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Concierto para violín (Mendelssohn) para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Mendelssohn Bartholdy
Retrato de Mendelssohn, 1839.

El Concierto para violín en mi menor, Op. 64 es el último concierto del compositor alemán Felix Mendelssohn. Forma una importante parte del repertorio de violín y es uno de los conciertos para ese instrumento más populares y más interpretados de todos los tiempos. Una interpretación estándar tiene una duración de casi media hora.

Mendelssohn originalmente prometió un concierto para violín en 1838 a Ferdinand David, un amigo cercano que era un consumado violinista. Sin embargo, la obra tardó seis años en completarse y no fue estrenada hasta el año siguiente, en 1845. Durante este tiempo, Mendelssohn se carteó con regularidad con David, en busca de consejos para el concierto. La obra es uno de los primeros conciertos para violín del Romanticismo e influyó en las obras de varios compositores. A pesar de que el concierto consta de tres movimientos en la estructura típica rápido-lento-rápido y cada movimiento sigue la forma tradicional, la obra era innovadora e incluía características nuevas para la época. Como aspectos distintivos se destacan la entrada inmediata del violín al comienzo y el enlace entre movimientos sin solución de continuidad.

La obra fue inicialmente bien recibida y pronto fue considerada como uno de los conciertos para violín más grandes de todos los tiempos. Sigue siendo popular y se ha forjado la reputación de ser esencial su dominio para todos los virtuosos del violín; normalmente es uno de los primeros conciertos románticos que se aprenden. Varios violinistas profesionales lo han grabado y se interpreta con regularidad en salas de concierto así como en competiciones de música clásica.

Historia

Archivo:Ferdinand david
Ferdinand David, el violinista que estrenó el concierto y cuya colaboración fue esencial para la creación de esta obra.

Tras su nombramiento en 1835 como director principal de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, Mendelssohn eligió a su amigo de la infancia Ferdinand David como concertino de la orquesta. Los orígenes de la obra proceden de la colaboración entre ambos. En una carta fechada del 30 de julio de 1838, Mendelssohn le escribió a David:

«Me gustaría escribir un concierto para violín para ti el próximo invierno. Tengo uno en mi menor rondándome por la cabeza, cuyo comienzo no me deja en paz».

El concierto tardó seis años en completarse. Varios posibles motivos justifican el retraso, entre ellos las propias dudas del compositor, el tiempo empleado en componer su tercera sinfonía y el infeliz periodo en Berlín tras la solicitud del Rey Federico Guillermo IV de Prusia. Sin embargo, durante este periodo, Mendelssohn se carteó con regularidad con David, en busca de consejos para el concierto. Además, este concierto para violín fue el primero de los muchos que serían compuestos con la colaboración de un violinista profesional e influenciaría las colaboraciones futuras. La partitura autógrafa tiene la fecha del 16 de septiembre de 1844, pero Mendelssohn todavía necesitaría los consejos de David hasta su estreno. El estreno tuvo lugar en la Gewandhaus de Leipzig el 13 de marzo de 1845, interpretado por David y con la Orquesta de la Gewandhaus bajo la batuta del compositor danés Niels Gade, ya que Mendelssohn se encontraba demasiado débil. Sin embargo, el 23 de octubre del mismo año se volvió a interpretar el concierto con un gran éxito, dirigido esta vez por el propio Mendelssohn e interpretada de nuevo por David.

El concierto fue interpretado otra vez el 3 de octubre de 1847 por el joven Joseph Joachim, violinista húngaro y protegido de Mendelssohn, que se hizo famoso sobre todo por la interpretación del Concierto en re mayor de Beethoven en el memorable concierto del 27 de mayo de 1844 que tuvo lugar en Londres.

Legado

El concierto para violín de Mendelssohn influyó en los conciertos de varios compositores, que usarían características del mismo para sus propios conciertos. Es por ello que el concierto ha sido considerado como uno de los más plagiados de todos los tiempos.

Por ejemplo, la inusual disposición de la cadenza inspiraría a los conciertos para violín de Chaikovsky, en los cuales la cadenza también está dispuesta antes de la recapitulación, y Sibelius en el que la cadenza sirve para extender la sección del desarrollo. Tras este concierto, sería muy difícil encontrar un compositor que dejara la cadenza sin escribir para dejar al solista improvisar, como ocurría en la época de Mozart y Beethoven. El enlace de los tres movimientos también se incluiría en otros conciertos, como por ejemplo el Concierto para piano n.º 2 de Liszt.

El concierto tuvo un éxito inmediato, con una calurosa acogida el día de su estreno y bien recibido por los críticos contemporáneos. Hacia finales del siglo XIX, la pieza todavía era considerada como uno de los conciertos para violín más grandiosos del repertorio. Se convertiría en una de las piezas más populares de Mendelssohn y todavía sigue interpretándose a menudo, a pesar de que el interés por su música haya declinado a principios del siglo XX. En 1906, un año antes de su muerte, el célebre violinista Joseph Joachim dijo lo siguiente en su fiesta de 75 aniversario:

Los alemanes tienen cuatro conciertos para violín. El más grande, más intransigente es el de Beethoven. El de Brahms compite con él en seriedad. El más rico y seductor fue escrito por Max Bruch. Pero el más profundo, la joya del corazón, es el de Mendelssohn.

Joachim, que fue pupilo de Ferdinand David y protegido de Mendelssohn dio una de las primeras interpretaciones del concierto con tan solo doce años. También Bruch y Brahms le dedicaron sus conciertos para violín a Joachim; incluso Brahms le permitió escribir su propia cadenza, cosa no habitual en la época.

La obra se ha forjado la reputación de ser esencial su dominio para todos los virtuosos del violín. Esto ha convertido el concierto en algo omnipresente en la discografía de cualquier violinista de renombre, incluso para aquellos que solo estaban en activo en los comienzos del sonido grabado y de los que pocas grabaciones existen, como Eugène Ysaÿe. El concierto sigue siendo todo un desafío técnicamente y es considerado en general igual de difícil que muchos otros de sus homólogos.

Mendelssohn también escribió un concierto para violín y cuerdas en 1822, cuya primera interpretación tuvo lugar en 1952 por Yehudi Menuhin.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Violin Concerto (Mendelssohn) Facts for Kids

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Concierto para violín (Mendelssohn) para Niños. Enciclopedia Kiddle.