Él decía que esos incidentes no les convenían, ya que habían puesto en alerta a la policía en su contra.

La liberación de los miembros

Ocho días después de las detenciones, la mayoría de los arrestados fueron liberados. Esto se debió, al parecer, a las declaraciones de Aviraneta, que eran muy confusas y contradictorias. A veces acusaba a miembros de la familia real de estar implicados, y otras veces decía que todo eran ideas suyas. También amenazaba con mostrar documentos importantes.

Esto hizo que la investigación fuera tan complicada que el fiscal no pudo probar nada contra ellos.

El final de La Isabelina

Aviraneta estuvo en la Cárcel de Corte hasta mediados de agosto de 1835. Allí, la mayoría de los presos eran carlistas, que eran los oponentes políticos de los liberales. Estos presos controlaban la prisión con la ayuda del alcaide, que era un fanático de sus ideas.

Aviraneta se sentía incómodo y decepcionado con sus antiguos amigos, que no hacían nada por ayudarlo. Escribió al gobierno denunciando una conspiración carlista en la cárcel. Aunque no le creyeron del todo, lograron que el alcaide fuera detenido y que los presos carlistas fueran trasladados a otra cárcel. Esto le dio a Aviraneta más tranquilidad mientras estuvo preso.

El 16 de agosto, aprovechando un pequeño intento de revuelta, Aviraneta logró escapar y huyó a Zaragoza. La Isabelina no desapareció por completo en ese momento. En 1836, bajo la dirección de Antonio Nogueras, la sociedad se extendió por Andalucía occidental. Aviraneta, que había sido enviado lejos a las Canarias, también llevó la sociedad a las islas.

El fin de La Isabelina llegó con el triunfo del motín de los sargentos de La Granja. Este evento restauró la Constitución de 1812, lo que dejó a la sociedad sin objetivos claros. Además, La Isabelina se enfrentó a otras sociedades secretas y se dividió por problemas internos, lo que llevó a su desaparición.

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La Isabelina para Niños. Enciclopedia Kiddle.