Batalla de Luchana para niños
Datos para niños Luchana |
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Primera guerra carlista Parte de primera guerra carlista |
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![]() Ataque al puente de Luchana. Grabado de 1849.
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Fecha | 1 al 25 de diciembre de 1836 | |||
Lugar | Ambas orillas de la ría de Bilbao desde Portugalete a Bilbao | |||
Coordenadas | 43°17′35″N 2°58′17″O / 43.2931, -2.97139 | |||
Resultado | Victoria isabelina | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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La batalla de Luchana fue una serie de enfrentamientos importantes que ocurrieron durante la Primera Guerra Carlista. Tuvieron lugar entre el 1 y el 25 de diciembre de 1836. En esta batalla, el ejército que apoyaba a la reina Isabel II (llamados isabelinos) logró derrotar a las fuerzas carlistas. Los carlistas habían estado rodeando la ciudad de Bilbao desde el 25 de octubre de ese año.
Contenido
¿Por qué fue importante la Batalla de Luchana?
El asedio a Bilbao: un objetivo clave
A principios de 1836, los carlistas tenían problemas económicos. Necesitaban dinero para seguir adelante. Por eso, pensaron que si lograban controlar una ciudad importante como Bilbao, podrían conseguir préstamos y atraer inversiones de otros países.

El 14 de octubre de 1836, los líderes carlistas decidieron sitiar Bilbao. Este fue el segundo asedio que sufrió la ciudad durante la Primera Guerra Carlista. El general carlista Nazario Eguía encargó el mando del asedio a Bruno Villarreal.
Preparativos carlistas para el ataque
Los carlistas prepararon su ataque con mucho cuidado. Un ingeniero francés revisó las defensas de Bilbao. Luego, los carlistas llevaron su artillería a las colinas que rodeaban la ciudad. Construyeron pequeños fuertes, barreras de protección y cavaron trincheras.
Contaban con 17 cañones grandes, dos morteros y una gran cantidad de municiones. Destinaron 15 batallones de infantería para el asalto. El bombardeo de Bilbao comenzó el 25 de octubre.

¿Cómo se prepararon los isabelinos?
El avance de Espartero
Los isabelinos se dieron cuenta de que los carlistas planeaban sitiar Bilbao. Por eso, el general Baldomero Espartero, líder del ejército del Norte, movió sus tropas hacia el norte. Cuando el bombardeo de Bilbao comenzó, Espartero estaba en Villarcayo, a unos 60 kilómetros de distancia.
Dos días antes, Espartero había enviado parte de sus tropas a Santander. Desde allí, viajaron por mar hasta Portugalete, un pueblo en la orilla izquierda de la ría de Bilbao, a unos 10 kilómetros al norte de la ciudad. Estas tropas desembarcaron en Portugalete el 26 de octubre.
Dificultades y cambios de plan
Espartero necesitaba Portugalete para ayudar a Bilbao. Allí establecería sus cuarteles, almacenes de armas y alimentos, y hospitales. Sin embargo, sus tropas en Villarcayo no tenían suficientes provisiones. Además, Espartero estaba enfermo y tuvo que luchar contra grupos carlistas que dificultaban el paso de sus suministros.
Por estas razones, Espartero no pudo avanzar hasta mediados de noviembre. Llegó a Portugalete el día 25 con 14.000 soldados. Dos días después, intentó avanzar hacia Bilbao por la orilla izquierda del río. Pero las posiciones carlistas estaban muy bien fortificadas y defendidas, y fue rechazado con muchas bajas.
Este fracaso le hizo ver que sería muy difícil romper el cerco por esa orilla. Entonces, decidió intentarlo por la orilla opuesta.
La construcción de un puente clave
Espartero consultó con los jefes de la Armada española y de dos barcos de guerra británicos que estaban en la ría. Decidió construir un puente sobre el río Nervión, cerca de Portugalete. Este puente estaría fuera del alcance de la artillería enemiga.
El puente se construyó uniendo 32 barcos (lugres, goletas y bergantines) que estaban en la ría. Los barcos se amarraron bien y se colocaron tablas entre ellos, formando un puente de unos 200 metros de largo. El 30 de noviembre, gran parte del ejército de Espartero ya estaba en la orilla derecha. Espartero envió un mensaje a los defensores de Bilbao usando un telégrafo óptico, prometiendo que su ejército llegaría pronto. Sin embargo, el avance no fue tan rápido como esperaba, y la batalla se convirtió en la más larga de esta guerra.
¿Cómo se desarrolló la Batalla de Luchana?
Primeros intentos y el clima
Entre el lugar donde desembarcaron los isabelinos y Bilbao, hay dos barrancos con mucha agua debido a las fuertes lluvias. El 1 de diciembre, los isabelinos llegaron al primer barranco, cerca del puente de Gobelas. El puente estaba cortado, así que tuvieron que cruzar el arroyo crecido bajo el fuego de los carlistas.
Continuaron avanzando hasta el puente de Asúa, que también estaba inutilizado. Los carlistas habían construido tres fuertes con artillería en las colinas cercanas: Cabras, San Pablo y Banderas. Estos fuertes cubrían el barranco y sometían a los isabelinos a un intenso fuego. Al caer la noche, Espartero decidió intentar cruzar al día siguiente por Luchana, un lugar más abajo, junto al río Nervión. Allí también construiría un puente de pontones (barcas unidas).
El 5 de diciembre, una fuerte tormenta destruyó el puente que unía a los isabelinos con Portugalete. Este puente era su única forma de recibir alimentos y municiones, y de evacuar a los heridos. Ante esto, Espartero renunció a forzar el paso por Luchana. Retiró su artillería a la orilla izquierda del Nervión y comenzó a construir un nuevo puente, más al sur y más protegido del mar, aunque ahora bajo el alcance de la artillería carlista.

El 7 de diciembre, el nuevo puente estaba listo. Las tropas isabelinas comenzaron a cruzar a la orilla izquierda, pero la tormenta lo rompió de nuevo. Tuvieron que usar lanchas para cruzar el resto de las tropas. Villarreal, el líder carlista, pensó que Espartero volvería a intentar avanzar por la orilla izquierda, así que movió parte de sus tropas allí.
Un discurso motivador
El 12 de diciembre, Espartero intentó de nuevo avanzar hacia Bilbao por la orilla izquierda. Pero las tormentas habían convertido los caminos en lodo, y la artillería pesada se atascó. El mal tiempo y la fuerte defensa carlista obligaron a los isabelinos a retirarse por tercera vez a Portugalete el día 15.
Las tropas de Espartero estaban en una situación difícil: les faltaba artillería, municiones y alimentos. Estaban desanimados por tantas retiradas. Ante esto, Espartero dio una orden general a sus tropas al día siguiente. Les dijo que se habían retirado para protegerlos del temporal y que no abandonarían la misión de salvar Bilbao. Les prometió la victoria y les aseguró que no regresarían a sus campamentos sin haber liberado la ciudad.
El 17 de diciembre, llegaron refuerzos, alimentos, dinero y municiones a Portugalete. Con esto, Espartero decidió intentar de nuevo el paso por la orilla derecha.
El ataque final
Comenzaron a construir un nuevo puente. Los comandantes de los barcos británicos prestaron balsas para que la artillería y parte de la caballería cruzaran a la orilla derecha durante la noche del 19 y la madrugada del 20. Mientras tanto, el puente se estaba terminando.
Para distraer a los carlistas, dos barcos isabelinos bombardearon un fuerte carlista cerca de Luchana el 21 de diciembre. Aunque los barcos fueron dañados, los isabelinos lograron colocar su artillería en Azúa. El puente sobre el Nervión se terminó, y el 22 de diciembre, la mayor parte de la infantería y la caballería isabelina cruzaron a la orilla derecha. También fortificaron el lugar donde el puente comenzaba en la orilla izquierda, para protegerlo de un posible ataque carlista.

El 23 de diciembre, hubo un nuevo ataque naval con cañoneras, pero el mal tiempo impidió que causaran grandes daños.
El 24 de diciembre amaneció el día del ataque definitivo. La tormenta era muy fuerte, y Espartero se despertó enfermo. Tuvo que ceder el mando a su jefe de estado mayor, el general Marcelino Oráa. Las baterías isabelinas no dejaban de atacar las posiciones carlistas.
Hacia las cuatro de la tarde, ocho compañías de soldados isabelinos embarcaron en unas 30 pequeñas embarcaciones. Su objetivo era desembarcar en la orilla enemiga, tomar sus defensas y ayudar a reconstruir el puente de Luchana. Justo cuando empezaron, la tormenta se hizo aún más terrible. A pesar del agua, el granizo y el frío, los soldados gritaban "¡Vivas!" con entusiasmo. Las cañoneras protegían los flancos de las fuerzas de desembarco, y los soldados lograron desembarcar.

Los soldados isabelinos lograron desalojar a los carlistas de Luchana. Se construyó un puente provisional, y el ejército isabelino cruzó el barranco, subió por las laderas y comenzó a asaltar los fuertes de Cabras, San Pablo y Banderas. Pero la defensa carlista fue muy valiente y detuvo sus ataques. La situación de los isabelinos se volvió crítica porque el puente de barcas sobre el Nervión se había roto de nuevo.
La tormenta empeoraba las cosas para el ejército isabelino, que estaba hambriento, sin ropa adecuada y acampado al norte de la ciudad. A medianoche, informaron a Espartero de la situación. Él se levantó de su cama, cruzó el río en una lancha y recorrió el campo de batalla a caballo. Cuando los soldados isabelinos supieron que su general estaba con ellos, retomaron los ataques con más fuerza. Hacia las cuatro de la madrugada del 25 de diciembre, cuando la tormenta disminuyó, lograron tomar el fuerte de Banderas, el último que tenían los carlistas. Los carlistas comenzaron a retirarse, dejando el paso libre a Bilbao para las tropas isabelinas. Así terminó la batalla.
¿Qué pasó después de la Batalla de Luchana?
La liberación de Bilbao
Las tropas isabelinas entraron en Bilbao el mismo 25 de diciembre. Los defensores de la ciudad los recibieron con gran alegría. Entre los carlistas que habían sitiado la ciudad, había mucha confusión. Sus fuerzas se dispersaron, y muchos soldados carlistas perdieron la moral. Se extendió el rumor de que había habido una traición.
José Manuel de Arízaga, un auditor del ejército carlista, dijo que la defensa carlista no fue lo suficientemente fuerte. Esto se debió a que la mayoría de sus tropas habían recibido la orden de acampar en los pueblos detrás de Bilbao, y muy pocas fuerzas quedaron cubriendo la línea de asedio, ya que no pensaron que sería atacada.
Reconocimiento y consecuencias
La noticia de la batalla y la liberación de Bilbao llegó a Vitoria el 29 de diciembre. Desde allí, se extendió rápidamente por toda España. Este evento fue celebrado en muchos lugares del país, y numerosas ciudades nombraron calles o plazas como "Luchana" en honor a la victoria.
Espartero recibió el título de conde de Luchana por su liderazgo en la batalla. Por otro lado, Eguía y Villarreal perdieron sus mandos. En esta batalla también falleció Antonio de Aymerich Ortiz de Pinedo.
Galería de imágenes
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Juan Bautista Erro. Litografía de 1837 según dibujo de Isidoro Magués.
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Nazario Eguía. Litografía de 1837 según dibujo de Isodoro Magués.
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Bruno Villarreal. Litografía de 1837 según dibujo de Isidoro Magués.
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Marcelino Oráa. Grabado de 1844.
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Litografía de 1846 recreando la batalla de Luchana. En primer término el lugar de la orilla izquierda del Nervión donde embarcaron los cazadores. Enfrente, al otro lado del río, el puente de Luchana. Detrás se abre el barranco de Azúa. A la derecha del puente, se ve abajo el fortín Casa de la Pólvora, en las cumbres, de derecha a izquierda, los fortines Cabras, San Pablo y Banderas.
Véase también
En inglés: Battle of Luchana Facts for Kids