Libre navegación de los ríos de Argentina para niños
La libre navegación de los ríos en Argentina significa que barcos de cualquier país pueden entrar y moverse por los ríos argentinos sin pedir permiso ni pagar tarifas especiales. Este derecho está regulado por las leyes argentinas, que deben tratar a los barcos extranjeros igual que a los nacionales. Se estableció gracias a acuerdos internacionales y a una parte de la Constitución Nacional.
Contenido
Primeras Restricciones: El Monopolio Español
Al principio, cuando los Reyes Católicos de España descubrieron nuevas tierras en América, decidieron que solo los barcos españoles podían navegar hacia y desde estas tierras. Esto se estableció en 1500. Si se necesitaban barcos de otros países, debían pedir permiso especial. Esta medida buscaba proteger el comercio español. En 1503, crearon la Casa de Contratación de Indias en Sevilla para controlar todo el comercio y la navegación con las nuevas tierras.
Desafíos de Portugal en el Río de la Plata
En 1680, Portugal fundó la Colonia del Sacramento en la orilla norte del Río de la Plata. Esto generó conflictos con España, ya que Portugal interpretaba de forma diferente el Tratado de Tordesillas. Aunque la colonia fue ocupada por tropas de Buenos Aires, fue devuelta a Portugal en 1683. Esto permitió a Portugal navegar libremente en el Río de la Plata por un tiempo, pero el comercio entre ambas coronas seguía prohibido.
A lo largo de los años, España y Portugal firmaron varios tratados para definir los límites de sus colonias y la navegación en los ríos.
Tratado de Madrid de 1750
En 1750, España y Portugal firmaron el Tratado de Madrid. Este acuerdo buscaba establecer límites claros en América del Sur. Portugal reconoció la soberanía de España sobre el Río de la Plata. Se acordó que la navegación sería compartida en los tramos de los ríos que servían de frontera, pero exclusiva para cada país en los tramos que les pertenecían por completo.
Este tratado fue anulado en 1761, y las disputas continuaron.
Tratado de San Ildefonso de 1777
En 1777, se firmó el Tratado de San Ildefonso. Con este tratado, Portugal entregó nuevamente la Colonia del Sacramento a España. Además, reconoció que la navegación de los ríos de la Plata y Uruguay, junto con sus orillas, pertenecía exclusivamente a España.
Algunos ríos como el Pepirí Guazú, San Antonio e Iguazú quedaron como límites con navegación compartida. Se estableció que en los ríos con navegación común, no se podrían construir fuertes ni exigir permisos especiales a los barcos de ambas naciones.
El Puerto Preciso de Santa Fe
En 1739, se decidió que la ciudad de Santa Fe sería un "puerto preciso". Esto significaba que todos los barcos que venían del Paraguay debían descargar sus mercancías en Santa Fe. Luego, las mercancías continuaban por tierra hasta Buenos Aires. Esta medida causó problemas entre las ciudades y fue eliminada en 1780.
El Inicio del Derecho Fluvial Internacional
La idea de que los ríos debían ser libres para la navegación internacional comenzó a tomar forma en Europa. En 1792, Francia declaró que los países que tenían ríos que llegaban al mar tenían derecho a usarlos libremente.
La Expulsión Española del Río de la Plata
El Virreinato del Río de la Plata mantuvo el control exclusivo de la navegación en sus ríos hasta la Revolución de Mayo en 1810. Después de la revolución, hubo conflictos entre las nuevas autoridades de Buenos Aires y los españoles que controlaban Montevideo. Los españoles bloquearon el puerto de Buenos Aires y controlaron los ríos Paraná y Uruguay por un tiempo. Sin embargo, en 1814, los revolucionarios tomaron Montevideo y expulsaron a los españoles del Río de la Plata. A pesar de esto, las autoridades de Buenos Aires mantuvieron el control exclusivo de la navegación fluvial.
En 1822, las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe firmaron el Tratado del Cuadrilátero. Este acuerdo estableció la libre navegación de los ríos para los barcos nacionales. Esto significaba que los barcos argentinos podían comerciar libremente sin pagar derechos adicionales en los puertos de estas provincias.
El Regreso de Portugal y Brasil
Las guerras internas en Argentina permitieron que Portugal y luego Brasil volvieran a tener influencia en la región del Río de la Plata. En 1816, la Provincia Oriental (actual Uruguay) fue ocupada por fuerzas luso-brasileñas. Esto hizo que los ríos Uruguay y de la Plata se convirtieran en fronteras. En 1825, la Guerra del Brasil llevó a la independencia de Uruguay en 1828.
Un acuerdo de paz en 1828 estableció que la navegación del Río de la Plata y sus afluentes sería libre para los barcos de Argentina y Uruguay por quince años.
Acuerdos con Reino Unido y Francia
En 1825, Argentina firmó un tratado con el Reino Unido. Este tratado permitía a los barcos británicos navegar libremente en los ríos argentinos, siempre que otros extranjeros también tuvieran ese derecho. Esto significaba que la libre navegación concedida a Brasil se extendía a los británicos.
Después de un bloqueo francés al Río de la Plata (1838-1840), el gobernador Juan Manuel de Rosas acordó dar a Francia los mismos derechos de navegación que tenían otros países en los ríos argentinos.
La Política de Rosas sobre los Ríos
El gobierno de Rosas defendía que la navegación de los ríos interiores de Argentina era solo para barcos argentinos. Cualquier excepción debía ser autorizada por el gobierno nacional. Esta política afectaba a países como Paraguay y a comerciantes europeos que querían comerciar directamente con el interior.
Rosas no reconocía la independencia de Paraguay, lo que complicaba aún más la situación. Además, exigía que todos los barcos que pasaran por el Río de la Plata se detuvieran en Buenos Aires y pagaran impuestos allí, lo que perjudicaba a otras provincias.
La Guerra del Paraná
Entre 1845 y 1850, hubo un bloqueo anglo-francés al Río de la Plata. En 1845, una gran flota británica y francesa intentó abrir el río Paraná al comercio. Se produjo la Batalla de la Vuelta de Obligado, donde las fuerzas argentinas intentaron impedir el paso de la flota. Aunque la flota anglo-francesa logró pasar, la batalla fue un símbolo de la defensa de la soberanía argentina.
Finalmente, en 1849 y 1850, el Reino Unido y Francia firmaron acuerdos con Argentina. En estos acuerdos, reconocieron que la navegación del río Paraná era un asunto interno de Argentina, sujeta solo a sus leyes.
Acuerdo entre Urquiza y Brasil
Después de la Batalla de Caseros en 1852, donde Justo José de Urquiza derrotó a Rosas, se pactó la libre navegación de los ríos entre los aliados (Brasil, Uruguay y Entre Ríos). Urquiza puso en práctica esta medida.
La Constitución de 1853
El 1 de junio de 1852, el Acuerdo de San Nicolás dio a Urquiza la autoridad para regular la navegación de los ríos. El 28 de agosto de 1852, Urquiza decretó la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay para todos los barcos mercantes, sin importar su nacionalidad. También extendió este permiso a los buques de guerra de países amigos.
El Estado de Buenos Aires, que se había separado de la Confederación, también reconoció la libre navegación de los ríos en 1852.
La Constitución Argentina, aprobada el 1 de mayo de 1853, incluyó una cláusula muy importante:
Artículo 26: La navegación de los ríos interiores de la Confederación es libre para todas las banderas, con sujeción únicamente a los reglamentos que dicte la Autoridad Nacional.
Esta declaración significó que Argentina renunciaba a impedir o cobrar impuestos por la navegación de sus ríos a barcos de cualquier país. Solo podía regularla. Esta cláusula sigue vigente en la constitución actual.
Tratados Internacionales Clave
En 1853, Urquiza firmó tratados idénticos con el Reino Unido, Francia y los Estados Unidos. Estos tratados confirmaron la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay para los barcos mercantes de todas las naciones. También acordaron que la Isla Martín García, por su ubicación estratégica, no debería ser controlada por ningún estado que no apoyara la libre navegación.
Estos tratados fueron aprobados por el Congreso argentino en 1854. Más tarde, Bolivia, Paraguay y Brasil también se unieron a estos acuerdos.
Otros tratados importantes que confirmaron la libre navegación fueron:
- Con Chile en 1855.
- Con Brasil en 1856, permitiendo a barcos de guerra y mercantes de ambos países navegar los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay.
- Con Paraguay en 1856, declarando la navegación de los ríos Paraná, Paraguay y Bermejo completamente libre y común.
- Con Bolivia en 1858, permitiendo a los ciudadanos de ambos países entrar libremente con sus barcos y cargas en los puertos y ríos habilitados.
Otros países de la región también abrieron sus ríos a la navegación extranjera en esos años, como Paraguay (1854-1855), Brasil (1866-1867) y Bolivia (1853). Uruguay también lo hizo en 1853, aunque luego cambió su ley en 1862.