Miguel Pellicer para niños
Datos para niños Miguel Juan Pellicer Blasco |
||
---|---|---|
Información personal | ||
Nacimiento | 25 de marzo de 1617![]() |
|
Fallecimiento | 12 de septiembre de 1647![]() |
|
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Agricultor | |
Seudónimo | El Cojo de Calanda | |
Miguel Juan Pellicer Blasco (nacido en Calanda, provincia de Teruel, el 25 de marzo de 1617, y fallecido en Velilla del Ebro, provincia de Zaragoza, el 12 de septiembre de 1647) fue un agricultor español. Es conocido por un evento extraordinario llamado el milagro de Calanda. Según la historia, la Virgen del Pilar le devolvió una pierna que le había sido quitada y enterrada en 1637, después de un accidente.
Contenido
La vida de Miguel Juan Pellicer
Miguel Juan Pellicer nació en Calanda, Teruel, en marzo de 1617. Fue bautizado el 25 de marzo de ese mismo año. Era el segundo de ocho hermanos en una familia de agricultores. Cuando tenía 19 años, a finales de 1636 o principios de 1637, se mudó de la casa de sus padres. Se fue a Castellón para vivir con un tío materno.
¿Cómo ocurrió el accidente y la pérdida de su pierna?
Un día, a finales de julio de 1637, Miguel Juan iba en un carro lleno de trigo. El carro era tirado por dos mulas, y él montaba una de ellas. Accidentalmente, se cayó al suelo. Una de las ruedas del carro le pasó por encima de su pierna derecha. Esto le causó una fractura en la parte central de la tibia.
Su tío lo llevó en carro a Valencia. Miguel Juan ingresó en el Hospital Real el 3 de agosto de 1637. Permaneció allí durante cinco días. Luego, pidió permiso para ir a Zaragoza. Después de casi dos meses de viaje, llegó a su destino a principios de octubre de 1637.
En Zaragoza, su primera visita fue al Templo de Nuestra Señora del Pilar. Después, ingresó en el Hospital General de Nuestra Señora de Gracia. Allí, le quitaron la pierna "cuatro dedos más debajo de la rodilla". La pierna fue enterrada en el cementerio del hospital. En la primavera de 1638, le dieron de alta. Le pusieron una pierna de madera y le dieron una muleta para ayudarle a caminar.
Para poder vivir, Miguel Juan pedía ayuda económica. Lo hacía en una de las puertas del Templo del Pilar en Zaragoza. Aprovechaba para ir a misa todos los días. También se ponía aceite de las lámparas en el lugar donde le faltaba la pierna para aliviar el dolor. Miguel Juan vivió así durante dos años. Después, decidió regresar a su casa en Calanda.
La noche del suceso extraordinario
En marzo de 1640, Miguel Juan volvió a Calanda. La noche del 29 de marzo de 1640, después de un día de trabajo, su madre le preparó una cama improvisada. Usó una cesta de esparto y una piel, al lado de la cama de sus padres. Esto fue porque un soldado se alojaba en su habitación. Miguel Juan se durmió alrededor de las diez de la noche.
Entre las diez y media y las once de la noche, sus padres entraron en la habitación con una lámpara. Notaron un "olor suave y diferente". Cuando su madre se acercó para ver cómo estaba Miguel Juan, lo encontró durmiendo. Pero se sorprendió al ver que por debajo de la capa de su padre asomaban dos pies cruzados. Miguel Juan y sus padres vieron que la "nueva pierna" tenía las mismas cicatrices que la "pierna que le habían quitado".
El documento oficial del suceso
El 2 de abril, cinco días después del evento, un notario llamado D. Miguel Andreu, de Mazaleón, redactó un acta notarial sobre "tan impresionante hecho". El documento original de esta Acta Notarial, con todos los detalles del año 1640, se guarda en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza. Varias personas declararon en este proceso: cinco profesionales de la salud (incluido el cirujano que le había quitado la pierna), cinco familiares y vecinos, cuatro autoridades locales, cuatro autoridades de la iglesia y seis personas más (entre ellos, dos dueños de posadas de Samper de Calanda y de Zaragoza). La iglesia de Aragón reconoció el hecho como un "milagro" el 27 de abril de 1641. El acta notarial de 1641 fue traducida a varios idiomas, incluyendo el latín. Dos años después, fue enviada al papa Urbano VIII.
El 25 de abril, Miguel Juan y sus padres llegaron a Zaragoza para agradecer a la Virgen del Pilar. El Cabildo de Zaragoza envió la información del suceso al Conde-Duque de Olivares. Él, a su vez, se la comunicó al rey Felipe IV.
El 14 de junio de 1641, Miguel Juan regresó a su región. En otoño, viajó a Madrid para ser presentado al Rey Felipe IV. El rey tuvo la amabilidad de besarle la pierna. Miguel Juan ya no estuvo bajo la protección del Cabildo del Pilar. Viajó a Valencia y luego regresó a Calanda. El último registro escrito sobre Miguel Juan es una inscripción en el libro de difuntos de la parroquia de Velilla de Ebro (Zaragoza) el 12 de septiembre de 1647. Dice que Miguel Pellicer, de Calanda, falleció y fue enterrado en el cementerio.
Reconocimientos y difusión
El suceso generó mucha devoción. A finales del siglo XVII, se comenzó a construir un templo en Calanda, llamado el Templo del Pilar. Está ubicado en la casa de Miguel Pellicer y está dedicado a la Virgen del Pilar, a quien se le atribuye el suceso. Donde antes estaba la habitación de Pellicer, ahora hay una capilla en honor al evento.
Además, varios libros ayudaron a dar a conocer la historia. Entre ellos, "El cojo de Calanda" de A. Deróo (1965) y "El milagro" de Vittorio Messori (1998). El suceso también fue presentado en el programa de televisión "Cuarto Milenio" en 2006.
¿Existen otras explicaciones?
El escritor Brian Dunning ha propuesto una explicación diferente para el suceso. Él sugiere que la pierna de Pellicer no tuvo problemas graves en el hospital de Valencia. En cambio, pudo haberse recuperado y, para obtener más ayuda económica, pudo haber simulado que su pierna no funcionaba. Dunning plantea que, una vez recuperado, podría haber atado su pierna derecha por detrás del muslo para parecer que le faltaba. Así, habría actuado como un mendigo sin una pierna durante dos años. Cuando regresó a casa de sus padres en Calanda, al dormir en otra cama, se habría descubierto que no tenía problemas para caminar. Esta historia del suceso extraordinario podría haber sido una forma de explicar lo ocurrido. Dunning señala que no hay pruebas de que su pierna fuera realmente quitada en el hospital de Zaragoza, más allá de su propia declaración. Menciona a tres médicos, pero no hay registro de que fueran entrevistados por la comisión o el jurado. Sin embargo, el propio Dunning reconoce que no puede probar esta idea.