Silvina Ocampo para niños
Datos para niños Silvina Ocampo |
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Ocampo en 1959
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Información personal | ||
Nombre en español | Silvina Ocampo Don Carlo (Spanish) | |
Nacimiento | 28 de julio de 1903 Buenos Aires (Argentina) |
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Fallecimiento | 14 de diciembre de 1993 (90 años) Buenos Aires (Argentina) |
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Nacionalidad | Argentina | |
Familia | ||
Cónyuge | Adolfo Bioy Casares (1940-1993) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritora | |
Años activa | 1937-1988 | |
Géneros | Cuento, poesía y novela | |
Silvina Inocencia Ocampo (Buenos Aires, 28 de julio de 1903-14 de diciembre de 1993) fue una escritora, cuentista y poeta argentina. Su primer libro fue Viaje olvidado (1937) y el último Las repeticiones, publicado póstumamente en 2006. Antes de consolidarse como escritora, Ocampo fue artista plástica. Estudió pintura y dibujo en París donde conoció, en 1920, a Fernand Léger y Giorgio De Chirico, precursores del surrealismo.
Se la considera una de las escritoras más importantes de la literatura argentina del siglo xx. Recibió el Premio Municipal de Literatura en 1954, el Premio Nacional de Poesía en 1962, el Gran Premio de Honor de la SADE en 1992 y el Premio Konex en 1984.
Contenido
Biografía
Silvina Ocampo nació el 28 de julio de 1903 en Buenos Aires, en una casa en la calle Viamonte 550. Fue la menor de las seis hijas de Manuel Silvio Cecilio Ocampo y Ramona Aguirre Herrera (Victoria, Angélica, Francisca, Rosa, Clara María y Silvina). Su familia pertenecía a la alta burguesía, hecho que le permitió tener una formación muy completa, con tres institutrices (una francesa y dos inglesas), un profesor de castellano y otro de italiano, de manera tal que las seis hermanas aprendieron a leer en inglés y francés antes que en castellano. Esta formación trilingüe influiría posteriormente en su escritura, según declaró la propia escritora.
Su familia pertenecía a la alta burguesía ganadera argentina y eran dueños de extensas tierras. Su tatara-tatara-tatarabuelo, José de Ocampo, fue gobernador de Cuzco antes de mudarse al Virreinato del Río de la Plata. Manuel José de Ocampo (su tatara-tatarabuelo) fue uno de los primeros gobernadores cuando se declaró la independencia. Su bisabuelo Manuel José de Ocampo y González fue un político y candidato a presidente del país, además era amigo de Domingo Faustino Sarmiento. Su abuelo, Manuel Anselmo Ocampo fue estanciero. Otro de sus antepasados fue Domingo Martínez de Irala, conquistador de Asunción y futuro gobernador del Río de la Plata y Paraguay. El hermano de la tatara-tatarabuela de Ocampo, Juan Martín de Pueyrredón, fue director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Otro familiar lejano es Juan Manuel de Rosas quien fue el principal caudillo hasta 1852.
Su madre, Ramona Máxima Aguirre, era una de ocho hijos y le gustaban la jardinería y tocar el violín. Su familia era de orígenes criollos y religiosa. Su padre, Manuel Silvio Cecilio Ocampo Regueira, nació en 1860 y era arquitecto. Era uno de nueve hijos y tenía un carácter conservador.
En invierno visitaba a su bisabuelo (quien vivía cerca) diariamente y en verano su familia vivía en una quinta en San Isidro, una casa moderna que en su época contaba con electricidad y agua corriente. Actualmente esta casa (Villa Ocampo) es un sitio UNESCO y reconocido como monumento histórico. En verano, en el segundo piso tomaba clases donde aprendió los fundamentos que le ayudarían más tarde a llegar a ser escritora.
La crítica Patricia Nisbet Klingenberg sostiene, sin embargo, que de niña Ocampo "lived a lonely existence, relieved primarily by the companionship of various household workers (...) This, then, is the place from which her works emerge, from memory and identification with those identified as other."
Algunas de las cosas que más la impactaron durante su juventud fueron el casamiento de su hermana Victoria y la muerte de su hermana Clara. Afirmó que el casamiento de Victoria le había quitado la juventud: "Hubo un episodio de mi niñez que marcó mucho nuestra relación. Victoria me quitó la niñera que yo más quería, la que más me cuidó, la que más me mimó: Fanni. Ella me quería a mí más que a nadie. Fanni sabía que yo la adoraba, pero cuando Victoria se casó y se la llevó con ella nadie se atrevió a oponérsele". Además manifestó que empezó a odiar la sociabilidad cuando muere Clara.
En 1908 viajó por primera vez a Europa con su familia. Luego estudió dibujo en París con Giorgio de Chirico y Fernand Léger. Entre sus amigos se encontraba el escritor italiano Italo Calvino, quien prologó sus cuentos. De regreso a Buenos Aires, trabajó la pintura junto a Norah Borges y a María Rosa Oliver, y realizó varias exposiciones, tanto individuales como colectivas. Cuando en 1931 Victoria fundó la revista Sur, que publicó artículos y textos de muchos de los más importantes escritores, filósofos e intelectuales del siglo xx, Silvina formó parte del grupo fundador aunque, al igual que Borges y Bioy Casares, no tuvo un lugar preponderante en las decisiones sobre los contenidos a publicar, tarea que desempeñaban Victoria y José Bianco.
En 1932 conoció a Adolfo Bioy Casares, con quien se casó en 1940. La relación entre ambos fue compleja, y él abiertamente tenía amantes. Algunos autores han descrito a Ocampo como víctima pero otros, como Ernesto Montequin, han rechazado este retrato: "Eso la pone en un lugar de minusválida. La relación con Bioy fue muy compleja; ella tuvo una vida amorosa bastante plena (...) La relación con Bioy podía hacerla sufrir, pero también la inspiraba". En 1954 nació Marta, hija extramatrimonial de Bioy, a quien crio como si fuera propia. Permanecieron juntos hasta su muerte, pese a las frecuentes infidelidades de su esposo.
Primeras publicaciones
En 1937 publicó su primer libro de cuentos, Viaje olvidado. Compuesto por relatos breves (la mayoría no supera las dos páginas), el libro fue reseñado por Victoria Ocampo en Sur, donde señaló las marcas autobiográficas de los cuentos y le reprochó el haber "distorsionado" esos recuerdos de infancia. Sur jugó un rol fundacional en la vida de Silvina: "Allí, aparecen los primeros cuentos, poemas y traducciones de su hermana menor. Allí, se configura un grupo sólido de escritores que además arma el privilegiado y estrecho círculo de afinidades electivas de Silvina: Borges, Bioy, Wilcock...”
A pesar de las primeras críticas negativas de Viaje olvidado, el libro pasó a ser considerado un texto fundamental dentro de la obra de la escritora, en el que ya aparecen los rasgos y temas que caracterizan su escritura, y que iría desarrollando y perfeccionando en libros posteriores. Unos años más tarde colaboró con Borges y Bioy Casares en la preparación de dos antologías: Antología de la literatura fantástica (1940), con prólogo de Bioy, y Antología poética argentina (1941). En 1942 aparecieron dos poemarios, Enumeración de la Patria y Espacios métricos, a partir de entonces, alternó la narrativa con la poesía.
En 1948 publicó Autobiografía de Irene, cuentos donde muestra una mayor soltura en la escritura y aparece una mayor influencia de Borges y Bioy. A pesar de esto, el libro tampoco tuvo mucha repercusión al momento de su aparición. Dos años antes había escrito una novela policial a cuatro manos con Bioy Casares, Los que aman, odian.
Tras varios años de publicar únicamente poesía (Los sonetos del jardín, Poemas de amor desesperado, Los nombres, que obtuvo el Premio Nacional de Poesía) volvió al cuento en 1959 con La furia, con el que finalmente obtuvo cierto reconocimiento y suele considerarse el momento en el que Ocampo alcanza la plenitud de su estilo y del tratamiento de sus temas.
Los 60
La década de 1960 sería algo menos activa en cuanto a presencia editorial, ya que sólo publicó el volumen de cuentos Las invitadas (1961) y el poemario Lo amargo por dulce (1962). En contraste, la década de 1970 fue algo más fecunda. Aparecieron los poemas de Amarillo celeste, Árboles de Buenos Aires y Canto escolar, los cuentos de Los días de la noche y una serie de cuentos infantiles: El cofre volante, El tobogán, El caballo alado y La naranja maravillosa.
Últimos años y publicaciones póstumas
La publicación de sus dos últimos libros, Y así sucesivamente (1987) y Cornelia frente al espejo (1988), coincidió con la aparición del Alzheimer, que fue mermando sus facultades hasta dejarla postrada durante sus tres últimos años. Falleció en Buenos Aires el 14 de diciembre de 1993 a los 90 años. Fue sepultada en la cripta familiar del Cementerio de la Recoleta, cementerio donde también está enterrado Bioy Casares.
Póstumamente aparecieron volúmenes que recogían textos inéditos, desde poesías hasta novelas cortas. Así, en 2006 se publicaron Invenciones del recuerdo (una autobiografía escrita en verso libre) y Las repeticiones, una colección de cuentos inéditos que incluye dos novelas cortas, El vidente y Lo mejor de la familia. En 2007 se publicó por primera vez en Argentina la novela La torre sin fin, y en 2008 apareció Ejércitos de la oscuridad, volumen que recoge textos varios. Todo el material fue editado por Sudamericana, que también reeditó algunas de sus colecciones de cuentos. En 2010 se publicó La promesa, una novela que Ocampo empezó alrededor de 1963 y que, con largas interrupciones y reescrituras, terminó entre 1988 y 1989, apremiada por su enfermedad. La edición estuvo al cuidado de Ernesto Montequin.
Obra
Narrativa
La obra de Ocampo es reconocida principalmente por su inagotable imaginación y su aguda atención por las inflexiones del lenguaje. Dueña de un lenguaje cultivado que sirve de soporte a sus retorcidas invenciones, Ocampo disfraza su escritura con la inocencia de un niño para nombrar, ya sea con sorpresa o con indiferencia, la ruptura en lo cotidiano que instala la mayoría de sus relatos en el territorio de lo fantástico.
Esta habilidad lingüística se advierte temprano en su colección de cuentos Viaje Olvidado (1937), influida por el nonsense literario de Lewis Carroll, Katherine Mansfield y seguramente por el surrealismo que aprendió de sus maestros de pintura. El título del libro se refiere al cuento homónimo en que una niñita intenta recordar el momento de su nacimiento.
Si los relatos de este volumen parecían más bien miniaturas o pequeños pantallazos de la memoria deformados por la imaginación, sus siguientes colecciones (Autobiografía de Irene, y muy especialmente La furia o Los días de la noche) conservan un poco más la estructura tradicional del cuento y muestran a una Ocampo más prototípica. Metamorfosis, ironía, figuras persecutorias, humor negro, y el reinado imperante del oxímoron y de la sinestesia marcan esta serie de relatos donde aparecen incesantes galerías de personajes y contextos dominadas por pasillos y patios de grandes caserones así como por la enigmática presencia de niños ligados al horror y la crueldad como víctimas o victimarios, según la ocasión.
A pesar de su reclamada indiferencia hacia la política, se sugiere que la política de la época tuvo una gran influencia en la escritura de ella. "Mientras tanto, el golpe de 1943, el ascenso de Perón y sus sucesivos gobiernos, de 1946 a 1955, afectan a este grupo literario decididamente antiperonista. Los discursos viscerales de Eva Perón contra la oligarquía, la presencia de los "cabecitas negras" en las calles, las grandes movilizaciones eran datos que ponían, por primera vez, en el centro, un poder que los ofendía como clase."
Obra poética
Su labor poética estuvo dominada en un principio por los metros clásicos y por rimas inocentes, muchas veces dedicadas a la descripción y exaltación de la belleza de elementos naturales como las plantas (confesa pasión de la escritora) como en Espacios métricos o en Los sonetos del jardín que tras el poemario Enumeración de la patria siguieron a Viaje olvidado. Sin embargo, poemarios posteriores como Los nombres, Lo amargo por dulce o Amarillo celeste muestran un verso más elaborado y a la vez desinteresado por el clasicismo.
Con Espacios métricos, publicado en 1942 por la editorial Sur, obtuvo el Premio municipal en 1954. Obtuvo el Segundo Premio Nacional de poesía por Los nombres en 1953 y volvió a obtener una distinción en 1962 por Lo amargo por dulce, el Premio Nacional de poesía.
Temas y símbolos recurrentes
La reflexividad
El tema de la reflexividad está presente en muchas de las obras de Ocampo. El concepto de la reflexividad se puede definir, en términos de objetos literales, como una representación de "elementos temáticos en relación con el yo y el otro ... la identidad y la alteridad", y como un enlace con otros textos. En su colección de cuentos cortos La furia, se observa la repetición de objetos como los espejos, la luz, objetos de vidrio y los relojes. El uso de la luz reflejada y los objetos que la reflejan están repartidos muchas veces a través de las obras. Algunos autores como María Dolores Rajoy Feijoo interpretan estos objetos reflexivos, como los espejos y los relojes, como vehículos de la autorreflexividad, y la identidad modificada y reproducida, en los cuentos fantásticos de Ocampo. "En lugar de ver el cuarto reflejado, vi algo exterior en el espejo, una cúpula, una suerte de templo con columnas amarillas y, en el fondo, dentro de algunas hornacinas del muro, divinidades. Fui víctima, sin duda, de una ilusión" (Cornelia frente al espejo)
La niñez
La niñez es un tema recurrente en los cuentos de Ocampo. Aunque el uso de la perspectiva infantil es algo en común con otros autores latinoamericanos, Ocampo se distingue por su perversión de la perspectiva infantil. El sentido de perversión de la infancia ha llevado a muchos críticos a hacer conexiones psicológicas entre sus cuentos y las teorías freudianas. Según Fiona Joy Mackintosh, "Los ideas de Freud, específicamente sus ideas sobre los sueños, el tabú, y la perversión polimorfa de los infantes, son algunos de los elementos claves que estando al acecho como un precursor ubicua dentro las líneas del texto en los cuentos de Silvina Ocampo". Ocampo también experimenta con los consecuencias de vivir en un mundo separado de la sociedad adulta en "La raza inextinguible", pero también explora elementos involucrados en el proceso de envejecimiento y alude que hay efectos positivos implícitos en los personajes quienes mezclan los rasgos infantiles con los de adultos. Una de sus obras más notable que trata el tema de la perversión de la niñez es "El pecado mortal", que narra el engaño de una niña por un criado. Luego, la niña hace su primera comunión sin confesar su pecado. .....
La metamorfosis
En muchos de sus cuentos, Ocampo usa los cambios físicos y psicológicos (caracterizados como la metamorfosis) para transformar a muchos de sus personajes. Estos incluyen la transición de personas en plantas (la hibridez humano-vegetal enviciado en “Sabanas de tierra”), en animales (la hibridez humano-felino enviciado en “El rival”), en máquinas (la hibridez humano-inanimado enviciado en “El automóvil”), y en otras personas (por ejemplo en “Amado en el amado”).
Un análisis del papel de la metamorfosis y cómo usa Ocampo los cambios graduales dentro su cuento "Sabanas de tierra", para destacar el proceso metamórfico de un jardinero en una planta. Estos cambios típicamente están notados por sus transiciones en los sentidos y los acciones, por ejemplo el sonido, el olor, cambios visuales, y el gusto. Según Juan Ramón Vélez García, muchos de estos procesos de metamorfosis indican conexiones bíblicas de Génesis, interpretando los rasgos de la transformación de sus personajes como un ciclo o regreso, destacando la frase bíblica “pulvis es et in pulverem reverteris” (Vélez García, J.R. 2006). Los personajes en “Sabanas de tierra” no tienen nombres propios, algo que Ishak Farag Fahim considera "...lo que refleja una tendencia a generalizar el concepto y la cosmovisión que el cuento pretende comunicar".
Obras
Películas basadas en sus obras
- Tres historias fantásticas (1964), dirigido por Marcos Madanes. El episodio "La red" está basado en el cuento homónimo.
- La casa de azúcar (1996), abandonada
- El impostor sobre el cuento homónimo, dirigida por Alejandro Maci
- Anillo de humo (2001), telefilme
- El vestido de terciopelo (2001), telefilme
- Cornelia frente al espejo (2012), largometraje basado en el cuento homónimo dirigida por Daniel Rosenfeld.
- Los que aman, odian (2017), dirigida por Alejandro Maci, basada en la novela homónima coescrita con Bioy Casares y protagonizada por Guillermo Francella y Luisana Lopilato.
Premios y distinciones
- Premio Municipal de Poesía 1945 por Espacios métricos
- Premio Municipal de Poesía 1953 por Los nombres
- Premio Municipal de Literatura 1954
- Premio Nacional de Poesía 1962 por Lo amargo por dulce
- Premio Konex - Diploma al Mérito 1984
- Premio Club de los 13 1988 por Cornelia frente al espejo, su última antología de cuentos
- Gran Premio de Honor de la SADE 1992
Ocampo ha sugerido que algunas de sus obras habrían ganado otros premios si no hubieran sido tan crueles. "Les habrá parecido inmoral", afirmó y, en referencia a cuentos como "La boda" o "La casa de los relojes", dijo: "Los actos más crueles que hay en mis cuentos fueron sacados de la realidad".
Véase también
En inglés: Silvina Ocampo Facts for Kids