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Hallazgo del sepulcro del Apóstol Santiago para niños

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El primer texto que menciona la predicación de Santiago el Mayor es el «Breviario de los Apóstoles», un escrito del siglo VI. Este texto dice que el lugar de descanso final de Santiago es un sitio llamado «Arca Marmárica». San Isidoro de Sevilla apoyó esta idea en su obra «De ortu et obitu patrium».

Un siglo y medio después, durante el reinado del rey Mauregato, se escribió el himno «O Dei Verbum». En este himno, se describe al apóstol como la «áurea cabeza de España, nuestro protector y patrono nacional». El himno pedía a Santiago que protegiera al pueblo de enfermedades, problemas y peligros.

El nombre del apóstol Santiago apareció por primera vez en el «Breviario de los Apóstoles». Este texto indicaba que el apóstol había predicado en Hispania y en otras zonas de Occidente. También decía que el lugar donde fue enterrado Santiago era Arca Marmórica.

Sabemos por «Los hechos de los Apóstoles» que Santiago falleció en Jerusalén, bajo el gobierno de Herodes. Por lo tanto, su cuerpo tuvo que ser trasladado. El obispo León contó que cuatro discípulos de Santiago le dijeron que habían recogido el cuerpo del apóstol. Lo habían transportado en un barco hasta Bisria, donde se unen los ríos Ulla y Sar, en Galicia. En una carta, León animaba a los cristianos a ir allí a orar, diciendo: «Ciertamente allí yace oculto Santiago.» A partir de ese momento, comenzaron las investigaciones para encontrar el lugar exacto donde estaba enterrado el Apóstol Santiago.

¿Cómo se descubrió el sepulcro de Santiago?

Archivo:Vieira Camino de Santiago
Los símbolos de los peregrinos son el bastón, la vieira y la calabaza para llevar agua.

A lo largo del tiempo, se fueron dando una serie de hechos y descubrimientos sobre el apóstol Santiago. Estos ayudaron a entender dónde predicó, dónde murió y dónde fue enterrado.

Primeras menciones y teorías

El nombre de Santiago apareció por primera vez en el «Breviario de los Apóstoles». Este texto latino fue escrito a finales del siglo VI, durante la época de la Hispania visigoda. El Breviario contenía información muy valiosa, especialmente dos datos nuevos para ese tiempo:

  • Primero, decía que el apóstol había predicado en Hispania y en las regiones occidentales.
  • Segundo, ubicaba su lugar de entierro en un sitio llamado «Arca Marmárica».

Más tarde, en el siglo VII, la idea de que Santiago había realizado una misión en España comenzó a extenderse por Occidente. Esta idea fue recogida en la Península por el tratado «De ortu et obitu Patrum», de San Isidoro. También fue mencionada en Inglaterra por el obispo Aldhelmo de Sherborne.

Algunos obispos españoles no creían en esta teoría al principio. Sin embargo, al mismo tiempo, el nombre de Santiago empezó a aparecer en las listas de reliquias que se guardaban en las iglesias. No se han encontrado pruebas históricas del origen de estas reliquias. La falta de un lugar de culto conocido para su tumba durante los siglos VII y VIII hizo que la historia de un descubrimiento milagroso en el siglo IX fuera más creíble.

Un tiempo de cambios en la Península

Mientras tanto, la península ibérica vivió un periodo de grandes cambios. En el siglo VIII, los musulmanes llegaron a la península y a Aquitania. El mundo cristiano temía la influencia islámica. En el sur de Al-Ándalus, algunos líderes religiosos miraban hacia Roma. En el norte, se apoyaban en Santiago como evangelizador.

Carlomagno comenzó su campaña contra el Islam en el Valle del Ebro. De acuerdo con el Papa Adriano I, envió al obispo Egila a España. Su misión era iniciar una reforma de la iglesia en la península, similar a la que se estaba haciendo en el Imperio Carolingio.

La teoría de Beato de Liébana

El beato de Liébana, en sus Comentarios al Apocalipsis, volvió a proponer la teoría de que Santiago había predicado en España. Esta idea la tomó del «Breviario de los Apóstoles». Diez años después, en el año 786, escribió la versión final de sus «Comentarios al Apocalipsis». Con esta obra, buscaba fortalecer la Iglesia de su tiempo.

Beato de Liébana incluyó un mapamundi en el que la figura del Apóstol Santiago aparecía en Hispania, en la región de Gallaecia. Este dato era favorable para la iglesia asturiana. Casi al mismo tiempo, apareció en el reino astur el himno litúrgico «O Dei Verbum», que se atribuye al beato de Liébana. En este himno, se pide a Santiago que proteja al rey, al clero y al pueblo. Se le invocaba como protector de toda la sociedad cristiana de ese momento.

El descubrimiento del sepulcro

El Breviario de los Apóstoles decía que el entierro de Santiago estaba en Arca. Pero, como ya se mencionó, los Hechos de los Apóstoles indican que Santiago el Mayor murió en Jerusalén bajo el mandato de Herodes. Por lo tanto, su cuerpo tuvo que ser trasladado.

La carta del obispo León

El primer texto que habla de esta traslación es una carta sin fecha que apareció en un momento clave. Se cree que fue escrita por León, obispo de Jerusalén, y estaba dirigida a francos, vándalos, visigodos y ostrogodos. Por eso, se calcula que fue escrita alrededor del año 500. En ella se mencionan cuatro lugares importantes:

  • Iria-Padrón, una sede de obispos.
  • Monte Sacro o Illicino.
  • Jerusalén, donde murió Santiago.
  • Arcis Marmoricis, el lugar del sepulcro.

El obispo León contaba en esta carta que, durante una reunión de obispos (un sínodo), se le presentaron cuatro de los siete discípulos de Santiago. Ellos habían recogido el cuerpo del apóstol y lo habían llevado en un barco guiado por la mano de Dios. Llegaron a Bisria, donde se unen el río Ulla y el Sar, en Galicia. El viaje duró siete días. Al final de la carta, León animaba a los cristianos a ir allí a orar, diciendo: «Ciertamente allí yace oculto Santiago.»

Las noticias de la carta de León se difundieron rápidamente a través de los martirologios, que eran libros con vidas de santos que circulaban por todo Occidente. En el siglo IX, en las notas del 25 de julio de un año desconocido, se lee: «Natividad de Santiago. Sus sagrados huesos, trasladados a España y sepultados en sus regiones occidentales, son objeto de una celebérrima veneración.»

El desarrollo de la historia

Los detalles sobre la ubicación del cuerpo de Santiago surgieron después de que se conociera la carta de León. Se contaba que los discípulos sacaron el cuerpo del barco y lo pusieron sobre una gran losa. Esta losa, «con el peso y como si fuese cera derretida», se transformó en un sepulcro. Después de muchas dificultades, colocaron el sarcófago en una carreta tirada por bueyes. Los bueyes se detuvieron en un lugar llamado Pico Sacro. Allí, las reliquias fueron puestas en un arca de mármol, el «Arca Marmórica», y se construyó una pequeña iglesia.

Véase también

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