Iglesia de Santa María la Blanca (Villalcázar de Sirga) para niños
Datos para niños Iglesia de Santa María la Blanca |
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Monumento histórico-artístico (6 de diciembre de 1919; RI-51-0000174) |
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Provincia | ![]() |
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Localidad | Villalcázar de Sirga | |
Coordenadas | 42°19′00″N 4°32′33″O / 42.316802, -4.542464 | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Diócesis | Palencia | |
Uso | Clero secular | |
Advocación | Santa María la Blanca | |
Historia del edificio | ||
Construcción | Siglo XII-XIV | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Iglesia | |
Estilo | Protogótico y tardorrománico | |
Identificador como monumento | RI-51-0000174 | |
Año de inscripción | 6 de diciembre de 1919 | |
Mapa de localización | ||
La Iglesia de Santa María la Blanca se encuentra en Villalcázar de Sirga, un pueblo en la provincia de Palencia, Castilla y León, España. A veces se le llama también de Santa María de Lito, que era el nombre del pueblo hasta el siglo XVII. Este edificio es como una iglesia-fortaleza. Su construcción comenzó a finales del siglo XII, cuando el estilo románico estaba cambiando al gótico, y se terminó en el siglo XIV.
Es un lugar muy importante en el Camino de Santiago, siendo uno de sus centros religiosos más destacados. También estuvo relacionada con la Orden del Temple, un grupo de caballeros medievales. La iglesia tiene un gran valor artístico. Lo más impresionante son las esculturas de su entrada principal, que son del siglo XIII. También destacan los sepulcros (tumbas) de colores que hay dentro, de los siglos XIII y XIV, y el retablo mayor, que es de los siglos XV y XVI.
En 2015, la Unesco reconoció la Iglesia de Santa María la Blanca como parte de la ampliación del Patrimonio de la Humanidad del Camino de Santiago en España.
Contenido
Historia de la Iglesia de Santa María la Blanca
La construcción de la iglesia comenzó a finales del siglo XII y su estructura principal se terminó a principios del siglo XIII. Aunque se cree que fue un centro de la Orden del Temple en Castilla, esto solo está documentado desde 1307, poco antes de que la orden fuera disuelta en España en 1312.
Lo que sí está muy claro es que fue un santuario dedicado a la Virgen María, muy importante para la realeza. En el siglo XIII, dos reyes, Alfonso X el Sabio y su hijo Sancho IV, tuvieron una conexión especial con este templo. Alfonso X se inspiró en él para escribir doce de sus famosas Cantigas de Santa María. Sancho IV visitó la iglesia varias veces como peregrino, especialmente en Semana Santa, para mostrar su devoción a la Virgen de Villasirga.
Después de que la Orden del Temple desapareciera en 1312, la iglesia de Santa María de Villasirga pasó a manos de diferentes familias nobles, como los Girón y los Manrique. Durante este siglo, se hicieron algunas ampliaciones, como la Capilla de Santiago. En el siglo XV, la iglesia pasó a ser propiedad de Fernando de Sotomayor. Más tarde, en 1661, se creó el título de conde de Villalcázar de Sirga, que fue para Juan de Echeverri y Rovere. En 1664, este conde cedió la iglesia al Obispado de Palencia, para que fuera la única parroquia del lugar.
En 1888, una parte del muro de la entrada principal se derrumbó. Este espacio se cerró dos años después con un muro sencillo, lo que hizo que la iglesia perdiera siete metros de largo. Este accidente causó la pérdida de la Puerta del Ángel, una obra de arte muy admirada. Algunas de sus esculturas se colocaron en otras partes del edificio.
En 1919, la iglesia fue declarada Monumento Nacional. Desde 1932 hasta hoy, se han realizado varias obras de restauración para conservarla. Al ser un Monumento Histórico-Artístico Nacional, también es considerado un Bien de Interés Cultural (BIC).
Arquitectura y Diseño de la Iglesia
El diseño de la iglesia sigue el estilo protogótico, que tiene influencias de la arquitectura cisterciense. Está construida con piedra de cantería, pero el plan original nunca se completó del todo.
La iglesia tiene tres naves (pasillos), siendo la central más ancha y alta que las laterales. En la parte del altar, hay cinco capillas. Las tres del centro son planas por detrás y están alineadas, sin separaciones. Las otras dos capillas de los lados tienen formas poligonales.
La iglesia también tiene un crucero doble (la parte que cruza la nave principal). En el primer tramo del crucero, a un lado está la torre y al otro, la capilla de Santiago. Dentro, el espacio se organiza con pilares cuadrados que tienen columnas adosadas. Todo el conjunto se apoya en una base octogonal. La nave central tiene techos con bóvedas de crucería sexpartitas (con seis nervios). El crucero y las naves laterales tienen bóvedas de crucería más sencillas. En cada pilar del crucero hay una escultura de tamaño real bajo un dosel (un tipo de cubierta decorativa). Estas esculturas, del siglo XIII, representan a San Pedro, San Pablo, la Virgen María y el arcángel San Gabriel.
La Impresionante Portada Meridional
Entre las entradas de la iglesia, la más destacada es la portada meridional (la del sur), que es doble y está junto a la capilla de Santiago. Es famosa por la calidad de sus esculturas protogóticas del siglo XIII, que recuerdan mucho a las entradas románicas.
La entrada principal tiene seis arcos puntiagudos (arquivoltas), decorados con 51 figuras de ángeles, santos, sacerdotes y otras personas con instrumentos musicales. Estas figuras se apoyan en capiteles (la parte superior de las columnas) con decoración de plantas. La entrada lateral, que está al lado y da acceso a la capilla de Santiago, es una copia de la principal, pero más pequeña. Tiene tres arcos y 25 figuras. En ambas entradas, las figuras talladas en las piedras de los arcos son de cuerpo entero, mientras que las que aparecen en la parte superior son de medio cuerpo. Las puertas no tienen tímpano (el espacio semicircular sobre la puerta).
Aún más notable es el doble friso (una banda decorativa con relieves) que se encuentra en la pared sobre la entrada principal. Recuerda a los frisos de otras iglesias de Palencia. Son galerías ciegas con espacios entre columnas ocupados por figuras y unidos por arcos de tres lóbulos, con adornos arquitectónicos encima.
En el friso superior se ve a Jesús en Majestad (Pantocrátor), rodeado por los Evangelistas y los Apóstoles, representando el Cielo. Entre los Apóstoles, destaca la figura de Santiago, vestido de peregrino. El friso inferior está dedicado a la Asunción de la Virgen Blanca, flanqueada por escenas de la Anunciación y la Adoración de los Reyes Magos. La imagen de la Virgen en el centro de este segundo friso aparece pisando un dragón, un símbolo que se repite dentro de la iglesia. Todo el conjunto muestra fielmente elementos del Apocalipsis de San Juan. Las escenas no están completas, quizás por una reforma de esta parte de la iglesia en el siglo XIV, cuando se construyó la capilla de Santiago.
Toda esta portada meridional está protegida por un gran pórtico con un arco apuntado, de la misma altura que la nave central. Parece que es la parte que se conserva de un pórtico más grande que rodeaba toda la iglesia, como si fuera un claustro. Este pórtico desaparecido continuaría con arcos más bajos que el que se conserva, que mide unos 15 metros.
La entrada del muro norte también es gótica, pero no tiene tanta decoración.
El Retablo Mayor: Una Obra de Arte
El retablo mayor es una pieza que combina elementos de diferentes épocas. La parte más antigua es el Calvario que lo corona, con tres esculturas artísticas (Jesús crucificado, Santa María y San Juan) de estilo gótico, de alrededor del año 1300.
De finales del siglo XV o principios del siglo XVI son las tablas pintadas, de estilo hispanoflamenco, que se cree que fueron hechas por el Maestro Alejo, un pintor de origen alemán. Hay 27 tablas que representan santos, historias de sus vidas y pasajes de los Evangelios. Están organizadas en una estructura de madera con tres cuerpos, cuatro calles (columnas verticales) y dos entrecalles, con un marco alrededor. La quinta calle, en el centro, tiene un hueco que guarda la venerada Virgen de Villasirga, Santa María la Blanca. Es una escultura gótica del siglo XIII donde la Virgen está sentada con el Niño en brazos. Un dosel con una punta larga cubre la imagen.
En el siglo XVI, cuando se bajó la altura del presbiterio (la parte cercana al altar), se añadió al retablo una base adicional, de estilo renacentista, entre 1560 y 1570. Se atribuye esta parte escultórica a Manuel Álvarez, y la pintura a Francisco de Carracejas.
El retablo que vemos hoy es el resultado de restauraciones y reformas realizadas entre 1945 y 1946. En ese momento, se desarmó la estructura y se volvió a montar, cambiando la posición de las tablas y colocándolas en una nueva estructura de madera. Por eso, el dosel central que protege a la Virgen, su punta, las decoraciones caladas que separan los cuerpos y los escudos del marco son de esa época moderna.
Capilla de Santiago y Sepulcros Históricos
En el siglo XIV, en la parte sur de la iglesia, junto a la entrada principal, se construyó la capilla de Santiago. Esta capilla pudo pertenecer a la orden de caballería del mismo nombre o a un caballero de esa orden. Este espacio recibe mucha luz de un hermoso rosetón (ventana circular con vidrieras), que ilumina las naves del crucero. El techo de la capilla tiene bóvedas de crucería con nervios decorados, que se apoyan en ménsulas (soportes salientes) con el escudo y la cruz de la Orden de Santiago.
En la parte norte de la iglesia, en el mismo siglo, se empezó a construir lo que iba a ser una gran torre, pero parece que solo se hizo el primer cuerpo, y luego se derrumbó.

La capilla de Santiago alberga tres sepulcros góticos:
- El Sepulcro del infante Felipe de Castilla, hijo del rey Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X el Sabio. Falleció el 28 de noviembre de 1274.
- El Sepulcro de Inés de Guevara, que fue la segunda esposa del infante Felipe de Castilla.
- El Sepulcro de Juan de Pereira, un caballero de la Orden de Santiago.
Los dos primeros sepulcros, que fueron trasladados aquí en 1936 desde su lugar original, son independientes y se apoyan sobre figuras de leones. Se hicieron en el último cuarto del siglo XIII. Son muy notables por las figuras en relieve de los difuntos, que aparecen acostados y ricamente vestidos en la parte superior. En los lados de las tumbas, hay escenas de luto, cortejos fúnebres y entierros, con la familia y personas importantes del reino, tanto militares como religiosos. Estas escenas están talladas bajo arcos puntiagudos.
El infante Felipe aparece con túnica, gorro y manto; en una mano tiene una espada y en la otra un halcón. Sus armas están invertidas, lo que simboliza el luto. Inés viste túnica y lleva en una mano una panela, que es el escudo de la familia Pimentel. A veces se ha confundido la panela con un pimiento, pero el pimiento llegó a Europa siglos después de América. Hay escudos heráldicos en los bordes de las tapas de las tumbas y en las bases. La riqueza de las esculturas de ambos sepulcros se realza por los colores que los cubren. Se cree que el artista que los hizo fue Antón Pérez de Carrión, quien también pudo haber realizado los sepulcros del Monasterio de Santa María la Real en Aguilar de Campoo, ya que son muy parecidos.
El tercer sepulcro, el del caballero Juan de Pereira, es posterior, del siglo XIV, y su decoración es más sencilla. El difunto también está representado acostado, y debajo hay relieves con figuras y decoración de escudos. Es importante saber que estos sepulcros han sido abiertos varias veces. El manto que se encontró en el sepulcro del Infante fue llevado al Museo Arqueológico Nacional de Madrid por orden de la reina Isabel II.
En esta capilla también hay varias imágenes góticas de la Virgen. Entre ellas, una del siglo XIII que está dañada, sentada, con el Niño en brazos y acompañada por ángeles. Es la Virgen de las Cantigas, antes llamada Virgen de Villasirga. No es la misma Virgen que los reyes castellanos veneraban, esa se encuentra en el retablo de la Capilla Mayor. Esta Virgen de las Cantigas pudo haber estado en la columna central de la desaparecida Puerta del Ángel.
Otros Retablos y Objetos de Interés
La iglesia guarda otras obras de arte importantes. En el lado izquierdo del altar (lado del Evangelio), se encuentran:
- El retablo de Santiago, de estilo renacentista plateresco, de alrededor de 1530. Fue hecho por Cristóbal de Herrera y tiene once pinturas sobre la vida y milagros del santo, además de una escultura de Santiago Peregrino de Juan de Valmaseda.
- El Retablo de Nuestra Señora del Rosario, de estilo renacentista romanista, de 1570, con esculturas de los siglos XVI y XVIII y tablas pintadas por Francisco de Carracejas.
- La pila bautismal, frente al retablo anterior, decorada con gajos y del siglo XVI.
- El púlpito, una obra de yeso gótica del siglo XVI.
- Otras imágenes talladas de diferentes épocas y lugares, colocadas en dos nichos sepulcrales.
- Un relicario-expositor con forma de brazo que contiene una reliquia de San Fructuoso, que antes estaba en el Retablo Mayor.
En el lado derecho del altar (lado de la Epístola), destacan:
- El retablo de San Antonio, con una estructura de madera del siglo XVII y siete tablas pintadas de principios del siglo XVI, atribuidas al Maestro de Calzada.
- El órgano realejo, que viene de la ermita de Nuestra Señora del Río y fue hecho por el organista José Otorel en 1844.
- El Retablo de Nuestra Señora de la Paz, una obra sencilla del primer tercio del siglo XVIII.
- El retablo del Santo Cristo, una obra neoclásica de 1860 que alberga un Cristo Crucificado del siglo XVI.
- La Sacristía, ubicada en la cabecera de la nave, construida sobre lo que fue la capilla de San Juan en la segunda mitad del siglo XVI. Contiene algunas pinturas valiosas, como un Calvario del siglo XVI, y la Cruz de los Santos Lugares, de 1826, donada por el padre franciscano Simeón Herrero.