Josefa Úriz Pi para niños
Datos para niños Josefa Úriz Pi |
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Información personal | ||
Nacimiento | 15 de marzo de 1883 Badostáin (España) |
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Fallecimiento | 2 de agosto de 1958 Berlín Este (República Democrática Alemana) |
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Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Profesora y pedagoga | |
Josefa Úriz Pi, conocida como Pepita, fue una destacada maestra y pedagoga española. Nació en Badostáin, Valle de Egüés, el 15 de marzo de 1883, y falleció en Berlín Oriental el 2 de agosto de 1958.
Josefa fue la hermana mayor de Elisa Úriz Pi (1893-1979). Ambas hermanas defendieron ideas de cambio social y se vieron obligadas a dejar España después de la guerra civil española. Colaboraron con grupos de resistencia en París durante la Segunda Guerra Mundial. En 1951, tuvieron que salir de Francia y se mudaron a Berlín Oriental.
Contenido
La vida de Josefa Úriz Pi: Una educadora innovadora
Josefa Úriz Pi nació en una familia con varios hermanos. Su padre, Benito Úriz Erro, era capitán de Infantería. Sus hermanos se llamaban Elisa, Miguel y Francisco.
Formación y primeros años como maestra
Después de terminar sus estudios de bachillerato en Navarra, Josefa se trasladó a Madrid. Allí, entre 1909 y 1912, se graduó en Ciencias en la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio.
En 1914, Josefa comenzó a trabajar en la Escuela de Maestros de Gerona. En 1919, fue directora temporal de esta escuela. Durante ese tiempo, recibió una beca de la Junta de Ampliación de Estudios para ir a Bruselas. Allí conoció a Ovide Decroly, un importante pedagogo.
Desafíos y defensa de la educación moderna
El 21 de mayo de 1921, Josefa Úriz empezó a dar clases de Pedagogía en la Escuela Normal de Magisterio para mujeres de Lérida. Desde el principio, sus ideas modernas chocaron con los métodos más tradicionales de la directora de entonces.
Josefa proponía a sus alumnas leer libros de autores como Margarita Nelken o Pedro Dorado Montero. Estas ideas innovadoras no fueron bien recibidas por algunos grupos conservadores de la ciudad. Fue acusada de difundir ideas que consideraban contrarias a las costumbres de la época.
El obispo de Lérida, Josep Miralles y Sbert, la denunció. Esto llevó a una investigación sobre su trabajo. El caso se hizo público en la prensa local y nacional. Muchos intelectuales importantes, como Santiago Ramón y Cajal y Miguel de Unamuno, firmaron un documento para defender a Josefa Úriz. Gracias a este apoyo, el proceso se detuvo, e incluso el ministro de educación de ese momento renunció.
Sin embargo, cuando la Dictadura de Primo de Rivera llegó al poder, el caso de Josefa se reabrió. Finalmente, en 1925, fue castigada con un año de destierro, lo que significaba que no podía trabajar ni recibir sueldo y debía vivir lejos de la ciudad. El 6 de marzo de 1926, una vez cumplida la sanción, pudo volver a su puesto de trabajo.
Compromiso con la educación y la sociedad
Después de la llegada de la Segunda República Española, las Escuelas Normales para mujeres y hombres se unieron. En mayo de 1931, Josefa fue nombrada directora de la nueva escuela unificada. Ella quería modernizar el centro y aplicó métodos educativos de pedagogos como María Montessori, Célestin Freinet y Jean Piaget.
Josefa creó la primera clase para estudiar el idioma catalán. También abrió una residencia para estudiantes que no dependía de instituciones religiosas, y mejoró la biblioteca de la escuela.
Josefa estaba muy comprometida con los trabajadores de Lérida. Colaboró con varias organizaciones y grupos que buscaban mejorar las condiciones de vida de las personas. Fue una de las fundadoras del Grupo Latido, que seguía las ideas de Célestin Freinet, y editó la revista "Escuela" desde 1932.
En 1932, fue nombrada secretaria general de la FETE-UGT en Lérida. También participó en algunas misiones pedagógicas en el Valle de Arán, llevando la educación y la cultura a zonas rurales.
En enero de 1934, fue destituida de su cargo como directora de la Escuela Normal. Esto causó una huelga de estudiantes de 48 horas. El 27 de mayo de 1934, fue nombrada vicepresidenta de la FETE-UGT de Barcelona. Junto con su hermana, impulsó la Unión de Mujeres Antifascistas, una organización que defendía los derechos de las mujeres.
Poco antes de que comenzara la guerra civil española, Josefa se unió a un grupo que buscaba cambios sociales en Cataluña. Cuando la guerra estalló, fue nombrada nuevamente directora de la Escuela Normal. Poco después, fue enviada a Barcelona, donde en agosto de 1936 fue nombrada secretaria general del sindicato FETE-UGT.
Desde marzo de 1937, presidió la sección de enseñanza artística en el primer Consejo de la Escuela Nueva Unificada (CENU). En este consejo, representó a su sindicato y fue una de las principales pensadoras sobre la educación en ese momento. En enero de 1938, presidió el primer Congreso de FETE en Barcelona. El 9 de septiembre del mismo año, fue nombrada directora general de Evacuación y Refugiados del Gobierno. Desde este puesto, trabajó para proteger y ayudar a los niños afectados por la guerra.
El exilio y su legado
En febrero de 1939, Josefa se exilió en Francia con su hermana. Allí, trabajaron para ayudar a los maestros que estaban en campos de acogida franceses. Más tarde, durante la ocupación de Francia en la II Guerra Mundial, colaboraron con la Resistencia francesa.
Las hermanas Úriz lograron escapar de situaciones difíciles y se unieron a la Unión Nacional Española. Después de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades españolas iniciaron un proceso legal contra ellas. Las hermanas fueron expulsadas de Francia en agosto de 1951.
Se trasladaron a Berlín oriental, donde continuaron trabajando para ayudar a los españoles que también estaban exiliados. Pepita Úriz falleció en 1958. Su hermana Elisa regresó a España muchos años después, tras el fin de la dictadura, y falleció siendo ya una persona mayor.
Reconocimientos
Desde 2014, una escuela pública en Sarriguren (Valle de Egüés) y una plaza en la misma localidad llevan el nombre de Josefa Úriz Pi, en reconocimiento a su importante labor como educadora.