Antonia Louisa Brico para niños
Datos para niños Antonia Louisa Brico |
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Información personal | ||
Nacimiento | 26 de junio de 1902 Róterdam |
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Fallecimiento | 13 de agosto de 1989 Denver (Colorado), USA |
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Nacionalidad | neerlandesa | |
Educación | ||
Educada en | Universidad de Berkeley | |
Información profesional | ||
Ocupación | directora de orquesta y pianista | |
Instrumento | Piano | |
Distinciones |
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Antonia Louisa Brico (nacida en Róterdam en 1902 y fallecida en Denver en 1989) fue una famosa directora de orquesta y pianista de nacionalidad neerlandesa. Ella cambió el mundo de la música con su talento y esfuerzo.
Fue la primera mujer en dirigir orquestas muy importantes, como la Berliner Philharmoniker y la New York Philharmonic Orchestra. Durante muchos años, Antonia luchó para ser reconocida entre los grandes músicos de la música clásica. Sin embargo, su gran habilidad como directora a menudo chocaba con el hecho de ser mujer.
La prensa y los líderes de las orquestas de su época no le daban el reconocimiento que merecía. A pesar de esto, Antonia Brico estudió con maestros como Paul Steindorff, Zygmunt Stojowski y Karl Muck. También fue profesora de música. Entre sus alumnas estuvieron Philippa Schuyler, una pianista muy talentosa, y Judy Collins, quien se hizo una cantante famosa y siempre mantuvo una amistad cercana con Brico.
La vida de Antonia Brico: Una trayectoria musical
La vida de Antonia Brico se puede entender mejor si la dividimos en diferentes etapas. Esto nos ayuda a ver los momentos más importantes de su carrera y cómo superó los desafíos.
Los primeros años y su pasión por la música (1902-1926)
Antonia Louisa Brico nació en Róterdam el 26 de junio de 1902. Fue adoptada por el señor y la señora Wolthuis, quienes la llamaron Wilhelmina Wolthuis. En 1907, su familia se mudó a Los Ángeles, Estados Unidos. Allí, la joven Antonia (Wilhelmina) comenzó a tomar clases de piano. Desde la primera vez que escuchó al pianista y director Paul Steindorff, supo que quería dirigir orquestas.
En 1919, al terminar la escuela secundaria, Antonia descubrió que era adoptada. Decidió irse de casa y no volvió a tener contacto con sus padres adoptivos. Se inscribió en la Universidad de California en Berkeley para estudiar artes liberales. Se graduó en 1923, después de cuatro años trabajando como asistente de Paul Steindorff, quien era director de la Ópera de San Francisco y su primer mentor musical.
Antonia quería ser profesora y directora de orquesta, pero en esa época, dirigir no era un trabajo común para las mujeres. Por eso, decidió usar su nombre original, Antonia Brico, y se mudó a Nueva York. Allí estudió piano durante dos años con Sigismond Stokowski, un pianista muy importante. Finalmente, en 1926, se fue a Hamburgo, dejando atrás su adolescencia en América, donde no había encontrado mucho reconocimiento.
El camino hacia la dirección de orquesta (1926-1942)
En 1926, Antonia Brico llegó a Hamburgo. Allí, Karl Muck, un director muy famoso, dirigía la orquesta filarmónica de la ciudad. Con una carta de presentación, Antonia logró que Muck se convirtiera en su mentor. Brico fue una de las pocas alumnas de Karl Muck y también trabajó como su asistente durante cuatro años, aprendiendo mucho de él. Completó su formación en Europa asistiendo a clases de dirección en la Academia Estatal de Música de Berlín. En 1927, se convirtió en la primera estadounidense en graduarse de esa academia.
En 1930, a los 28 años, Antonia Brico hizo su debut como directora. Dirigió la Orquesta Filarmónica de Berlín, siendo la primera mujer en lograrlo. La crítica de su concierto fue excelente. Un periódico importante, el Allgemeine Zeitung, escribió que "Miss Brico ha demostrado dotes sorprendentes e inconfundibles como directora. Es más hábil, inteligente y musical que muchos de sus colegas masculinos que nos aburren aquí en Berlín".
A pesar de las buenas críticas en Berlín, Brico no fue tan bien recibida en Estados Unidos. Había regresado buscando un trabajo estable como directora principal de una orquesta. Dirigió la Orquesta Sinfónica de San Francisco y la Orquesta Sinfónica de Los Ángeles, pero solo como directora invitada. Fue rechazada cuando intentó ser directora permanente en Los Ángeles. Por eso, entre 1930 y 1932, Brico volvió a Europa, donde su talento era más valorado. Hizo una gira por Polonia, Alemania y los Balcanes, pero en 1932 regresó a Estados Unidos.
Desafíos y éxitos en Nueva York
A principios de los años treinta, a pesar de las dificultades que enfrentaba por ser mujer y dedicarse a la dirección de orquesta, Antonia Brico se estaba volviendo más conocida. En 1933, Brico debutó como directora en Nueva York, donde se había establecido. Dirigió la Musicians' Symphony Orchestra, una de las orquestas más importantes de Estados Unidos en ese momento, en el Metropolitan Opera House. Las críticas fueron muy buenas. The Pictorial Review dijo: "Con solo tres ensayos, la señorita Brico hizo que esa orquesta tocara como nunca antes".
Se programaron dos conciertos más, pero el tercero no se realizó. El cantante principal, John Charles Thomas, se negó a actuar porque pensó que una mujer directora le quitaría protagonismo. Esto muestra las actitudes de la época.
En 1934, Antonia Brico tuvo una idea innovadora: creó la New York Women's Symphony. Después de otro intento fallido de encontrar un trabajo permanente, Brico fundó esta orquesta para mostrar que las mujeres podían ser excelentes instrumentistas y músicas. Contó con el apoyo del alcalde de Nueva York, La Guardia, y de Eleanor Roosevelt, la primera dama del país. La New York Women's Symphony tuvo éxito desde 1935 hasta 1939. En 1939, comenzaron a admitir hombres y la orquesta cambió su nombre a Brico Symphony Orchestra.
Los años treinta fueron una época de grandes logros para Antonia Brico. En 1938, se convirtió en la primera mujer en la historia en dirigir la New York Philharmonic Orchestra. Fue en el Lewis Stadium, en un concierto que incluyó la primera sinfonía de Sibelius y recibió muy buenas críticas. Ese mismo año, Brico dirigió una ópera, Hansel y Grettel de Humperdinck, que se estrenó en la New York Hippodrome Opera. También fue invitada a dirigir la San Francisco Bay Region Symphony Orchestra.
Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con el éxito de Antonia, que era una mujer. A pesar de todos sus logros, la directora no conseguía un puesto permanente en una orquesta. Todos los proyectos que dirigió fueron encargos temporales o iniciativas suyas. Dos de los encargados de la New York Philharmonic Orchestra, Charles Guggenheimer y Arthur Johnson, publicaron artículos en el Times criticando a las mujeres directoras. Escribieron frases como: "El problema con Antonia Brico es que ha nacido cincuenta años demasiado pronto" y "Es una desgracia que una mujer dirija esta orquesta".
Estos documentos muestran las dificultades que enfrentaban las mujeres en el trabajo y en la sociedad en general. Antonia Brico no pudo disfrutar plenamente de su carrera como directora porque se le negó el acceso a los círculos musicales importantes de la época. A pesar de haber dirigido con éxito las mejores orquestas del mundo, no obtuvo el reconocimiento profesional de ser directora residente en una de ellas.
Una nueva etapa en Denver (1942-1971)
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, Antonia Brico se mudó a Denver. Se alejó del ambiente de Nueva York, que, aunque le había dado oportunidades, no la había aceptado de forma permanente. En Denver, Brico enseñó piano y dirigió varias orquestas con contratos pequeños. También fundó sus propios proyectos, como la Bach Society y la Women's String Orchestra.
Durante los años cuarenta, Antonia desarrolló su carrera en Denver, aunque fue invitada a dirigir en Nueva York varias veces. En 1945, al terminar la guerra, Brico fue rechazada como candidata a la dirección permanente de la Orquesta Sinfónica de Denver. En los años siguientes, su nombre siempre aparecía en las audiciones para nuevos directores, pero siempre fue ignorada por ser mujer.
En 1946, Brico regresó a Europa, donde su talento era más reconocido. Dirigió en Suecia, Austria y Holanda. Adrian Boult la invitó al Royal Albert Hall de Londres, donde dirigió la Orquesta Sinfónica de Londres. Jean Sibelius, un famoso compositor que ya la había visto dirigir en Estados Unidos, quedó impresionado y la invitó a dirigir un festival dedicado a su música en Helsinki.
Antonia Brico regresó a los Estados Unidos para quedarse. En 1947, un grupo de músicos aficionados la contactó para ofrecerle el único trabajo de directora residente que tuvo. Fue en la Denver Bussinessmen's Orchestra, una pequeña orquesta que dirigió hasta el final de su carrera. Desde 1947 hasta 1981, Brico estuvo casi en el anonimato. Dirigía solo cinco conciertos al año con su orquesta, que en 1967 cambió su nombre a la Bussinessmen's Orchestra. También dirigió la Denver Opera Association, la Women's String Orchestra y la Boulder Philarmonic Orchestra, combinando estas actividades con la enseñanza. A pesar de todo, Brico se sentía frustrada.
El reconocimiento tardío y el legado (1971-1989)
En el documental Antonia: a Portrait of the Woman, de Judy Collins (1971), Antonia Brico dijo: "Tengo cinco presentaciones al año. Tengo fuerza suficiente como para tener cinco al mes. Doy clases... pero me siento frustrada. Es como darle un poco de pan a una persona que muere de hambre... Cada vez que escucho el nombre Evgenia Svetlana, muero por dentro... porque ella es mujer en Rusia y está dirigiendo todo el tiempo."
La vida de Antonia Brico cambió en 1971, cuando Judy Collins, una cantante famosa, decidió grabar un documental sobre su vida. Judy Collins había estudiado piano con Brico en Denver cuando era adolescente y habían mantenido una amistad cercana. Para dar a conocer la historia de Antonia, Judy Collins presentó el documental Antonia: a Portrait of the Woman, dirigido junto con Jill Godmilow, en 1974. El documental muestra la historia de una mujer que, a finales del siglo XX, no podía entender cómo el trato desigual por ser mujer todavía limitaba sus oportunidades. Era aún más frustrante ver que, en Rusia, otra directora talentosa (Evgenia Svetlana) podía dirigir sin problemas.
El documental sobre Antonia Brico tuvo mucho éxito a principios de los años setenta. Brico se hizo famosa, literalmente, cuando ya tenía setenta y tres años. En 1975, fue invitada a un festival muy importante: el Mostly Mozart Festival en Nueva York. Las entradas para el único concierto programado se agotaron, y tuvieron que programar otro. La CBS grabó los dos conciertos en discos, que hoy se pueden escuchar en internet.
Es notable que los dos únicos conciertos con gran repercusión mediática para la directora se programaran al final de su vida, pocos años antes de su retiro. En 1977, Brico ofreció su último recital con la Brooklyn Philharmonia, y en 1981 dejó la dirección de forma definitiva. Sin embargo, siguió enseñando por un tiempo. La vida de Antonia tuvo un revés en 1988 cuando se rompió la cadera en una caída, y falleció un año después en una residencia en Denver, Bella Vita Towers.
La última etapa de su vida, marcada por la frustración y los obstáculos, al menos le dio esperanza. Resurgió gracias al intento de algunos sectores de la sociedad de reconocer su valor. Es difícil olvidar las reacciones de una mujer que luchó toda su vida para conseguir un lugar merecido en el complicado mundo de la música clásica. La historia de Antonia Brico debe servir de ejemplo para apoyar la igualdad de oportunidades en todos los aspectos de la sociedad.
En la cultura popular
La directora de cine neerlandesa Maria Peters realizó la película De Dirigent, estrenada en 2018. Esta película trata sobre los primeros años de la vida de Antonia Brico, con Christanne de Bruijn como protagonista. Después de terminar la película, Peters escribió una novela biográfica con el mismo título.
Véase también
En inglés: Antonia Brico Facts for Kids