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Argumento ad hominem para niños

Enciclopedia para niños

En lógica, un argumento ad hominem (que significa 'contra la persona' en latín) es un tipo de argumento que busca rechazar una idea o afirmación atacando a la persona que la dice, en lugar de analizar lo que la persona está diciendo. Es como si alguien dijera: "No debes creer lo que dice Juan sobre el clima, porque siempre llega tarde a la escuela". Aquí, se ataca a Juan por llegar tarde, no a su predicción del clima.

Este tipo de argumento es una de las falacias lógicas más conocidas. Una falacia es un error en el razonamiento que hace que un argumento parezca válido, pero en realidad no lo es. Los argumentos ad hominem son efectivos en la retórica (el arte de hablar o escribir para persuadir), porque buscan convencer a las personas apelando a sus sentimientos en lugar de a la lógica. En lugar de debatir las ideas, se ataca a la persona que las presenta, mencionando cosas como su educación, su situación económica o su forma de vida.

¿Cómo surgió la idea del argumento ad hominem?

Archivo:Aristotle Altemps Inv8575
Aristóteles fue uno de los primeros en hablar sobre la diferencia entre atacar a una persona y atacar sus ideas.

Los inicios en la antigua Grecia

Desde hace mucho tiempo, la gente ha notado este tipo de argumentos. En la antigua Grecia, el famoso filósofo Aristóteles ya hablaba de la importancia de debatir las ideas y no a la persona que las propone. En su libro Refutaciones sofísticas, explicó que es un error fijarse en quien pregunta en lugar de en el argumento en sí.

También, el filósofo Sexto Empírico, que vivió mucho después de Aristóteles, usaba argumentos que se dirigían a la persona (ad hominem), pero de una manera especial. Él usaba las propias ideas de sus oponentes para mostrar que sus argumentos no eran sólidos, sin atacar directamente a la persona.

El desarrollo del concepto desde el siglo XVI

Más tarde, pensadores como el italiano Galileo Galilei y el británico John Locke también estudiaron cómo se usaban los argumentos ad hominem para ver si una idea encajaba con lo que la persona que la decía creía.

A mediados del siglo XIX, el lógico inglés Richard Whately ayudó a definir el término ad hominem como lo entendemos hoy. Él dijo que estos argumentos se dirigen a las "circunstancias especiales, el carácter, las opiniones o la conducta pasada de una persona".

A principios del siglo XX, el término ad hominem se asoció más con una falacia lógica: cuando alguien, en lugar de refutar una idea, atacaba a su oponente. Sin embargo, el filósofo australiano Charles Leonard Hamblin y el canadiense Douglas N. Walton investigaron más a fondo y explicaron que no siempre es una falacia. Hoy en día, cuando usamos la expresión ad hominem, generalmente nos referimos a un ataque directo a la personalidad o la forma de ser de alguien para intentar invalidar su argumento.

Tipos de argumentos ad hominem

Existen diferentes maneras de usar un argumento ad hominem:

Argumento ad hominem ofensivo

Archivo:Graham's Hierarchy of Disagreement-es
El ad hominem ofensivo se encuentra en un nivel bajo en la Jerarquía de los desacuerdos de Graham, que muestra cómo las personas discuten.

Este tipo de argumento ocurre cuando se ataca el carácter, la inteligencia o la honestidad de una persona, aunque esto no tenga nada que ver con si lo que dice es verdad o mentira. Por ejemplo:

Las ideas de Richard Nixon sobre la política exterior no son confiables porque tuvo que renunciar a su cargo por un problema en el gobierno.

Atacar a la persona de esta manera no solo es un error lógico, sino que también hace muy difícil seguir una conversación. Para que un ataque a una persona no sea una falacia, la acusación debe ser verdadera y relevante para el argumento. Por ejemplo, en un juicio, si se demuestra que un testigo ha mentido antes bajo juramento, su testimonio podría ser menos creíble.

Argumento ad hominem circunstancial

Este argumento se usa cuando se señala una contradicción entre lo que una persona dice y sus propias acciones o circunstancias, para así cuestionar su sinceridad. La idea de alguien se rechaza solo por su trabajo, su nacionalidad o alguna otra situación personal.

Por ejemplo:

A: Hay muchas pruebas de que fumar causa enfermedades graves en los pulmones. Fumar no es bueno para la salud, así que no deberías hacerlo.
B: Pero tú fumas, así que lo que dices sobre fumar no es válido.

Esto puede ser una falacia porque el hecho de que alguien haga algo no significa que su argumento sea incorrecto. Sin embargo, a veces puede ser un argumento válido si la contradicción es importante para el tema.

Tu quoque (Tú también)

Tu quoque es una frase en latín que significa ‘tú también’. Es un argumento que se usa para rechazar una idea diciendo que la persona que la propone ha hecho algo similar en el pasado. Es una forma de la falacia ad hominem donde se intenta desacreditar a alguien sin analizar su argumento.

Un ejemplo de esta falacia es: «Thomas Jefferson decía que la esclavitud estaba mal. Sin embargo, él mismo tenía esclavos». Aquí, se intenta decir que su argumento sobre la esclavitud no es válido porque él mismo tenía esclavos, lo cual no cambia si su argumento es correcto o no.

Esta falacia se usa a menudo en la retórica. Su objetivo es desviar la atención y hacer que la persona que argumenta pierda credibilidad, presentándola como alguien que no es coherente.

¿Cómo funciona el argumento tu quoque?

  1. Una persona (A) critica algo (P).
  2. La persona (A) también es culpable de (P).
  3. Por lo tanto, la crítica a (P) es rechazada.

Esto es una falacia porque el hecho de que la persona (A) también haga (P) no significa que su crítica a (P) sea incorrecta.

Un ejemplo famoso:

Ahí está ése dándonos consejos a los griegos sobre concordia, cuando aún no ha logrado convencerse a sí mismo, a su mujer y a su criada –tres personas tan solo– a ponerse de acuerdo en su vida íntima.

Falacia por asociación

En lógica, la falacia por asociación es un error en el razonamiento donde se dice que las características de una cosa se aplican a todo un grupo, solo porque están relacionadas de alguna manera. Se asume que las cualidades de uno son las cualidades de otro simplemente por estar juntos.

Las falacias por asociación son un caso especial de ignoratio elenchi (o red herring en inglés), que significa que el argumento de respuesta no tiene que ver con el tema principal, sino que se cambia el tema para hablar de algo más fácil de defender.

Las falacias por asociación siguen este patrón:

  1. Un elemento (A) pertenece a un grupo (B).
  2. (A) tiene una idea o característica específica.
  3. Por lo tanto, se concluye que todos los elementos del grupo (B) tienen esas mismas ideas o características.

Ejemplos de falacia por asociación

  • Un trabajador trabaja por un salario, por lo que tiene hambre. Entonces, todos los trabajadores están con hambre.
  • Algunas obras caritativas son fraudes; por consiguiente, todas las obras caritativas son fraudulentas.
  • George W. Bush quería intervenir en Irak. Bush es del Partido Republicano. Por consiguiente, todos los que apoyan la intervención en Irak son republicanos o, en su defecto, todos los republicanos apoyan dicha intervención.
  • Algunas teorías conspirativas son ridículas. (Son esas las que más se mencionan). Por consiguiente, todas las teorías conspirativas son ridículas.

Ejemplos de argumentos ad hominem que son falacias

  • «¿Qué puede saber un sacerdote sobre los hijos, si no ha tenido ninguno?»
  • «Turing piensa que las máquinas pueden pensar. Turing era homosexual. Por lo tanto, las máquinas no piensan.» (Este es un ejemplo de un argumento que se usó contra Alan Turing, un científico muy importante, debido a su orientación personal. Él se preocupaba de que los ataques hacia su persona se usaran para descalificar su trabajo en inteligencia artificial).
  • «Tú dices que este hombre es inocente, pero no eres creíble porque tú también has cometido errores.»

El ad hominem en textos antiguos

Los pensadores antiguos llamaban al argumento ad hominem con la frase argumentum ex concessis, que significa que usa a su favor los argumentos que la otra persona ya ha "aceptado". Fue John Locke quien le dio el nombre de ad hominem. Un ejemplo famoso es el de Tito Livio cuando describe cómo Aníbal animaba a sus soldados:

Aníbal [después de cruzar los Alpes], usó todo tipo de palabras para animar a su grupo de hombres, que no tenían nada en común: ni el idioma, ni las costumbres, ni las leyes, ni las armas, ni la ropa, ni el aspecto, ni los intereses. A los que lo ayudaban les prometió mucho dinero y grandes tesoros. A los galos, les recordó el gran odio que sentían contra Roma. A los ligures, les dio la esperanza de cambiar sus montañas por las tierras fértiles de Italia. Asustó a los moros y númidas con la idea de que Masinissa los trataría muy mal; y a los demás les habló de otros miedos y esperanzas. A los cartagineses les habló de su patria, de sus dioses, de las tumbas de sus antepasados, de sus hijos, de sus parientes y de sus esposas tristes.
Tito Livio, XXX

Como explica Arthur Schopenhauer, si la persona con la que discutes es parte de un grupo con el que no estás de acuerdo, puedes usar las ideas de ese grupo contra ella.

Los expertos dicen que el argumento ad hominem se usa en discusiones prácticas, como en filosofía, leyes o política, cuando se quiere convencer a alguien. Para esto, es necesario que el público comparta algunas de las ideas iniciales, aunque sea solo en teoría:

Las posibilidades de argumentar dependen de lo que cada uno esté dispuesto a aceptar, de los valores que reconoce, de los hechos con los que está de acuerdo; por lo tanto, toda argumentación es un argumento ad hominem o ex concessis.
Chaim Perelman

Falacias similares

  • Argumento ad verecundiam: Se intenta demostrar que algo es verdad porque lo dice alguien con mucho prestigio.
  • Argumento ad lazarum: Se intenta demostrar que algo es verdad porque quien lo dice es pobre, o que algo es falso porque quien lo dice es rico.
  • Argumento ad crumenam: Se intenta demostrar que algo es verdad porque quien lo dice es rico, o que algo es falso porque quien lo dice es pobre.
  • Falacia del espantapájaros (o falacia del hombre de paja): Se introduce un argumento nuevo que no tiene relación con el tema y se lo refuta, como si fuera el argumento original.

Ver también

  • Lista de prejuicios cognitivos
  • Locuciones latinas

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Ad hominem Facts for Kids

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Argumento ad hominem para Niños. Enciclopedia Kiddle.