Joseph Merrick para niños
Datos para niños Joseph Merrick |
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Joseph Carey Merrick, en 1889.
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Joseph Carey Merrick | |
Nacimiento | 5 de agosto de 1862 Leicester, Inglaterra |
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Fallecimiento | 11 de abril de 1890![]() |
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Causa de muerte | Asfixia | |
Sepultura | City of London Cemetery and Crematorium | |
Nacionalidad | británico | |
Religión | Iglesia bautista | |
Características físicas | ||
Altura | 1,57 m | |
Familia | ||
Padres | Joseph Rockley Merrick y Mary Jane Merrick | |
Familiares | William Merrick y Marion Eliza Merrick (Hermanos) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Artista | |
Años activo | 1884-1885 | |
Seudónimo | Hombre Elefante | |
Joseph Carey Merrick (5 de agosto de 1862 – 11 de abril de 1890), conocido también como el Hombre Elefante, fue un ciudadano inglés que vivió en el siglo XIX. Se hizo famoso por las graves deformaciones que desarrolló en su cuerpo desde muy pequeño. A pesar de las dificultades que enfrentó, Joseph fue una persona de carácter amable y educado.
Durante gran parte de su vida, se pensó que no era muy inteligente. Sin embargo, en sus últimos años, demostró tener una inteligencia superior a la media. Se cree que Joseph padeció una enfermedad rara llamada síndrome de Proteus, siendo uno de los casos más conocidos.
Su historia fue llevada al cine en la película de 1980 El hombre elefante, dirigida por David Lynch.
Contenido
¿Quién fue Joseph Merrick?
Los primeros años de Joseph Merrick
Joseph Carey Merrick nació en Leicester, Inglaterra, el 5 de agosto de 1862. Sus padres, Joseph Rockley Merrick y Mary Jane Merrick, y sus hermanos, William Arthur y Marion Eliza, tenían una apariencia normal.
Los primeros signos de su condición aparecieron cuando tenía solo 18 meses, con pequeñas verrugas. A partir de los 4 o 5 años, su cuerpo comenzó a desarrollar bultos y los huesos de sus extremidades y cráneo crecieron de forma inusual. Una caída grave afectó su cadera, dejándolo con dificultades para caminar. De adulto, medía 1,57 metros de altura.
Joseph contó que de niño no podía jugar con sus compañeros debido a sus piernas y cadera. A pesar de esto, siempre mostró gran valentía para superar su enfermedad. Su madre, Mary Jane, se esforzó para que asistiera a la escuela. Ella leía y escribía, y estaba muy involucrada con la iglesia bautista local, donde daba clases a niños.
A medida que las deformaciones de Joseph se hacían más notorias, la gente se reunía para observarlo en la calle. Por eso, su madre lo acompañaba personalmente a la escuela y a las clases dominicales. Joseph pasó toda su infancia muy unido a su madre, a quien siempre recordó como una persona muy cariñosa.
La vida de Joseph después de la pérdida de su madre
El padre de Joseph, que era cochero, abrió una pequeña tienda de mercería alrededor de 1870. Su madre, Mary Jane, falleció en 1873 a causa de una enfermedad pulmonar. Joseph, que tenía 11 años, consideró este el peor momento de su vida, incluso más difícil que su propia condición, ya que perdió a la única persona que le había mostrado amor y cuidado.
Poco después, su padre se casó de nuevo con una viuda que tenía dos hijos. Esta etapa fue muy difícil para Joseph. Su madrastra y hermanastros no lo aceptaron y lo trataron injustamente. Le exigían que trabajara y aportara dinero a la familia, sin considerar las dificultades que sus deformidades le causaban. Joseph recordaba que su madrastra a menudo le quitaba la comida, diciendo que no merecía tanto por lo poco que contribuía.
Gracias a la ayuda de su tío Charles Merrick, Joseph consiguió un empleo en una fábrica de cigarros. Trabajó allí durante dos años, hasta que su mano derecha, muy deformada, le impidió seguir atando hojas. Fue despedido.
Las humillaciones en casa lo llevaron a escaparse varias veces. Su padre lo buscaba y Joseph solo regresaba si le prometía un mejor trato. Sin embargo, sus problemas de cadera y columna le causaban mucho dolor al caminar. Su padre le consiguió una licencia de vendedor ambulante. Con un carro de mano, Joseph vendía artículos de la mercería de su padre por las calles de Leicester. Su aspecto ya era impactante, y su trabajo como vendedor no tuvo éxito.
En esos días, la mandíbula de Joseph se había deformado y un gran bulto crecía sobre su boca, haciendo que su habla fuera casi incomprensible. Joseph contó que niños y adultos se burlaban de él en la calle. Al no vender nada, la situación en casa no mejoró. A veces, Joseph prefería pasar el día sin comer antes que soportar los regaños de su madrastra.
Finalmente, la presión familiar y un incidente de maltrato hicieron que Joseph se fuera de casa para siempre a los quince años, llevando sus pocas pertenencias en su carro. Durmió en la calle, vendiendo lo que le quedaba. Su tío Charles Merrick, que tenía una barbería, lo encontró y lo acogió en su casa durante dos años. Joseph siempre apreció el buen trato de sus tíos.
La vida en la Workhouse y las exhibiciones
En 1879, la vida de Joseph se complicó de nuevo. El gremio de vendedores ambulantes se quejó de que Joseph Merrick daba una "mala imagen" y su licencia no fue renovada. La casa de su tío era pequeña y Joseph no quería ser una carga. Decidió ingresar en la Leicester Union WorkHouse a finales de 1879. Las condiciones en estas "casas de trabajo" eran muy duras, y Joseph las soportó durante doce semanas. Salió por dos días, pero al darse cuenta de que no encontraría trabajo normal, regresó y permaneció allí durante cuatro años.
Joseph siempre habló con miedo de su estancia en ese lugar. Después de cuatro años, el bulto en su cara le impedía comer. Los encargados de la Workhouse lo llevaron a la "Leicester Infirmary" para una operación. Allí le quitaron medio kilogramo de tejido de la protuberancia que le había dado el apodo de "Hombre Elefante". La operación fue dolorosa, pero le permitió comer y hablar mejor.
Mientras se recuperaba, Joseph decidió que no quería volver a la Workhouse. Pensó que la única forma de ganarse la vida era exhibirse en ferias ambulantes. Se enteró de que un promotor llamado Sam Torr estaba en Leicester y le escribió. Torr lo contrató de inmediato, y Joseph comenzó a exhibirse por Inglaterra en agosto de 1884.
De Sam Torr, Joseph pasó a trabajar con el empresario Tom Norman, quien tenía una tienda de curiosidades. Joseph no guardaba malos recuerdos de esta etapa e incluso hizo amigos. A finales de 1884, llegó a Londres con Tom Norman. Norman tenía un local frente al Royal London Hospital. Joseph debía dormir sentado debido al tamaño de su cabeza, por lo que Norman le encargó una cama especial.
Fue en este tiempo cuando el médico Frederick Treves vio a Joseph por primera vez, gracias a la recomendación de unos estudiantes de medicina. Treves quedó muy impresionado por el aspecto de Joseph y pidió a Tom Norman permiso para examinarlo. Treves notó la cicatriz de la operación en su cara.
Treves le dio una tarjeta a Tom Norman para que Joseph pudiera entrar al hospital sin problemas. Joseph fue al hospital varias veces para ser examinado por Treves y otros médicos. Se confirmó que su enfermedad era incurable y que no podía quedarse en el hospital de forma permanente. Según Norman, Joseph no quería volver porque se sentía "como un animal en un mercado". Al principio, Joseph no hablaba mucho con Treves por timidez y por su dificultad para expresarse, lo que hizo que Treves pensara que tenía una discapacidad intelectual, lo cual no era cierto.
La exhibición en Londres continuó hasta la primavera de 1885, cuando fue cerrada por las autoridades, quienes la consideraron "indecente". Como Joseph ya no podía trabajar en Inglaterra, Tom Norman lo envió con un promotor italiano llamado Ferrari a Bélgica en junio de 1886. Sin embargo, en Europa, las leyes sobre la exhibición de personas con deformidades eran muy estrictas. Las exhibiciones de Joseph eran cerradas rápidamente, y apenas obtenían ganancias.
En Bruselas, Ferrari abandonó a Joseph, llevándose las 50 libras que Merrick había ganado. Solo y sin conocer el idioma francés, Joseph logró empeñar algunas pertenencias. Con mucha dificultad, llegó a Ostende, donde compró un pasaje para regresar a Inglaterra. Tuvo problemas para embarcar, ya que un capitán no lo quería en su barco. Finalmente, logró subir a otro barco, pero con la condición de no mezclarse con los demás pasajeros. El mal tiempo lo obligó a quedarse en la cubierta a la intemperie durante diez horas, lo que le causó bronquitis.
Llegó a Dover y tomó un tren a Londres. En el tren, se escondió en un vagón vacío para no ser visto. Joseph Merrick llegó a la estación de Liverpool Street en Londres la mañana del 24 de junio de 1886. Al bajar del tren, la gente lo rodeó, intentando quitarle la gorra que cubría su cara. Joseph intentó escapar sin éxito. Cuando llegó la policía, Joseph estaba muy alterado y no podía hablar con claridad. No conocía a nadie en Londres ni la ciudad. Solo pudo mostrar la tarjeta del doctor Frederick Treves que había guardado.
Treves fue llamado a la estación y llevó a Joseph al London Hospital. Lo ingresó de forma irregular, lo que le causó problemas con sus superiores. El director del hospital comprendió la situación de Joseph, pero el London Hospital no aceptaba pacientes con enfermedades crónicas en ese momento. Se consideró enviarlo a un asilo, pero todos lo rechazaron. Joseph Merrick sugirió ir a un faro o a un asilo para personas ciegas, y pidió repetidamente no volver a una Workhouse, ya que le aterraba la idea. Quería ir a un faro porque tenía mucho miedo a la gente, y a un asilo de ciegos para poder relacionarse sin la angustia de ser juzgado por su apariencia.
El director del hospital tuvo la idea de publicar un anuncio en la prensa pidiendo ayuda económica para Joseph. La respuesta de la sociedad inglesa fue muy positiva, y se recibieron grandes sumas de dinero. Con los fondos asegurados, se habilitaron unas habitaciones para Joseph en el hospital, que se convirtieron en su hogar definitivo. El hijo del carpintero que hizo los arreglos a veces lo acompañaba, tocando el violín. Cuando Joseph se sintió más cómodo, a veces exploraba el hospital, pero las enfermeras lo regresaban a sus habitaciones para no asustar a otros pacientes. Joseph le preguntaba a Treves sobre "el mundo real" y, al expresar su deseo de ver un hogar como los de las novelas, Treves lo invitó a su casa a tomar el té con su esposa.
La Princesa Alejandra de Gales y el duque de Cambridge también se interesaron por Joseph. En el hospital, Joseph encontró la paz que tanto había deseado y se dedicó a sus pasiones: la lectura de novelas románticas y la escritura. Animado por el doctor Frederick Treves, Joseph comenzó a recibir visitas, a quienes siempre sorprendía con su educación y sensibilidad. Entre sus visitantes, destacó la Princesa de Gales, a quien recibió en mayo de 1887 y quien le enviaba una tarjeta de felicitación navideña cada año. Joseph guardaba una foto firmada de ella junto a la de su madre.
¿Cómo fue el fallecimiento de Joseph Merrick?
En la mañana del 11 de abril de 1890, Joseph Carey Merrick fue encontrado sin vida en su cama a los 27 años. El doctor Treves, después de examinarlo, pensó que había muerto por asfixia mientras dormía. La cabeza de Merrick era muy grande y le costaba mantenerla erguida. Su peso y tamaño le impedían dormir acostado, obligándolo a hacerlo sentado en una posición especial. De otra manera, sus deformidades le dificultaban la respiración.
Sin embargo, análisis más recientes de su esqueleto sugieren que la causa más probable de su muerte fue que su cabeza se inclinó repentinamente debido a su gran peso, lesionando su cuello.
En todos los homenajes a Joseph, se destaca su gran valentía frente a su enfermedad. También se admiraba su trato amable y educado, y su sensibilidad. Se cuenta que, al final de su vida, una mujer le dio la mano por primera vez, y Joseph se emocionó tanto que lloró, sintiéndose aceptado. A pesar de las humillaciones y el maltrato que sufrió, Joseph nunca guardó rencor y siempre mantuvo su carácter dulce e inocente. El antropólogo Ashley Montagu escribió un estudio sobre este aspecto de su personalidad, titulado El Hombre-Elefante: un estudio acerca de la dignidad humana.
Aunque durante mucho tiempo se ignoró, Joseph Merrick tenía una inteligencia superior a la media. Tenía un vocabulario amplio y, a pesar de su origen humilde y su paso por el mundo de las exhibiciones, sabía leer y escribir correctamente y con un estilo notable. Sus escritos muestran a una persona ingenua, con una mirada asombrada y sencilla. Siempre sintió un profundo amor por su madre, cuya muerte fue la mayor tragedia de su vida, incluso más que su enfermedad. Quizás porque con su ausencia perdió el amor y fue la única que lo vio como un hijo y un ser humano.
¿Qué enfermedad padeció Joseph Merrick?
Joseph Merrick, con su visión sencilla e inocente, creía que sus deformaciones se debían a que un elefante asustó a su madre cuando estaba embarazada de él. Él lo describió así:
Vi la luz por primera vez el 5 de agosto de 1862. Nací en Lee Street, Leicester. La deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre; ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos, y desafortunadamente empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad.
Desde el punto de vista científico, al principio se pensó que Merrick padecía filariasis, también conocida como elefantiasis, causada por un gusano parásito. Sin embargo, la filariasis es una enfermedad tropical que no existe en las islas británicas y no causa las graves deformaciones óseas que sufrió Merrick. Más tarde, se creyó que padecía neurofibromatosis, conocida como "enfermedad del hombre elefante". Sin embargo, esta posibilidad también se descartó porque algunos síntomas de la neurofibromatosis no coincidían con el caso de Merrick.
Actualmente, la mayoría de los médicos creen que la enfermedad que padeció fue una variación grave del síndrome de Proteus. Aun así, no se descarta que fuera una enfermedad nueva, de la cual Merrick podría haber sido el único caso registrado hasta ahora.
El doctor Frederick Treves se encargó de su autopsia y preparó su esqueleto para exhibición. También guardó muestras de tejido de Joseph, pero se perdieron durante un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial. Treves hizo esto con la esperanza de que los avances de la medicina pudieran descubrir en el futuro qué enfermedad afectó a Merrick. Gracias a la buena conservación de su esqueleto, se han podido realizar pruebas que sugieren que la enfermedad que sufría Joseph Merrick fue el síndrome de Proteus.
Existe un debate sobre si su esqueleto debe ser enterrado o permanecer en manos de la ciencia. Jeanette Sitton, fundadora de Amigos de Joseph Carey Merrick, ha dicho que, como Joseph era un cristiano devoto, él habría querido ser sepultado.
El historial médico del Royal London Hospital describía las deformaciones de Joseph Merrick de la siguiente manera:
... una enorme y deformada cabeza, la extremidad superior derecha y ambas extremidades inferiores muy torcidas, con alargamiento e hipertrofia (crecimiento excesivo) de la mayoría de los dedos de la mano derecha, escoliosis (curvatura de la columna) y una pronunciada cojera en la cadera izquierda. Presentaba muchos nódulos y masas con forma de coliflor, extendidas por la piel y tejidos blandos del cuero cabelludo, parte derecha de la cara, espalda, glúteos y extremidades. Del maxilar superior sobresalía una masa de hueso, creando una apariencia peculiar como de probóscide (trompa); esta masa había vuelto a crecer después de una operación a los 20 años.
Merrick se describió a sí mismo de la siguiente manera:
Mi cráneo tiene una circunferencia de 91,44 cm, con una gran protuberancia carnosa en la parte posterior del tamaño de una taza de desayuno. La otra parte es, por describirla de alguna manera, una colección de colinas y valles, como si la hubiesen amasado, mientras que mi rostro es una visión que ninguna persona podría imaginar. La mano derecha tiene casi el tamaño y la forma de la pata delantera de un elefante, midiendo más de 30 cm de circunferencia en la muñeca y 12 en uno de los dedos. El otro brazo con su mano no son más grandes que los de una niña de diez años de edad, aunque bien proporcionados. Mis piernas y pies, al igual que mi cuerpo, están cubiertos por una piel gruesa y con aspecto de masilla, muy parecida a la de un elefante y casi del mismo color. De hecho, nadie que no me haya visto creería que una cosa así pueda existir.
El 5 de mayo de 2019, la autora Jo Vigor-Mungovin encontró la tumba sin marcar donde se enterraron los restos no óseos de Merrick en el cementerio de la City de Londres.
Joseph Merrick y el arte
Una de las personas que más ayudó a Merrick fue una actriz, la señora Kendall. Ella se conmovió mucho con el caso de Joseph y ayudó a recaudar fondos para él. Aunque no se conocieron en persona, ya que ella estaba de gira, se escribían cartas. Una vez, Joseph le comentó que siempre le hubiera gustado aprender a hacer cestas. La señora Kendall contrató a un artesano cestero que le enseñó. A pesar de las dificultades con su mano derecha, Joseph aprendió rápidamente. Pasaba mucho tiempo haciendo cestas y otros objetos de mimbre, que luego regalaba a sus amigos o a quienes lo trataban con amabilidad. Era su forma de sentirse útil. A pesar de que su mano izquierda era pequeña y frágil como la de un niño, y la derecha enorme, tenía gran habilidad y paciencia para los trabajos manuales. También hizo construcciones de cartón que regalaba. Una de ellas, que representa la iglesia que Merrick veía desde su ventana en el hospital, se exhibe en el London Hospital y destaca por sus detalles. Fue un regalo para la propia señora Kendall.
Cuando Joseph le contó que nunca había ido a un teatro, la señora Kendall le reservó un palco en el teatro de Drury Lane para que Treves y varias enfermeras lo acompañaran a ver una obra. Le fascinó. Según Treves, Joseph alcanzó la mayor felicidad unos meses antes de su muerte, cuando pudo ir al campo y disfrutar por primera vez de la naturaleza, invitado a pasar unas semanas en una casa de campo por una de las damas que lo visitaban.
El esqueleto de Joseph y su fe
En el museo del Royal London Hospital no se exhibe el esqueleto de Joseph, pero sí algunas de sus pertenencias: un sofá con ruedas que tenía en el hospital, cartas escritas por él, el libro de admisiones del hospital con su entrada, el gorro con el velo que cubría su cara y cabeza (hecho por Tom Norman) y moldes de yeso que le hicieron después de su fallecimiento. Aunque durante años la prensa sensacionalista dijo que el cantante Michael Jackson quería comprar sus restos, el artista lo desmintió en una entrevista en 1993.
Existe un debate sobre si su esqueleto debe ser enterrado o permanecer en manos de la ciencia. Joseph Merrick era un devoto protestante y siempre se identificó con la Iglesia bautista. En varias ocasiones, dijo que su madre le leía los Salmos de pequeño, siendo el Salmo 23 su favorito. En sus últimos años, escribió un poema que unió a versos del poeta y pastor protestante Isaac Watts, autor de muchos himnos.
Su forma de escribir
Merrick era diestro, pero la deformidad de su mano derecha lo obligó a aprender a escribir con la izquierda. Con su gran voluntad, logró hacerlo con una caligrafía elegante y fácil de leer. Firmaba simplemente como "Joseph Merrick".
El legado de Joseph Merrick
En 1923, el doctor Treves publicó The Elephant Man and Other Reminiscences, que fue durante mucho tiempo la principal fuente de información sobre la vida de Merrick. Sin embargo, contenía algunas imprecisiones. Merrick nunca le contó a Treves todos los detalles de su infancia, por lo que esos datos eran vagos en el libro. El error más curioso fue el cambio de su nombre de Joseph a John, tanto en este libro como en artículos médicos. En los documentos conservados, Joseph firmaba como tal, y en el manuscrito del libro, Treves escribió Joseph pero lo tachó y puso John. Se cree que fue un intento de proteger su privacidad. Este error persistió durante la mayor parte del siglo XX, ya que los biógrafos posteriores se basaron en la obra de Treves.
El doctor Treves también describió a Tom Norman como un hombre cruel que explotaba a Merrick. Norman negó esta descripción en una carta pública y en sus memorias, diciendo que él les daba a las personas un medio para ganarse la vida. También señaló que en el London Hospital, Merrick seguía siendo exhibido, solo que sin su control sobre cuándo y cómo ser visto.
En 1971, el antropólogo Ashley Montagu publicó The Elephant Man: A Study in Human Dignity, donde cuestionó más puntos de la obra de Treves. Por ejemplo, señaló que Merrick sí recordaba a su madre. Carr Gomm, presidente del comité del London Hospital, confirmó que Merrick llevaba una foto de su madre y criticó la suposición de Treves de que su madre era "inútil e inhumana". En 1980, Michael Howell y Peter Ford publicaron The True History of Elephant Man, resultado de su investigación detallada. Además de demostrar que su nombre era Joseph y no John, reconstruyeron muchos detalles de su vida y refutaron las imprecisiones de Treves, mostrando que su madre era culta y cariñosa, y que Merrick eligió exhibirse para ganarse la vida.
Joseph Merrick en el cine
El director estadounidense David Lynch llevó la vida de Joseph Merrick al cine en la película El hombre elefante (1980), una obra muy emotiva con algunas libertades artísticas. En ella, John Hurt interpreta a Joseph Merrick y Anthony Hopkins al doctor Frederick Treves. La película fue nominada a ocho premios Óscar y es considerada una de las mejores películas dramáticas de la historia del cine, elogiada por la crítica como una cinta conmovedora, hermosa, atractiva e impactante, convirtiéndose en una película de culto.
El poema de Watts
Joseph Merrick siempre impresionó por su especial sensibilidad. Un ejemplo de ello es un poema que escribió y que unió a otros cuatro versos del poeta y pastor protestante Isaac Watts, quien escribió tres libros de poesía. Los bautistas suelen usar estos poemas como himnos en sus servicios religiosos. Este en particular, que parece ser el favorito de Joseph, se encuentra en el segundo libro de Horae Lyricae. Es un fragmento de un poema titulado False Greatness (Falsa grandeza), cuyos primeros cuatro versos son de Merrick y los últimos cuatro son de Watts:
Is true that my form is something odd,
But blaming me is blaming God;
Could I create myself anew
would not fail pleasing you.If I could reach from pole to pole
The mind´s the standard of the man.
Or grasp the ocean with a span,
I would be measured by the soulEs cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
procuraría no fallar en complacerte.Si yo pudiese alcanzar de polo a polo
La mente es la medida del hombre.
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,J. Merrick
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Joseph Merrick Facts for Kids