Howard Carter para niños
Datos para niños Howard Carter |
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Información personal | ||
Nacimiento | 9 de mayo de 1874 Kensington, Kensington y Chelsea, Londres, Inglaterra, Reino Unido |
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Fallecimiento | 2 de marzo de 1939 Londres, Inglaterra, Reino Unido |
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Causa de muerte | Linfoma | |
Sepultura | Putney Vale Cemetery | |
Nacionalidad | Británica | |
Familia | ||
Padres | Martha Joyce Sands Samuel John Carter |
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Información profesional | ||
Ocupación | Antropólogo, arqueólogo y egiptólogo | |
Empleador |
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Distinciones |
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Firma | ||
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Howard Carter (nacido en Londres el 9 de mayo de 1874 y fallecido en Londres el 2 de marzo de 1939) fue un famoso arqueólogo y egiptólogo inglés. Es conocido en todo el mundo por haber descubierto en noviembre de 1922 la tumba KV62. Esta tumba pertenecía al faraón Tutankamón de la dinastía XVIII. El hallazgo se realizó en el Valle de los Reyes, cerca de Luxor, Egipto. Su descubrimiento fue muy importante porque la tumba estaba intacta después de más de tres mil años. Es la tumba mejor conservada de todo el Valle de los Reyes.
Contenido
¿Quién fue Howard Carter?
Los primeros años de Howard Carter
Howard Carter nació en Kensington el 9 de mayo de 1874. Fue el menor de once hermanos. Creció en Swaffham, al norte de Norfolk, donde nacieron sus padres. Su padre, Samuel Carter, era un artista muy conocido en Inglaterra. Él le enseñó a Howard a dibujar y pintar. Aunque era muy inteligente, Howard no fue mucho a la escuela por problemas de salud.
Cerca de su casa, la familia Amherst tenía una gran colección de objetos egipcios antiguos. Estos objetos llamaron la atención del joven Carter. La señora Amherst quedó impresionada con su talento artístico. Por eso, animó a la Egypt Exploration Society a que lo enviara a trabajar con Percy Newberry. Newberry estaba excavando y documentando tumbas del Imperio Medio en Beni Hassan.
A los 17 años, Howard aceptó el trabajo y copió los bajorrelieves de las tumbas. En 1892, trabajó con William Flinders Petrie en Amarna. Esta ciudad fue fundada por el faraón Akenatón. Entre 1894 y 1899, Carter colaboró con Édouard Naville en Deir el-Bahari. Allí dibujó los relieves del templo de Hatshepsut.
El trabajo de Carter en Egipto
En 1899, Carter fue nombrado inspector de monumentos en el Alto Egipto. Trabajó para el Servicio de Antigüedades Egipcias (EAS). Se instaló en Luxor y supervisó muchas excavaciones y restauraciones en la cercana Tebas. En el Valle de los Reyes, se encargó de supervisar el trabajo del arqueólogo estadounidense Theodore Davis.
En 1904, Howard Carter fue trasladado al Bajo Egipto. Esto ocurrió después de un desacuerdo con los habitantes locales sobre los robos en las tumbas. Carter fue elogiado por sus esfuerzos para mejorar el acceso a los sitios arqueológicos. También era muy bueno encontrando lugares de entierro antiguos. El Servicio de Antigüedades le dio dinero para financiar sus propias excavaciones.
Carter dejó su puesto en el Servicio de Antigüedades en 1905. Esto fue después de un incidente en un yacimiento egipcio. Hubo un enfrentamiento entre los guardias egipcios y turistas franceses. Carter defendió a los trabajadores egipcios y se negó a disculparse. Después de esto, Carter regresó a Luxor y estuvo sin empleo durante tres años. Se ganó la vida vendiendo acuarelas a los turistas. En 1906, trabajó como dibujante para Theodore Davis.
El gran descubrimiento: la tumba de Tutankamón

La colaboración con Lord Carnarvon
En 1907, Carter empezó a trabajar para lord Carnarvon. Lord Carnarvon era un noble al que le gustaba la arqueología. Carter supervisó las excavaciones en Deir el-Bahari, cerca de Tebas. Gaston Maspero, presidente del Servicio de Antigüedades Egipcio, recomendó a Carnarvon que contratara a Carter. Esto se debía a los métodos modernos de arqueología que usaba Carter.
En 1914, lord Carnarvon obtuvo los permisos para excavar en el Valle de los Reyes. Carter fue contratado de nuevo para dirigir los trabajos. Su misión era encontrar tumbas que no habían sido descubiertas en expediciones anteriores. En especial, buscaba la tumba del faraón Tutankamón. Sin embargo, la Primera Guerra Mundial detuvo las excavaciones. Durante la guerra, Carter trabajó como diplomático y traductor para el Gobierno británico. Los trabajos se reanudaron a finales de 1917.
El hallazgo de la tumba
Para 1922, lord Carnarvon estaba impaciente. No había resultados después de varios años de búsqueda. Pensó en dejar de financiar el proyecto. Después de hablar con Carter, aceptó financiar una última temporada en el Valle de los Reyes.
El 4 de noviembre de 1922, el aguador del equipo tropezó con una piedra. Esta piedra resultó ser el comienzo de una escalera. Carter excavó algunos escalones y encontró una puerta de barro. En la puerta había varios cartuchos egipcios, que eran sellos con escritura jeroglífica. El arqueólogo ordenó cubrir la escalera de nuevo. Luego, envió un telegrama a Carnarvon. Lord Carnarvon llegó de Inglaterra el 23 de noviembre, dos semanas y media después, con su hija, Evelyn Herbert.
El 24 de noviembre de 1922, la escalera fue excavada por completo. El cartucho egipcio en la entrada mostraba el nombre de Tutankamón. Dos días después, Carter, Carnarvon, Evelyn y el ayudante Arthur Callender hicieron una pequeña abertura en la entrada. Usaron un cincel que la abuela de Carter le había regalado para su decimoséptimo cumpleaños. Carter pudo ver el interior con la luz de una vela. Vio tesoros dorados y de marfil. Carnarvon le preguntó si podía ver algo. Carter le respondió con su famosa frase: «¡Sí, puedo ver cosas maravillosas!».
Carter había descubierto la tumba de Tutankamón, que más tarde sería conocida como KV62. La tumba fue protegida hasta que llegó un oficial del Departamento de Antigüedades Egipcias al día siguiente. Sin embargo, esa noche, los cuatro aparentemente regresaron y entraron sin permiso. Así, se convirtieron en las primeras personas en tres milenios en acceder al lugar de entierro.
La exploración y catalogación
La mañana siguiente, el 27 de noviembre, un oficial egipcio inspeccionó la tumba. Callender entró con luz eléctrica. Iluminó una enorme colección de objetos, como divanes, cofres, tronos y altares. También encontraron pruebas de habitaciones anexas. Había una puerta sellada hacia la cámara del sarcófago, flanqueada por dos estatuas de Tutankamón. Aunque había señales de robos en tiempos antiguos, la tumba estaba intacta. Se calculó que contenía más de 5000 objetos. El 29 de noviembre, la tumba se abrió oficialmente. Estuvieron presentes varios invitados importantes y oficiales egipcios.
Al darse cuenta de la gran tarea que tenían por delante, Carter pidió ayuda a Albert Lythgoe. Él era del equipo de excavación del Metropolitan Museum de Nueva York. Lythgoe prestó parte de su equipo, incluyendo a Arthur Mace y al fotógrafo Harry Burton. El Gobierno egipcio envió al químico analítico Alfred Lucas. El 16 de febrero de 1923, Carter abrió la puerta sellada. Confirmó que llevaba al sarcófago de Tutankamón. La tumba fue considerada la mejor conservada e intacta del Valle de los Reyes. Su descubrimiento apareció en la prensa de todo el mundo. Lord Carnarvon vendió la exclusiva al periódico The Times, lo que molestó al resto de la prensa.
A finales de febrero de 1923, una discusión entre Carnarvon y Carter interrumpió la excavación por un tiempo. Probablemente fue por cómo tratar con las autoridades egipcias. Los trabajos se reanudaron en marzo después de que Carnarvon se disculpara con Carter. A finales de ese mes, Carnarvon contrajo una infección por la picadura de un insecto. Esto ocurrió mientras se hospedaba en Luxor, cerca de la tumba. Falleció el 5 de abril de ese año.
Los métodos cuidadosos de Carter para catalogar los miles de objetos de la tumba le llevaron casi diez años. Todos los objetos fueron trasladados al Museo Egipcio de El Cairo.
Reconocimientos y últimos años
A pesar de la importancia de su hallazgo, Carter nunca recibió honores del Gobierno británico. Sin embargo, en 1926, recibió la Orden del Nilo del rey Fuad I de Egipto. Además, por sus méritos y descubrimientos, la Universidad de Yale le otorgó un doctorado honoris causa en Ciencias. También fue nombrado miembro honorario de la Real Academia de la Historia de Madrid, en España.
Carter escribió varios libros sobre egiptología. Entre ellos, Five Years' Exploration at Thebes, escrito con Carnarvon en 1912. También escribió una serie de tres libros sobre el descubrimiento y la excavación de la tumba de Tutankamón. En 1924, dio discursos sobre el descubrimiento en una gira por Reino Unido, Francia, España y Estados Unidos. En 1931, anunció que quería buscar la tumba de Alejandro Magno en Asia Menor, pero no pudo llevar a cabo el proyecto.
Fallecimiento de Howard Carter
Una vez que todos los objetos de la tumba KV62 fueron catalogados, Carter se retiró de la arqueología. Siguió viviendo en su casa cerca de Luxor en invierno y mantuvo un piso en Londres. Sin embargo, a medida que el interés en Tutankamón disminuía, llevó una vida solitaria y tuvo pocos amigos cercanos. Trabajó a tiempo parcial como agente para coleccionistas y museos, como el Museo de Arte de Cleveland y el Instituto de Artes de Detroit.
Howard Carter falleció en su piso de Londres el 2 de marzo de 1939, a los 64 años, debido a una enfermedad. Su muerte a esta edad avanzada es la prueba más común para desmentir la leyenda de la «maldición de los faraones». Se decía que esta maldición caería sobre el grupo que entró en la tumba de Tutankamón. Fue enterrado en el cementerio de Putney Vale, al oeste de Londres, cuatro días después. Nueve personas asistieron a su funeral. En su tumba se puede leer: «Larga vida a tu espíritu; que pases millones de años, tú que amas Tebas, sentado con el rostro hacia el viento norteño y los ojos resplandecientes de felicidad», una cita de la copa de Tutankamón, y «Oh, noche, extiende sobre mí tus alas, como las estrellas imperecederas».
El legado de Howard Carter
En noviembre de 2010, después de quince años de trabajo (más de los diez que Carter tardó en vaciarla), el Griffith Institute terminó un gran proyecto. Este instituto guarda las notas, fotos y diarios de excavación de Howard Carter. Crearon una base de datos con las fotos y las fichas del arqueólogo de los 5398 objetos de la tumba de Tutankamón. Desde la famosa máscara de oro hasta el colgante más pequeño o un trocito de lino.
El egiptólogo checo Jaromir Malek, que trabaja en el Instituto Griffith de Oxford y fue responsable de la digitalización, hizo algunas observaciones interesantes: «Howard Carter, aunque sin duda era una persona difícil, tenía mucho talento, una intuición enorme y era un trabajador incansable. Todos habríamos abandonado ante las dificultades que él enfrentó. Si hubiera sido una persona fácil y amable, no habría descubierto la tumba de Tutankamón ni habría terminado de excavarla».
Galería de imágenes
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Tumba de Teta-Ky tal como la encontraron Carter y Carnarvon en 1908
Véase también
En inglés: Howard Carter Facts for Kids
- Tutankamón
- Tumba de Tutankamón
- Valle de los Reyes
- Maldición del faraón
- Antiguo Egipto