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Castillo de Mequinenza para niños

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Datos para niños
Castillo de Mequinenza
Mequinenza Castle.jpg
Vista general
Localización
País EspañaBandera de España España
Comunidad AragónBandera de Aragón.svg Aragón
Provincia ZaragozaFlag of Zaragoza province (with coat of arms).svg Zaragoza
Localidad Mequinenza
Datos generales
Categoría Monumento histórico
Código 1-INM-HUE-011-165-002
Declaración Resolución: 17/04/2006 Publicación: 22/05/2006
Construcción Siglo XIV - XV
Estilo Gótico

El Castillo de Mequinenza es un impresionante palacio-castillo que se mantiene en muy buen estado. Se encuentra en lo alto de una colina, dominando el lugar donde se unen los ríos Ebro, Segre y Cinca, en la localidad de Mequinenza, en Aragón, España. Fue construido por la familia Moncada, que eran los señores de la zona.

Este castillo fue construido entre los siglos XIV y XV. En 1959, el arquitecto Adolfo Florensa lo restauró. El castillo marca un punto importante en la frontera entre Aragón y Cataluña, y entre las provincias de Zaragoza y Lérida.

Hoy en día, el Castillo de Mequinenza es propiedad de la Fundación ENDESA. Se puede visitar los martes por la mañana, pero es necesario contactar con la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Mequinenza para organizar la visita.

Historia del Castillo de Mequinenza

Orígenes y primeros dueños

Se cree que el castillo original era una fortaleza musulmana. Un antiguo escritor árabe llamado Edrisí la describió como "pequeña, de fuerte aspecto y en las fronteras de Al-Ándalus".

En el año 1192, el rey Alfonso II de Aragón entregó la villa y el castillo de Mequinenza a Armengol VII de Urgel. A partir del siglo XIII, la familia Moncada se hizo dueña del castillo. Esta familia recibió el título de marquesado de Aytona en 1581. Más tarde, en 1722, sus propiedades pasaron a ser parte del ducado de Medinaceli.

El castillo en conflictos importantes

El Castillo de Mequinenza fue un lugar clave en varios conflictos. Durante la rebelión de Cataluña contra el rey Felipe IV de España en 1640, sirvió de refugio para el ejército real.

En la guerra de la Independencia española, el castillo fue atacado por las tropas francesas entre 1808 y 1809. Finalmente, el 8 de junio de 1810, el castillo se rindió al general Suchet después de una larga batalla. Sin embargo, las tropas españolas lo recuperaron el 17 de febrero de 1814. La importancia de esta victoria fue tal que el nombre de Mequinenza está grabado en el Arco de Triunfo de París, junto a otras ciudades importantes.

En 1816, el rey Fernando VII de España volvió a incorporar Mequinenza y su castillo a la Corona, usándolo como base militar. Después de la guerra civil española en 1939, el castillo quedó sin soldados y fue abandonado.

La reconquista de Mequinenza

En el año 1133, el rey Alfonso I de Aragón, conocido como el Batallador, conquistó Mequinenza, que estaba en manos de los árabes. Sin embargo, los sarracenos la recuperaron. Finalmente, Ramón Berenguer IV de Barcelona la conquistó de forma definitiva en 1185.

Más tarde, el rey Alfonso II de Aragón entregó Mequinenza a su esposa, doña Sancha de Aragón. Luego, en 1192, el mismo rey la cedió a Armengol X de Urgel, conde de Urgel. El castillo y la villa pasaron de los Condes de Urgel a Ramón Guillén de Moncada, y por herencia, a los Marqueses de Aytona y luego a los Duques de Medinaceli.

En 1212, Pedro II prometió a su hija Constanza de Aragón en matrimonio con el noble catalán Guillén Ramón de Moncada. Como parte de la dote, Constanza recibió los señoríos de Mequinenza, Aytona y otros lugares. Así comenzó la rama de Aytona del linaje Moncada, y sus descendientes se convirtieron en los señores de Mequinenza.

El Castillo como prisión real

En 1288, el Castillo de Mequinenza fue la prisión de Carlos II de Anjou, Príncipe de Salerno. Él era hijo de Carlos de Anjou, rey de Nápoles y Sicilia. Alfonso III de Aragón lo hizo prisionero durante una disputa por la Corona de Sicilia.

Alfonso III encerró al Príncipe de Salerno primero en el castillo de Monclús, pero al ver que no era muy seguro por su cercanía a Francia, lo trasladó al Castillo de Mequinenza. Allí estuvo hasta que fue liberado en 1288, gracias al tratado de Canfranc. Esto demuestra la importancia del Castillo de Mequinenza, ya que se consideraba un lugar adecuado para un príncipe de su rango.

El asedio durante la Guerra de la Independencia

A principios del siglo XIX, el Castillo de Mequinenza sufrió mucho durante la Guerra de la Independencia Española y la invasión de Napoleón. La gente de Mequinenza formó compañías para defenderse.

Los franceses, después de tomar Lérida, querían conquistar Mequinenza porque la consideraban la "llave estratégica del río Ebro". El mariscal Suchet encargó esta misión al general Musnier. Mequinenza y su castillo resistieron heroicamente tres ataques franceses en 1808. El ataque se reanudó en junio de 1809, pero los franceses fueron derrotados de nuevo.

Musnier decidió construir un camino desde Torrente de Cinca para llevar a sus hombres y artillería al castillo. Esta difícil operación comenzó el 15 de mayo de 1810 y duró hasta el 1 de junio. Durante ese tiempo, los franceses ocuparon las posiciones más importantes cerca de los ríos Ebro y Segre.

El castillo estaba defendido por 1200 hombres bajo el mando del coronel Carbón. En la noche del 2 al 3 de junio, los franceses abrieron una brecha en las defensas. La noche del 4 al 5, lograron entrar en la villa, saqueando y quemando muchas casas. Tres días después, con las defensas principales del castillo destruidas, la guarnición española se rindió y fue hecha prisionera. La conquista del Castillo de Mequinenza fue una gran victoria en el valle del Ebro, por eso su nombre se inscribió en el Arco de Triunfo de París, justo debajo del nombre de Madrid.

El Castillo en el siglo XIX

La fortaleza siguió siendo utilizada hasta hace poco tiempo. Después de la rendición francesa, mantuvo una guarnición durante el siglo XIX y se vio afectado por nuevos eventos políticos y militares en España, especialmente durante las guerras carlistas.

El castillo ya no era una residencia de la familia Moncada, sino que sus espacios se adaptaron para las necesidades militares. Se crearon nuevos dormitorios, la residencia del gobernador, almacenes de artillería, calabozos, un horno de pan, un cementerio y varios polvorines.

En 1816, el rey Fernando VII de España ordenó que la villa de Mequinenza y su castillo pasaran a ser parte de la Corona. El Duque de Medinaceli, que era el dueño anterior, pidió compensaciones por esta decisión. El Castillo de Mequinenza había quedado en un estado de abandono, con techos caídos y partes de sus murallas derrumbadas.

Descripción del Castillo

Archivo:Mequinenza-PM 65910
Castillo de Mequinenza.

El Castillo de Mequinenza es de estilo gótico, construido a finales del siglo XIV y principios del XV. Sin embargo, como estuvo en uso hasta la primera mitad del siglo XX, sus fortificaciones exteriores tienen características de la arquitectura militar más moderna.

Antiguamente, la villa y el castillo de Mequinenza formaban un solo conjunto. Las murallas del castillo no solo protegían las construcciones militares en la cima de la colina, sino que también se extendían hacia el río Ebro para rodear la población. Esto significa que el pueblo estaba dentro de las murallas. Después de que las murallas desaparecieron, el pueblo creció y se expandió a orillas del Ebro. Las constantes batallas que sufrieron el castillo y la población impidieron que se expandieran y embellecieran, siendo víctimas de incendios y saqueos en varias ocasiones.

El castillo-palacio tiene una forma irregular, con seis torres rectangulares y una séptima torre pentagonal que fue añadida en el siglo XVII. Dos de las torres protegen la entrada principal. El castillo se alza sobre un promontorio de 185 metros de altura, desde donde se puede ver la unión de los ríos Segre, Cinca y Ebro.

Está protegido en el lado sur por una ladera empinada donde aún se ven restos de una muralla que baja hacia el río. En el lado norte, la protección viene de un foso artificial.

Para entrar al castillo, se accede por el lado sur, a través de una puerta con un arco semicircular protegida por dos torres. En la puerta todavía se puede ver el escudo de la familia Moncada. El interior del castillo se organiza alrededor de un patio abierto, con un aljibe (un depósito de agua) excavado en la roca. En el lado sur tiene tres arcos puntiagudos. En el ala norte, hay una escalera que lleva a la segunda planta, donde se encuentra la Sala de Armas con un techo abovedado. En el ala oeste está la gran sala, que conserva los arcos que sostenían el techo de vigas, y donde se ubicaba la antigua capilla.

Galería de imágenes

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Castillo de Mequinenza para Niños. Enciclopedia Kiddle.