Aljama judía de Zaragoza para niños
La comunidad judía de Zaragoza fue muy importante en Al-Ándalus, la parte de la península ibérica bajo dominio musulmán. También fue la comunidad judía más destacada del Reino de Aragón y, después de los problemas de 1391, de toda la Corona de Aragón.
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La comunidad judía bajo el dominio musulmán
El primer registro de judíos viviendo en Zaragoza es del año 839. En ese tiempo, un diácono alemán se mudó a Zaragoza, se hizo judío y se casó con una mujer judía.
Después de un tiempo difícil para los judíos bajo los visigodos, la llegada de los musulmanes trajo un periodo de mayor tolerancia. Esto permitió que las comunidades judías crecieran mucho en la península. Zaragoza, que era una ciudad principal, se convirtió en hogar de una de las comunidades judías más importantes de Al-Ándalus.
Durante los siglos X y XI, vivieron en Zaragoza personas judías muy destacadas:
- Yoná Ibn Yanáh: Fue un médico y escritor importante.
- Yekutiel ben Isaac: Un poeta que llegó a ser un alto funcionario del gobierno.
- Ibn Gabirol: Discípulo de Yekutiel, también fue un poeta y pensador.
- Ibn Paquda: Otro poeta y filósofo.
- Ibn Buqlaris: Un médico y experto en plantas.
- Yehuda Halevi: Un famoso poeta.
La comunidad judía tras la conquista cristiana
Los cristianos conquistaron Zaragoza en el año 1118. Se cree que los judíos permanecieron en la ciudad, viviendo en el mismo barrio que antes. En 1175, se menciona por primera vez la comunidad judía en la Zaragoza cristiana.
La población judía creció en el siglo XII. Esto se debió a la llegada de personas que huían de los almohades, un grupo musulmán con ideas muy estrictas. Durante el reinado de Jaime I de Aragón, algunos judíos de Zaragoza alcanzaron puestos importantes en el reino. Por ejemplo, Jahudá de la Cavallería fue un administrador principal de Zaragoza y supervisaba a otros administradores. Otras familias judías importantes en Zaragoza fueron los Alazar y los Alconstantiní.
Crecimiento y vida en la judería

Al principio, la comunidad judía vivía dentro de las antiguas murallas romanas de la ciudad. Pero en 1273, el rey Jaime I permitió que los judíos también se establecieran fuera de la muralla, cerca de una zona llamada el Coso. Esta nueva área se conoció como la judería nueva.
A finales del siglo XIII, la judería vieja ocupaba la parte sureste del antiguo recinto romano. Estaba rodeada por un muro de ladrillo en la parte interior de la muralla. Se conectaba con el resto de la ciudad a través de seis puertas que se cerraban por la noche y durante la Semana Santa.
La comunidad judía tenía varios edificios y servicios importantes:
- Al menos cinco sinagogas, que eran sus lugares de culto. La Sinagoga Mayor era la más grande.
- Hospitales y centros de ayuda para los necesitados.
- Centros de enseñanza.
- Baños públicos y rituales.
- Hornos para hacer pan.
- Carnicerías especiales.
- Tabernas.
- Un cementerio fuera de la ciudad.
La comunidad también creció con la llegada de judíos franceses que habían sido expulsados de su reino. Se calcula que en 1369, la población judía era de unas 1.500 personas. Esto era un número considerable, especialmente porque la Peste Negra había causado muchas muertes.
La comunidad judía de Zaragoza se salvó de ataques durante los problemas de 1391. Esto fue gracias a la ayuda de su rabino principal, Hasdai Crescas, y a la intervención del rey, que estaba en la ciudad en ese momento. Estos problemas también hicieron que llegaran más judíos a Zaragoza, que huían de otras comunidades. A principios del siglo XV, la población judía de Zaragoza había aumentado un 11% respecto a 1369.
El final de la comunidad judía
En 1414, algunos judíos de Zaragoza, incluyendo rabinos y miembros importantes de la comunidad, fueron obligados a participar en la Disputa de Tortosa, un debate religioso.
El siglo XV marcó el declive de la comunidad judía. La persecución y la discriminación aumentaron. Todo esto culminó con la expulsión de 1492. Muchos judíos de Zaragoza tuvieron que irse al exilio, mientras que otros se convirtieron al cristianismo. Sin embargo, incluso los conversos no siempre fueron aceptados completamente en la sociedad cristiana.
Algunos judíos de Zaragoza se fueron al norte de África, especialmente a la zona de Argelia. La mayoría cruzó el mar Mediterráneo y se estableció en Salónica, una ciudad en Macedonia que en ese momento estaba bajo el control del Imperio Otomano.