Historia de la hipertensión para niños
La historia de la hipertensión nos cuenta cómo los científicos y médicos han ido descubriendo y entendiendo una condición muy importante para la salud: la presión arterial alta. Desde hace miles de años, las personas han buscado formas de tratar lo que llamaban la "enfermedad del pulso duro". Al principio, usaban métodos como la acupuntura o la reducción de sangre en el cuerpo.
Fue en el siglo XVIII cuando se hicieron los primeros intentos de medir la presión arterial de forma científica, gracias a los trabajos de Stephen Hales. Sin embargo, no fue hasta principios del siglo XX que se pudo medir la presión arterial de manera sencilla y precisa en las personas, con la invención del esfigmomanómetro y el uso del estetoscopio.
Al principio, se pensaba que la presión arterial alta era solo una parte normal del envejecimiento o incluso algo bueno para la circulación. Pero pronto se dieron cuenta de que podía ser muy dañina. Investigadores como Edward David Freis demostraron lo grave que era. A partir de los años 40, la industria farmacéutica empezó a buscar medicamentos para tratarla. También se descubrió que comer menos sal y reducir el consumo de ciertas bebidas podía ayudar a bajar la presión arterial.
Hoy en día, aunque podemos controlar la presión arterial alta con medicamentos, en la mayoría de los casos todavía no sabemos exactamente qué la causa.
Plantilla:Ficha de historia
Contenido
Primeros pasos: ¿Cómo se entendía la presión alta?
Los registros más antiguos sobre la presión arterial alta se encuentran en textos de hace más de 4600 años, en el año 2600 a.C. En China, el Clásico de medicina interna del Emperador amarillo ya hablaba de la relación entre un pulso fuerte y problemas del corazón. En esa época, para tratar la "enfermedad del pulso duro", se usaban técnicas como la acupuntura o la reducción de sangre en el cuerpo, a veces con sanguijuelas.
En la antigua Asiria y en la India, también se mencionaban tratamientos similares para problemas que hoy relacionaríamos con la presión alta. Médicos famosos como Galeno e Hipócrates en la antigua Grecia y Roma también recomendaban reducir la sangre para tratar esta condición.
En la Edad Media, se sabía que la "enfermedad del pulso duro" podía causar problemas cerebrales.
El descubrimiento de la circulación sanguínea
La comprensión moderna de cómo funciona el cuerpo y la presión arterial comenzó con el médico William Harvey (1578-1657). En su libro De motu cordis, fue el primero en explicar correctamente cómo el corazón bombea la sangre por todo el cuerpo.
En 1733, Stephen Hales hizo la primera medición registrada de la presión arterial. Lo hizo en caballos, usando un tubo de vidrio para ver cómo la sangre subía con cada latido. Hales también entendió que el volumen de sangre en el cuerpo era importante para regular la presión.
Otros científicos como Lower y Sénac estudiaron el papel de las arterias pequeñas, y Claude Bernard y William Bayliss investigaron cómo los nervios controlan la presión arterial.
¿Cuándo se consideró una enfermedad?
Al principio, la presión arterial alta no se veía como una enfermedad grave. Se pensaba que era algo normal del envejecimiento. Sin embargo, en 1808, Thomas Young empezó a describirla como una enfermedad.
Más tarde, en 1836, el médico Richard Bright notó que la presión arterial alta causaba cambios en el corazón de pacientes con problemas de riñón. Frederick Mahomed fue uno de los primeros en medir la presión arterial de forma regular en sus pacientes y en identificar la presión alta incluso sin problemas renales evidentes.
En 1911, el psicólogo Otto Frank usó el término "hipertonía esencial" para describir la presión arterial alta que no tiene una causa específica conocida. Más tarde, se le llamó el "asesino silencioso" porque puede dañar órganos sin que la persona sienta síntomas al principio.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la investigación para encontrar medicamentos para la presión arterial alta se aceleró.
¿Cómo se mide la presión arterial?
La forma de medir la presión arterial ha cambiado mucho a lo largo de la historia. Los antiguos egipcios ya tomaban el pulso tocando las venas.
El doctor Stephen Hales fue el primero en intentar medir la presión sanguínea de forma experimental en el siglo XVIII. Luego, en 1828, el fisiólogo francés Jean Léonard Marie Poiseuille usó una columna de mercurio para medir la presión, una idea que se usaría mucho después.
Al principio, los métodos eran "invasivos", lo que significaba que se introducía un tubo directamente en el cuerpo.
La llegada de los aparatos portátiles
A mediados del siglo XIX, se empezaron a buscar formas de medir la presión sin invadir el cuerpo. Karl von Vierordt y Etienne Jules Marey desarrollaron los primeros aparatos "no invasivos", que eran más cómodos para los pacientes.
Un gran avance llegó en 1896, cuando Scipione Riva-Rocci inventó el esfigmomanómetro de columna de mercurio, que es el que se usó durante mucho tiempo. En 1905, el médico ruso Nikolái Korotkov descubrió un método sencillo para medir la presión arterial escuchando los sonidos con un estetoscopio. Este método se sigue usando hoy en día.
Los aparatos digitales
En los años 70, empezaron a aparecer los esfigmomanómetros digitales en los hospitales, que podían medir la presión automáticamente. Gracias a los avances tecnológicos, a finales del siglo XX, estos aparatos se hicieron más pequeños y económicos, y la gente podía comprarlos para usarlos en casa sin ayuda de un médico.
Los esfigmomanómetros de mercurio se han ido retirando poco a poco porque el mercurio es un material que puede contaminar el medio ambiente.
¿Cómo se ha tratado la presión alta a lo largo del tiempo?
Los primeros tratamientos documentados incluían la acupuntura y la reducción de sangre en el cuerpo, a veces usando sanguijuelas. Estos métodos fueron populares en muchas culturas antiguas y se usaron hasta el siglo XIX.
Medicamentos para la presión arterial
Los primeros medicamentos para bajar la presión arterial aparecieron en los años 40, cuando se confirmó que la presión alta era una enfermedad peligrosa.
- Primeros intentos: Una de las primeras sustancias químicas usadas fue el tiocianato de sodio en 1900, pero tenía muchos efectos secundarios y se dejó de usar. También se probaron sedantes y otros compuestos que bloqueaban ciertas señales nerviosas. Medicamentos como la hidralazina se empezaron a usar en 1949. Incluso un medicamento contra la malaria llamado pentaquina se investigó, pero sus efectos secundarios eran demasiado fuertes.
- Diuréticos: En 1957, se anunció un gran avance: el uso de diuréticos como la clorotiazida. Estos medicamentos ayudan al cuerpo a eliminar el exceso de sodio y agua, lo que baja la presión arterial. Este descubrimiento abrió nuevas vías de investigación en los años 60.
- Beta-bloqueantes: En los años 60, aparecieron los beta-bloqueantes, que ayudan a regular el ritmo del corazón. Inicialmente se usaron para tratar el dolor de pecho, pero pronto se vieron sus beneficios para la presión arterial. El farmacólogo James Whyte Black ganó un Premio Nobel por su trabajo en el desarrollo de estos medicamentos.
- Inhibidores de la angiotensina: En los años 80, surgieron los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA). Estos medicamentos actúan sobre un sistema del cuerpo que regula la presión arterial. Se descubrió que un compuesto de un tipo de serpiente podía ayudar a inhibir esta enzima, lo que llevó al desarrollo de medicamentos como el captopril.
- Bloqueadores de calcio: En los años 90, aparecieron los bloqueadores de los canales de calcio. Estos medicamentos impiden que el calcio entre en las células del corazón y los vasos sanguíneos, lo que relaja los vasos y baja la presión.
Dietas para bajar la presión
Desde 1904, se empezó a recomendar reducir el consumo de sodio (sal) en la dieta. En los años 40, el doctor Walter Kempner popularizó la "dieta del arroz", que era muy baja en proteínas y sodio. Esta dieta lograba bajar la presión arterial, pero era muy difícil de seguir por mucho tiempo.
Hoy en día, la relación entre el consumo de sal y la presión arterial alta es muy conocida, y es una de las primeras recomendaciones que se dan cuando se diagnostica esta condición.