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Teoría heliocéntrica para niños

Enciclopedia para niños
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Sistema heliocéntrico: cómo los planetas giran alrededor del Sol. Imagen de Harmonia Macrocosmica (1708).
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Sistema geocéntrico: cómo se pensaba que los planetas giraban alrededor de la Tierra. Por Giovanni Cassini.

El heliocentrismo es un modelo astronómico que explica que la Tierra y los demás planetas se mueven alrededor del Sol. En este modelo, el Sol está en el centro del sistema solar y se considera que está quieto. La palabra "heliocentrismo" viene del griego "helios" (Sol) y "kentron" (centro).

Históricamente, el heliocentrismo se opuso al geocentrismo. El geocentrismo era la idea de que la Tierra estaba en el centro del universo y todo giraba a su alrededor.

La primera vez que se propuso que la Tierra giraba alrededor del Sol fue hace mucho tiempo, en el siglo III antes de Cristo, por un astrónomo llamado Aristarco de Samos. Sin embargo, esta idea no fue muy aceptada por otros astrónomos de su época.

Mucho después, en el siglo XVI, durante el Renacimiento, un astrónomo y matemático polaco llamado Nicolás Copérnico presentó un modelo heliocéntrico completo. Lo hizo en su libro publicado en 1543, lo que marcó el inicio de la «revolución copernicana».

En el siglo siguiente, Johannes Kepler mejoró este modelo al descubrir que los planetas se mueven en órbitas con forma de óvalo (elípticas), no círculos perfectos. Su trabajo se basó en las observaciones que Galileo Galilei hizo con un telescopio.

Con el tiempo, los astrónomos como William Herschel y Friedrich Bessel se dieron cuenta de que el Sol no es el centro de todo el universo. En la década de 1920, Edwin Hubble demostró que nuestro Sol es solo una estrella más en una galaxia enorme, la Vía Láctea, y que existen miles de millones de galaxias más.

Primeras ideas sobre el movimiento de los astros

Cuando miramos el cielo, parece que la Tierra está quieta y que todo lo demás (el Sol, la Luna, las estrellas) sale por el este y se esconde por el oeste cada día. Pero si observamos con más atención, vemos movimientos más complejos. Por ejemplo, el lugar por donde salen el Sol y la Luna cambia durante el año. También, algunos planetas a veces parecen moverse hacia atrás en el cielo en relación con las estrellas. Este movimiento se llama retrogradación.

A medida que se observaron y entendieron mejor estos movimientos, se crearon mejores explicaciones. La más famosa fue el «Sistema ptolemaico», que fue desarrollado por Claudio Ptolomeo en el siglo II después de Cristo. Este sistema era muy avanzado y permitía calcular con bastante precisión las posiciones de los planetas.

Ptolomeo pensaba que cualquier modelo que describiera los movimientos de los planetas era solo una herramienta matemática. Creía que el modelo más sencillo y que diera los resultados correctos era el que debía usarse. Sin embargo, no aceptaba la idea de que la Tierra girara, porque imaginaba que esto causaría vientos muy fuertes.

El pensamiento en la antigua Grecia

En la antigua Grecia, hubo varias ideas sobre cómo se movía el universo.

Los pitagóricos

Un filósofo llamado Filolao (alrededor del 390 a.C.), que seguía las ideas de Pitágoras, propuso un modelo diferente. Él creía que en el centro del universo había un "fuego central". Alrededor de este fuego, la Tierra, el Sol, la Luna y los planetas giraban en círculos perfectos. En este sistema, el Sol giraba alrededor del fuego central una vez al año, y las estrellas estaban fijas. La Tierra siempre mostraba la misma cara al fuego central, por lo que este fuego y un "anti-Tierra" eran invisibles desde nuestro planeta.

La idea de que los cuerpos celestes se movían en círculos perfectos fue muy importante durante unos 2000 años. Copérnico se refirió a estas ideas para mostrar que la noción de una Tierra en movimiento no era algo completamente nuevo.

Otro pensador, Heráclides Póntico (siglo IV a.C.), explicó el movimiento diario del cielo diciendo que la Tierra giraba sobre sí misma. También se cree que pensaba que Mercurio y Venus giraban alrededor del Sol, y que el Sol, a su vez, giraba alrededor de la Tierra.

Aristarco de Samos

La primera persona que propuso un sistema heliocéntrico fue Aristarco de Samos (alrededor del 270 a.C.). Él calculó el tamaño de la Tierra y midió el tamaño y la distancia de la Luna y el Sol. Basándose en sus cálculos, llegó a la conclusión de que el Sol era mucho más grande que la Tierra.

Aunque sus escritos sobre el sistema heliocéntrico se perdieron, sabemos de sus ideas gracias a otros pensadores como Arquímedes. Algunos creen que el gran tamaño del Sol le hizo pensar a Aristarco que tenía más sentido que la Tierra girara alrededor del Sol, y no al revés.

Arquímedes escribió que Aristarco propuso que las estrellas fijas y el Sol permanecían quietos. También dijo que la Tierra giraba alrededor del Sol en un círculo, con el Sol en el centro. Aristarco pensaba que las estrellas estaban muy, muy lejos. Por eso, no se podía ver un cambio en la posición de las estrellas (llamado paralaje) a medida que la Tierra se movía alrededor del Sol. En realidad, las estrellas están tan lejos que el paralaje estelar solo se puede detectar con telescopios potentes.

Seleuco de Seleucia

Es probable que otros astrónomos de la antigüedad también apoyaran el heliocentrismo, pero sus trabajos se perdieron. El único otro astrónomo conocido que apoyó el modelo heliocéntrico de Aristarco fue Seleuco de Seleucia (nacido en el 190 a.C.). Seleuco fue un astrónomo de la época helenística.

Se cree que Seleuco pudo haber demostrado la teoría heliocéntrica usando modelos geométricos para calcular las posiciones de los planetas. También se dice que explicó las mareas como un efecto de la atracción de la Luna y del movimiento de la Tierra alrededor del centro de masa de la Tierra y la Luna.

La revolución de Copérnico

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El sistema heliocéntrico de Copérnico, simplificado.

En el siglo XVI, Nicolás Copérnico publicó su libro De Revolutionibus Orbium Coelestium. En él, presentó un modelo heliocéntrico completo del universo. Copérnico explicó las ideas de su sistema, las desarrolló con geometría y usó observaciones astronómicas para calcular los parámetros de su modelo. También creó tablas astronómicas para predecir las posiciones de las estrellas y los planetas.

Con este trabajo, Copérnico transformó el heliocentrismo de una idea filosófica a una herramienta astronómica que permitía hacer predicciones. Sin embargo, su sistema aún usaba círculos dentro de círculos (llamados deferentes y epiciclos), lo que lo hacía tan complejo como el sistema de Ptolomeo.

El punto de vista de la ciencia moderna

Las tres leyes de Kepler, formuladas a principios del siglo XVII, describen matemáticamente cómo se mueven los planetas en sus órbitas alrededor del Sol.

Más tarde, se obtuvieron pruebas claras de la idea heliocéntrica. En 1727, Bradley hizo una prueba. En 1838, Friedrich Wilhelm Bessel demostró que el paralaje estelar (el pequeño cambio en la posición aparente de una estrella debido al movimiento de la Tierra) era real. Midió un paralaje para la estrella 61 Cygni. Ese mismo año, otros astrónomos midieron el paralaje de otras estrellas como Vega y Alfa Centauri.

La idea de que el heliocentrismo no era estrictamente cierto en todos los sentidos se fue aceptando poco a poco. Filósofos como Giordano Bruno ya defendían que el Sol no era el centro del universo, sino solo una estrella más entre muchísimas. A lo largo de los siglos XVIII y XIX, se hizo cada vez más claro que el Sol era simplemente una estrella más. Para el siglo XX, esto ya no era un tema de discusión.

La ciencia moderna también nos dice que no hay un "centro" obvio en el universo. El principio de relatividad explica que no existe una velocidad absoluta ni un estado de "reposo" absoluto.

Incluso si solo consideramos nuestro sistema solar, el Sol no está exactamente en el centro geométrico de la órbita de ningún planeta. En cambio, está en uno de los focos de la órbita elíptica. Además, como los planetas tienen masa (especialmente Júpiter), el centro de gravedad de todo el sistema solar está un poco desplazado del centro del Sol. Por eso, un astrónomo que observara nuestro Sol desde otro sistema estelar vería que el Sol "bambolea" un poco.

Uso actual de "geocéntrico" y "heliocéntrico"

Hoy en día, los términos "geocéntrico" y "heliocéntrico" se usan para describir sistemas de coordenadas que se eligen por razones prácticas. Por ejemplo, en algunos cálculos, el punto de origen puede ser el centro de la Tierra, o el centro del Sol, o el centro de masa de todo el sistema solar. Sin embargo, estas elecciones son solo para facilitar los cálculos y no tienen un significado filosófico o físico sobre dónde está el "verdadero" centro del universo.

Percepción popular

A pesar de lo que la ciencia ha demostrado, algunas personas todavía creen en el modelo geocéntrico. Por ejemplo, encuestas realizadas en 1999 y 2006 mostraron que aproximadamente una de cada cinco personas en Estados Unidos creía que el Sol giraba alrededor de la Tierra. De manera similar, una encuesta de 2011 indicó que alrededor de un tercio de los rusos creían en el modelo geocéntrico.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Heliocentrism Facts for Kids

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Teoría heliocéntrica para Niños. Enciclopedia Kiddle.