Eugenio de Aviraneta para niños
Datos para niños Eugenio de Aviraneta |
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![]() Aviraneta en una litografía de 1841 publicada al frente de su Memoria dirigida al Gobierno español.
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Eugenio Domingo de Aviraneta e Ibargoyen | |
Nacimiento | 13 de noviembre de 1792 Madrid (España) |
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Fallecimiento | 8 de febrero de 1872 Madrid (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Padres | Felipe Francisco de Aviraneta y Juana Josefa de Ibargoyen | |
Cónyuge | Ana Enriqueta Josefina de Esperamons | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar y político | |
Conflictos | Primera guerra carlista | |
Partido político | Partido Progresista | |
Eugenio de Aviraneta e Ibargoyen (nacido en Madrid el 13 de noviembre de 1792 y fallecido el 8 de febrero de 1872) fue un político español. Se le conoce como una persona muy hábil en la política secreta del siglo XIX.
Cuando era joven, durante la Guerra de Independencia, se unió a un grupo de guerrilleros. Participó en el movimiento que llevó al Trienio Liberal (un periodo de gobierno liberal en España). Después, fue encarcelado en Sevilla, pero logró escapar y se fue al exilio.
Viajó por Marruecos y Egipto, y luchó por la independencia de Grecia. En América, participó en un intento fallido de recuperar México para la monarquía española. Estuvo en Francia durante la revolución de 1830 y luego pudo regresar a España.
Trabajó para el partido progresista y colaboró con otros grupos políticos. Fue encarcelado y desterrado a Canarias. Cuando se aprobó la Constitución de 1837, dejó sus actividades revolucionarias. Ofreció sus habilidades a los gobiernos para ayudar a terminar la Primera guerra carlista.
Fue leal a la regente María Cristina de Borbón Dos Sicilias. Regresó con ella a Madrid en 1844. Desde entonces, trabajó para la policía, ayudando a controlar a los carlistas y a los seguidores de Espartero.
Se casó a los casi sesenta años con Josefina de Esperamons, una cantante de ópera francesa de veintiséis años. Siguió enviando informes políticos a la reina madre casi hasta su muerte en 1872. Se dice que Aviraneta era un "genio de la política secreta", muy bueno para planear y actuar en momentos difíciles.
Contenido
Biografía de Eugenio de Aviraneta
¿Dónde y cuándo nació Aviraneta?
El escritor Pío Baroja encontró los datos de nacimiento de Eugenio Aviraneta. Nació el 13 de noviembre de 1792 en la calle del Estudio número 10, en Madrid. Su nombre completo era Eugenio Domingo de Aviraneta e Ibargoyen. Sus padres eran Felipe Francisco y Juana Josefa.
La casa donde nació estaba cerca del Convento del Sacramento. Estaba entre la plaza de la Cruz Verde y la calle del Estudio de la Villa. Hoy, esa zona corresponde a los números 1 y 3 de la calle de la Villa.
¿Quiénes eran sus padres y abuelos?
Su padre, Felipe Francisco Aviraneta Echegaray, nació en Vergara en 1757. Sus abuelos paternos eran franceses. Felipe llegó a Madrid para estudiar y trabajó como abogado. También fue interventor en la administración del plomo.
En Madrid, conoció a Juana Ibargoyen Alzate, nacida en Irún. Ella era cuatro años menor que él e hija de un militar. Se casaron en Madrid el 8 de diciembre de 1787.
Su juventud en Burgos, Irún y Hernani
Aunque su familia tenía una buena situación económica, Eugenio no tuvo una educación muy completa. Cuando tenía doce años, en 1804, su padre se mudó a Burgos. Eugenio fue enviado a Irún con sus abuelos maternos. Ellos lo internaron en un colegio en Hernani por tres años. Allí aprendió lo básico: a escribir, aritmética, religión y un poco de francés.
En 1806, su padre trabajaba en Burgos y también administraba los bienes de una familia rica. Se instaló con su esposa y sus dos hijas en la calle de La Calera.
Burgos fue ocupada por tropas francesas antes de que empezara la guerra. El padre de Eugenio, Felipe de Aviraneta, colaboró con los franceses en la logística y el suministro de alimentos. Conoció a varios gobernadores militares. Después de la llegada de Napoleón Bonaparte y la batalla de Gamonal, Felipe formó parte de la Junta de Municipalidad de la ciudad. Trabajó como tesorero desde diciembre de 1808 hasta septiembre de 1809.
Cuando su hijo Eugenio regresó, Felipe colaboró con los guerrilleros de la zona, como El Empecinado y el cura Merino. Por esta razón, los franceses lo procesaron y lo encarcelaron.
Baroja contó que, mientras vivía en Irún, Eugenio de Aviraneta visitó a unos parientes en Bayona. Allí, supuestamente, se unió a la masonería (una sociedad secreta). Aunque no se sabe si esto fue tan temprano, sí se cree que se unió a esta sociedad más tarde. Su conocimiento de estas organizaciones le fue muy útil en su vida política secreta.
¿Cómo fue su inicio como guerrillero y político?
Según lo que él mismo contó, Eugenio de Aviraneta tuvo una relación cercana con el guerrillero Juan Martín Díez. Dijo que fue parte de su grupo durante la Guerra de Independencia. También afirmó haber trabajado como secretario del cura Merino. Sin embargo, no hay registros militares que confirmen que sirvió en la guerrilla antes de 1820.
Aun así, algunos historiadores creen que su nombramiento como recaudador de impuestos en Aranda de Duero en 1814 fue gracias a la influencia de El Empecinado.
Durante el Trienio Liberal, fue alcalde de Aranda de Duero. Como miembro de la masonería, estuvo involucrado en muchas acciones políticas contra los moderados y contra cualquier intento de volver al absolutismo (gobierno sin límites). Fue muy activo contra el Estatuto Real de 1834 y apoyó el fin de la regencia de María Cristina de Borbón. Entre sus amigos estaban el general Palafox, el regente Baldomero Espartero, Mendizábal y Salustiano Olózaga.
¿Cómo lo describían?
Benito Pérez Galdós, un famoso escritor, describió a Aviraneta en su obra Un faccioso más y algunos frailes menos. Dijo que Aviraneta era de edad mediana y buena presencia. Tenía un talento especial para conversar y contar historias.
Galdós explicó que Aviraneta se hizo famoso por hacerse pasar por carlista. Así, podía entrar en los grupos carlistas y crear problemas entre ellos. Sembraba discordias y sospechas, lo que ayudó a que el general Maroto cambiara de bando. Esto llevó al Convenio de Vergara y al fin de las facciones carlistas. Galdós lo veía como un "genio de la política secreta", muy bueno para estas tareas. Creía que, en otra época, podría haber sido un gran diplomático.