Barcenillas para niños
Datos para niños Barcenillas |
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localidad | ||
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Ubicación de Barcenillas en España | ||
Ubicación de Barcenillas en Cantabria | ||
País | ![]() |
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• Com. autónoma | Cantabria | |
• Provincia | ![]() |
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• Municipio | Ruente | |
Ubicación | 43°14′31″N 4°16′58″O / 43.241944444444, -4.2827777777778 | |
• Altitud | 220 m | |
Población | 121 hab. (INE 2024) | |
Gentilicio | gallegos/as | |
Código postal | 39513 | |
Barcenillas es una localidad que forma parte del municipio de Ruente, en Cantabria, España. Se encuentra a 220 metros de altura sobre el nivel del mar. En 2024, su población era de 121 habitantes, según el INE. Barcenillas está a solo 2,5 kilómetros de Ruente, la capital de su municipio.
Contenido
¿Qué significa el nombre de Barcenillas?
Origen del nombre
El nombre de Barcenillas es un diminutivo de la palabra bárcena. En Cantabria, bárcena significa un lugar plano cerca de un río que a veces se inunda.
El origen de esta palabra podría ser muy antiguo, de antes de la época romana. En otras regiones cercanas, como Asturias, Galicia y Portugal, palabras parecidas se refieren a terrenos cultivados cerca de ríos. Aunque en otra zona de Cantabria, Campoo, significa un pequeño remanso de agua.
¿Cómo se les llama a sus habitantes?
A los habitantes de Barcenillas se les conoce como gallegos o gallegas.
Geografía y clima de Barcenillas
¿Cómo es el clima en Barcenillas?
Barcenillas se encuentra en una zona de España conocida como la Iberia Verde. Aquí el clima es templado y húmedo, con veranos frescos.
Los inviernos son suaves y los veranos no son muy calurosos. La diferencia de temperatura entre el invierno y el verano es de unos once o doce grados Celsius. El aire es húmedo, hay muchas nubes y llueve con frecuencia durante todo el año.
Naturaleza en Barcenillas
Barcenillas está en un pequeño valle, cerca del río Saja y de un arroyo que nace en sus alrededores.
Cerca del pueblo se encuentran las cascadas de Lamiña. Aunque llevan el nombre de un pueblo vecino, la ruta para llegar a estas cascadas comienza en Barcenillas.
Historia de Barcenillas
Barcenillas en la Edad Media
La primera vez que se menciona a Barcenillas en un documento fue en el XII. En ese escrito se hablaba de un "Barcenillas de arriba", lo que nos hace pensar que también existía un "Barcenillas de abajo".
Es probable que el pueblo sea mucho más antiguo. En esa época, ya tenía todo lo necesario para la vida en el campo: casas, graneros, bodegas, establos y tierras de cultivo. Era una comunidad organizada con su propio territorio.
A partir del XII, los pequeños grupos de casas crecieron y se unieron, formando un pueblo con viviendas, huertos y cobertizos. Alrededor había parcelas cerradas con árboles frutales. Las tierras cercanas al río Saja se usaban para cultivar cereales y también tenían frutales. El resto del territorio eran prados y, sobre todo, montes. Estos montes eran de toda la comunidad y ayudaban a la gente a conseguir lo que les faltaba.
Entre los siglos XII y XV, hubo cambios importantes que afectaron a los habitantes de Barcenillas. Los monasterios, que antes tenían mucho poder, empezaron a vender tierras a familias importantes. Así, entre los siglos XIII y XIV, la sociedad del valle estaba formada por campesinos, familias locales y grandes familias nobles.
En el XIV, los huertos se movieron a lugares más grandes y algunas zonas se especializaron en un solo cultivo. El pueblo seguía siendo parte de una región llamada Alfoz de Cabuérniga, pero tenía bastante independencia.
Una familia noble muy poderosa, la Casa de la Vega, empezó a controlar el valle. En 1404, Barcenillas tuvo que pagar impuestos a Doña Leonor de la Vega, aunque el pueblo era de "realengo" (dependía directamente del rey). Después de un conflicto importante a mediados del XV, los pueblos perdieron la libertad de elegir a quién obedecer. Barcenillas pasó a depender del marqués de Santillana y sufrió los problemas causados por esta familia.
La situación empeoró cuando, en 1475, Diego Hurtado de Mendoza y Suárez de Figueroa, nieto de Leonor de la Vega, se convirtió en el primer duque del Infantado. Él llegó a Cabuérniga con muchos hombres armados para asegurar su poder. Así, los campesinos libres se vieron sometidos al poder de los señores.
En esta época, la ermita de Barcenillas se convirtió en una iglesia parroquial independiente. La primera vez que se menciona la iglesia de San Sebastián de Barcenillas es en 1486. También se empezaron a separar las tierras cultivadas de las que se dejaban descansar, para cultivar cereales como la escanda, el mijo, la cebada y el centeno.
Trabajar fuera del pueblo y comerciar con Castilla era una ayuda importante para la economía local. Se fabricaban objetos de madera, como albarcas (un tipo de calzado), herramientas de labranza y ruedas, para venderlos en otras regiones.
Barcenillas en la Edad Moderna
El comercio mejoró mucho en 1497, cuando los Reyes Católicos crearon el gremio de la Cabaña Real de Carreteros. Esto permitió a los carreteros moverse libremente sin pagar impuestos. Se construyeron posadas y ventas junto a los caminos, lo que hizo que la gente y las noticias se movieran más rápido.
En esta época, el Valle de Cabuérniga se unió bajo el mismo señor, el duque del Infantado. La familia Terán también tuvo mucho poder en la zona. Los documentos empezaron a hablar de "Cabuérniga" como una unidad.
Sin embargo, los habitantes de Barcenillas sufrían la gran cantidad de impuestos que les ponían los Duques del Infantado. La pobreza crecía y la gente estaba descontenta. Nueve valles de la región, que estaban en una situación similar, decidieron unirse para reclamar al Duque y volver a depender directamente de la corona. Este conflicto duró desde 1544 hasta 1581. Después de 133 años bajo el poder de la Casa de la Vega, Barcenillas recuperó su condición de realengo.
Esta nueva situación significó que se delimitaron mejor los terrenos y se establecieron nuevas reglas para su uso. Se definieron tres tipos de propiedad: tierras de la corona cedidas al pueblo, tierras del pueblo y propiedades privadas.
En 1571, los pueblos de Barcenillas y Lamiña se reunieron para elegir un representante. Querían crear unas normas para el Real Valle de Cabuérniga. Esas normas se aprobaron ese mismo año y sirvieron para organizar la vida diaria de los habitantes, buscando protegerlos de la pobreza y las desigualdades que habían sufrido.
A finales del XVI, una enfermedad grave que empezó en Santander redujo la población del valle en al menos un 30%.
Más tarde, a mediados del XVII, la llegada del maíz ayudó a evitar problemas de escasez de alimentos y aseguró cosechas regulares. Esto también cambió la forma de usar la tierra. Los prados ocuparon el lugar de los cereales que desaparecieron, y se cultivaron más tierras para el ganado. Esto hizo que la ganadería fuera más rentable, produciendo más leche y crías. El estiércol del ganado, a su vez, ayudaba a fertilizar la tierra. A pesar de estas mejoras, los campesinos seguían pagando muchos impuestos.
En esta etapa, también se empezaron a construir casas sencillas de piedra. La corona vendió parte de las tierras que antes eran de uso común, y pasaron a ser cultivadas de forma privada. Las propiedades de los señores y de la iglesia se mantuvieron, al igual que las de los vecinos.
Hasta bien entrado el XVII y el XVIII, las prácticas religiosas se basaban más en costumbres que en las enseñanzas de la iglesia. Sin embargo, después de un evento importante llamado el Concilio de Trento, la gente del pueblo aceptó dos confirmaciones en masa.
Patrimonio de Barcenillas
En Barcenillas se puede ver la arquitectura rural típica de Cantabria. Muchas casas de piedra tienen una fachada con una "solana" o galería larga entre dos paredes de piedra. Algunas de las más destacadas son:
- Dos casas juntas con un escudo en la plaza del Cantón. Una de ellas es del XVI.
- La casona de Calderón de la Barca, de mediados del XVIII. Tiene un porche con dos arcos, una solana y un escudo. Aunque lleva este nombre, no fue propiedad del famoso escritor Pedro Calderón de la Barca. Quizás el nombre venga del escudo de su fachada, que tiene tres calderas.
En cuanto a los edificios religiosos, la iglesia parroquial es de estilo barroco montañés y data del XVII. Destaca su fachada sur, con una entrada barroca muy bonita.
Desde 2008, la Fundación Barcenillas, impulsada por el editor Francisco Pérez, tiene su sede en esta localidad.
Personas importantes
Aquí nació el escritor Ricardo Fernández de la Reguera (1912-2000).
Premios a la localidad
Barcenillas fue reconocida con el Premio Pueblo de Cantabria en 2023. Ya se había presentado tres veces antes y había recibido un premio especial en 2021.
Predecesor: Cicera |
![]() Premio Pueblo de Cantabria 2023 |
Sucesor: San Martín de Toranzo |