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Sepultura para niños

Enciclopedia para niños

Una sepultura es el lugar donde se entierra a una persona o animal después de su fallecimiento. Generalmente, las sepulturas se encuentran juntas en un cementerio. Cada cuerpo o grupo de cuerpos se marca con una lápida o un monumento.

Las sepulturas son una costumbre en casi todas las culturas humanas. Los ritos y la decoración varían según las creencias sobre el fallecimiento y lo que sucede después. Algunas culturas, como la del Antiguo Egipto, enterraban a sus seres queridos con sus pertenencias. Creían que las necesitarían en la vida después de la muerte.

La práctica de la sepultura existe desde la prehistoria.

¿Cómo se prepara una sepultura?

Preparar una sepultura implica varios pasos.

Excavación del lugar

Colecta para sepultar el cuerpo de Álvaro de Luna, de José María Rodríguez de Losada. 1866. (Palacio del Senado de España, Madrid).

Primero, se excava un hoyo en la tierra. Las excavaciones pueden ser desde un raspado poco profundo hasta un hoyo de casi dos metros de profundidad. En algunos casos, se construye una bóveda o cámara funeraria. En la actualidad, muchas sepulturas modernas no son tan profundas. A menudo, el féretro se coloca en una caja de concreto. Esto ayuda a que el terreno se mantenga firme y evita problemas si hay inundaciones.

La tierra excavada

La tierra que se saca al excavar la sepultura se apila cerca. Luego, se usa para cubrir el hoyo después del entierro. Como la tierra se expande al excavarse, no toda vuelve a caber en el hoyo. Por eso, a veces queda un poco de tierra sobrante. En los cementerios, esto puede formar una capa más gruesa sobre la superficie original del suelo.

El entierro

El cuerpo puede colocarse en un féretro o en otro tipo de recipiente. Se puede enterrar solo o con otros cuerpos. A veces, se incluyen objetos personales de la persona fallecida.

La bóveda funeraria

Una bóveda es una estructura que se construye dentro de la sepultura. Su propósito es proteger los restos. También puede permitir múltiples entierros, como en una bóveda familiar. A veces, se usa para trasladar restos a un osario o como parte de un monumento.

Relleno de la sepultura

Es la tierra que se devuelve al hoyo después de que el cuerpo ha sido enterrado. Este material puede contener objetos de la excavación original. También puede incluir objetos colocados a propósito o material de épocas posteriores. El relleno puede quedar al nivel del suelo o formar un pequeño montículo.

Monumentos y marcadores

Las lápidas son los marcadores más conocidos. Pueden complementarse con bordes decorativos, piedras a los pies, postes para sostener objetos o una cubierta sólida.

¿Dónde se ubican las sepulturas?

El lugar de sepultura ha sido tradicionalmente el campo en muchas culturas. La Biblia menciona la primera sepultura, la de Sara, en una cueva. Este lugar también fue el sitio de entierro de Abraham.

Esta costumbre se ha mantenido a lo largo de la historia. Tanto los antiguos hebreos como otras culturas y los cristianos la siguieron. De hecho, la Iglesia y las leyes civiles han establecido normas para que los entierros se hagan en lugares adecuados, como los cementerios.

Antiguamente, los griegos guardaban a sus fallecidos en los templos. Pero luego, Solón prohibió esta práctica. Ordenó que se enterraran fuera de las ciudades. Esto era para evitar el mal olor de los cuerpos y posibles incendios si se quemaban los cuerpos.

Los romanos también tenían una ley que decía: «Ningún hombre fallecido puede ser enterrado en la ciudad». Creían que los cuerpos en proceso de cambios naturales podían afectar la ciudad. Por eso, los emperadores Dioleciano y Maximiano extendieron esta ley a todos los municipios. Solo se hacían excepciones para emperadores, vírgenes estatales y algunos caballeros romanos. Sin embargo, más tarde, el Senado volvió a prohibir los entierros dentro de las ciudades. El emperador Adriano incluso impuso una multa a quien construyera una sepultura dentro de la ciudad.

Los cuerpos se enterraban en caminos públicos para que los viajeros pudieran despedirse. Para Varrón, esto tenía un significado más profundo. Era para recordar a todos que también estaban sujetos a la mortalidad y que, tarde o temprano, tendrían el mismo destino.

Sepulturas en las iglesias

La Iglesia estableció que los fieles debían ser enterrados en cementerios. Al principio, esta regla se siguió estrictamente. Pero con el tiempo, se permitió que personas consideradas santas fueran enterradas dentro de las iglesias. Luego, los emperadores quisieron ser enterrados en la entrada de las iglesias, dejando el interior para los santos. Sin embargo, pronto se permitió que otros líderes religiosos y, finalmente, personas comunes, también fueran enterrados dentro de ellas.

Más tarde, la Iglesia se opuso a esta práctica. La consideraba una falta de respeto hacia los santos. Muchos registros muestran que la Iglesia no estaba de acuerdo con que se dañara el lugar de descanso de quienes tenían una conexión especial con Dios. En el Concilio de Braga II, en el VI, se prohibió el entierro de personas no santas dentro de las iglesias. Se argumentó que si las ciudades no permitían entierros dentro de sus muros, con más razón se debía proteger el templo.

Otros concilios en siglos posteriores, como el de Tribur en el IX, también prohibieron que las personas comunes fueran enterradas en las iglesias.

En el XIII, se prohibió que las personas que habían sido expulsadas de la Iglesia fueran enterradas en cementerios benditos. También se ordenó que las sepulturas no se hicieran dentro de las iglesias ni en sus áreas cercanas. Se pidió que los cementerios estuvieran cercados para evitar que animales entraran y para asegurar el respeto debido.

Durante el XVI, se crearon reglas para evitar actos que se consideraban "profanos". San Carlos Borromeo estableció que los cementerios debían estar cercados de forma segura. También dijo que debía haber una cruz en el centro del cementerio.

El Concilio de Ruan, también en el XVI, estableció que los fallecidos no debían ser enterrados en las iglesias, incluso si eran personas ricas. Este honor debía reservarse para quienes estaban dedicados a Dios, como sacerdotes, o para quienes habían servido a Dios y a la comunidad. Los demás debían ser enterrados en los cementerios.

Un año después, el Concilio en Burdeos, confirmado por el Papa Gregorio XIII, también prohibió los entierros en las iglesias. Solo se permitía a sacerdotes, religiosos y patronos de las iglesias. Los demás debían ser enterrados en los cementerios.

En el mismo siglo, un Concilio Provincial en Bourges ordenó que los cementerios se cercaran con paredes para evitar su falta de respeto.

Sepultura fuera de las ciudades

El Emperador Teodosio prohibió enterrar a los fallecidos dentro de las ciudades. También ordenó que los cuerpos que estaban en urnas dentro de las iglesias fueran trasladados fuera de la ciudad. En España, Alfonso el Sabio dictó una ley similar.

La Ley de las Partidas explicaba por qué los cementerios debían estar cerca de las iglesias:

  • Para que la creencia de los cristianos estuviera más cerca de Dios.
  • Para que quienes visitaran las iglesias recordaran a sus seres queridos y oraran por ellos.
  • Para encomendar a los fallecidos a los santos a quienes estaban dedicadas las iglesias.
  • Para proteger los cuerpos de influencias negativas.

Sin embargo, también se mencionaba que los emperadores y reyes cristianos habían ordenado que las iglesias y cementerios estuvieran fuera de las ciudades. Esto era para que el mal olor de los cuerpos no afectara el aire ni a las personas vivas.

A pesar de estas prohibiciones, la costumbre de enterrar dentro de las iglesias se hizo casi general. Aunque en España tardó más en cambiar.

Muchos gobernantes de Europa también ordenaron que se construyeran cementerios fuera de las ciudades. En Alemania, la Emperatriz María Teresa buscó formas seguras de enterrar a los fallecidos sin dañar la salud de los vivos. Su hijo perfeccionó este proyecto. Convencido de que los entierros dentro de las ciudades eran perjudiciales, ordenó construir ocho cementerios públicos fuera de Viena. Los cementerios dentro de la ciudad fueron cerrados. Esta regla se aplicó también en otras partes de Hungría.

El Rey de Francia también publicó una declaración. Ordenó que solo arzobispos, obispos, curas y patronos pudieran ser enterrados en las iglesias. Los demás fieles debían ser enterrados en cementerios, lo más lejos posible de las ciudades. El Gran Duque de Toscana hizo lo mismo.

En 1777, el Rey de Cerdeña promulgó una ley similar. Prohibió enterrar cuerpos dentro de la ciudad de Turín y sus alrededores. Se construyeron nuevos cementerios fuera de las murallas. Solo se exceptuaba a la Casa Real, príncipes, arzobispos y otras personas con privilegios especiales.

¿Se debe mostrar lujo en las sepulturas?

En un momento, el lujo en las sepulturas se volvió excesivo. Por eso, los legisladores buscaron limitar los gastos. Entre los griegos, había una ley que decía: "Nadie haga sepulcro costoso". Platón sugirió que solo se pusiera una piedra en la sepultura con un elogio corto.

La Iglesia siempre ha buscado evitar el lujo en los funerales. Un concilio dijo que los fieles no debían buscar la pompa en su fallecimiento. En cambio, debían procurar el bienestar de sus almas mediante oraciones y ayuda a los pobres.

Los reyes españoles también prohibieron los gastos excesivos en los funerales. Felipe II ordenó que no se usaran más de doce antorchas o cirios en los entierros. También prohibió los túmulos (montículos decorativos) en las iglesias, excepto para personas de la realeza. Solo se permitía una tumba con un paño oscuro.

Felipe V ordenó que los féretros no fueran de telas lujosas o colores llamativos. Debían ser de tela oscura, como bayeta o paño negro. Solo los féretros de niños pequeños podían ser de color y de tafetán. También se prohibió vestir las paredes de las iglesias de luto. Solo se permitía cubrir el suelo alrededor de la tumba.

Los Padres de la iglesia también criticaron este lujo. San Jerónimo preguntó por qué tanta pompa si los cuerpos de los ricos se descompondrían igual. San Juan Crisóstomo dijo que estos gastos inútiles no ayudaban a los fallecidos. Además, una sepultura costosa a menudo hacía que los ladrones desenterraran los cuerpos.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Grave Facts for Kids

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