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Etiqueta (código) para niños

Enciclopedia para niños

La etiqueta es el conjunto de reglas sociales que nos dicen cómo debemos comportarnos en diferentes situaciones, como en casa, en la escuela, en eventos especiales o en lugares públicos. Son como un manual invisible que nos ayuda a convivir mejor con los demás.

La palabra etiqueta viene del francés étiquette, que significa 'rótulo' o 'protocolo'. Su significado actual se popularizó a mediados del siglo XVIII, gracias a las costumbres de la corte del rey Luis XIV de Francia en el Palacio de Versalles. Estas reglas ayudaban a organizar la vida en la corte y, a veces, se veían como una forma de mostrar quién tenía un estatus más alto.

Historia de la etiqueta

La etiqueta se empieza a aprender desde pequeños, en casa con la familia y en la escuela. Más tarde, estas normas se enseñaban en lugares más formales, a los que antes solo podían ir las personas de clases sociales más altas. A lo largo de la historia, muchos pensadores han hablado sobre la importancia de tener reglas de comportamiento social.

Primeras ideas sobre el buen comportamiento

Hace mucho tiempo, alrededor del año 3000 a. C., un sabio egipcio llamado Ptahhotep escribió un libro llamado Las máximas de Ptahhotep. Este libro estaba lleno de consejos y proverbios que enseñaban valores importantes como la honestidad, el control de uno mismo y el respeto hacia los demás. Por ejemplo, Ptahhotep aconsejaba: "No esparzas chismes en tu vecindario, porque las personas prefieren el silencio".

En China, Confucio (551-479 a. C.) fue un maestro y filósofo muy importante. Su filosofía destacaba la importancia de la moral personal, las buenas relaciones sociales, la justicia y la sinceridad.

La etiqueta en la corte de Luis XIV

Archivo:Zuidgevel Corps de logis rond 1675 Anonieme schilder
Luis XIV creó un sistema elaborado de etiqueta que se seguía en el Palacio de Versalles.

Luis XIV, quien vivió de 1638 a 1718, transformó una casa de caza en Versalles en uno de los palacios más grandes del mundo. En 1682, se mudó allí oficialmente con su corte y su gobierno. En este lugar, impresionaba a los nobles y a los visitantes extranjeros con grandes fiestas, ceremonias y un sistema muy detallado de etiqueta. Esto le ayudaba a mostrar su poder y su importancia.

La amabilidad y la cortesía

Archivo:Joseph Highmore - A Club of Gentlemen - Google Art Project
Los clubes de caballeros tenían miembros que debían cumplir con altos estándares de cortesía. La pintura El club de los caballeros, de Joseph Highmore, alrededor de 1730.

Durante la Ilustración, un periodo de grandes cambios en el pensamiento, las normas de comportamiento cortés se volvieron un símbolo de la clase alta. La clase media, conocida como la burguesía, intentaba imitar a la élite, adoptando sus gustos artísticos y sus formas de actuar. Se preocupaban mucho por seguir las reglas de etiqueta, como saber cuándo mostrar emociones, cómo vestirse con elegancia y cómo ser corteses, especialmente con las mujeres.

Un filósofo llamado Lord Shaftesbury escribió sobre la cortesía, definiéndola como el arte de ser agradable en compañía. La amabilidad se puede ver como la habilidad de usar nuestras palabras y acciones de forma inteligente para que los demás tengan una buena opinión de nosotros y de sí mismos.

Periódicos como The Spectator, fundado en 1711 por Joseph Addison y Richard Steele, daban consejos a sus lectores sobre cómo ser un caballero educado. Querían que la filosofía saliera de los libros y llegara a la vida diaria, a los clubes, las reuniones y los cafés. Ofrecían temas de conversación interesantes y consejos para interactuar de forma cortés.

El concepto de civismo, que se refiere a una interacción social donde se valora el debate tranquilo y razonado, también se volvió importante para las "clases educadas". Clubes de caballeros, como el Harrington Rota Club, establecieron reglas de conducta y etiqueta. Algunos periódicos, como The Tatler y The Spectator, buscaban mejorar las costumbres y la moral de la sociedad.

Archivo:Philip Dormer Stanhope, 4th Earl of Chesterfield by William Hoare
Philip Stanhope, cuarto conde de Chesterfield. Él usó la palabra etiquette con su significado moderno a mediados del siglo XVIII. Pintura de William Hoare.

Fue Philip Stanhope, el cuarto conde de Chesterfield, quien usó por primera vez la palabra "etiqueta" con el significado que le damos hoy. Lo hizo en cartas que le escribía a su hijo, enseñándole cómo convertirse en un hombre de mundo y un caballero. Estas cartas, escritas entre 1737 y 1768, se publicaron en 1774. Chesterfield creía que dominar la etiqueta era muy importante para el progreso social.

En la época victoriana, la etiqueta se volvió un sistema muy complejo de reglas que controlaban casi todo: desde cómo escribir cartas hasta cómo usar los cubiertos. También regulaba con mucho detalle cómo interactuar con personas de diferentes clases sociales y géneros.

Modales

Archivo:High-Change-in-Bond-Street-Gillray
En Gran cambio en Bond Street,—o—la Politesse du Grande Monde (1796), James Gillray hizo una caricatura de la falta de etiquette en un grupo de hombres que miraban a una mujer.

Los modales son comportamientos que se consideran "buenos" o "malos" según lo que la sociedad acepta. Cada cultura tiene sus propias costumbres, aunque muchas son parecidas en diferentes lugares. Los modales son parte de las normas sociales que se aplican de forma informal, a través de cómo nos controlamos a nosotros mismos y cómo la sociedad nos observa. Nos ayudan a convivir mejor al fomentar el autocontrol en nuestras acciones diarias.

Cómo ven los modales los expertos

El sociólogo Norbert Elias explicó que los modales surgieron de la vida en grupo y ayudan a mantener el orden social. Él pensaba que los modales se hicieron más comunes durante el Renacimiento, cuando se desarrollaron los estados absolutos. Para Elias, los modales en la corte inglesa estaban muy relacionados con el estatus social. Demostraban la posición de una persona en la sociedad y cómo podía mejorarla.

Otros expertos, Petersen y Lupton, dicen que los modales ayudaron a unir la vida pública y privada. Hicieron que las personas se preocuparan por cómo se comportaban en público, ya que esto mostraba su posición social. Así, los modales no solo mostraban el estatus, sino que también ayudaban a mantener las diferencias entre clases sociales.

La idea de "habitus" del sociólogo Pierre Bourdieu también nos ayuda a entender los modales. El "habitus" es un conjunto de "disposiciones" que no son ni totalmente elegidas por nosotros ni totalmente impuestas por el ambiente. Funcionan a un nivel subconsciente y se aprenden a través de la experiencia y la enseñanza. Los modales, desde este punto de vista, son una parte clave de estas "disposiciones" que nos guían para tomar decisiones de comportamiento que son aceptadas socialmente.

La visión de los antropólogos

Los antropólogos estudian las diferencias culturales y las distintas formas de ver el mundo. Teóricos como Mary Douglas han dicho que cada cultura tiene sus propias costumbres, comportamientos y rituales. Esto ayuda a mantener el orden y a evitar cosas que puedan "contaminar" o desordenar la sociedad. Ella sugiere que las ideas de contaminación y asco están ligadas a los límites de lo que es socialmente aceptable, para mantener las reglas que controlan nuestra experiencia.

La perspectiva biológica y evolutiva

La biología evolutiva busca el origen del comportamiento y la razón detrás de él. Charles Darwin notó que las expresiones faciales de asco, vergüenza y otras emociones complejas son muy parecidas en todas las culturas. Al ver el mismo comportamiento en niños pequeños y personas ciegas, concluyó que estas respuestas no se aprenden, sino que son innatas.

Según Val Curtis, el desarrollo de estas respuestas fue junto con el desarrollo de los modales. Para Curtis, los modales tienen un papel evolutivo en la prevención de enfermedades. Esto significa que las personas que eran limpias y amables con los demás tenían más posibilidades de beneficiarse de vivir en grupo, lo que aumentaba sus posibilidades de sobrevivir y reproducirse.

Catalina Cantrell y Steven Neuberg exploran cómo nuestras reacciones al "ser ajenos" pueden ayudar a mantener las costumbres y normas. Sugieren que la falta de familiaridad que sentimos al interactuar con grupos culturales diferentes por primera vez puede tener una función evolutiva. Vivir en grupos implica el riesgo de que otros miembros puedan causar daño, contagiar enfermedades o aprovecharse del esfuerzo del grupo. Para que la vida en grupo sea beneficiosa, los miembros deben estar atentos a las características o comportamientos de los demás.

Por lo tanto, se puede confiar en las personas que tienen rasgos similares a los del grupo, mientras que las que no, pueden ser vistas como "otros" y tratadas con sospecha o incluso excluidas. Curtis argumenta que la presión de vivir en comunidad llevó a que las personas fueran rechazadas del grupo por falta de higiene o por no cooperar. Esto hizo que la gente evitara acciones que pudieran causar vergüenza o ser desagradables.

Joseph Henrik y Robert Boyd desarrollaron un modelo para explicar este proceso. Dicen que la selección natural ha favorecido mecanismos de aprendizaje que aumentan las posibilidades de una persona de adoptar comportamientos aceptados localmente. Su idea es que los humanos tienen una forma de pensar que nos impulsa a castigar a quienes no siguen las normas del grupo y a castigar a quienes no castigan a los que rompen las normas. Desde este punto de vista, los modales son una forma de evitar comportamientos no deseados y fomentar los beneficios de la cooperación en grupo.

Tipos de modales

Curtis también divide los modales en tres categorías: higiene, cortesía y normas culturales. Cada una explica el papel que los modales tienen en la sociedad. Estas categorías se basan en el resultado de los modales, y un comportamiento puede encajar en dos o más categorías.

  • Modales de higiene: Son los modales que ayudan a evitar la transmisión de enfermedades. Se suelen enseñar desde muy pequeños, principalmente por los padres, para que los niños aprendan a controlar sus fluidos corporales (como ir al baño) y a evitar o eliminar cosas que puedan causar enfermedades. Se espera que, al crecer, los modales de higiene se vuelvan algo natural. Por ejemplo, no seguir estas reglas puede causar asco en los demás.
  • Modales de cortesía: Demuestran que somos capaces de poner los intereses de los demás antes que los nuestros. Ayudan a que la vida en grupo sea mejor al regular cómo interactuamos socialmente. A veces, para ser cortés, podemos incluso dejar de lado un poco las reglas de higiene. Se pueden enseñar igual que los modales de higiene, pero también se aprenden observando a los demás o pensando en cómo actuar. Aprender modales de cortesía puede ocurrir a una edad más avanzada, ya que se necesita tener cierta comunicación y conciencia de uno mismo y de la posición social. Por ejemplo, no ser cortés suele causar desaprobación social.
  • Modales de normas culturales: Suelen mostrar la identidad de una persona dentro de un grupo social o cultural específico. Seguir las costumbres culturales ayuda a definir quién pertenece al grupo y quién es "el otro". Los modales de normas culturales se aprenden en la vida diaria, al ver lo que es familiar y al estar expuesto a lo diferente. Estas normas varían mucho entre diferentes grupos, pero son comunes para todos los que se identifican con una identidad de grupo. Dependen mucho del momento y el lugar en que se encuentre la persona en esa sociedad.

Las reglas de etiqueta cubren la mayoría de las interacciones sociales, aunque la palabra "etiqueta" no se use siempre. Una regla de etiqueta puede reflejar un código de valores o simplemente los modales de una persona. Las reglas de etiqueta generalmente no están escritas, pero a veces se han recopilado en libros.

Libros sobre modales

Erasmo de Róterdam publicó su libro Sobre los buenos modales para los jóvenes en 1530. En él, aconsejaba a los jóvenes sobre cómo evitar la inquietud, el bostezo, las peleas y los arañazos. Destacaba que un principio fundamental de los modales es la capacidad de "ignorar fácilmente los defectos de los demás, pero no fallar uno mismo".

Desde entonces, muchos autores han escrito libros sobre modales o guías de etiqueta. Una de las más famosas fue Emily Post, quien empezó a escribir sobre etiqueta en 1922. Su trabajo no solo describía cómo comportarse en el día a día, sino que también daba consejos para eventos importantes como bautizos, bodas y funerales. Más tarde, fundó un instituto sobre buenas costumbres. Las ediciones más recientes de su libro ofrecen consejos sobre temas modernos, como cuándo es aceptable eliminar a alguien de Facebook o quién tiene derecho a apoyar los brazos en un avión. Libros de etiqueta como los de Emily Post, Amy Vanderbilt, Hartley, Judith Martin y Sandi Toksvig han sugerido comportamientos para muchas situaciones sociales. Sin embargo, para tener buenos modales, no basta con leer estos libros, sino que hay que saber aplicarlos de forma natural en cualquier situación.

Etiqueta en los negocios

La etiqueta en una empresa es el conjunto de reglas, escritas y no escritas, que hacen que las interacciones en el trabajo funcionen mejor. La etiqueta de oficina se aplica a cómo interactúan los compañeros de trabajo entre sí, sin incluir a clientes o proveedores.

Estas reglas a menudo se extienden a toda una industria. Por ejemplo, en 2005, el 49% de los reclutadores encuestados por la Asociación de Universidades Americanas dijeron que un traje no tradicional influiría mucho en su decisión al considerar a un candidato para un puesto.

La etiqueta en los negocios puede variar mucho según el país y su cultura. Por ejemplo, una diferencia importante entre China y Occidente es cómo evitan los conflictos. Las empresas chinas prefieren manejar las relaciones para evitar problemas, mientras que en Occidente, la solución de conflictos se deja a la interpretación de la ley a través de contratos y abogados.

Adaptarse a la etiqueta de otros países es muy importante para evitar el choque cultural. Por eso existen manuales y recursos, como instituciones empresariales y de diplomacia en algunos países.

En 2011, expertos en etiqueta y un grupo empresarial internacional crearon una organización sin fines de lucro llamada Litti. Su objetivo era ayudar a las empresas multinacionales a medir las habilidades de etiqueta de los posibles empleados durante el proceso de contratación, estandarizando la evaluación de la etiqueta, de forma similar a lo que hace la Organización Internacional de Normalización para los procesos industriales.

Diferencias culturales en la etiqueta

Como vemos, la etiqueta depende mucho de la cultura. Lo que es normal en una sociedad puede sorprender a otra. La etiqueta no es algo fijo, sino que evoluciona dentro de cada cultura. El pintor holandés Andries Both muestra que buscar piojos (ver imagen) era una actividad de aseo común en la Alta Edad Media, incluso una forma de fortalecer la relación entre dos personas: una arreglaba a la otra. Para 1630, esto se había convertido en una actividad más rural. El pintor lo muestra de forma natural, sin el desprecio que este tema habría recibido en una pintura del siglo XIX.

La etiqueta puede variar mucho entre diferentes culturas y naciones. Por ejemplo, en la cultura hausa, estar de pie mientras se come puede ser visto como algo ofensivo. Además, insultar al anfitrión muestra falta de respeto por la comida y se conoce como "comer con el diablo". En China, una persona que toma el último trozo de comida de un plato común sin ofrecerlo antes a los demás en la mesa puede ser vista como alguien glotón que insulta la generosidad del anfitrión. Tradicionalmente, si los invitados no dejan restos de comida al final de una comida, es una deshonra para el anfitrión. En Estados Unidos, se espera que un invitado se coma toda la comida que se le sirve, como un cumplido a la calidad de la cocina. Sin embargo, todavía se considera de buena educación ofrecer comida de un plato común a los demás en la mesa.

En culturas con jerarquías estrictas como Corea y Japón, el alcohol ayuda a relajar las barreras sociales entre las clases, permitiendo un toque de informalidad. Es tradicional que el anfitrión y el invitado se sirvan las copas mutuamente y se animen a beber. Para alguien que no bebe alcohol (excepto por razones religiosas) puede ser difícil evitar este ritual social.

La etiqueta es un tema que ha interesado a escritores y pensadores de todas las sociedades complejas durante miles de años. Desde un código de conducta de Ptahhotep, un visir del Antiguo Egipto (alrededor de 2414-2375 a. C.), hasta hoy. Todas las civilizaciones antiguas conocidas, como Grecia y Roma, desarrollaron reglas para el comportamiento social adecuado. Confucio incluyó reglas para comer y hablar junto con sus ideas filosóficas.

Las ideas modernas sobre cómo se comporta un caballero se recopilaron en el siglo XVI en un libro de Baldassare Castiglione llamado Il Cortegiano ('El Cortesano'). Sus reglas para la corte de Urbino se mantuvieron importantes hasta la Primera Guerra Mundial. Luis XIV de Francia estableció una ceremonia de corte muy elaborada y estricta, que lo diferenciaba de la alta burguesía. Un libro importante sobre etiqueta es Il Galateo, de Giovanni della Casa; de hecho, en italiano, la etiqueta a menudo se llama galateo.

En las colonias americanas, Benjamin Franklin y George Washington escribieron códigos de conducta para jóvenes caballeros. La gran popularidad de las columnas de consejos y los libros de Letitia Baldrige y Miss Modales muestran que este tema sigue siendo importante. Más recientemente, el auge de Internet ha hecho necesario adaptar las normas de conducta existentes para crear la netiqueta, que regula cómo escribir correos electrónicos, las reglas para participar en foros en línea, y así sucesivamente.

En Alemania, muchos libros sobre etiqueta, especialmente sobre cómo comer o vestir, se llaman Knigge, en honor a Adolph von Knigge, quien escribió el libro Über den Umgang mit Menschen ('Sobre las relaciones humanas') a finales del siglo XVIII. Aunque este libro trata sobre buenos modales y el estado social de su tiempo, no es solo sobre etiqueta.

La etiqueta puede usarse como una herramienta social. Adoptar los gestos superficiales de un grupo para mejorar la posición social, aparentando preocupación por los demás, es considerado por muchos una forma de esnobismo, sin verdadera virtud.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Etiquette Facts for Kids

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Etiqueta (código) para Niños. Enciclopedia Kiddle.