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Campaña autonomista catalana de 1918-1919 para niños

Enciclopedia para niños

La campaña autonomista catalana de 1918-1919 fue el primer gran movimiento en Cataluña que buscó obtener más autogobierno por parte del parlamento español. Ocurrió entre noviembre de 1918 y febrero de 1919, en un momento de importantes cambios políticos en España. Fue impulsada por la Mancomunidad de Cataluña, con el apoyo de partidos importantes como la Liga Regionalista y otros grupos nacionalistas catalanes.

La Mancomunidad presentó un plan para la autonomía de Cataluña al gobierno en Madrid a finales de 1918. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada en diciembre, en medio de una fuerte campaña en contra de las ideas catalanistas, promovida por algunas provincias de Castilla. En enero de 1919, la Mancomunidad elaboró el primer proyecto de estatuto de autonomía de la historia catalana, pero también fue rechazado. La intensificación de los conflictos en Barcelona en febrero hizo que la demanda de autonomía pasara a un segundo plano. Esta campaña, según los historiadores, tuvo un gran impacto en la política española de la época.

¿Qué buscaba la campaña autonomista catalana?

Los inicios: "Por Cataluña y la España Grande"

En marzo de 1916, la Liga Regionalista publicó un importante documento llamado Per Catalunya i l'Espanya Gran (Por Cataluña y la España Grande). Este documento, escrito por Enric Prat de la Riba, señalaba que Cataluña sentía que sus características propias, como su cultura y su forma de ser, no eran tenidas en cuenta en las leyes del Estado. Esto hacía que los catalanes se sintieran como "españoles de tercera clase".

La solución que proponían era reconocer la autonomía de Cataluña. Creían que esto sería justo y conveniente, y que ayudaría a construir una España más fuerte y unida, donde todos los pueblos pudieran desarrollarse libremente.

El primer intento de llevar a cabo este plan ocurrió en 1917. El 5 de julio, Francesc Cambó, un líder importante de la Liga Regionalista, reunió en el Ayuntamiento de Barcelona a los representantes catalanes en el parlamento. Allí reafirmaron el deseo de Cataluña de ser una región autónoma. Pidieron una organización del Estado que respetara la diversidad de España, lo que, según ellos, fortalecería al país. También exigieron que el parlamento se reuniera para decidir sobre estos cambios.

El gobierno de entonces intentó presentar esta reunión como un movimiento "separatista". Finalmente, solo algunos representantes asistieron a una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona. Esta asamblea fue disuelta por orden del gobierno, y los participantes fueron detenidos brevemente. Después de una huelga general en agosto de 1917, la asamblea se reunió de nuevo en Madrid. Cambó se entrevistó con el rey Alfonso XIII, quien aceptó formar un gobierno de unidad con la participación de la Liga Regionalista. Sin embargo, este gobierno duró poco.

Al fracasar esta vía, Cambó decidió que era el momento de Cataluña. La Liga Regionalista organizó la campaña para la "autonomía integral" de Cataluña, que, como se ha dicho, tuvo un gran impacto en la política española.

El comienzo de la campaña por la autonomía

Archivo:Rafael-casanova-diada-cataluña-1914
Homenaje a Rafael Casanova en la Diada de Cataluña de 1914.

En julio de 1918, se celebró en Barcelona la IV Semana Municipal, donde participaron alcaldes y concejales de Cataluña. Se decidió preguntar a los ayuntamientos si estaban a favor de la autonomía de Cataluña. La idea era que Cataluña pudiera desarrollar todas sus capacidades y ocupar el lugar que le correspondía en el resurgimiento de España.

A principios de noviembre de 1918, con el fin de la Primera Guerra Mundial, hubo manifestaciones en Barcelona. El 5 de noviembre, Francesc Macià habló en el Congreso de los Diputados a favor de la independencia de Cataluña. El 10 de noviembre, Francesc Layret pidió a la Mancomunidad que solicitara la intervención de la Sociedad de Naciones a favor de Cataluña. Poco después, varios diputados catalanes presentaron una propuesta de ley en el parlamento que decía: "El Congreso concede a Cataluña la autonomía integral".

El 15 de noviembre, Francesc Cambó se reunió con el rey Alfonso XIII. Según Cambó, el rey lo animó a iniciar la campaña autonomista para calmar los ánimos en Cataluña y evitar problemas. El rey pensaba que solo dando autonomía a Cataluña se podría evitar una situación difícil.

Al día siguiente, 16 de noviembre, en un acto importante en Barcelona, el presidente de la Mancomunidad de Cataluña, Josep Puig i Cadafalch, recibió los documentos de los ayuntamientos catalanes. La gran mayoría de los municipios (el 98% de la población) se habían mostrado a favor de la autonomía. Entonces, Puig i Cadafalch propuso redactar un plan de bases para la autonomía de Cataluña, que sería presentado al gobierno. Sin embargo, Francesc Macià se retiró de la reunión, diciendo que la autonomía era insuficiente y que lo que se necesitaba era la independencia.

El 17 de noviembre de 1918, Macià presentó por primera vez la bandera independentista catalana, la estelada. Después de su conferencia, hubo una manifestación en las Ramblas, que fue disuelta por la policía.

La CNT, una importante organización de trabajadores en Cataluña, no se unió a la campaña autonomista. Su periódico, Solidaridad Obrera, publicó un artículo titulado "Ni con unos ni con otros", explicando que la autonomía que buscaban los partidos políticos no interesaba a los trabajadores. El líder de la CNT, Salvador Seguí, dijo que querían una Cataluña libre y bien administrada, no una "colonia industrial".

La Mancomunidad redactó rápidamente un proyecto de bases para la autonomía. Este proyecto era muy ambicioso, ya que dejaba casi todas las competencias a Cataluña, y solo especificaba las del Estado. El 25 de noviembre, los representantes catalanes aprobaron este proyecto. El 29 de noviembre, Puig i Cadafalch entregó el proyecto en Madrid al presidente del gobierno, quien lo recibió con frialdad. Esa misma tarde, Cambó defendió el proyecto en una conferencia, insistiendo en que la autonomía de Cataluña no significaba la división de España.

El proyecto de bases dividió al gobierno. El presidente del gobierno, García Prieto, dimitió. El rey encargó entonces la formación de un nuevo gobierno al conde de Romanones, quien era más partidario de negociar con Cataluña.

La respuesta de otras regiones de España

Archivo:1918-11-30, Heraldo de Madrid, Modelo de aduana en una Cataluña independiente, Tovar
Caricatura publicada en Heraldo de Madrid el 2 de diciembre de 1918, de Tovar, titulada «Modelo de aduana en una Cataluña independiente».

La posibilidad de que Cataluña obtuviera un Estatuto de Autonomía provocó una fuerte reacción en otras partes de España. Se inició una campaña en contra de las ideas catalanistas, que movilizó a miles de personas en Madrid y otras ciudades. Esta campaña fue impulsada por varios periódicos importantes de Madrid. También se promovió el boicot a los productos catalanes.

El 2 de diciembre de 1918, las diputaciones de Castilla y León se reunieron en Burgos y publicaron el Mensaje de Castilla. En este documento, defendían la "unidad nacional" y se oponían a que cualquier región obtuviera una autonomía política que disminuyera la soberanía española. También se opusieron a que el catalán fuera idioma oficial, llamándolo "dialecto regional".

Las diputaciones de Andalucía también se manifestaron en contra de la autonomía catalana. Sin embargo, un pequeño grupo regionalista andaluz, liderado por Blas Infante, envió un mensaje de apoyo a la Mancomunidad. La diputación de Zaragoza también pidió una Mancomunidad para Aragón, pero aclarando que sus deseos no debían confundirse con los de los catalanistas.

El 6 de diciembre, los presidentes de las diputaciones castellanas entregaron su manifiesto al presidente del gobierno y al rey. El rey, que antes había animado a Cambó, ahora mostró su apoyo a las provincias castellanas. El 9 de diciembre, un día antes del debate en el parlamento, unas cien mil personas se manifestaron en Madrid en defensa de la "unidad de España" y en contra del Estatuto catalán.

El apoyo del nacionalismo vasco

En el País Vasco y Navarra, la campaña autonomista catalana recibió el apoyo del nacionalismo vasco. Los representantes nacionalistas vascos ya habían presentado en el parlamento una propuesta para recuperar sus leyes históricas (fueros) y abrir un período para crear una nueva organización para Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra.

El 15 de diciembre, una reunión de ayuntamientos en Bilbao terminó en un conflicto. Después, una manifestación nacionalista vasca recorrió las calles de Bilbao, y un periódico fue atacado. El gobierno destituyó al alcalde nacionalista de Bilbao.

El intento de llevar el "problema catalán" al ámbito internacional

Archivo:Primera-estelada-1918
Documento en inglés titulado What says Catalonia del 11 de septiembre de 1918, donde el Comité Pro Cataluña pide a la Entente la revisión del Tratado de Utrecht. Es el documento más antiguo en que aparece la estelada.

En julio de 1918, se formó el Comité Pro Cataluña con el objetivo de dar a conocer el "problema catalán" a nivel internacional. Se pusieron en contacto con centros catalanes en América. La Liga Regionalista, al principio, no apoyó esta estrategia, pero su postura empezó a cambiar. Cambó incluso intentó hablar con el gobierno francés sobre un posible viaje a París para defender la "causa catalana", pero la respuesta fue negativa, ya que lo consideraban un "problema interno" de España.

En diciembre de 1918, nacionalistas catalanes formaron en París el "Comité Nacional Catalán" para pedir a los países vencedores de la Primera Guerra Mundial que se ocuparan del "problema catalán". Enviaron una carta al presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, pidiéndole que permitiera a Cataluña ser una nación libre e independiente. Sin embargo, no hay constancia de que recibieran respuesta, y el "problema catalán" no se incluyó en la agenda de la Conferencia de París. El gobierno francés no permitió que se usara la bandera independentista ni que el acto fuera de propaganda independentista.

Esto se debió, entre otras razones, a las gestiones del conde de Romanones, quien se aseguró de que los famosos 14 puntos de Wilson solo se aplicarían a los países derrotados en la guerra, no a los neutrales como España. Los países vencedores no querían crear un problema adicional en la península ibérica.

El debate en el parlamento y la retirada de los diputados catalanes

El 10 de diciembre de 1918, comenzó en el Congreso de los Diputados el debate sobre el proyecto de bases para la autonomía. Francesc Cambó defendió el proyecto, diciendo que la aceptación de la autonomía de Cataluña era clave para la integración de la Liga en el sistema político español. Advirtió que, si no se aceptaba, la Liga se retiraría de la política nacional.

El portavoz del gobierno, Niceto Alcalá Zamora, se opuso al proyecto, argumentando que era incompatible con la Constitución de 1876 y que otorgaba a Cataluña "privilegios". Dijo que no se podía ser a la vez "Bolívar de Cataluña y Bismarck de España", refiriéndose a que no se podía buscar la autonomía catalana y al mismo tiempo participar en el gobierno de toda España.

Otro diputado, Gascón y Marín, también se opuso, especialmente al traspaso de competencias en educación, diciendo que los maestros representaban la unidad de España.

Al día siguiente, el líder conservador Antonio Maura también se opuso a la autonomía catalana, aunque dejó abierta la puerta a una descentralización administrativa que no pusiera en riesgo la autonomía de los ayuntamientos. Dijo que "nadie puede elegir madre, ni hermanos, ni casa paterna, ni pueblo natal, ni patria", queriendo decir que los catalanes eran españoles les gustara o no. Su intervención fue muy aplaudida.

Después de la intervención de Maura, Cambó escribió una carta al rey el 12 de diciembre, dando por terminado un acuerdo secreto anterior. Justificó la retirada de la mayoría de los diputados y senadores catalanes del parlamento como protesta por el rechazo a la autonomía.

El 13 de diciembre, hubo manifestaciones en Barcelona en apoyo de la autonomía, que fueron reprimidas por la policía. El 14 de diciembre, los diputados y senadores que regresaban de Madrid fueron recibidos con honores en Barcelona. Una manifestación recorrió la ciudad, y algunos manifestantes atacaron la sede de un periódico que había criticado su retirada.

El 18 de diciembre, Cambó lanzó la consigna "Monarquía? República? Cataluña!". Quería decir que la prioridad era la autonomía de Cataluña, sin importar si España era una monarquía o una república.

En la segunda quincena de diciembre, continuaron los mítines a favor de la autonomía y los enfrentamientos con la policía. Grupos que apoyaban la unidad de España atacaron a los manifestantes catalanistas, a veces con armas, y la policía actuó de su lado.

Propuestas de Estatuto y el fin de la campaña

El proyecto de Estatuto de la comisión sin participación catalana

A propuesta de Cambó, el presidente del gobierno, Romanones, convocó una comisión para redactar una propuesta de autonomía para Cataluña. El 21 de diciembre de 1918, los representantes catalanes se reunieron en Barcelona para decidir si participaban en esta comisión. Finalmente, decidieron no asistir para mantener la unidad de los que apoyaban la autonomía, ya que los republicanos se oponían.

El 27 de diciembre se conocieron los miembros de la comisión del gobierno. Dos días después, la Mancomunidad decidió no participar. A pesar de esto, Romanones mantuvo la convocatoria.

El 2 de enero, la comisión se reunió con pocos de sus miembros, ya que muchos habían renunciado. Presentaron su propuesta el 11 de enero, y el gobierno la asumió. Esta propuesta tenía 22 bases, pero solo una se ocupaba de la autonomía regional. Cataluña tendría una asamblea llamada Diputación y un gobierno llamado Generalidad. Se reconocía el catalán como idioma oficial y la posibilidad de crear una policía regional. Sin embargo, se creaba la figura de un gobernador general de la región, que tendría mucho poder y podría oponerse a las decisiones de la Diputación y la Generalidad. Los juristas catalanes señalaron que esto era un retroceso respecto a la independencia que ya tenía la Mancomunidad.

El proyecto de Estatuto de la Mancomunidad de Cataluña

Archivo:Palau de la Música Catalana, mosaic de fotos
Palacio de la Música Catalana donde el 26 de enero de 1919 se reunieron los alcaldes y los delegados de los municipios catalanes para aprobar el proyecto de Estatuto de Autonomía propuesto por la Mancomunidad de Cataluña.

Mientras la comisión del gobierno trabajaba en Madrid, la Mancomunidad de Cataluña elaboraba su propio proyecto de Estatuto en Barcelona. Lo terminaron el 17 de enero. Este proyecto incluía algunos cambios para facilitar su aprobación en el parlamento. Por ejemplo, se enumeraban las competencias que corresponderían a Cataluña, y se aceptaba que el parlamento español resolviera los conflictos de competencias. También se incorporaba la figura del gobernador general, aunque con menos poder sobre el orden público.

El proyecto de la Mancomunidad proponía un parlamento regional con dos cámaras: un senado elegido por los concejales y un congreso elegido por voto popular. Los ministros del gobierno catalán serían responsables ante ambas cámaras. Cataluña tendría competencias en educación (con la obligación de enseñar castellano), régimen municipal y provincial, derecho civil catalán, obras públicas, teléfonos, servicios forestales y agrícolas, beneficencia y sanidad, y orden público. Para financiar estos servicios, se crearía una hacienda propia.

Los días 24 y 25 de enero de 1919, la Asamblea de la Mancomunidad y los representantes catalanes aprobaron por unanimidad el proyecto de Estatuto. Fue ratificado el 26 de enero por los alcaldes y delegados de los ayuntamientos catalanes, reunidos en el Palacio de la Música Catalana de Barcelona. Casi todos los municipios (el 99% de la población) votaron a favor. En el Palau, Cambó dijo que nunca antes la voluntad del pueblo catalán se había expresado de forma tan completa.

Conflictos en Barcelona

Entre el 11 y el 26 de enero de 1919, hubo casi a diario enfrentamientos en el centro de Barcelona. Grupos nacionalistas catalanes se manifestaban al grito de "Visca Cataluña Lliure" (Viva Cataluña Libre), y la policía intervenía para impedirlo. También actuaron grupos que apoyaban la unidad de España, como la Liga Patriótica Española, que agredían a los manifestantes o a quienes llevaban lazos con la bandera catalana. La policía solía actuar a favor de estos grupos y detenía solo a los catalanistas.

El 17 de enero, un grupo de la Liga Patriótica, incluyendo militares, irrumpió en un teatro donde se cantaba el himno catalán y disparó. Hubo heridos, pero ninguno de los atacantes fue detenido. El gobierno suspendió entonces las garantías constitucionales, lo que significó censura en la prensa y más restricciones a las libertades.

La violencia de los grupos de la Liga Patriótica Española continuó. El 17 de enero, hirieron a un joven que murió días después. El 24, la policía actuó con mucha dureza. El 27 de enero, mientras se ratificaba el Estatuto en el Palacio de la Música, hubo más enfrentamientos violentos. Un joven que llevaba una corbata con los colores catalanes fue atacado. También hubo un tiroteo entre carlistas y miembros de la Liga Patriótica, con varios heridos. La policía detuvo a veinte personas, pero ninguna de la Liga Patriótica. Otro joven murió días después por heridas causadas por la Liga Patriótica. Fue la tercera víctima mortal de la campaña. El 28 de enero, el gobernador civil cerró locales y prohibió la exhibición de banderas catalanas.

Después del 27 de enero, la agitación catalanista y la actuación de la Liga Patriótica Española disminuyeron. Se cree que la Liga Patriótica era un grupo que colaboraba con la policía y los militares.

El segundo debate en el parlamento y el fin de la campaña

Los representantes catalanes regresaron al parlamento para intentar que se aprobara el proyecto de Estatuto de la Mancomunidad. El 28 de enero de 1919, Francesc Cambó habló en el Congreso. Destacó el apoyo casi unánime que había recibido el proyecto de Estatuto por parte de los ayuntamientos catalanes y se enfrentó a quienes decían que rompía la unidad de España.

Cambó dijo que la aprobación del proyecto del gobierno no resolvería el problema. Terminó su intervención desafiando al gobierno a expresar su opinión sobre la demanda de autonomía de un pueblo unido. Sin embargo, el gobierno mantuvo su posición de apoyar el proyecto de la comisión extraparlamentaria, por lo que el de la Mancomunidad no llegó a debatirse.

El 6 de febrero, comenzó el debate sobre el proyecto de la comisión extraparlamentaria. Al día siguiente, Cambó se opuso a este proyecto y propuso que se debatiera el de la Mancomunidad, argumentando que era un "mínimo" indispensable para que la autonomía de Cataluña fuera real.

Niceto Alcalá Zamora atacó el proyecto de la Mancomunidad, diciendo que era el resultado de una "deliberación ilegal". El presidente del gobierno, Romanones, dijo que solo se discutiría el proyecto de la comisión extraparlamentaria. Ante este punto muerto, los diputados catalanes propusieron el 18 de febrero que se realizara un voto popular (plebiscito) en Cataluña sobre la autonomía.

Cambó intervino de nuevo el 21 de febrero, explicando que el pueblo catalán, que había vivido como un Estado independiente durante siglos y había desarrollado su propia lengua y leyes, quería tener plena soberanía para gobernarse en todo lo que fuera su vida interna, y que en lo demás, España fuera una unidad.

El presidente del gobierno, Romanones, se opuso al referéndum. Finalmente, Romanones cerró el parlamento el 27 de febrero, justo el día en que se iba a votar la propuesta del plebiscito catalán. Tomó como excusa un conflicto laboral que había estallado en Barcelona, la huelga de La Canadiense. Los líderes de la campaña autonomista decidieron entonces darla por terminada.

El fracaso de la Liga Regionalista en conseguir la autonomía favoreció la aparición de otros grupos nacionalistas catalanes más decididos, como la Federació Democràtica Nacionalista de Francesc Macià, que daría origen a Estat Català.

En resumen, la comisión extraparlamentaria elaboró un proyecto de Estatuto muy limitado, inaceptable para los representantes catalanes. Cambó pidió un voto popular en Cataluña sobre la autonomía, pero la propuesta nunca se debatió. Finalmente, el gobierno cerró el parlamento aprovechando la crisis de la huelga de La Canadiense en Barcelona.

Según los historiadores, el gobierno y el rey dejaron de apoyar el proyecto de autonomía debido a las presiones y los conflictos violentos en Barcelona. Pero lo que realmente puso fin al proyecto fue el inicio de los conflictos laborales en Barcelona con la huelga de La Canadiense en febrero de 1919, ya que la "cuestión regional" pasó a un segundo plano para las clases dirigentes catalanas.

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