Lo mal any primer para niños
Lo mal any primer (que significa "el primer mal año" en valenciano) es el nombre que se le dio al año 1333 en la Corona de Aragón, especialmente en sus zonas costeras como el Reino de Aragón, el Reino de Valencia y el Reino de Mallorca. Este nombre se refiere a una época muy difícil, marcada por una mala cosecha de cereales, lo que causó una gran escasez de alimentos y una hambruna generalizada. Fue una de las primeras señales de una gran crisis que afectaría a Europa en el siglo XIV.
Esta situación detuvo el crecimiento y la prosperidad que la región había disfrutado durante siglos. Los "años malos" y las crisis de subsistencias eran comunes en las sociedades antiguas, donde la tecnología era limitada y no había muchas formas de mejorar la producción de alimentos. Cuando las malas cosechas coincidían con epidemias, como la peste de 1348, los últimos dos siglos de la Edad Media se volvieron especialmente difíciles.
Las dificultades comenzaron a acumularse con malas cosechas entre 1310-1314 y 1324-1329, sobre todo en el Reino de Valencia. Incluso antes de la "Gran Peste", hubo brotes de enfermedades en 1331 en Mallorca y en 1326 y 1334 en Valencia. La gente recordaba los años 1333 y 1334 como los peores por la escasez de alimentos en toda la Corona de Aragón. Los precios subieron muchísimo y la gente empezó a morir, primero en el campo y luego en las ciudades. Se calcula que en Barcelona, que tenía unos 50.000 habitantes, murieron unas 10.000 personas.
¿Cómo continuó la crisis?
El periodo entre 1340 y 1347 fue un largo ciclo de escasez, especialmente grave en el Reino de Valencia. Los señores feudales también empezaron a sentir los efectos de la crisis, ya que sus ingresos disminuyeron debido a la menor producción y a la reducción de la población. Para compensar, aumentaron la presión sobre los campesinos, lo que empeoró la situación de la gente común.
La Peste Negra de 1348 causó la muerte de una quinta parte de la población de Cataluña. Esta enfermedad reapareció varias veces durante más de un siglo, diezmando a generaciones enteras. Otros reinos de la Corona también se vieron afectados, aunque de forma menos severa. Algunas enfermedades afectaron especialmente a los niños, lo que dificultó el reemplazo de generaciones y la continuidad de las familias en sus tierras. Esto, a su vez, agravó las malas cosechas y las hambrunas en los siglos siguientes, creando un ciclo difícil junto con las epidemias.
No existen registros de población muy precisos de esa época, por lo que los historiadores se basan en documentos de impuestos. Estos muestran que la población disminuyó entre un 30% y un 60% en diferentes ciudades y territorios. Cataluña fue la región más afectada. Hacia 1300, tenía unos 500.000 habitantes, pero en 1497, solo quedaban unos 224.000, lo que significa una pérdida del 55% de su población. Por ejemplo, Gerona perdió el 30% de su población entre 1360 y 1388, sin contar las pérdidas de la Peste Negra.
A diferencia de Valencia, que se recuperó antes, Cataluña tardó mucho en mejorar, y no fue hasta el Siglo XVI que se vio un cambio claro. Los niveles de población anteriores a la peste no se recuperaron hasta el Siglo XVIII. Barcelona, que en 1340 tenía entre 40.000 y 50.000 habitantes, solo tenía 20.000 en 1479, una pérdida del 50-60%.
Mallorca también sufrió mucho, perdiendo el 44% de su población entre 1329 y 1444. De 61.700 habitantes en 1329, pasó a 34.390 en 1444. Aunque su recuperación empezó antes que la de Cataluña, en la segunda mitad del Siglo XV, fue muy lenta. No recuperó su población anterior a la crisis hasta finales del Siglo XVI.
La excepción fue Valencia. Su crisis de población, que se concentró entre 1347 y 1375, ya había terminado para los años 1420-1430. La recuperación comenzó en el sur del reino, y en dos generaciones la población se duplicó o incluso triplicó. En las zonas central y norte, sin embargo, la disminución de la población (que en algunos lugares llegó a ser del 40% al 70%) continuó hasta 1485, cuando comenzó la recuperación. La ciudad de Valencia tuvo un crecimiento particular. A pesar de las enfermedades y la escasez, siguió recibiendo personas y creciendo: de 26.000 habitantes en 1359-1361 a 75.000 en 1483. El Reino de Valencia, que antes de 1348 tenía entre 200.000 y 250.000 habitantes, llegó a tener unos 320.000 en 1500. También superó a Cataluña en el ámbito económico, que hasta entonces había sido la región más importante de la Corona.
¿Cómo afectó la crisis a diferentes áreas y momentos?
En las sociedades agrícolas de esa época, solo una parte de lo que se producía y del trabajo se vendía en el mercado. Por eso, los registros de precios y salarios de los Siglo XIV y Siglo XV solo nos dan una idea parcial de cómo funcionaba la economía, aunque son muy importantes para entenderla.
Según estudios de historiadores como Pierre Vilar y Jaume Vicens Vives, se han identificado los siguientes periodos:
- 1348-1380: Época de inflación. Los precios y los salarios subieron tanto que la monarquía tuvo que tomar medidas para controlarlos en 1350. La combinación de menos producción y la gran disminución de la población por las enfermedades explica esta subida, que por un tiempo ocultó los efectos negativos de la crisis para algunos comerciantes.
- 1380-1420/30: Época de deflación. Los precios de los productos agrícolas e industriales tendieron a bajar, aunque con muchos altibajos. Mientras tanto, los salarios subieron, lo que redujo las ganancias de los negocios. Los bancos más importantes de Barcelona, Gerona y el Ampurdán quebraron. El rey Juan I de Aragón también tuvo problemas económicos, y las deudas de la ciudad de Barcelona y de la Generalidad crecieron. El sistema monetario se desorganizó por la especulación y la evasión de dinero. El malestar económico llevó a conflictos sociales: la gente de las ciudades, buscando culpables de sus problemas, especialmente por los cambios en los precios, protagonizó disturbios en 1391. En el campo, la tensión entre los señores y los campesinos también aumentó.
- Década de 1420/1430: Inicio de un cambio. En Cataluña, pareció comenzar un periodo de estabilidad relativa que duró hasta 1440, lo que calmó las tensiones sociales. Aun así, hubo pérdidas de mercados, problemas en el comercio y evasión de dinero. Esto explica las luchas entre grupos en Barcelona y los planes del rey Alfonso el Magnánimo para reactivar la economía. En Mallorca, sin embargo, estos años significaron un empeoramiento de la crisis, lo que llevó a un grave conflicto entre la ciudad y el campo, conocido como la revuelta forana (1450-1453). Por otro lado, Valencia comenzó un periodo de prosperidad que duró todo el siglo, con buenos negocios, precios y salarios estables, mucho dinero disponible y sin problemas económicos graves.
- Entre 1440-1455: Nueva fase de crisis. Cuando la mayor parte de Europa occidental se estaba recuperando, Cataluña entró de nuevo en una fase aguda de crisis que duró hasta finales del Siglo XV. Esta nueva etapa se caracterizó por la bajada de precios, la falta de actividad en los negocios y la caída de la producción.
En medio de las luchas entre grupos en Barcelona, cada uno con ideas diferentes sobre cómo solucionar los problemas económicos, el rey Alfonso el Magnánimo apoyó la llegada al poder municipal de un grupo llamado Busca (1453). Este grupo tomó medidas para proteger la producción local y devaluó la moneda, lo que iba en contra de los intereses de los grandes comerciantes y rentistas representados por el grupo Biga. Esto fue el inicio de la guerra civil catalana (1462-1472), que se extendió por todo el principado, causando despoblación, emigración, fuga de capitales, crisis comercial y la ruina del sistema financiero.
Este periodo estuvo lleno de grandes conflictos, como la guerra civil catalana, la guerra remensa (un conflicto entre campesinos y señores), el bandolerismo y tensiones entre la monarquía y los diferentes grupos sociales.
Conclusión
A pesar de las enormes pérdidas, la economía mostró algunas señales de prosperidad durante la crisis. Se ha visto que el importante comercio catalán medieval logró sobrevivir a las dificultades y mantuvo su nivel de actividad en la segunda mitad del Siglo XV.
En resumen, la sociedad catalana de los Siglo XIV y Siglo XV vivió una crisis general que se fue acumulando. Hubo dificultades temporales y en sectores específicos, con algunas fases de recuperación, pero todo esto llevó a la difícil experiencia de la guerra civil catalana.