Juan Correa de Vivar para niños
Datos para niños Juan Correa de Vivar |
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![]() Anunciación, óleo sobre tabla, 225 x 146 cm. Madrid, Museo del Prado.
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Información personal | ||
Nacimiento | c. 1510 Mascaraque (Toledo) |
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Fallecimiento | 16 de abril de 1566 Toledo (España) |
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Nacionalidad | española | |
Información profesional | ||
Área | Pintura. | |
Movimiento | Renacimiento. | |
Juan Correa de Vivar (nacido en Mascaraque, Toledo, alrededor de 1510 y fallecido el 16 de abril de 1566) fue un importante pintor del Renacimiento en España. Sus obras se caracterizan por su belleza y el uso de colores vibrantes.
Contenido
¿Quién fue Juan Correa de Vivar?
Juan Correa de Vivar nació cerca del año 1510. Su familia, tanto por parte de padre como de madre, era de Mascaraque y Portillo de Toledo. Se sabe que tenían una buena posición económica, lo que se refleja en los bienes que el artista poseyó.
Juan tuvo dos hermanos, Eufrasia y Rodrigo. El hijo de Rodrigo, también llamado Rodrigo, fue aprendiz de su tío Juan y continuó algunas de sus obras después de su fallecimiento. Juan Correa de Vivar tenía una casa grande y tierras en Mascaraque, donde regresaba para descansar. Sin embargo, siempre vivió en la ciudad de Toledo.
Nunca se casó y era una persona muy religiosa. En su testamento, que se guarda en el archivo de Mascaraque, dejó todos sus bienes para obras de caridad y para fundar una capellanía en la iglesia de Mascaraque. El primer beneficiario de esta capellanía fue su sobrino Rodrigo de Vivar.
¿Cómo se descubrió su talento?
En 1777, un experto llamado Antonio Ponz admiró las pinturas de Correa en un monasterio. Aunque no sabía mucho sobre el pintor, notó que su estilo era excelente. Ponz pensó que Correa debía haber estudiado las obras de grandes maestros como Rafael y artistas antiguos, por la calidad de sus expresiones y el buen uso del color.
Más tarde, en 1800, otro experto, Ceán Bermúdez, también elogió su estilo, aunque tampoco conocía su nombre completo. La vida de Juan Correa de Vivar se pudo reconstruir en el siglo XX, pero su talento ya era reconocido mucho antes.
Su formación como artista
Juan Correa de Vivar se formó en el taller de Juan de Borgoña, quien era el maestro más importante en Toledo a principios del siglo XVI. Borgoña combinaba influencias de Italia, España y el norte de Europa en su arte.
En este taller, Juan Correa, que tenía unos 17 o 18 años, compartió con otros aprendices. Con algunos de ellos, como Pedro de Cisneros, mantuvo una amistad duradera.
Juan Correa de Vivar falleció en Toledo el 16 de abril de 1566. Fue enterrado en Mascaraque, en el mismo lugar donde descansaban sus padres. En la venta de sus bienes, estuvieron presentes muchos de sus amigos, que eran artistas destacados de Toledo. Entre ellos se encontraban arquitectos como Alonso de Covarrubias y Nicolás de Vergara el Viejo, el escultor Francisco de Linares, y pintores como Diego de Aguilar y Blas Pablín.
Las obras de Juan Correa de Vivar
Al principio, el estilo de Juan Correa de Vivar era muy parecido al de su maestro, Juan de Borgoña. Sin embargo, con el tiempo, recibió influencias de artistas como Rafael, lo que le dio a sus figuras un colorido más delicado y suave.
A partir de 1550, su estilo evolucionó aún más, influenciado por Luis de Morales y las tendencias del Manierismo que llegaron a Toledo. Sus figuras se volvieron más dinámicas y expresivas, pero sin perder su elegancia característica.
Sus primeros trabajos importantes
Juan Correa de Vivar comenzó a trabajar como maestro independiente cuando tenía poco más de veinte años. Algunos de sus primeros encargos llegaron a través de su familia, como las pinturas para el retablo mayor de las clarisas de Griñón (entre 1532 y 1534), fundado por su tío Rodrigo de Vivar.
De estos primeros años también son la tabla del Nacimiento para el monasterio de Guadalupe y un retablo similar que hizo para Guisando. Este último se encuentra hoy dividido entre el Museo del Prado y el Museo de Santa Cruz de Toledo.
La influencia de su maestro se fue haciendo menos evidente con el tiempo. El estilo de Correa se volvió más suave y se diferenció de otros artistas importantes de su época, como Francisco Comontes, con quien tuvo una amistad que terminó por un pequeño desacuerdo.
Obras destacadas y encargos
Alrededor de 1540, Juan Correa de Vivar realizó algunas de sus obras más importantes. Un ejemplo es el conjunto de retablos para el Monasterio Cisterciense de Santa María de Valdeiglesias, en Pelayos de la Presa (Madrid). Estas obras fueron muy admiradas y hoy se encuentran en diferentes museos y colecciones.
Algunas de sus pinturas, como Pilatos lavándose las manos o el Ecce homo, son consideradas de lo mejor de su carrera. Para la iglesia del Tránsito de Toledo, pintó una tabla sobre el tránsito de la Virgen, donde incluyó un retrato del donante (la persona que encargó la obra). Esto demuestra su habilidad para combinar la pintura religiosa idealizada con la representación realista de personas. Esta obra se conserva en el Museo del Prado.
También de 1540 son los retablos de la Iglesia de Dosbarrios y el de Herrera del Duque, que se han conservado solo en parte.
Entre 1550 y 1566, su estilo se hizo aún más personal. Sus figuras se volvieron más fuertes y enérgicas, manteniendo siempre su elegancia. Debido a la gran cantidad de encargos en estos años, a menudo necesitaba la ayuda de sus asistentes y alumnos. Por eso, a veces se pueden ver diferencias de calidad entre las obras que pintó él mismo y las que salieron de su taller.
Entre sus obras maestras de este período se encuentran el retablo de Almonacid de Zorita (hoy en Oropesa), el de la parroquia del Salvador de Toledo y el de la Pasión en las jerónimas de San Pablo, también en Toledo.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Juan Correa de Vivar Facts for Kids