Francesco Crispi para niños
Datos para niños Francesco Crispi |
||
---|---|---|
![]() |
||
|
||
![]() Presidente del Consejo de Ministros del Reino de Italia |
||
29 de julio de 1887-6 de febrero de 1891 | ||
Monarca | Humberto I | |
Predecesor | Agostino Depretis | |
Sucesor | Antonio Starabba | |
|
||
15 de diciembre de 1893-10 de marzo de 1896 | ||
Monarca | Humberto I | |
Predecesor | Giovanni Giolitti | |
Sucesor | Antonio Starabba | |
|
||
Información personal | ||
Nacimiento | 4 de octubre de 1818 Ribera (Reino de las Dos Sicilias) |
|
Fallecimiento | 11 de agosto de 1901 Nápoles (Reino de Italia) |
|
Sepultura | Iglesia de San Doménico (Palermo) | |
Familia | ||
Cónyuge | Rosalia Montmasson | |
Educación | ||
Educación | laurea | |
Educado en | Universidad de estudios de Palermo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Político, diplomático y abogado | |
Conflictos | Expedición de los Mil | |
Partido político | Izquierda histórica | |
Distinciones |
|
|
Firma | ||
![]() |
||
Francesco Crispi (nacido en Ribera el 4 de octubre de 1818 y fallecido en Nápoles el 12 de agosto de 1901) fue un importante líder italiano. Fue primer ministro de Italia en dos ocasiones: del 7 de agosto de 1887 al 6 de febrero de 1891, y del 15 de diciembre de 1893 al 14 de junio de 1896.
La vida de Francesco Crispi
¿De dónde era la familia de Crispi?
La familia de Francesco Crispi tenía raíces italo-albanesas. Venían de una pequeña comunidad agrícola llamada Palazzo Adriano, en el suroeste de Sicilia. Francesco nació en Ribera y fue bautizado siguiendo un rito especial llamado bizantino.
Los primeros años de su carrera
En 1846, Francesco Crispi empezó a trabajar como abogado en Nápoles. Cuando estalló la revolución siciliana en Palermo el 12 de enero de 1848, él viajó rápidamente a la isla y participó activamente en el levantamiento.
Después de que el gobierno anterior regresara al poder en 1849, Crispi no recibió el perdón y tuvo que buscar refugio en Piamonte. Allí intentó, sin éxito, conseguir un trabajo como secretario municipal. Al no lograrlo, se dedicó al periodismo.
Más tarde, se vio envuelto en un movimiento político en Milán en 1853. Por esta razón, fue expulsado de Piamonte y tuvo que exiliarse en Malta y luego en París. Al ser expulsado también de Francia, se unió a Mazzini en Londres. Desde allí, continuó trabajando para lograr que Italia se convirtiera en una república unida.
El 15 de junio de 1859, Crispi regresó a Italia. Había publicado una carta donde se oponía a que Piamonte se expandiera como reino. Él prefería un estado italiano unido y republicano. Ese mismo año, visitó varias ciudades sicilianas en secreto dos veces, preparando un levantamiento para 1860.
La Expedición de los Mil y su papel
Cuando regresó a Génova, Crispi ayudó a organizar la Expedición de los Mil junto a Bertani, Bixio, Medici y Garibaldi. Con una estrategia inteligente, convenció a Garibaldi para que la expedición comenzara el 5 de mayo de 1860.
Después de que desembarcaron en Marsala el 11 de mayo y en Salemi el 13, Garibaldi fue nombrado líder de Sicilia. Tras la toma de Palermo, Crispi fue nombrado ministro del Interior y de Finanzas en el gobierno provisional de Sicilia.
Sin embargo, pronto tuvo que renunciar debido a desacuerdos entre las ideas de Garibaldi y las de los enviados de Cavour sobre si Sicilia debía unirse de inmediato al Reino de Italia. Crispi fue nombrado secretario de Garibaldi. Más tarde, la llegada de las tropas italianas oficiales anexó el Reino de las Dos Sicilias a Italia, lo que llevó a la renuncia de Garibaldi y, por lo tanto, también a la de Crispi.
Su trayectoria en el Parlamento y el Gobierno
En 1861, Crispi se presentó como candidato por el partido de izquierda para la cámara de diputados en Palermo, pero no ganó. Afortunadamente, un amigo siciliano, Vincenzo Favara, presentó su candidatura en Castelvetrano. Allí, Crispi, aunque no era muy conocido, ganó gracias a una excelente campaña. Su amigo incluso recaudó fondos para que Crispi, que tenía dificultades económicas, pudiera asistir a la inauguración del Parlamento en Turín.
En la Cámara, Crispi se hizo famoso por ser uno de los miembros más activos y decididos del partido republicano. Sin embargo, en 1864, cambió su postura y se volvió partidario de la monarquía. Pronunció una frase muy conocida:
La monarquía nos une, la república nos divide.
En 1866, rechazó una oferta para unirse al gobierno. En 1867, logró evitar que los seguidores de Garibaldi invadieran los Estados Pontificios. Esto evitó una posible ocupación francesa de Roma.
Cuando estalló la Guerra Franco Prusiana en 1870, Crispi trabajó para evitar que Italia se aliara con Francia. También logró que el gobierno se trasladara a Roma.
Después de que el partido de izquierda llegó al poder en noviembre de 1876, Crispi fue elegido Presidente de la Cámara. En 1877, viajó en secreto a Londres, París y Berlín. Allí pudo conocer a importantes líderes como el canciller alemán Bismarck.
En diciembre de 1877, Crispi se convirtió en ministro del Interior. Durante su corto tiempo en el cargo, ocurrieron eventos importantes. El 9 de enero de 1878, murió Víctor Manuel II y Humberto I subió al trono. Crispi se aseguró de que la monarquía unitaria se estableciera formalmente.
El 9 de febrero de 1879, murió el Papa Pío IX. Crispi, con la ayuda del cardenal Pecci (quien luego sería el papa León XIII), convenció a los cardenales de celebrar la elección del nuevo Papa en Roma. Esto ayudó a legitimar a Roma como la capital de Italia.
Su primer período como primer ministro
Una de las primeras acciones de Crispi como jefe de gobierno fue visitar a Bismarck. Quería consultarle sobre cómo funcionaba la Triple Alianza. Basó su política exterior en esta alianza, junto con un acuerdo naval con el Reino Unido.
Crispi adoptó una postura firme en las relaciones con Francia. Interrumpió las largas negociaciones sobre un tratado comercial y rechazó la invitación francesa para que Italia tuviera un pabellón en la gran exposición internacional de 1889.
En política interna, Crispi completó la adopción de nuevos códigos de salud y comerciales. También reformó la administración de justicia. El 31 de enero de 1891, su gobierno cayó debido a un comentario sobre el comportamiento de un partido conservador.
Regreso al gobierno y segundo período
En diciembre de 1893, el gobierno anterior no pudo controlar los problemas de orden público en Sicilia y Lunigiana. Esto hizo que la gente pidiera el regreso de Crispi al poder.
Cuando Crispi volvió a ser primer ministro, controló con firmeza los levantamientos. Se arrestó a muchos líderes y a personas que se sospechaba que apoyaban los movimientos, incluso sin pruebas claras. Después de declarar el estado de emergencia, muchas personas inocentes fueron condenadas.
Crispi también apoyó las medidas del ministro de Finanzas para mejorar las finanzas del Estado, que estaban muy afectadas por una crisis.
La forma en que Crispi controló los movimientos populares y su decisión de mantener la colonia de Eritrea y la Triple Alianza, causaron desacuerdos con otros líderes. Un intento de ataque contra él por parte de un opositor llevó a una tregua temporal.
A pesar de todo, en las elecciones de 1895, Crispi obtuvo una gran victoria. Sin embargo, un año después, una derrota en la Batalla de Adua en Etiopía provocó su renuncia.
El gobierno que le siguió investigó acusaciones contra Crispi. Una comisión parlamentaria determinó que, al asumir su cargo en 1893, Crispi había tomado dinero de un banco estatal para un fondo de servicios secretos, el cual luego fue devuelto. La comisión consideró esto irregular y propuso una censura, pero no autorizó un juicio.
Crispi renunció a su cargo parlamentario, pero fue reelegido por el voto popular en abril de 1898 en Palermo. Durante algunos años, participó poco en la vida política debido a una ceguera parcial. Una operación exitosa le devolvió la vista en junio de 1900. Aunque tenía 81 años, retomó sus actividades. Sin embargo, su salud empeoró y falleció el 12 de agosto de 1903.
El legado de Crispi
La importancia de Crispi en la política italiana no se debió solo a las muchas reformas que realizó. También fue por su gran patriotismo, su fuerte personalidad y su habilidad para liderar a sus compatriotas en tiempos difíciles.
En política exterior, ayudó mucho a mejorar la imagen de Italia. Cambió la idea de que Italia era poco confiable o indecisa.
Es cierto que su política con Francia pudo parecer poco diplomática. Sin embargo, Francia estaba realizando acciones diplomáticas contra Italia en ese momento. Crispi habría estado dispuesto a tener buenas relaciones con Francia, pero se negó a ceder a las presiones. La mayoría de la gente en Italia apoyó esta actitud. Las críticas que recibió se debieron más a situaciones de su vida personal y a que algunos de sus colaboradores se aprovecharon de su nombre, que a fallas en su propia conducta política.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Francesco Crispi Facts for Kids