Bonifacio Alfonso para niños
Datos para niños Bonifacio Alfonso |
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Información personal | ||
Nacimiento | 19 de junio de 1933 San Sebastián (España) |
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Fallecimiento | 16 de diciembre de 2011 | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor y grabador | |
Bonifacio Alfonso Gómez Fernández (nacido en San Sebastián, el 19 de junio de 1933, y fallecido el 16 de diciembre de 2011) fue un importante pintor y grabador español.
Aunque su nombre completo era Bonifacio Alfonso Gómez Fernández, en el mundo del arte se le conocía como Bonifacio Alfonso. Sin embargo, él prefería firmar sus obras simplemente como Bonifacio.
Fue uno de los artistas vascos más reconocidos de su tiempo. Su estilo era muy particular, mezclando ideas del surrealismo (arte que explora los sueños y la imaginación) y el expresionismo abstracto (arte que usa formas y colores para expresar emociones).
Bonifacio Alfonso fue elogiado por otros grandes artistas como Jorge Oteiza. Sus obras se expusieron en varios países de Europa. También recibió premios importantes, como el Premio Nacional de Grabado en 1993 y el Premio de las Artes de la Comunidad de Madrid en 2005.
Contenido
Vida y obra de Bonifacio Alfonso
La infancia de Bonifacio fue complicada. Su familia tuvo que mudarse a Francia por un tiempo. Al regresar a San Sebastián en 1937, vivió en la Casa de Misericordia.
Desde pequeño, mostró interés por el arte. Fue monaguillo y cantó en un coro. Un maestro le regaló una caja de acuarelas, lo que despertó aún más su pasión por el dibujo y la pintura.
Sus Primeros Años y Trabajos
Cuando era adolescente, Bonifacio tuvo muchos trabajos diferentes para ganarse la vida. Fue mensajero, lavandero, botones de hotel y pescador.
De Torero a Músico de Jazz
Cerca de los veinte años, Bonifacio probó suerte como aprendiz de torero. Participó en 25 eventos, pero se retiró después de sufrir una herida en Bilbao.
Después de eso, trabajó como rotulista (pintando letreros) y pintor de casas. Incluso fue batería en un grupo de música jazz.
El Comienzo de su Carrera Artística
En 1955, Bonifacio ganó el Primer Premio de Pintura de San Sebastián con una obra llamada Cristo cubista. Esto lo animó a estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad.
Dos años después, se casó y tuvo dos hijas, Ivonne y Cristina. Gracias a su talento para el dibujo, consiguió trabajo en varias empresas de artes gráficas.
Su Éxito y Estilo Artístico
El año 1958 fue muy importante para Bonifacio como artista. Hizo su primera exposición individual en el Ateneo de Guipúzcoa. También viajó a París con Rafael Ruiz Balerdi, donde conoció a otros artistas importantes como Antonio Saura.
Entre 1960 y 1962, Bonifacio tuvo otras tres exposiciones. Una fue en Buenos Aires y dos en San Sebastián. En una de estas últimas, conoció a Eduardo Chillida, otro famoso escultor, quien le compró tres de sus obras.
Un Viaje a Cuenca y Nuevas Oportunidades
En 1966, Bonifacio tuvo mucho éxito en una galería de Bilbao, vendiendo todos sus cuadros. Sus obras de esa época usaban dibujos ágiles sobre fondos blancos.
En 1968, su carrera dio un giro. Conoció a Fernando Zóbel, quien le compró dos cuadros para el nuevo Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca. Bonifacio decidió mudarse a Cuenca, una ciudad donde muchos artistas abstractos vivían y trabajaban.
En 1970, Bonifacio empezó a trabajar con Juana Mordó, una de las galeristas más importantes de Madrid. Ella le ayudó a exponer sus obras y en 1972 publicó varias series de grabados de Bonifacio sobre insectos.
En 1973, el museo de Cuenca publicó un libro ilustrado por Bonifacio sobre el tema taurino, llamado Cuatro orejas y rabo. Este libro incluía textos de escritores famosos como Rafael Alberti.
El Arte del Grabado
La habilidad de Bonifacio como grabador creció mucho en los años siguientes. Consideraba a Antonio Lorenzo su maestro en este arte.
En 1975, hizo cinco grabados para un libro llamado Norberto el Pata y el Pitín. En 1976, una editorial de París publicó otro portafolios con quince grabados suyos. En 1978, se publicó una carpeta con cinco grabados de Bonifacio y cinco poemas de José Bergamín.
Reconocimiento Internacional y Últimos Años
Durante los años de la Transición (un periodo de cambios en España), Bonifacio se hizo conocido en Europa. En París, conoció a artistas como Pierre Alechinsky.
Exposiciones por Europa
En 1977, expuso de nuevo con Juana Mordó, y también en París, Dinamarca y en museos de Bilbao y Vitoria. Apareció en un documental de TVE sobre los pintores de Cuenca, pero prefirió no hablar mucho.
Entre 1978 y 1982, expuso en Noruega, Dinamarca, Bayona y seis ciudades españolas. En 1982, Juana Mordó presentó sus obras en la feria de arte de Basilea (Suiza), y tres años después en la de Colonia (Alemania).
Entre 1987 y 1988, el arte de Bonifacio se volvió más divertido y colorido. Esto pudo ser por la influencia de una nueva pareja y sus viajes por Francia, Bélgica, México, Estambul y Venecia.
La Década de 1990 y Grandes Logros
A principios de los años 90, Bonifacio se mudó a Madrid. Fue invitado a diseñar 26 vidrieras para la Catedral de Cuenca, junto con otros artistas.
Participó en la feria ARCO en 1991. En 1992, ilustró un libro y al año siguiente, la Calcografía Nacional de España le dio el Premio Nacional de Grabado. En 1995, sus obras se incluyeron en una exposición que viajó por varios lugares.
En 1997, el famoso escultor Jorge Oteiza habló muy bien de Bonifacio en una entrevista. Dijo que era un "tipo magnífico" y un "pintor muy bueno".
Sus Últimos Años y Legado
En 1999, Bonifacio tuvo un momento difícil debido a la pérdida de su madre y algunos problemas de salud. Al año siguiente, hizo seis litografías para un libro.
En 2001, se organizó una exposición llamada Bonifacio en las colecciones conquenses. El catálogo de esta exposición incluía textos de escritores importantes como Juan Marsé.
En 2005, recibió el Premio de las Artes de la Comunidad de Madrid. En 2007, el Círculo de Bellas Artes de Madrid le dedicó una gran exposición de sus obras. También se hizo un video sobre él, donde hablaba de su arte.
En sus últimos años, debido a su salud, Bonifacio regresó a San Sebastián para seguir trabajando. Falleció el 16 de diciembre de 2011.
Las obras de Bonifacio Alfonso se encuentran en muchas colecciones importantes, como el Museo Reina Sofía, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo Británico de Londres y otras fundaciones y museos.