Casa Real de la Fuenfría para niños
El Convento de Casarás es un conjunto de edificios antiguos, hoy en ruinas, que se encuentran en el corazón de la Sierra de Guadarrama, en el Real Sitio de San Ildefonso, en la provincia de Segovia, España. Está cerca de caminos históricos como el Cordel de Santillana y la Calzada romana de la Fuenfría.
Este lugar ha tenido varios nombres a lo largo del tiempo, como Alberguería u Hofpital de la Fuenfrida, Casa Anderaço, Alverguería de Don Gutierre, Casa Real de la Fuenfría, Casa de las Nieves o Casa de Eraso.
Su historia comenzó en el año 1166 como un lugar para dar refugio y atención a los viajeros. Más tarde, en 1565, el rey Felipe II ordenó que se construyera un hospedaje para que la realeza pudiera descansar en sus viajes. Este lugar funcionó entre 1571 y 1788, pero después de esa fecha, empezó a deteriorarse hasta convertirse en las ruinas que vemos hoy.
Datos para niños Convento de Casarás |
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Ninguna protección legal | ||
![]() Vista, durante un anochecer de 2025, de la ruinas aún conservadas
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Localización | ||
País | ![]() |
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Localidad | Valsaín | |
Ubicación | Real Sitio de San Ildefonso | |
Dirección | Cordel de Santillana y Calzada romana de la Fuenfría | |
Coordenadas | 40°48′22″N 4°03′07″O / 40.806138888889, -4.0520277777778 | |
Información general | ||
Nombres anteriores |
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Otros nombres | Convento de Casarás | |
Estado | Ruinas sin consolidar | |
Parte de | parque nacional de la Sierra de Guadarrama | |
Nombrado en honor a | Véase sección «Topónimo» | |
Construcción | 1166 | |
Remodelación | 1565 | |
Propietario | Patrimonio Nacional | |
Detalles técnicos | ||
Material | Granito y pizarra | |
Plantas | 2 | |
Diseño y construcción | ||
Arquitecto | Gaspar de Vega y Hernán García | |
Promotor | Felipe II de España | |
Contenido
¿De dónde viene el nombre "Casarás"?
El nombre Casarás se usa desde 1845. Se cree que viene de Casa de Eraso, un nombre del siglo XVI. Sin embargo, su origen es más antiguo y está relacionado con el primer nombre del albergue: Alberguería de doña Anderaço. Con el tiempo, el nombre evolucionó a Casa de Anderaço, luego a Convento de la casa de Anderaç y, finalmente, a Convento de Casarás.
Las autoridades, como la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Fomento, han confirmado que los nombres "convento" o "monasterio" son correctos. Esto se debe a que el hospital perteneció a la iglesia durante gran parte de los siglos XIV y XV.
¿Dónde se encuentra el Convento de Casarás?
Las ruinas del Convento de Casarás están en un pequeño claro dentro del Pinar de Valsaín. Se encuentra a unos 1700 metros sobre el nivel del mar, a mucha distancia de cualquier pueblo. Está en el camino que sube al Puerto de La Fuenfría desde Segovia, un punto histórico que conectaba las dos mesetas de España a través de la sierra de Guadarrama.
Las ruinas se asientan en un lugar donde se unen tres caminos antiguos: la Calzada romana de la Fuenfría, el Cordel medieval de Santillana y la Calzada Borbónica.
Historia del Convento de Casarás
Un albergue en la Edad Media
La historia de un albergue en esta zona se remonta al menos al final del siglo XII. Entre los años 1166 y 1180, un caballero de Segovia llamado Gutierre Miguel y su esposa, Anderaço de Castro, construyeron un edificio. Su propósito era dar refugio a los viajeros y a las personas necesitadas que cruzaban la sierra por el puerto.
Cuando Gutierre Miguel falleció, su esposa, Anderaço de Castro, aseguró el mantenimiento del albergue donando un molino. Esta donación fue confirmada por el rey Alfonso VIII en 1201.
El cuidado del hospital pasó de generación en generación hasta Gil García. Él fue el último en encargarse del lugar y, al morir sin hijos antes de 1314, dejó el albergue al Cabildo de la Catedral de Segovia. Es posible que, además de ser un albergue, la iglesia lo usara como un tipo de monasterio, ya que estaba en un lugar apartado de la ciudad.
La tradición de los Caballeros Templarios
Existe una tradición oral en la zona que dice que los Caballeros Templarios pudieron haber usado o compartido estas edificaciones en el siglo XIV. Se cuenta que, debido a su ubicación remota en la sierra de Guadarrama, algunos templarios pudieron haberse asentado allí. También hay leyendas que dicen que parte de las riquezas de la orden fueron escondidas en los alrededores.
A finales del siglo XV, se construyó una nueva venta (un tipo de posada) a un kilómetro de distancia. Esto sugiere que el antiguo albergue ya no estaba en buenas condiciones o se usaba solo con fines religiosos.
Un hospedaje para la realeza
Aunque a veces se confunde con el Palacio de Valsaín, el Convento de Casarás no fue de la realeza hasta el siglo XVI. En 1565, el rey Felipe II ordenó construir esta casa. El rey quería un lugar cómodo para que la realeza descansara en sus viajes al Palacio de Valsaín, evitando la posada pública.
Gaspar de Vega, un importante arquitecto real, se encargó del diseño. Las obras terminaron en 1571 y fueron realizadas por el maestro de obras Hernán García. La casa quedó bajo la supervisión de Francisco de Eraso.
La casa real funcionó hasta 1788. En ese año, se inauguró una nueva carretera que iba desde Villalba hasta el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso. Esto hizo que el antiguo camino real por el Puerto de La Fuenfría dejara de usarse, y con él, el hospedaje real fue abandonado.
El paso del tiempo y las ruinas

Durante el siglo XIX, el edificio se arruinó. En 1845, ya se le conocía como Casarás. En esa época, se mencionaba su tradición templaria y su uso como alojamiento de reyes.
La ermita que estaba junto a la casa, dedicada a Nuestra Señora de los Remedios, también se arruinó. La imagen de la virgen fue trasladada a la Iglesia de San Sebastián en Revenga.
En los años 70, Patrimonio Nacional, que es el dueño de estas ruinas, realizó excavaciones en la zona. Buscaron posibles tesoros antiguos, pero oficialmente solo encontraron una parte de la calzada romana de la Fuenfría.
Hoy en día, se han colocado paneles informativos en el lugar. Aunque dentro de las ruinas crecen pinos, aún se conservan varios muros de hasta 3 metros de altura. El arco de la entrada principal se mantiene en pie, sostenido por una reja metálica. La capilla y el depósito de nieve son ahora solo paredes en ruinas.
¿Cómo era el Convento de Casarás?
Solo tenemos una descripción de cómo era el edificio en la época real gracias a una pintura de Jusepe Leonardo de 1639.
La casa principal era un edificio rectangular de dos pisos, con detalles de granito y un tejado de pizarra. Su tejado tenía una estructura de madera muy admirada en la época por su técnica. Los detalles de su arquitectura eran similares a los del Monasterio del Escorial.
También tenía un depósito para guardar nieve, que se usaba en verano para el Palacio de Valsaín. Había una pequeña piscina cuadrada y los muros de un edificio rectangular que podrían haber sido las caballerizas.
Cerca de la casa, había una capilla dedicada a Nuestra Señora de los Remedios. Esta capilla servía para los servicios religiosos de quienes vivían en la casa. Su nombre conmemoraba la victoria en la Batalla de Lepanto, que ocurrió el mismo año en que se inauguró el complejo. En 1677, un documento menciona que un fraile de un convento de Segovia celebraba misa allí todos los domingos y días festivos entre mayo y noviembre.
Leyendas del Convento de Casarás
En la cultura local, existe una leyenda sobre las ruinas del Convento de Casarás:
Se cuenta que durante la época en que los Templarios estuvieron allí en el siglo XIV, un tesorero de la orden llamado Hugo de Marignac escondió un tesoro en el convento. Él estaba enamorado de la condesa Blanca de Torrenuño, que vivía en el Palacio de Valsaín. Para intentar conquistarla, Hugo pidió ayuda a un hechicero que vivía en la Cueva del Monje, ofreciéndole el tesoro a cambio.
Durante un ritual, Hugo hirió a una muchacha con el rostro cubierto. Después, se negó a entregar el tesoro. El hechicero le reveló entonces que la muchacha herida era la condesa. Desesperado, Hugo mató al hechicero y confirmó la muerte de Blanca. Lleno de tristeza, se quitó la vida. La leyenda dice que su fantasma aún vaga por las montañas, especialmente en días de tormenta.
Aunque algunos creen que esta leyenda fue inventada por el libro La sombra blanca de Casarás (1931) de Jesús de Aragón, la verdad es que la tradición oral sobre los templarios y las ruinas es más antigua. Ya se mencionaba en descripciones de 1845 y 1847. Es probable que el escritor añadiera algunos detalles, como el hechicero, pero la historia de una "sombra blanca" que aparece por las noches ya existía antes.
Otra leyenda, también recogida por Jesús de Aragón, dice que si alguien se atreve a pasar la noche en las ruinas del antiguo hospedaje real, amanecerá convertido en piedra.