Conflicto de COINTEX (1975-1976) para niños
El conflicto de COINTEX fue una serie de huelgas y protestas de trabajadores que ocurrieron en la localidad de Buñol a finales de 1975 y principios de 1976. Estas protestas mostraron tanto problemas específicos de la fábrica como desafíos más grandes que afectaban a los trabajadores en esa época.
Contenido
¿Cómo empezó la lucha de los trabajadores en Buñol?
Los primeros pasos del movimiento obrero
La historia de la actividad de los trabajadores en Buñol comenzó hace mucho tiempo, con batallas contra los antiguos sistemas de poder en los siglos XVIII y XIX. Esto hizo que la gente de Buñol adoptara ideas de progreso y justicia social. Buñol era un pequeño centro industrial, primero con fábricas de papel, luego de textiles y cemento.
Sindicatos y partidos políticos
A principios del siglo XX, los sindicatos y partidos políticos se hicieron muy importantes en Buñol. Surgieron movimientos que buscaban mejorar las condiciones de los trabajadores. En 1917 y 1919, hubo huelgas y momentos de tensión con las autoridades.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) llegó a Buñol en la década de 1910 y ganó las elecciones municipales en 1919. Cuando en 1921 se formó el Partido Comunista de España (PCE), Buñol se convirtió en uno de los lugares más importantes para este partido en la Comunidad Valenciana.
La clandestinidad y el resurgimiento
Durante la dictadura de Francisco Franco, los sindicatos y partidos políticos que se oponían al gobierno fueron prohibidos. Sus actividades tuvieron que hacerse en secreto. A finales de los años 50, comenzaron a formarse grupos de trabajadores en secreto, algunos relacionados con el PCE y otros con grupos progresistas de la Iglesia católica, como la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). En la década de 1970, la Unión General de Trabajadores (UGT) volvió a aparecer.
En 1974, hubo dos huelgas importantes. Una en una empresa de maquinaria para papel en Buñol y otra en una fábrica textil en Cheste, conocida por la marca Lois. Aunque el Partido Comunista tenía una fuerte organización en Buñol, las protestas de COINTEX surgieron de forma espontánea.
¿Qué problemas causaron el conflicto en COINTEX?
COINTEX era una fábrica textil que producía hilo de algodón para hacer ropa vaquera para la marca Lois. Uno de los dueños de COINTEX era también dueño de Lois. En 1975-76, la fábrica tenía unos 220 trabajadores, la mayoría mujeres, que solían ocupar los puestos menos especializados.
Condiciones de trabajo difíciles
El acuerdo laboral del sector textil establecía salarios muy bajos. Además, en julio de 1975, COINTEX obligó a sus trabajadores a cobrar por la cantidad de trabajo realizado (trabajo a destajo), lo cual no estaba bien regulado y dificultaba que los trabajadores controlaran sus ingresos.
Otro gran problema era el calor. La temperatura en las naves de trabajo superaba los 28 °C permitidos por las normas de seguridad, llegando a más de 40 °C en verano. También se acusaba a la empresa de emplear a trabajadoras jóvenes en el turno de noche, lo cual iba en contra de la ley.
El incidente del 15 de julio de 1975
El 15 de julio de 1975, treinta y tres trabajadoras abandonaron sus puestos debido al calor extremo (40 °C). Ellas afirmaron que tenían permiso de los encargados, pero estos lo negaron después. Al día siguiente, la mayoría de las trabajadoras regresaron con justificantes médicos. Sin embargo, el 8 de agosto, la empresa les notificó una sanción: un mes sin empleo ni sueldo, considerando su ausencia como una falta muy grave.
¿Cómo se desarrolló el conflicto?
La respuesta de las trabajadoras
Las trabajadoras consideraron la sanción injusta y demandaron a la empresa. El 13 de septiembre, intentaron llegar a un acuerdo, pero la empresa mantuvo su postura. El 16 de octubre, una de las representantes de las trabajadoras fue despedida. Al día siguiente, las empleadas respondieron con un paro de una hora y trabajando más lento para presionar a la empresa. Gracias a esta presión, la trabajadora despedida fue readmitida.
El 14 de noviembre de 1975, el juicio falló en contra de las trabajadoras que se habían ausentado el 15 de julio. El 17 de noviembre, la empresa despidió a otra trabajadora por participar en el paro, pero nuevamente, la presión de sus compañeras logró que fuera readmitida después de treinta días.
Escalada de las tensiones
El 20 de diciembre, la última trabajadora despedida fue readmitida, pero ese mismo día, ella y seis compañeras fueron enviadas a casa para cumplir la sentencia del juicio del 14 de noviembre. El 30 de diciembre, COINTEX inició el proceso para despedir a una representante sindical y a un miembro del comité de empresa. La ley exigía un aviso de 30 días, pero la empresa solo dio ocho, para que estuvieran despedidos antes del juicio del 7 de enero de 1976.
Apoyo de la comunidad
Las trabajadoras, con la ayuda de organizaciones como el Instituto Social Obrero y la Asociación de Cabezas de Familia, junto con vecinos, recogieron 1500 firmas pidiendo la readmisión de las dos representantes sindicales. Entregaron estas firmas a las autoridades locales y provinciales.
El 3 de enero, en una reunión, se decidió hacer paros de una hora por turno, que se repitieron el día 5, en apoyo a las dos despedidas. También se pidió una reunión de todos los representantes de Buñol, pero no se les dio permiso. Esa noche, una comisión entregó las firmas en el Ayuntamiento. Los trabajadores y vecinos se reunieron en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Buñol, el único lugar lo suficientemente grande. Allí, pidieron la anulación de las sanciones, la readmisión de las representantes sindicales y la garantía de que no habría represalias. Acordaron no salir de la iglesia hasta que se resolvieran los problemas. El alcalde, Enrique Silla Criado, visitó el encierro el 6 de enero de 1976, prometiendo una solución. Con estas promesas, el primer encierro terminó pacíficamente.
El segundo encierro y la intervención policial
El 7 de enero, se celebró el juicio por el despido de las representantes sindicales. Cerca de setecientas personas esperaban en la plaza del pueblo. Después, regresaron a la iglesia para una reunión informativa. Los trabajadores de COINTEX decidieron encerrarse de nuevo hasta que se les garantizara la readmisión, y fueron apoyados por los vecinos.
El párroco de la iglesia, J.M. Monzó, contó que el obispo autorizó el uso de la iglesia y que los trabajadores se comportaron correctamente. El 8 de enero de 1976, un delegado sindical local fue a la iglesia para negociar una reunión con la empresa. Los encerrados pusieron como condición que se negociara todo lo ocurrido desde julio de 1975.
El 9 de enero, la Policía Armada intervino contra los vecinos de Buñol, quienes se habían reunido en gran número en las puertas de la iglesia para evitar el desalojo de los encerrados. El párroco relató que la policía cargó contra la gente, y que él mismo fue alcanzado. Finalmente, la iglesia tuvo que ser abierta y los trabajadores fueron desalojados.
Consecuencias y resolución
La acción policial provocó la renuncia del delegado sindical local y de toda la corporación municipal, incluyendo al alcalde. Es importante recordar que estos cargos no habían sido elegidos por votación popular en ese momento. Además, todos los representantes sindicales de la localidad renunciaron en protesta. El 10 de enero, se organizó una manifestación con miles de personas.
A partir de ese momento, la empresa COINTEX se mostró más dispuesta a negociar. El 11 de enero, la empresa telegrafió a las trabajadoras para que volvieran a sus puestos, pero ellas decidieron en una reunión que no regresarían hasta que se cumplieran sus demandas. El 14 de enero, un abogado de Valencia intentó reunirse solo con los líderes sindicales, pero se le dijo que la reunión sería con todos los trabajadores y vecinos, aunque no se llegó a ningún acuerdo. Se decidió enviar una carta a la empresa con las condiciones para volver al trabajo.
El 15 de enero, el juicio falló a favor de las dos representantes sindicales. Además, se logró la anulación de los expedientes y sanciones. Por todo esto, en una reunión, se decidió volver al trabajo. Dos días después, las trabajadoras de COINTEX S.A. informaron públicamente que el conflicto había terminado, aunque la empresa apeló la decisión del juicio.