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Cortes de Ocaña de 1469 para niños

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Datos para niños
Cortes de Ocaña
Escudo de la Corona de Castilla.svg
Escudo de la Corona de Castilla
Localización
País Castilla
Información general
Término 28 de abril de 1469
Tipo Cortes extraordinarias
Límite Hasta el fin de las Cortes
Inicio de sesiones 15 de marzo de 1469
Salario Variable fijado por los territorios más sobornos dados por el rey
Liderazgo
Enrique IV de Castilla
Composición
Miembros 24 procuradores, de los 12 de 18 territorios llamados a Cortes que los enviaron
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Grupos representados      Territorios ausentes: 5      Territorios que retrasaron el envío de representantes o apenas asistieron: 3      Territorios presentes: 10
Sucesión
Cortes de Madrid de 1467
(Tratado de los Toros de Guisando)
Cortes de Ocaña Cortes de Santa María la Real de Nieva de 1473
(Ceremonia de la Val de Lozoya)

Las Cortes de Ocaña de 1469 fueron una importante reunión de representantes del reino de Castilla. Se llevaron a cabo en la ciudad de Ocaña a principios de 1469. El rey Enrique IV de Castilla las convocó.

El objetivo principal de estas Cortes era que su hermana, Isabel de Castilla, fuera reconocida como la futura heredera al trono. También buscaban acordar cambios para mejorar el reino. Además, como era costumbre, se debía aprobar un "servicio" (un impuesto) para el rey. No todas las ciudades con derecho a voto enviaron a sus representantes. Algunas incluso tardaron mucho en hacerlo.

Entre los temas más importantes que se discutieron, se encontraban:

  • Anular algunos regalos o privilegios que el rey había dado a la nobleza.
  • Reformar el sistema de dinero, impuestos y justicia.
  • Decidir quién ocuparía los puestos importantes en el gobierno.
  • Mejorar las relaciones con Francia.
  • Asegurar que el dinero de los impuestos se usara correctamente.

¿Por qué se convocaron las Cortes de Ocaña?

El rey Enrique IV convocó estas Cortes el 24 de septiembre de 1468. Lo hizo desde Casarrubios del Monte. En la carta que envió a las ciudades, el rey explicó dos razones principales para esta reunión.

Primero, quería que su hermana Isabel fuera oficialmente jurada como la próxima en la línea de sucesión al trono. Segundo, buscaba la paz en el reino y acordar las reformas necesarias. El rey pidió que las ciudades enviaran a los mismos representantes que habían estado en las Cortes de Segovia de 1466. Creía que el trabajo de esas Cortes no se había terminado.

Desafíos y ausencias en las Cortes

La reunión de las Cortes de 1469 tuvo varias dificultades. Algunas ciudades no enviaron a sus representantes o lo hicieron con mucho retraso.

¿Por qué algunas ciudades no enviaron representantes?

Las ciudades de Sevilla, Córdoba, Jaén y Murcia no enviaron representantes. Esto se debía a que apoyaban a Alfonso de Castilla, otro candidato al trono. No estaban de acuerdo con el pacto que se había hecho en los Toros de Guisando.

La ciudad de Guadalajara también se ausentó. Ellos apoyaban a Juana la Beltraneja, quien también quería ser la heredera. Isabel, la que iba a ser jurada en estas Cortes, era su rival.

Peticiones de los representantes

El 15 de marzo de 1469, los representantes reunidos en Ocaña presentaron una serie de peticiones al rey.

Primeras solicitudes importantes

Los representantes pidieron al rey que no regalara más tierras, ingresos o vasallos del patrimonio real. Argumentaron que el reino ya estaba muy empobrecido. Esta petición se basaba en un juramento que había hecho el rey Juan II de Castilla en 1442, y que Enrique IV también había prometido respetar.

Los representantes le recordaron al rey que debía cumplir su promesa. Advirtieron que, si no lo hacía, los reinos usarían todos los medios posibles para proteger el poder de la Corona. También criticaron que el rey hubiera dado tantos privilegios, diciendo que "muchos pequeños se han hecho grandes, y muchos grandes se han hecho mayores".

El rey Enrique IV se negó a leer el documento en ese momento. Dijo que lo revisaría más tarde. Dos días después, los representantes se reunieron con la princesa Isabel. Ella leyó el documento y prometió que haría todo lo posible para que su hermano, el rey, cumpliera las peticiones.

Cuaderno de Cortes: Peticiones detalladas

El 10 de abril de 1469, se redactó un documento con 30 peticiones. Estas se agruparon en varios temas:

Anulación de privilegios

Los representantes pidieron al rey que no hiciera más regalos de vasallos. También solicitaron que se anularan los que se habían dado después de 1464. Creían que esto causaba la pérdida de libertad de los ciudadanos. Incluso pidieron que las ciudades que habían sido entregadas a la nobleza pudieran levantarse en armas contra sus nuevos señores.

El rey respondió que, aunque entendía las peticiones, no podía cumplirlas. Dijo que hacerlo causaría más problemas que la guerra civil que ya habían vivido.

También se pidió anular otros tipos de privilegios, como los dados a personas, iglesias o conventos. Se mencionaron pagos fijos y rentas de por vida. Los representantes decían que estos gastos eran enormes para el Estado y debían eliminarse. El rey se negó de nuevo.

Se solicitó anular privilegios dados durante la guerra civil, como títulos de nobleza o permisos para ferias sin impuestos. En este punto, las Cortes lograron que se aceptaran algunas cosas, pero no todas.

Ingresos del reino

Los representantes se preocuparon por las personas que perdían sus ingresos o veían cómo disminuían. Esto ocurría porque la Corona tenía problemas de dinero. El rey Enrique IV reconoció que sus ingresos estaban muy bajos, pero prometió buscar una solución.

También se quejaron de que no se pagaba a tiempo a los castillos de la frontera. Estos castillos siempre carecían de provisiones y del sueldo de sus trabajadores.

Además, los representantes denunciaron que el rey seguía cobrando un impuesto sobre el ganado, incluso en zonas que antes estaban exentas. Esto perjudicaba a los dueños de los animales.

La Hermandad

Para saber qué había pasado con el dinero de la Hermandad (una organización para mantener el orden), se pidió crear una comisión. Esta comisión, con dos miembros del Consejo Real, revisaría las cuentas del tesorero de la Hermandad.

Orden y seguridad

Los representantes denunciaron abusos de la guardia real y de señores poderosos. También mencionaron que el conde de Salinas se había apoderado de las villas de Pancorbo y Miranda de Ebro, que pertenecían a Burgos. Pidieron al rey que revisara estos problemas y ofreciera soluciones.

Finanzas del reino

Los representantes pidieron que los encargados de recaudar impuestos presentaran sus cuentas. Creían que retenían grandes sumas de dinero. Sugirieron que se hiciera una lista detallada de quién había estado a cargo de cada impuesto hasta 1468.

También solicitaron anular los documentos de "finiquito" que el rey había dado durante la guerra civil. Con estos documentos, el rey había aceptado recibir menos dinero del que le correspondía, debido a sus urgentes necesidades.

El rey Enrique IV aceptó ambas peticiones. En el caso de los finiquitos, ordenó que se descontaran los gastos que habían tenido quienes los recibieron.

Las Cortes y el dinero del reino

Los representantes mostraron su desconfianza sobre cómo se usaba el dinero de los "servicios de Cortes" (impuestos). Creían que el dinero ayudaba más a los deseos de algunas personas que a las necesidades del rey.

Propusieron elegir un grupo permanente de representantes para vigilar el destino de los fondos. El rey Enrique IV aprobó esta idea. Prometió usar bien el dinero y que ninguna orden de recaudación se emitiría sin la firma de este grupo.

La moneda

Los representantes dijeron que el problema del dinero era muy urgente. Afectaba a todos y era la causa del desorden económico.

Propusieron varias medidas:

  • Encargar a una persona importante que reuniera a los mejores expertos en moneda del reino.
  • Acuñar suficiente moneda.
  • Igualar el valor de las monedas pequeñas con las grandes.
  • Respetar las reglas para acuñar moneda, establecidas por las Cortes.
  • Castigar a quienes no cumplieran las normas.
  • Pedir al papa permiso para imponer castigos religiosos.
  • Exigir a los miembros del Consejo Real que juraran cumplir lo acordado.

La justicia real

Los representantes pidieron una reforma para que dos o tres de ellos pudieran participar, junto con el Consejo Real, en la elección de los jueces principales de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid. El rey Enrique IV aprobó esta petición. Dijo que, mientras no hubiera otros fondos, se les pagaría con el dinero de los servicios de Cortes.

Confirmación de leyes antiguas

Se pidió al rey que publicara las leyes acordadas en las Cortes de Salamanca de 1465. La guerra civil había retrasado esto, y los jueces no sabían si aplicarlas.

El Consejo de Justicia

Los representantes recordaron al rey sus deberes. Dijeron que el trabajo del rey es gobernar bien y hacer justicia. Explicaron que la justicia real estaba decayendo por la mala elección de los funcionarios y la falta de pago. Pidieron una reforma para que la institución funcionara bien. El rey aprobó la medida y confió el nombramiento de los funcionarios a dos importantes líderes religiosos.

Otros asuntos de justicia

Se pidieron controles sobre las "cartas reales" que causaban problemas a los ciudadanos. También se solicitó al rey que dejara de vender documentos en blanco con su firma, ya que esto dañaba su imagen. Sin embargo, esta última petición no tuvo respuesta del rey.

Puestos públicos

Las Cortes de Ocaña hicieron varias peticiones sobre los puestos públicos:

  • Frenar el aumento de contadores de Hacienda, de monederos y de escribanos.
  • Prohibir a los judíos ocupar puestos de recaudación de impuestos reales.
  • Acabar con los problemas causados por la compra-venta de puestos como escribano o alguacil. Pidieron una comisión mixta para intervenir.

Relaciones con otros países: Francia

Una de las últimas peticiones fue revisar las relaciones de Castilla con otros países. Se propuso dejar de lado la alianza con Inglaterra y restablecer las buenas relaciones con el reino francés.

Promesa de los nobles a los representantes

El 25 de abril, importantes nobles como Juan Pacheco, el conde de Haro, el arzobispo de Sevilla y el obispo de Sigüenza firmaron un documento. En él, garantizaban que todo lo acordado en las Cortes se cumpliría. Se hacían responsables de las decisiones del rey.

El documento tenía seis puntos. El primero decía que el rey respondería a todas las peticiones. También nombraría a las personas que harían cumplir las propuestas. Se fijó un plazo de diez días para esto.

En segundo y tercer lugar, los representantes quedaron satisfechos con los temas del dinero y la justicia. En cuarto lugar, el rey (a través de los nobles) prometió respetar los acuerdos sobre los impuestos.

En el quinto punto, los representantes se aseguraron de recibir los documentos necesarios para cobrar sus pagos. Finalmente, en el sexto punto, los nobles se comprometieron a pagarles todas las cantidades solicitadas en un plazo de diez días.

Otras normas internas

Archivo:Iglesia Parroquial San Juan Bautista Ocaña
Iglesia de San Juan, donde se reunieron los procuradores el 26 de abril para redactar las ordenanzas y posteriormente, crear la diputación permanente

El 26 de abril, los propios representantes de las Cortes se reunieron en la iglesia de San Juan Bautista. Allí redactaron una serie de normas que se convirtieron en leyes:

  • Los representantes ausentes no recibirían los beneficios económicos de su cargo.
  • No se aceptaría a ningún representante de una ciudad sin derecho a estar en las Cortes.
  • Los pagos recibidos por un representante en su lugar de origen tendrían preferencia sobre cualquier otro pago.
  • Juan Díaz de Alcocer sería el escribano de las Cortes de por vida.

Aprobación del "servicio" (impuesto)

Finalmente, el 28 de abril, todos los representantes firmaron la aprobación del "servicio" para el rey. Este impuesto ascendió a 93 millones de maravedís. En realidad, eran 87 millones que no se habían podido cobrar de las Cortes de Salamanca de 1465, más otros 6 millones por la diferencia en el valor de la moneda y otras necesidades (como el pago a la princesa Isabel).

La recaudación de estos 6 millones se dividió en dos años. El servicio total se dividió en dos partes iguales. La primera parte se cobraría a partir de esas Cortes. La segunda parte solo se cobraría en noviembre de 1469, si el grupo permanente de representantes consideraba que la primera parte se había usado correctamente. Mientras tanto, el arzobispo de Sevilla guardaría el dinero.

Los plazos para cobrar la primera parte del impuesto fueron: 46.5 millones de maravedís en dos pagos, el primero a finales de junio y el segundo a finales de agosto de 1469. Los plazos para la segunda parte se fijarían en noviembre.

Los representantes pidieron que sus salarios se cobraran del dinero del primer año (1469). Solicitaron una suma de 4.100.000 maravedís. También pidieron nombrar a dos tesoreros entre ellos para recibir el dinero de todo el reino. Otras medidas propuestas fueron:

  • Que el reino de Galicia contribuyera con lo que le correspondía.
  • Que las cartas que informaban a cada lugar cuánto debían aportar fueran firmadas por los miembros del Consejo, los contadores y dos representantes elegidos por los demás.

El cumplimiento de todas estas normas estaría a cargo de unos representantes que vivirían en la Corte. Ellos formaron la "diputación permanente". Este organismo se creó en la iglesia de San Juan y estuvo compuesto por Iñigo de Arceo, Alfonso de Deza, Rodrigo de Valderrábano y Pedro de Ayala.

Representantes presentes

Como era costumbre, los representantes recibieron regalos y pagos del rey. Para esto se necesitaron 4.100.000 maravedís. Muchos representantes recibieron hasta 200.000 maravedís.

Aquí tienes una lista de algunos de los representantes:

Por Burgos:

  • Iñigo Díaz de Arceo
  • Antonio Sarmiento

Por León:

  • Juan de Villamizar
  • Gonzálo de Villafañe

Por Zamora:

  • Francisco de Valdés
  • Alfonso de Valencia.

Por Toro:

  • Rodrigo de Ulloa
  • Alfonso de Deza.

Por Salamanca:

  • Antón Núñez
  • Rodrigo Maldonado.

Por Segovia:

  • Alfon González de la Hoz
  • Rodrigo del Río.

Por Ávila:

  • Álvaro de Bracamonte
  • Rodrigo de Valderrábano.

Por Soria:

  • Rodrigo de Morales
  • Gonzalo de Molina.

Por Valladolid:

  • García López
  • Pedro Daza.

Por Cuenca:

  • Alfonso Cabrera
  • Rodrigo de Torres.

Por Madrid:

  • Pedro Núñez de Toledo
  • Pedro de Ayala.

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Ver también

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