Reforma anglicana para niños
La Reforma anglicana o reforma inglesa fue una serie de eventos importantes que ocurrieron en Inglaterra en el siglo XVI. Estos eventos llevaron a la separación de la Iglesia de Inglaterra de la Iglesia católica y a que el rey dejara de depender de la autoridad del Papa. Fue parte de un movimiento más grande llamado la reforma protestante que sucedió en muchos países de Europa.
El motivo principal de la Reforma inglesa fue el deseo del rey Enrique VIII de anular su matrimonio. Lo que empezó como un desacuerdo político, y no tanto religioso, tuvo grandes consecuencias tanto en la política como en las creencias. Después de separarse de Roma, por medio de una ley llamada el Acta de Supremacía Real, el rey se convirtió en el líder supremo de la Iglesia de Inglaterra. Así, la Iglesia de Inglaterra se volvió una iglesia nacional, independiente de Roma.
En Inglaterra hubo muchos años de debates sobre temas religiosos, que finalmente llevaron a conflictos. El resultado fue la creación de una Iglesia oficial del Estado y el reconocimiento de otras iglesias y grupos religiosos, incluyendo la Iglesia católica.
Inglaterra había estado unida a la Iglesia de Roma por casi mil años antes de que se separaran en 1534, durante el reinado de Enrique VIII. Ya existían algunas ideas diferentes dentro de la Iglesia británica, como las de los Lolardos, pero la reforma inglesa obtuvo apoyo político real cuando Enrique VIII quiso anular su matrimonio con Catalina de Aragón. El papa Clemente VII se negó a la solicitud del rey, influenciado por el emperador Carlos V, sobrino de Catalina. Por eso, el rey Enrique VIII, aunque era un católico devoto, decidió convertirse en el Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra para poder anular su matrimonio.
Durante su reinado, Enrique mantuvo muchas de las prácticas católicas tradicionales. Por eso, los reformadores protestantes no pudieron cambiar mucho las creencias y costumbres de la Iglesia de Inglaterra bajo su mando. Pero cuando su hijo, Eduardo VI (1547-1553), gobernó, la iglesia sí se volvió más protestante en sus ideas. Luego, durante el reinado de la reina María I en 1555, la Iglesia regresó a ser católica. Finalmente, bajo el gobierno de Isabel I (a partir de 1558), se estableció una Iglesia de Inglaterra claramente protestante, pero con un enfoque moderado. Esta iglesia reconocía su origen católico y apostólico, lo que le permitió consolidarse legalmente y aceptar una variedad de puntos de vista religiosos, algo que ha sido una de sus características principales desde entonces.
Contenido
Ideas religiosas en el siglo XVI
Inglaterra comenzó el siglo XVI como una nación católica. El catolicismo enseñaba que las personas podían colaborar con Dios para su salvación haciendo buenas acciones. La gracia de Dios se recibía a través de siete sacramentos: Bautismo, Confirmación, Matrimonio, Orden Sagrada, Unción de los Enfermos, Penitencia y Eucaristía. La Eucaristía se celebraba durante la Misa, que era el acto central de la adoración católica. En este servicio, un sacerdote consagraba el pan y el vino para que se convirtieran en el cuerpo y la sangre de Cristo. La iglesia enseñaba que el sacerdote ofrecía a Dios el mismo sacrificio de Cristo en la cruz para perdonar los pecados. La Misa también era una oración para ayudar a las almas en el purgatorio.
Los lolardos, un grupo que seguía las ideas de John Wycliffe, un teólogo del siglo XIV, ya tenían algunas ideas parecidas a las protestantes. Ellos daban mucha importancia a la Biblia y a la predicación, y veían la Eucaristía solo como un recuerdo. Aunque fueron perseguidos, los lolardos estaban abiertos a las nuevas ideas protestantes.
Humanistas como Erasmo, John Colet y Tomás Moro, pedían volver a las "fuentes" de la fe cristiana, es decir, a las Escrituras, estudiándolas con conocimientos de idiomas. Querían que la Biblia estuviera disponible en el idioma de la gente común. Los humanistas criticaban algunas prácticas y la corrupción de los clérigos, y enfatizaban la fe personal más que los rituales religiosos.
La Reforma protestante fue iniciada por un monje alemán llamado Martín Lutero. A principios de la década de 1520, las ideas de Lutero ya se conocían y se discutían en Inglaterra. El punto principal de la teología de Lutero era que la salvación se obtiene solo por la fe, y no por las buenas acciones. Según esta idea, el favor de Dios es la única manera en que los humanos pueden ser salvados; no se puede lograr con una vida recta. Es decir, la salvación es un regalo de Dios que se recibe a través de la fe.
Si Lutero tenía razón, entonces la Misa, los sacramentos, las obras de caridad, las oraciones a los santos, las oraciones por los muertos, las peregrinaciones y la veneración de reliquias no eran la forma de obtener el favor divino. Los primeros protestantes decían que prácticas católicas como la confesión a los sacerdotes, el celibato de los clérigos y los ayunos eran una carga. También decían que el purgatorio no tenía base en la Biblia y que los clérigos se aprovechaban del miedo al purgatorio para ganar dinero con oraciones y misas. Los católicos respondían que la idea de la salvación solo por la fe era una "licencia para pecar".
La publicación del Nuevo Testamento en inglés por William Tyndale en 1526 ayudó a difundir las ideas protestantes. Esta Biblia, impresa en el extranjero y traída a escondidas al país, fue la primera Biblia en inglés producida en grandes cantidades. La traducción de Tyndale fue muy importante y sirvió de base para todas las traducciones posteriores al inglés. La traducción de Tyndale incluía un epílogo que explicaba la teología de Lutero sobre la salvación por la fe, y muchas de sus elecciones de palabras buscaban desafiar las enseñanzas católicas tradicionales.
Las ideas protestantes eran populares entre algunas personas en Inglaterra, especialmente entre académicos y comerciantes que tenían contacto con Europa continental. El pensamiento protestante fue mejor recibido en la Universidad de Cambridge que en Oxford. Un grupo de estudiantes de Cambridge con ideas reformistas se reunía en una taberna a mediados de la década de 1520.
Sin embargo, el catolicismo inglés era fuerte y popular a principios del siglo XVI. Aquellos que tenían ideas protestantes eran una minoría religiosa hasta que los eventos políticos intervinieron. Al ser considerados herejes por la iglesia y el estado, los primeros protestantes fueron perseguidos. Entre 1530 y 1533, varias personas murieron quemadas por sus creencias.
La Reforma de Enrique VIII
El deseo de anular su matrimonio

Enrique VIII subió al trono inglés en 1509, a los 17 años. Se casó con Catalina de Aragón, la viuda de su hermano Arturo, en junio de 1509. A diferencia de su padre, Enrique era un joven enérgico y sociable. Era un católico muy devoto, que asistía a varias misas al día. Era una persona influyente, pero se dejaba guiar por sus consejeros.
Enrique quería que su matrimonio con Catalina fuera anulado para el año 1527. Ella no había tenido un hijo varón que sobreviviera más de dos meses, y Enrique quería un hijo para asegurar que la familia Tudor siguiera en el trono. Antes de que el padre de Enrique (Enrique VII) fuera rey, Inglaterra había sufrido una guerra civil por diferentes reclamos al trono. Enrique quería evitar que algo así volviera a pasar. La única hija que sobrevivió de Catalina fue la princesa María.
Enrique decía que la falta de un heredero varón se debía a que su matrimonio estaba "mal visto por Dios". Catalina había sido la esposa de su hermano fallecido, y por lo tanto, según las enseñanzas bíblicas (Levítico 20:21), Enrique no debería haberse casado con ella. Se había necesitado un permiso especial del Papa Julio II para permitir la boda en primer lugar. Enrique argumentó que el matrimonio nunca fue válido porque la prohibición bíblica era una ley divina que no podía romperse, y ni siquiera los Papas podían pasar por alto. En 1527, Enrique le pidió al Papa Clemente VII que anulara el matrimonio, pero el Papa se negó. Clemente también temía la reacción del sobrino de Catalina, el emperador Carlos V, cuyas tropas habían tomado Roma y habían tenido al Papa prisionero ese mismo año.
El deseo de Enrique de deshacerse de su reina se hizo más fuerte debido a sus dudas de conciencia y su interés en Ana Bolena. La acusación de su canciller, el cardenal Thomas Wolsey, en 1529, y la muerte de Wolsey en 1530, dejaron a Enrique abierto a las ideas de quienes apoyaban la separación de Roma.
Acciones contra la Iglesia
En 1529, el rey convocó al Parlamento para tratar el tema de la anulación y otras quejas contra la Iglesia. La Iglesia Católica era una institución muy poderosa en Inglaterra con muchos privilegios. El rey no podía cobrar impuestos ni llevar a los clérigos a los tribunales civiles. La iglesia también podía dar refugio a los fugitivos, y muchas áreas de la ley, como la ley de familia, eran controladas por la iglesia. Durante siglos, los reyes habían intentado reducir el poder de la iglesia, y la Reforma inglesa fue una continuación de esta lucha por el poder.
El Parlamento de la Reforma sesionó de 1529 a 1536 y reunió a quienes querían una reforma, pero no estaban de acuerdo en cómo debía ser. Había abogados que estaban molestos con los privilegios del clero para llamar a laicos a sus tribunales eclesiásticos. También había quienes habían sido influenciados por las ideas de Lutero y eran hostiles a las creencias de Roma. El canciller de Enrique, Tomas Moro, sucesor de Wolsey, también quería una reforma: quería nuevas leyes contra la herejía. El abogado y miembro del Parlamento Thomas Cromwell vio cómo el Parlamento podía usarse para aumentar el poder del rey sobre la Iglesia y promover nuevas creencias protestantes.
Al principio, el Parlamento aprobó leyes menores para controlar las tarifas de la iglesia, la acumulación de cargos por parte de los clérigos y el derecho de asilo. En cuanto a la anulación, no parecía haber progreso. El Papa parecía tener más miedo al emperador Carlos V que a Enrique VIII. Ana, Cromwell y sus aliados querían simplemente ignorar al Papa, pero en octubre de 1530, una reunión de clérigos y abogados informó que el Parlamento no podía darle poder al Arzobispo de Canterbury para actuar en contra de la prohibición del Papa. Así, Enrique decidió presionar a los sacerdotes.
Después de acusar a ocho obispos y otros siete clérigos, el rey decidió en 1530 proceder contra todo el clero por violar una ley de 1392 que prohibía la obediencia al Papa o a cualquier gobernante extranjero. Enrique VIII quería que el clero de la provincia de Canterbury pagara 100,000 libras por su perdón; esta suma era igual a los ingresos anuales de la Corona. Esto fue acordado por la asamblea de Canterbury el 24 de enero de 1531. Enrique quería que el pago se extendiera por cinco años, pero se negó a otras condiciones. El 7 de febrero, se le pidió a la asamblea que aceptara cinco puntos que especificaban que:
- El clero reconocía a Enrique como el "único protector y el jefe supremo de la iglesia y el clero inglés".
- El rey era responsable de las almas de sus súbditos.
- Los privilegios de la Iglesia se mantenían solo si no afectaban el poder del rey y las leyes del reino.
- El rey perdonaba al clero por violar la ley.
- Los laicos también eran perdonados.
En el parlamento, el obispo Fisher defendió a Catalina y al clero, añadiendo a la primera cláusula la frase "en lo que respecta a la Palabra de Dios". El 11 de febrero, William Warham, arzobispo de Canterbury, presentó la redacción revisada a la asamblea. El clero debía reconocer que el rey era "Protector singular, Señor Supremo e incluso, en lo que respecta a la Ley de Cristo, jefe supremo de la Iglesia y Clero inglés". La asamblea dio su consentimiento a los cinco puntos del rey y al pago el 8 de marzo de 1531. Más tarde, la asamblea de York acordó lo mismo. Ese mismo año, el Parlamento aprobó la Ley de Perdón al Clero de 1531.
Para 1532, Cromwell era el encargado de los asuntos del gobierno en la Cámara de los Comunes. Él escribió y presentó a los Comunes una lista de quejas contra la Iglesia, incluyendo abusos de poder y la autoridad legislativa independiente de la asamblea. Después de ser aprobada por los Comunes, la queja se presentó al rey como una petición de reforma el 18 de marzo. El 26 de marzo, una ley limitó los pagos que el clero hacía a Roma.
El 10 de mayo, el rey exigió a la asamblea que la iglesia renunciara a toda autoridad para hacer leyes. El 15 de mayo, la asamblea renunció a su autoridad para hacer leyes religiosas sin el consentimiento del rey, lo que se llamó la sumisión del clero. Al día siguiente, Tomás Moro renunció como Lord Canciller. Esto dejó a Cromwell como el principal ministro de Enrique.
Separación de Roma
El arzobispo Warham murió en agosto de 1532. Enrique quería que Thomas Cranmer, un protestante en quien se podía confiar para oponerse al papado, lo reemplazara. El Papa aprobó a regañadientes el nombramiento de Cranmer, y fue nombrado el 30 de marzo de 1533. En este momento, Enrique VIII se casó en secreto con Ana, que ya estaba embarazada. El inminente nacimiento de un heredero hizo que la anulación de su matrimonio con Catalina fuera aún más urgente. Sin embargo, la decisión seguía retrasándose porque Roma era la autoridad final en todos los asuntos de la iglesia. Para resolver esto, el Parlamento aprobó la Ley de Restricción de Apelaciones, que prohibía las apelaciones a Roma en asuntos de la iglesia y declaraba que:
Este reino de Inglaterra es un imperio, por lo que ha sido aceptado en el mundo, gobernado por un jefe supremo y rey que tiene la dignidad y la propiedad real de la corona imperial del mismo, a quien un cuerpo político compacto de todas las personas divididas en términos y por nombres de espiritualidad y temporalidad, deben limitar y tener a Dios una obediencia natural y humilde.
Esto declaró a Inglaterra un país independiente en todos los aspectos. El historiador inglés Geoffrey Elton llamó a esta Ley un "ingrediente esencial" de la "Revolución Tudor" porque presentaba una teoría de la soberanía nacional. Cranmer ahora pudo anular el matrimonio de Enrique con Catalina, declarando el 23 de mayo que el matrimonio de Enrique con Catalina iba en contra de la ley de Dios. El Papa respondió excomulgando a Enrique el 11 de julio de 1533. Ana dio a luz a una niña, la Princesa Isabel, el 7 de septiembre de 1533.
En 1534, el Parlamento tomó más medidas para limitar la autoridad del Papa en Inglaterra. Una nueva ley sobre la herejía aseguró que nadie pudiera ser castigado por hablar en contra del Papa y también hizo más difícil condenar a alguien por herejía. Sin embargo, algunos grupos religiosos seguían siendo perseguidos. Se prohibieron todos los pagos a Roma y se transfirieron los impuestos sobre los ingresos de la iglesia del Papa a la Corona. Otra ley prohibió el pago anual de los terratenientes al Papa y transfirió el poder de otorgar permisos del Papa al Arzobispo de Canterbury. Esta ley también reiteró que Inglaterra no tenía "ningún superior bajo Dios, sino solo su gracia" y que la "corona imperial" de Enrique había sido disminuida por las "usurpaciones y exigencias irrazonables y poco caritativas" del Papa.
La primera Ley de Supremacía convirtió a Enrique en el jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra e ignoró cualquier "uso, costumbre, leyes extranjeras, autoridad extranjera [o] regla". Para asegurar que esto no fuera resistido, el Parlamento aprobó la Ley de Traiciones de 1534, que convertía en alta traición, castigada con la muerte, negar la supremacía real. Al año siguiente, Tomas Moro y John Fisher fueron ejecutados bajo esta ley. Finalmente, en 1536, el Parlamento aprobó la Ley contra la autoridad del Papa, que eliminó la última parte de la autoridad papal que aún era legal. Esto era el poder de Roma en Inglaterra para decidir disputas sobre las Escrituras.
La Reforma de Eduardo VI

Cuando Enrique VIII murió en 1547, su hijo de nueve años, Eduardo, heredó el trono. Como Eduardo había recibido una educación con ideas protestantes, los protestantes tenían grandes esperanzas y esperaban que fuera como Josías, el rey bíblico de Judá que destruyó altares e imágenes. Durante los siete años del reinado de Eduardo, un gobierno protestante implementaría gradualmente cambios religiosos que buscaban "destruir una iglesia y construir otra, en una revolución religiosa muy profunda".
Al principio, sin embargo, Eduardo tenía poco poder político. El poder real estaba en manos del Consejo de Regencia, que eligió a Edward Seymour, primer duque de Somerset, como Lord Protector. Somerset, que era protestante, al principio avanzó con la reforma de forma cautelosa, en parte porque sus poderes no eran absolutos. Las leyes anteriores seguían vigentes, y se emitió una declaración el 24 de mayo que tranquilizaba a la gente sobre cualquier "innovación y cambio en la religión".
Sin embargo, Seymour y Cranmer planeaban promover la reforma religiosa. En julio, se publicó un libro de sermones, que todos los clérigos debían predicar los domingos. Los sermones eran claramente protestantes en su contenido, condenando reliquias, imágenes, rosarios, agua bendita y otras "supersticiones papistas". También contradecían directamente el libro del rey al enseñar "Somos salvados solo por la fe, libremente y sin obras". A pesar de las objeciones, la salvación por la fe se había convertido en una enseñanza central de la iglesia inglesa.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: English Reformation Facts for Kids