Tíber para niños
Datos para niños Tíber |
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Tevere | ||
El Tíber en el puente de Sant'Angelo de Roma
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Ubicación geográfica | ||
Cuenca | 17.375 km² | |
Desembocadura | mar Tirreno | |
Coordenadas | 43°47′13″N 12°04′40″E / 43.786916666667, 12.077666666667 | |
Ubicación administrativa | ||
País | ![]() |
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Regiones | ![]() ![]() ![]() ![]() |
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Provincias | Arezzo, Forlì-Cesena, Perugia, Rieti, Roma y Terni | |
Cuerpo de agua | ||
Longitud | 405 kilómetros | |
Ancho máximo | Delta del Tíber | |
Superficie de cuenca | 17 375 km² | |
Caudal medio | 239 m³/s | |
Mapa de localización | ||
Localización del Tíber [1] | ||
El Tíber (en italiano: Tevere) es un río muy importante en Italia. Es el tercer río más largo del país, con una extensión de 405 kilómetros.
Nace en las montañas de los Apeninos, específicamente en el monte Fumaiolo, en la región de Romaña. Luego, atraviesa las regiones de Umbría y Lacio, pasando por ciudades como Perugia y Roma. Finalmente, el Tíber desemboca en el mar Tirreno a través de dos brazos, uno al sur llamado Isola Sacra y otro al norte llamado Fiumicino. A lo largo de su recorrido, el río cuenta con muchos puentes, algunos de ellos con gran valor histórico y artístico.
Contenido
La historia del río Tíber
¿Cómo se usaba el Tíber en la antigüedad?
Durante muchos siglos, el Tíber fue una vía de transporte fundamental. En la época de la Roma antigua, los barcos comerciales podían navegar río arriba hasta la ciudad de Roma. Llegaban a un mercado que estaba cerca del Aventino.
Barcos más pequeños, diseñados para navegar por el río, llevaban mercancías y productos agrícolas desde la región de Umbría. Usaban un sistema de navegación que llegaba incluso a los afluentes del Tíber, como el Chiancio y el Topino.
¿Por qué cambió el uso del río?
Con el tiempo, el desarrollo de las carreteras y los ferrocarriles hizo que el transporte por río fuera menos necesario. Además, el fondo del río se llenó de sedimentos, lo que dificultó la navegación. Por estas razones, el uso del Tíber para el transporte de mercancías desapareció alrededor del año 1850.
Hoy en día, la navegación en el Tíber se limita a actividades turísticas y deportivas. Desde la década de 1990, hay embarcaciones que recorren los tramos del río que atraviesan la ciudad de Roma.
¿De dónde viene el nombre Tíber?
Según relatos antiguos, el río se llamaba originalmente Albula. Servía como frontera entre dos pueblos: los etruscos y los latinos. Se cuenta que un gobernante llamado Tiberino falleció en el río Albula. En su honor, el río fue renombrado como Tíber.
El Tíber y la ciudad de Roma
El Tíber en los inicios de Roma
La ciudad de Roma siempre ha estado muy conectada con el río Tíber. De hecho, su existencia se relaciona con él desde el principio. La famosa leyenda de Rómulo y Remo cuenta que fueron encontrados en una canasta a orillas del Tíber.

Más allá de los mitos, los primeros asentamientos que formaron Roma se ubicaron en las colinas cercanas a un lugar donde se podía cruzar el río, cerca de la isla Tiberina. La zona baja era un terreno pantanoso, porque el Tíber siempre ha sido un río que se desborda con frecuencia.
Los habitantes de las aldeas trabajaron juntos para secar esta zona. Allí se construyó el Foro, que era un punto de encuentro e intercambio. En este lugar se reunían las poblaciones etruscas que vivían en la orilla derecha y las poblaciones del Lacio antiguo que vivían en la orilla izquierda.
La isla Tiberina también marcaba el límite hasta donde podían llegar las naves antiguas que venían desde el mar Tirreno.
Cerca de allí, río abajo, se construyó el primer puente de Roma, el Puente Sublicio. Era tan importante que, según algunos historiadores, su mantenimiento dio origen a un cargo religioso muy importante en Roma: el «pontífice máximo».
El propio río era considerado una divinidad, conocida como el Pater Tiberinus. Cada año, el 8 de diciembre, se celebraba una fiesta en su honor, coincidiendo con el aniversario de la fundación de su templo en la isla Tiberina.
Inundaciones y obras en el Tíber
Hoy en día, los altos muros que bordean el río en el Lungotevere de Roma hacen difícil imaginar cómo la ciudad estaba conectada con el Tíber. Esta conexión, que era una fuente de riqueza, también implicaba un gran riesgo.
Desde la antigüedad, las crecidas del Tíber eran frecuentes y a menudo causaban desastres. Los romanos las veían como señales de eventos importantes o como castigos. Además de la destrucción, las inundaciones provocaban problemas de salud debido al estancamiento del agua.
Incluso en el siglo XIX, una gran inundación el 28 de diciembre de 1870, fue interpretada por el pueblo romano como una confirmación de sus antiguas creencias.
Las grandes inundaciones (que ocurrían unas 3 o 4 veces por siglo) siempre llegaban a Roma por la Vía Flaminia. Aguas abajo de la unión con el río Aniene, el río se extendía por terrenos llanos. Pero luego encontraba construcciones y puentes que lo bloqueaban, como el Puente Sublicio, que fue arrastrado varias veces por las crecidas.
Julio César pensó en desviar el río para que no pasara por Trastevere y la llanura de los Foros. Quería canalizarlo a través de las marismas pontinas hacia el Circeo.
Augusto, con un enfoque más práctico, nombró una comisión de 700 expertos. Se limitó a ordenar la limpieza del cauce del río y a crear un cargo especial, los Curatores alvei et riparum Tiberis, que Marco Vipsanio Agripa ocupó de por vida.
Los expertos del emperador Tiberio sugirieron desviar las aguas del río Chiani hacia el río Arno. Sin embargo, este proyecto fue abandonado debido a la oposición de los florentinos.
Al emperador Trajano se le atribuye la finalización del canal de Fiumicino (la Fosa Trajana). Este canal se usaba para la navegación y también mejoraba el flujo del agua hacia el mar.
El último emperador que ordenó una limpieza profunda del río y la construcción de defensas en las orillas fue Aureliano.
Véase también
En inglés: Tiber River Facts for Kids