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Puente de Atarazanas para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Santcivitatis
Santander hacia 1575 por Joris Hoefnagel. En el centro de la villa, sobre la ría de Becedo, se aprecia el puente construido en piedra.

El puente de Atarazanas, también conocido como puente de Vargas a partir del siglo XIX, fue un puente muy importante en la ciudad de Santander, en Cantabria, España. Existió desde la Edad Media hasta la primera mitad del siglo XX, y fue reconstruido varias veces a lo largo de su historia.

Historia del Puente de Atarazanas

¿Cómo surgió la necesidad de un puente en Santander?

El 11 de julio de 1187, el rey Alfonso VIII de Castilla le dio a Santander un documento especial llamado fuero. Este documento ofrecía muchos beneficios, lo que hizo que mucha gente se mudara a la villa desde lugares cercanos. La parte más antigua de la ciudad, llamada Puebla Vieja o Puebla Alta (donde está la catedral), se llenó rápidamente. Por eso, la gente empezó a construir casas en los terrenos al norte de la ría de Becedo. Así nació una nueva zona: la Puebla Nueva o Baja. Para que las personas pudieran ir de una parte a otra de la villa, se construyó un puente, probablemente de madera, a finales del siglo XII o principios del XIII.

¿Cómo evolucionó el puente durante la Edad Media y la Edad Moderna?

El primer puente de madera fue reemplazado por otro, quizás con pilares de piedra y una parte superior de madera, a mediados o finales del siglo XIV. Esto se hizo porque se construyeron unos astilleros (lugares donde se construyen barcos) un poco más adentro de la ría, para fabricar galeras (barcos antiguos). El puente debía permitir que los barcos entraran y salieran de estos astilleros. Además, se hizo más ancho para que pudieran pasar carros tirados por burros y más personas.

En 1466, hubo un conflicto en el puente. El rey Enrique IV de Castilla quería entregar la villa de Santander a Diego Hurtado de Mendoza, un noble importante. Los nobles se enfrentaron a los habitantes de la Puebla Nueva, pero estos últimos ganaron. El rey reconoció su error y, el 8 de mayo de 1467, le dio a Santander el título de muy noble y leal.

Hacia 1575, un artista llamado Joris Hoefnagel hizo un dibujo del puente. En este dibujo, el puente aparece construido completamente de piedra. Aunque no hay registros de grandes obras para cambiar su estructura, es posible que algunas partes fueran modificadas. En ese momento, el puente tenía cinco arcos: tres sobre la ría y dos en tierra firme. El arco central, por donde pasaban los barcos, medía unos cuatro metros de alto y siete de ancho. El puente completo tenía una longitud de 18 a 20 metros y una anchura de unos cuatro metros.

¿Qué pasó con el puente en los siglos XIX y XX?

A principios del siglo XIX, la ría ya se había rellenado en esa zona. El puente se mantenía sin muchos cambios, aunque ya solo quedaba el arco central. Conectaba la calle del Puente, que llegaba hasta la torre de la catedral, con la Plaza Vieja. En 1831, se decidió derribar el viejo puente, que estaba en muy mal estado, y construir uno nuevo.

En julio de 1832, después de demoler el anterior, se empezó a construir un puente de madera. El Ayuntamiento no quería gastar mucho dinero en uno demasiado fuerte. Las obras costaron 28.086 reales. Cuando la construcción ya estaba avanzada, se dieron cuenta de que las calles que el puente debía unir estaban a diferentes alturas, y las obras se detuvieron.

Unos años después, se planeó construir un puente más bonito y adecuado para el lugar. Los trabajos, que costaron 110.000 reales, comenzaron en abril de 1840. El nuevo puente, diseñado por Antonio Zabaleta, se inauguró el 13 de marzo de 1841. Se le llamó puente de Vargas para recordar la batalla que ocurrió en la localidad del mismo nombre, el 3 de noviembre de 1833, durante la Primera Guerra Carlista.

Los nuevos tranvías eléctricos no podían pasar por debajo del puente de Vargas porque no era lo suficientemente alto. Por eso, se construyó un nuevo puente, diseñado por el ingeniero Alberto de Corral, hecho de hormigón y metal. Este puente se inauguró el 1 de julio de 1909. También se derribaron algunos edificios cercanos para hacer la calle más ancha.

El último puente fue demolido por orden del alcalde Ernesto del Castillo Bordenabe para abrir paso a una futura avenida. La demolición comenzó a finales de diciembre de 1936 y terminó en enero de 1937. En los lugares donde estaban las entradas del puente, se colocaron escaleras para conectar las calles. Después del gran incendio de 1941, que destruyó gran parte del centro histórico, no se volvió a construir ningún puente en ese mismo lugar, que ahora es la calle Calvo Sotelo. Sin embargo, una pequeña calle que conecta Calvo Sotelo con Juan de Herrera (cerca de la iglesia de la Anunciación) todavía se llama calle del Puente, aunque su recorrido no es el mismo que el original.

Los únicos objetos físicos que quedan del último puente de Atarazanas son dos farolas decorativas que estaban en sus esquinas. Hoy en día, se encuentran en la plaza de Cañadío.

Galería de imágenes

Véase también

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Puente de Atarazanas para Niños. Enciclopedia Kiddle.