Acta de Supremacía para niños
Las Actas de Supremacía son dos leyes muy importantes que se aprobaron en el Parlamento de Inglaterra en el XVI. Estas leyes establecieron que los reyes y reinas de Inglaterra serían los líderes de la Iglesia de Inglaterra, en lugar del Papa.
La primera de estas leyes se aprobó en 1534, declarando al rey Enrique VIII como el "jefe supremo" de la Iglesia. Sin embargo, cuando la reina María I llegó al trono, esta ley fue eliminada. Más tarde, en 1558, la reina Isabel I promovió una nueva ley que le dio a ella y a los futuros monarcas el título de "gobernador supremo" de la Iglesia nacional.
Contenido
Primera Acta de Supremacía (1534): ¿Qué pasó?
La primera Acta de Supremacía fue una ley muy importante que se aprobó el 3 de noviembre de 1534. Fue durante el reinado del rey Enrique VIII de Inglaterra. Esta ley decía que el rey era la "cabeza suprema y única en la Tierra de la Iglesia en Inglaterra". También establecía que la Corona inglesa tendría todos los honores y poderes relacionados con esa posición.
Esta ley hizo oficial un gran cambio en Inglaterra, conocido como la Reforma inglesa. Este cambio había comenzado unos años antes, alrededor de 1527. La aprobación de esta ley llevó a la creación de la Iglesia de Inglaterra y causó muchos problemas y desconfianza entre Inglaterra y el Papado (el gobierno del Papa).
El rey Enrique VIII quería que su matrimonio con la reina Catalina de Aragón fuera declarado no válido. Él había sido llamado "Defensor de la Fe" por haber escrito un texto donde criticaba a Martín Lutero. Pero el papa Clemente VII no quiso anular su matrimonio. Catalina había estado casada antes con Arturo, el hermano mayor de Enrique. Durante todo el proceso, Catalina siempre dijo que su matrimonio con Enrique era válido.
Ese mismo año, se aprobó otra ley llamada la Ley de Traiciones. Esta ley decía que cualquiera que rechazara el Acta de Supremacía o dijera que el rey era un usurpador, sería acusado de alta traición.
El Acta de Supremacía se mantuvo durante el reinado del rey Eduardo VI de Inglaterra. Pero en 1554, la reina María I de Inglaterra, que era muy católica, la eliminó.
Segunda Acta de Supremacía (1559): El regreso
La segunda Acta de Supremacía fue como volver a poner en marcha la ley original de 1534. La reina Isabel I de Inglaterra fue declarada Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra. Se usó el término "Gobernador Supremo" en lugar de "cabeza suprema" para que los católicos y algunos protestantes se sintieran más cómodos, ya que les preocupaba que una mujer fuera la cabeza de la Iglesia.
Esta ley, junto con el Acta de Uniformidad de 1559, formó lo que se conoce como el "establecimiento religioso isabelino".
El Acta de 1559 hizo que los asuntos religiosos volvieran a ser como estaban cuando murió el rey Eduardo VI. Volvió a poner en vigor diez leyes que la reina María I había quitado. También cambió la definición de lo que se consideraba una creencia diferente a la oficial.
La ley hizo obligatorio que todas las personas que iban a ocupar cargos públicos o religiosos hicieran un juramento de lealtad a la supremacía de la reina. Si alguien no cumplía el juramento, se le consideraba traidor. Este juramento se extendió más tarde a los miembros del Parlamento y a los estudiantes de las universidades.
La reina Isabel no perseguía a las personas que no seguían las reglas de la Iglesia de Inglaterra, siempre y cuando sus acciones no afectaran directamente la autoridad de la monarca.
El juramento de lealtad a la supremacía decía, en resumen, que la Reina era la única Gobernadora Suprema de Inglaterra y de todos sus territorios, tanto en asuntos religiosos como en asuntos del gobierno. También decía que ningún líder extranjero tenía autoridad religiosa o espiritual en Inglaterra. Quien hacía el juramento prometía lealtad a la Reina y a sus herederos.
Este juramento tuvo un impacto especial en los católicos, ya que les pedía que dejaran de obedecer al Papa, que era considerado una autoridad extranjera. Al principio del reinado de Isabel I, hubo mucha tolerancia religiosa para intentar mejorar las relaciones entre católicos y protestantes en Inglaterra. Esto era importante para que la reina Isabel pudiera establecer su autoridad y evitar amenazas de otros países. Sin embargo, en los últimos veinte años de su reinado, la situación cambió. A los católicos se les prohibió ocupar cargos públicos y perdieron sus tierras y riquezas. Esto llevó a que muchos católicos fueran perseguidos y algunos murieran, convirtiéndose en mártires.
La unión de la Iglesia y el Estado bajo el poder del rey, como lo establecieron los reyes de la familia Tudor, causó conflictos religiosos y políticos en los siglos siguientes. Estas luchas, al igual que otras similares en Europa, fueron una de las razones por las que en muchos lugares hoy en día la Iglesia y el Estado están separados. Sin embargo, la Corona británica, a través del gobierno inglés, todavía tiene un papel importante en la Iglesia de Inglaterra.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Acts of Supremacy Facts for Kids