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Joyas de la Corona de Francia para niños

Enciclopedia para niños

Las joyas de la Corona de Francia son una colección impresionante de piedras preciosas y objetos valiosos que pertenecieron a los reyes, emperadores y gobiernos de Francia a lo largo de los siglos. Su historia se remonta al rey Francisco I en el año 1530. Aunque una parte de estas joyas fue robada durante la Revolución francesa en 1792 y otra parte se vendió a finales del siglo XIX, algunas de las piezas más famosas se conservan hoy en museos.

La joya más conocida es el diamante blanco llamado «El Regente», que se puede admirar en el Museo del Louvre desde 1887. Otra piedra muy importante, el «diamante Azul de Francia», fue robada y luego tallada de nuevo, convirtiéndose en el famoso diamante «Hope». Este último se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Historia Natural en Washington, Estados Unidos.

Archivo:French-crown-jewels
Algunas de las joyas de la Corona Francesa en el Museo del Louvre.

La Fascinante Historia de las Joyas de la Corona Francesa

¿Cómo se formó la colección real?

Archivo:Toison
Gouache de 2008, reproduciendo el Toisón de Oro de Luis XV, mostrando el diamante Azul de Francia y la espinela Côte-de-Bretagne

La colección de joyas de la Corona comenzó en 1530 gracias al rey Francisco I. Al principio, era un pequeño grupo de ocho piedras preciosas. Muchas de estas joyas venían de Ana de Bretaña, la madre de su esposa.

El primer inventario de este tesoro se hizo en Burdeos el 15 de junio de 1530. Se estableció una regla importante: las joyas que usaban las reinas debían ser devueltas al tesoro real cuando sus esposos fallecieran. De esta primera colección, solo queda la «Côte-de-Bretagne», una espinela que fue tallada para el Toisón de Oro del rey Luis XV.

¿Qué pasó con las joyas durante las guerras?

Debido a problemas de dinero causados por las guerras de religión, el rey Enrique III tuvo que empeñar algunas joyas. Aunque la colección original se perdió casi por completo, se fue haciendo más grande con el tiempo. El rey Luis XIV añadió muchas piezas valiosas, como el «Azul de Francia» y el «Sancy».

El Cardenal Mazarino le dejó a Luis XIV dieciocho diamantes magníficos en 1661. Dos de ellos, el «Mazarino 17» y el «Mazarino 18», fueron usados más tarde en un broche de la emperatriz Eugenia.

En 1691 se hizo otro inventario de las joyas. Más tarde, el rey Luis XVI decidió que la mayoría de los diamantes fueran tallados para que brillaran más. Este trabajo se realizó en Amberes entre 1786 y 1788.

La Revolución Francesa y el Gran Robo

¿Cómo cambiaron las joyas de dueño?

Con la llegada de la Revolución Francesa, las joyas de la Corona dejaron de ser propiedad personal de los reyes. Pasaron a ser bienes del Estado. Las joyas, que estaban en Versalles, se llevaron a un almacén especial de la Corona.

En 1791, la Asamblea Nacional Constituyente ordenó hacer un inventario detallado. Se contaron 9.547 diamantes, 506 perlas, 230 rubís y espinelas, entre otras muchas piedras. El valor total de las joyas se calculó en más de 23 millones de libras francesas. Solo el «Regente» valía 12 millones.

Archivo:Diamant le Régent (Louvre)
El Regente, diamante expuesto en el Museo del Louvre.

¿Qué joyas se perdieron para siempre?

Entre el 11 y el 17 de septiembre de 1792, un grupo de ladrones robó una gran parte de los diamantes. Estaban guardados en París, en el Hôtel du Garde-Meuble, que no estaba bien vigilado.

Después de muchas investigaciones, se lograron recuperar dos tercios de las joyas. Entre ellas estaban el «Regente» y el «Sancy». Sin embargo, el famoso «Azul de Francia» nunca se recuperó. Después del robo, el valor de la colección bajó a unos 17 millones de libras.

Más tarde, la colección creció de nuevo con joyas que se confiscaron a personas que habían huido del país. Para 1795, su valor estimado era de 21 millones de libras. Sin embargo, la necesidad de dinero para el ejército llevó a que muchas piedras fueran vendidas o empeñadas entre 1797 y 1800. Algunas piedras, como el «Gran Zafiro», fueron llevadas al Museo Nacional de Historia Natural para su estudio.

Napoleón y la Reorganización de las Joyas

Archivo:Crown of Napoleon I
La corona de Napoleón Bonaparte, expuesta en el Museo del Louvre.

Cuando Napoleón Bonaparte llegó al poder, logró mejorar las finanzas del país. Hizo que muchas de las joyas que habían sido empeñadas volvieran a Francia. Sin embargo, el diamante «Sancy» ya había sido vendido a Godoy y no pudo recuperarse.

En 1802, Napoleón añadió joyas por un valor de 400.000 francos al Estado. También le dio joyas a su esposa Josefina. Al final de su gobierno, la colección estaba valorada en casi 14 millones de francos de oro. Incluía el «Regente», el diamante rosa «Hortensia» y el «Gran Mazarino».

Para 1814, la colección había crecido enormemente. Contaba con 65.072 piedras y perlas, la mayoría montadas en joyas. Había más de 57.000 diamantes, 5.630 perlas y 1.671 piedras de colores diferentes.

El Regreso de la Monarquía y Nuevos Cambios

¿Qué joyas volvieron a Francia?

Con el regreso de la monarquía, conocido como la Restauración borbónica, algunas joyas que se habían perdido regresaron a Francia. Entre ellas estaban el rubí «Côte-de-Bretagne» y otros diamantes. En 1823, el valor de los diamantes se estimó en más de 20 millones de francos.

Durante la guerra franco-prusiana, las joyas de la Corona se trasladaron a Brest para protegerlas. Incluso se preparó un barco de guerra para llevarlas a un lugar seguro si fuera necesario.

La Tercera República y la Gran Venta

¿Por qué se vendieron las joyas?

Archivo:Diadème de limpératrice Eugénie (musée du Louvre) (7166066743)
Diadema de la emperatriz Eugenia, expuesta en el Museo del Louvre.

En 1882, durante la Tercera República, se debatió mucho sobre qué hacer con las joyas de la Corona. Una comisión las valoró en más de 21 millones de francos. Hubo propuestas para venderlas y usar el dinero para ayudar a los trabajadores o para los museos nacionales.

Finalmente, en 1886, el Senado y la Cámara de Diputados votaron a favor de vender una parte de las joyas. Se decidió que algunas piezas importantes debían quedarse en el Museo del Louvre para ser expuestas en la galería de Apolo.

¿Qué joyas se conservan hoy?

La subasta de una parte de las joyas se realizó entre el 12 y el 13 de mayo de 1887. El famoso diamante «Regente» se quedó en el Museo del Louvre. La venta recaudó más de 6.8 millones de francos. Parte de este dinero se usó para financiar la Escuela Superior de Minas de París.

El broche de la emperatriz Eugenia, llamado «agrafe rocaille», con ochenta y cinco diamantes, fue donado al Museo del Louvre. En 1890, el príncipe Albert von Thurn und Taxis compró la diadema de perlas de la emperatriz Eugenia.

En septiembre de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, las joyas de la Corona fueron trasladadas de nuevo a Burdeos para protegerlas del avance de los alemanes.

Recuperación y Exhibición en la Actualidad

Archivo:Crown of Empress Eugenie
Corona de la emperatriz Eugenia, expuesta en el Museo del Louvre.

Después de 1945, se hicieron esfuerzos para recuperar las joyas que se habían dispersado. El II duque de Westminster compró algunas piezas para Aimée de Heeren.

En años más recientes, el Museo del Louvre ha logrado adquirir varias joyas importantes. En 1988, compró la Corona de la emperatriz Eugenia, que tiene 2.490 diamantes y 56 esmeraldas. En 1992, la Sociedad de amigos del Louvre recuperó la diadema de perlas de la emperatriz Eugenia.

También se han recuperado otras piezas valiosas, como el gran nudo de blusa de diamantes de la emperatriz Eugenia en 2008, y su broche de hombro en 2015. Estas joyas ahora forman parte de las colecciones del Louvre, permitiendo que el público las admire.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: French Crown Jewels Facts for Kids

  • Joyas de la Corona
  • Diamante Azul de la Corona de Francia
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