Años 1930 en Cantabria para niños
Los años 1930 en Cantabria, al igual que en el resto de España, fueron un tiempo de grandes cambios. Coincidieron con el inicio de la Segunda República Española, un nuevo sistema de gobierno que llegó después de la caída de la monarquía y de una dictadura que había durado varios años.
La Segunda República fue el primer sistema democrático moderno en España. Buscaba hacer muchas reformas, pero esto generó diferentes opiniones en la sociedad. Este periodo también estuvo marcado por la Gran Depresión a nivel mundial y el surgimiento de movimientos autoritarios en Europa.
En Cantabria, la sociedad se interesó más por la política durante los años 30. Esto llevó a que las personas participaran más en la vida democrática. Sin embargo, las diferencias de ideas se hicieron más grandes, lo que lamentablemente terminó en conflictos después de un intento de levantamiento el 18 de julio de 1936. Sorprendentemente, Cantabria se mantuvo leal al gobierno establecido, luchando en el lado republicano hasta que la región fue tomada por otras fuerzas en el verano de 1937.
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La Segunda República en Cantabria
El 14 de abril de 1931, se proclamó la Segunda República Española. En Santander, la noticia fue recibida con alegría por algunos y con sorpresa por otros, que no esperaban un cambio tan grande después de unas elecciones municipales.
La Segunda República nació en un momento difícil, con la Gran Depresión y el aumento de ideas autoritarias en Europa. Esto hizo que fuera complicado para el nuevo gobierno establecerse, ya que había mucha tensión entre diferentes grupos sociales y políticos.
Por un lado, los trabajadores de las fábricas y del campo tenían muchas necesidades básicas, como mejores condiciones de trabajo y acceso a la tierra. Querían cambios importantes. Sin embargo, les costaba unirse debido a sus diferentes ideas y formas de actuar.
Por otro lado, las personas de clase media, tanto del campo como de las ciudades, que eran muy religiosas, estaban preocupadas por los cambios sociales y la idea de una gran transformación. Se unieron a las clases más adineradas, que también estaban inquietas por las demandas de los trabajadores y por la posibilidad de que su posición en la sociedad cambiara. Esto llevó a que algunos buscaran soluciones más autoritarias para mantener el orden.
En resumen, los años 30 mostraron las grandes diferencias y tensiones en un país que, aunque estaba empezando a industrializarse y a crecer en las ciudades, seguía siendo mayoritariamente rural y tradicional.
En Cantabria, la República se desarrolló de manera similar, aunque con algunas características propias:
- Después de un tiempo de confusión, los grupos de derecha se hicieron más fuertes y pasaron de ser más flexibles a oponerse abiertamente al gobierno republicano. Unieron a diferentes fuerzas políticas con ideas como el orden, la religión, la familia y la propiedad. Lograron movilizar a muchas personas de clase media y a gran parte de los campesinos, sobre quienes la Iglesia tenía mucha influencia. Así, se consolidó una nueva derecha en la región.
- El Partido Socialista era la fuerza más importante de la izquierda. Sus líderes debatían si debían unirse a los partidos republicanos o si debían diferenciarse de ellos. Este partido, fundado en la región en 1887, estaba muy bien organizado en 1931 y ayudó mucho a que ganaran las candidaturas que se oponían a la monarquía.
- Los partidos republicanos tuvieron dificultades para superar sus diferencias y crear una base política moderada que pudiera dar estabilidad a la República. Surgieron nuevas fuerzas políticas, pero a menudo se dividían en grupos más pequeños.
- En Cantabria, la vida política fue muy intensa, pero la violencia se mantuvo en un nivel bajo en comparación con otras regiones, excepto por algunos incidentes en octubre de 1934.
- La división de las ideas políticas hacia los extremos, especialmente después de las elecciones de 1936, aumentó los conflictos. Las calles se convirtieron en escenarios de enfrentamientos, que a veces terminaron en hechos trágicos.
Los procesos electorales durante la República tuvieron una vitalidad nunca vista antes. Esto fue gracias a la libertad de expresión, la participación de los votantes y la variedad de ideas políticas. A pesar de la intensidad de las campañas, las jornadas de votación fueron generalmente tranquilas y sin incidentes graves. Los resultados mostraron un cierto equilibrio entre la izquierda y la derecha en la región.
Fue durante los años de la República cuando surgieron las primeras ideas para que Cantabria tuviera más autonomía, aprovechando las posibilidades que ofrecía la Constitución de 1931. La Diputación Provincial llegó a estudiar la creación de un estatuto de autonomía y nombró una comisión en julio de 1936. Sin embargo, estas iniciativas no pudieron avanzar debido al inicio de la Guerra Civil.
La Guerra Civil en Cantabria
El levantamiento de 1936
Después del levantamiento militar del 18 de julio de 1936, Cantabria se mantuvo fiel al gobierno de la República. Sin embargo, al estar aislada del resto del territorio republicano, le fue difícil resistir eficazmente. La capital fue tomada en agosto de 1937, y la batalla de Santander terminó el 1 de septiembre de ese mismo año. Toda la región, excepto Tudanca y Liébana, pasó al control de las fuerzas de Franco.
El hecho de que el levantamiento no triunfara en Cantabria sorprendió a muchos. Las razones de este fracaso fueron varias:
- El movimiento obrero en Cantabria era muy fuerte, especialmente la Federación Obrera Montañesa. Tenían una gran capacidad de movilización y sus líderes reaccionaron rápidamente en las primeras horas del levantamiento. Esto contrastó con la falta de coordinación de los grupos que apoyaban el levantamiento.
- Las elecciones de febrero de 1936 fueron un éxito para el Frente Popular, lo que dejó los órganos de poder en manos de la izquierda. Esto radicalizó las posiciones de los grupos conservadores.
- La pasividad de las fuerzas de derecha, que confiaron en los militares para tomar la iniciativa. Además, había varios grupos que planeaban el levantamiento sin coordinación entre ellos.
- Un incidente trágico el 3 de junio, cuando el director de un periódico de izquierda, Luciano Malumbres, perdió la vida. Esto causó conmoción y miedo en la ciudad, y la policía detuvo a muchos de los implicados, lo que les impidió actuar más activamente el 18 de julio.
- Las dudas del coronel José Pérez y García Argüelles, gobernador Militar. A pesar de su cercanía a los que planeaban el levantamiento, su indecisión y la enérgica respuesta de los trabajadores, junto con la presencia de un buque de guerra en la bahía, impidieron que se uniera al levantamiento.
- La rápida reacción de la izquierda, que movilizó sus recursos de inmediato. El presidente de la Diputación Provincial, Juan Ruiz Olazarán, lideró las fuerzas del Frente Popular, la FOM-UGT y la CNT, coordinándolas para evitar el levantamiento en Cantabria.
- La lealtad y decisión del coronel José García Vayas, quien frustró el levantamiento en Santoña y puso el arsenal a disposición de las milicias.
Reorganización y autonomía temporal
Una vez que el levantamiento fue detenido, las fuerzas del Frente Popular se enfocaron en restablecer el orden y centralizar el poder. Se creó un Comité de Guerra en julio de 1936. Con el nombramiento de Juan Ruiz Olazarán como gobernador civil en agosto de 1936, se buscó restaurar la autoridad.
Debido a la creación de nuevos organismos y al aislamiento de Cantabria del resto del territorio republicano, la región vivió una situación de autogobierno temporal. Esto hizo que se valorara positivamente la idea de la autonomía. Sin embargo, el objetivo principal era limitar los impulsos de cambio radical y reconstruir el poder central para ganar la guerra.
La situación de guerra también afectó la economía de la región. Hubo escasez de materias primas y fue necesario imponer el racionamiento de alimentos, lo que empeoró con la llegada de refugiados de otras provincias. Se estableció una economía de guerra, lo que significó que las autoridades públicas intervinieran directamente en la producción.
El gobierno cántabro sabía que era la parte más vulnerable del bloque republicano del norte. Esto se debía a que la región tenía un menor desarrollo económico en comparación con Asturias y Vizcaya, y a que una gran parte de su población era conservadora. Por lo tanto, los cántabros estaban muy interesados en respetar la autoridad del Gobierno central y en coordinarse con las otras dos provincias.
Desde Cantabria se lanzaron varias ofensivas militares, como contra Burgos en diciembre de 1936. Santander también sufrió ataques aéreos con bombardeos sobre la población. Sin embargo, la mayor parte de los combates en el norte de la Península ocurrieron durante el verano de 1937.
La caída del frente norte

La Campaña del Norte, llevada a cabo por las tropas de Franco entre abril y noviembre de 1937, terminó con el control republicano del área del Cantábrico. En Cantabria, las operaciones tuvieron lugar entre agosto y septiembre, después de que Vizcaya fuera tomada por las tropas de Franco. Esto provocó la llegada de muchos refugiados vascos, lo que empeoró la difícil situación de la provincia.
El 6 de agosto se formó la Junta Delegada del Gobierno en el Norte, presidida por el General Mariano Gamir Ulibarri. Su misión era coordinar la defensa contra la ofensiva.
El 24 de agosto, las tropas vascas firmaron un acuerdo de rendición con los mandos italianos (Pacto de Santoña). El 25 de agosto, Santander se rindió, y las fuerzas italianas entraron en la ciudad en la madrugada del 26. El 1 de septiembre, el ejército de Franco llegó al límite con Asturias.
Las razones de la derrota republicana fueron varias:
- La superioridad militar de las fuerzas de Franco, especialmente en artillería y aviación, que recibieron apoyo de Alemania e Italia.
- La escasez de líderes militares en el ejército republicano.
- La desmoralización causada por el avance del enemigo y la llegada de muchos refugiados.
- La falta de provisiones y alimentos.
- El aislamiento del resto del territorio republicano, que se agravó por el bloqueo naval.
Galería de imágenes
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Bandera de la Segunda República Española con su escudo.