Leyenda de Cardeña para niños
La Leyenda de Cardeña es un grupo de historias y relatos sobre el famoso héroe El Cid, especialmente sobre lo que pasó después de su muerte. Estas historias fueron creadas por los monjes del Monasterio de San Pedro de Cardeña a mediados del siglo XIII. Más tarde, alrededor del año 1270, estas narraciones se incluyeron en la Primera Crónica General o Estoria de España, un gran libro de historia que empezó a escribir el rey Alfonso X el Sabio y que continuó su hijo Sancho IV de Castilla.
Contenido
¿Por qué se creó la Leyenda de Cardeña?
El propósito de la leyenda
La Leyenda de Cardeña tenía un objetivo principal: conectar al Cid con el monasterio de Cardeña. En ese tiempo, el monasterio no estaba en su mejor momento y buscaba una forma de ser más importante. Aunque el Cid fue enterrado allí, no tuvo una relación cercana con el monasterio en vida. Su entierro en Cardeña probablemente fue una decisión rápida, ya que su esposa, Jimena Díaz, tuvo que huir de Valencia después de que la ciudad fuera recuperada por otro grupo.
La verdadera relación del Cid con Cardeña
La única conexión real que tuvo el Cid con Cardeña mientras vivía fue que el monasterio estaba en una zona donde él tenía algunas propiedades. Además, en una ocasión, el Cid actuó como mediador en un problema legal entre los monjes de Cardeña y otras personas por el control de unos pastos. Esto lo hizo porque el rey Alfonso VI de León se lo pidió, no por su propia voluntad.
Normalmente, los nobles importantes donaban bienes a los monasterios donde querían ser enterrados. Sin embargo, no hay registros de que el Cid hiciera alguna donación al monasterio de Cardeña. Tampoco hay documentos de esa época en el monasterio que muestren una relación importante entre el Cid y Cardeña.
¿Cómo se presenta al Cid en la leyenda?
Un héroe ejemplar y cristiano
El objetivo de la Leyenda de Cardeña era hacer que la figura del Cid, que ya era muy famosa, pareciera aún más perfecta. Lo presentaba como un cristiano ejemplar y un héroe invencible. La leyenda llenaba los vacíos de su vida real y evitaba mencionar algunos hechos que no encajaban con la imagen que querían dar de él. Por ejemplo, la leyenda no habla de los cinco años que el Cid estuvo al servicio de los reyes de Zaragoza, un hecho que sí se menciona en otra biografía latina llamada Historia Roderici, escrita alrededor del año 1190.
La creación de grandes historias heroicas
En la segunda mitad del siglo XIII, se estaban creando muchas historias heroicas importantes en la literatura medieval castellana. Estas historias a menudo estaban relacionadas con la necesidad de los monasterios de promocionarse. Por ejemplo, el Poema de Fernán González, que habla del conde al que se le atribuye la creación del Condado de Castilla, está relacionado con el Monasterio de San Pedro de Arlanza. De manera similar, las vidas de San Millán y Santo Domingo de Silos, escritas por Gonzalo de Berceo, ayudaban a promocionar los monasterios de La Rioja que llevaban sus nombres.
El Cid después de su muerte
Con este fin, se creó un relato sobre lo que pasó con los restos del Cid después de su muerte, similar a las historias de las vidas de los santos. Uno de los episodios más famosos es la victoria del Cid después de muerto sobre sus enemigos. La leyenda cuenta que su cuerpo fue colocado sobre su caballo para hacer creer al enemigo que seguía vivo, lo que les dio la victoria. En las leyendas de Cardeña, el Cid adquiere un carácter casi milagroso y divino. Para lograr esto, la historia tomó la forma de un testamento falso del Cid, en el que supuestamente ordenaba que su cuerpo fuera embalsamado y llevado a Cardeña para descansar para siempre, con grandes donaciones al monasterio.
La imagen del Cid y Jimena en la leyenda
En esta Leyenda de Cardeña, el Cid es presentado como un fiel luchador por la fe y por el rey de Castilla, su señor. Sin embargo, en la vida real de Rodrigo Díaz, Alfonso VI de León era principalmente rey de León, ya que Castilla no tenía la misma importancia que tendría más tarde con Alfonso X el Sabio y Sancho IV, cuando se escribieron estas leyendas. Además, el concepto de "señor natural" es algo que no se usaba en la época del Cid, sino que se consolidó en el siglo XIII.
La figura de Jimena Díaz, la esposa del Cid, también es presentada de una manera especial. Se la muestra como una mujer muy devota y cristiana, que cuidaba la tumba de su esposo y ayudaba al monasterio de Cardeña. Esto la aleja de su papel real como gobernante de Valencia y de su trabajo para defender el territorio que su esposo había establecido entre su muerte y el año 1102.
Fuentes
- MONTANER FRUTOS, Alberto, «El Cid. La historia», «La leyenda y el mito», en www.caminodelcid.org, página web del Consorcio Camino del Cid, Burgos, 2002.